Aprovechando una caja de zapatos y unas cajas de Iomega ZIP

Nadie recordará qué es eso de los Iomega ZIP de 100Mb de almacenamiento, que hubo un tiempo en el que era absolutamente revolucionario, pero que nunca llegó a merecer la pena, pues pronto fueron sustituidos por los mucho más compatibles y portables CD regrabables, luego los DVD+RW, después los PenDrive y ahora la nube… que es mucho más inquietante de lo que parece, pues está en manos de pocas empresas, en la mayoría de los casos.

Con un poema reciclado y una caja de zapatos de un rojo tan intenso que no quería desperdiciarla, realicé el Poema Rojo.

El poema rojo es una edición de 2 ejemplares del mismo poema escritos (impresión pegada) sobre cartón blanco y rojo de una caja de zapatos cortada en cuatro cuadrados de 9cm cada uno y encajados en cajas de PVC de unidades Iomega ZIP 10x10x0,8 cm.

Solo queda un broche final de imprimir un papel o cartulina rojo a modo de «portada» para redondear la «rojedad» de la edición y añadirla al productito por la cara en la que ahora se puede ver el poema impreso en negro sobre blanco.

Warning: Key is stored in legacy trusted.gpg keyring

Es cansado cuando aparece este texto tras unas actualizaciones en la línea de comandos de Linux, porque siempre toca ver qué es lo que ha pasado (es sólo un warning, pero yo suelo atenderlos y resolverlos porque en caso contrario me estresa cada vez que tengo que hacer una nueva actualización).

El domingo, actualizando la RaspBerry en la que guardo una copia de respaldo de mi blog, volví a encontrarme con este estúpido mensaje que bien podía haberse arreglado con algún «fixer» incluido en el sistema operativo, derivado de que es él quien ha decidido que una aplicación como apt-key se haya quedado obsoleta o deprecated.

Afortunadamente, encontré una muy buen página que ayudó muchísimo con este pequeño, pero molesto, problema tecnológico. Me resultó gracioso, eso sí, que tuviera un TLD (Top Level Domain) de .guru

Me guardo, con permiso de la web en cuestión y mi agradecimiento particular, los pasos a seguir, por si vuelvo a necesitarlos y esa página ha dejado de existir, cosa que pasa cada vez con más frecuencia.


Pasos de la solución

Fuente: https://pilas.guru/20240311/warning-key-is-stored-in-legacy-trusted-gpg-keyring/

1. Extraer la llave del archivo /etc/apt/trusted.gpg

$ sudo apt-key list
/etc/apt/trusted.gpg
--------------------
pub rsa4096 2017-02-22 [SCEA]
9DC8 5822 9FC7 DD38 854A E2D8 8D81 803C 0EBF CD88
uid [ unknown] Docker Release (CE deb)
sub rsa4096 2017-02-22 [S]

$ sudo apt-key export 0EBFCD88 | gpg --dearmor -o /tmp/docker.gpg

La llave se exporta en un temporal para evitar que el siguiente paso la borre del llavero.

2. Borrar la clave del antiguo llavero

$ sudo apt-key del 0EBFCD88
OK

3. Incluir la llave exportada en el actual sistema

$ sudo mv /tmp/docker.gpg /etc/apt/keyrings/

Indicar en el repositorio la clave a utilizar

$ sudo cat /etc/apt/sources.list.d/docker.list

deb [arch=arm64 signed-by=/etc/apt/keyrings/docker.gpg] http...

La indicación signed-by le permite al comando apt encontrar qué nombre se le puso al archivo de la llave que validará el repositorio de paquetes y a su vez, permite colocar los archivos en cualquier lugar (Debian ofrece la carpeta /etc/apt/keyrings/ para este fin)

Todo preparado para una nueva presentación

El viernes pasado llevamos a cabo la Presentación del libro La Montaña, de Luis Naranjo, en el cálido espacio que coordinan Dora Moya y su querido Guille, Covington Gallery, donde he de reconocer que me siento muy muy a gusto.

Es un espacio pequeño para eventos que superen las 30 personas, pero es tan entrañable y bello, además de bien situado, que repetiría siempre que pudiese los actos de presentación de libro en este lugar.

En esta ocasión, hubo personas que tuvieron que irse por no poder entrar, así como algunas que deseaban irse tras la intervención, demasiado larga, de una de las participantes en la presentación. Conviene saber cuándo no hablar demasiado, cuándo hablar de manera ordenada o no decir nada… Sin parafrasear a Witgenstein.

Presentación de La Montaña, de Luis Naranjo

Hoy presentamos el libro La Montaña, de Luis Naranjo, editado por Edita Clave 53.

Luis Naranjo es Licenciado en Psicología y Licenciado en Arte Dramático y escribe poemas desde los 17 años. Ha trabajado como actor y animador cultural, pero, sobre todo, se ha dedicado a la docencia de la Interpretación, Técnica Vocal y Técnicas para Hablar en Público.

