Me pongo romántico o todo lo contrario con esta pequeña composición de 2 palabras de 4 letras cada una que no significan exactamente lo mismo, pero sí parecido, ya que los idiomas no son piezas de lego®.
Es parte de unos juegos compositivos con un teclado desmontado que limpié para intentar arreglar y extender su vida sin lograr que volviese a funcionar (no funcionaba), así que hubo de ser descartado para su función primordial, si es que no era esta que está fungiendo ahora de servirme al divertimento creativo… con la restricción obvia de usar lo que tengo para escribir, sin nada más.
Las referencias a Joan Brossa no están únicamente en el empleo de la A como símbolo de toda la cultura, o el uso de la Ç confrontada a una Ñ, sino sobre todo, por el hecho de usar algo (una tecla) que tras su utilización en un poema visual pasa a formar parte del siguiente poema, recordándonos que el contexto forma el texto y que la transformación es la vida… en este caso de esa tecla elegida.