Este libro de poemas (La Montaña) que desea presentar contiene dos partes: Una primera titulada «Umbría» y, una segunda titulada «Solana». Básicamente es una retrospectiva de la vida del autor desde que sus orígenes hasta sus actuales 57 años. Mediante poesía contemporánea y visual, cuenta la evolución desde un lugar vital oscuro, irreverente, quejoso, fruto de una depresión, hasta un lugar vital luminoso, positivo y optimista… que encontró gracias a la práctica de la meditación y diversas técnicas espirituales.

El acto pretende ser una presentación del libro por parte del Editor Giusseppe Domínguez acompañado de un pequeño coloquio entre poetas, una catedrática en literatura española y una persona versada en distintos caminos espirituales. Incluirá la lectura de varios poemas y la presencia de la máquina de escribir que utilizó para escribir el original (encontrada en el Barrio Judío de París).

Comienzo de «Cada día más silencio»

Hoy comienzo el proyecto «Cada día más silencio» que podría comenzar cualquier día y terminar cualquier otro. Al fin y al cabo, los calendarios son arbitrarios.

Consiste en escribir la frase «Cada día más silencio» a modo de mantra (cada día soy más espiritual, aunque matérico y materialista) una vez al día sobre rectángulos de cartulina negra de dimensiones aproximadas 10x21cm con lápiz negro Faber Castell 2B.

Por la otra cara de la cartulina escribiré frases que tengan que ver con la voluntad de permanecer en silencio o, cuando menos, dando menor importancia a lo que afirme, hasta el punto de que introduciré cada una en un sobre sellado y fechado que permanecerá indefinidamente cerrado.

Realizaré esta pequeña (diminuta) acción diariamente de lunes a viernes, salvo excepciones, desde hoy hasta que concluya las 81 piezas de cartulina. 81 veces «Cada día más silencio», que intentarán convocar el silencio al mismo que manifestarán mi deseo de abandonar la afirmación ruidosa, la posición expresa, el grito, que será, parafraseando a Oe, silencioso.

Papeles negros

Carmen me había regalado varios pliegos de papeles negros que pedí como presente navideño. Los compró en la Dominotería, una tienda especializada en papeles de arte.

Este año 2024 estuvo marcado por un problemilla de salud (tendinitis del supraespinoso izquierdo) que me tuvo ocupadísimo en rehabilitaciones y por fin el lunes pude comenzar a prepararlos para usarlos.

Han estado tanto tiempo enrollados, casi un año, que tuve que comenzar por desenrollarlos, lo cual implica enrollarlos en dirección contraria (menos por menos es más o algo similar).

De momento, voy a usar un pliego de 56x76cm de Papel para grabado Bfk Rives de 280g/m2, que cortaré en piezas 7x15cm (lo que me da un total de 8×5=40 piezas) en las que escribir poemas sobre la negritud (como color, nada étnico, al menos en la intención consciente).

El papel BFK Rives es un magnífico papel de grabado, en color negro o tostado, 100% algodón, fabricado con mimo en forma redonda. Tiene un grano más fino y es más liso que el Velin de Arches. Presenta barba en los cuatro lados, un gramaje de 280g, con reserva alcalina y sin ácido ni blanqueadores ópticos. Es muy apropiado para el dibujo y, sobre todo, todas las técnicas de grabado y obra gráfica como litografía, serigrafía, gofrado, linograbado, fototipia,…

Es tan artesanal que casi parece tela, con esa barba a los cuatro lados que no quiero usar, pero que, por otro lado, es tan interesante para el aspecto inconcluso del papel, ese límite ilimitado…

Paseo inesperado por el Campo del Moro

El domingo, de pura casualidad, nos hayamos caminando entre árboles frondosos y con una excasísima cantidad de gente alrededor en el centro mismo de Madrid.

Carmen y yo no conocíamos el famoso Campo del Moro, del que, por supuesto, había oído hablar, pero que no había pisado, no sé muy bien por qué. Quizá por la tirria que le tengo a todo lo monárquico, ya que se ubica exactamente detrás del Palacio Real, quizá por el miedo que le tengo a lo alergénico, a la naturaleza, así en general.

Nos sorprendió la posibilidad de dar estos paseos por caminos casi desérticos a las 12:30 del mediodía en una ciudad que cada día parece más atiborrada de humanidad.

Por no hablar de los sorprendentes pavos reales (muy apropiados en estos lares) o de los caminos serpenteantes de rocas incrustadas en la tierra, románticos paisajes más o menos laberínticos.

Pero quizá nos dejó un regusto amargo tanto edificio abandonado, tanto recurso olvidado por el Patrimonio Nacional, como si esa propiedad otrora real no pudiese usarse por el vulgo, el pueblo soberano.

Me habría encantado plantear la posibilidad de hacer un recital de poesía en El Chalecito de la Reina, levantado en estilo tirolés a finales del S XIX, o una minipresentación en el Chalet de Corcho, por no hablar de las posibilidades infinitas del Museo de Carruajes o, incluso, mucho más perturbador, el túnel cerrado de la Calle la Mate bajo el Paseo de la Virgen del Puerto.

Solo por curiosidad morbosa me dio por consultar el apartado de Cesión de Espacios (públicos) del Patrimonio Nacional en Madrid y encontré que los precios mínimos rondan los 1500€/hora para eventos privados. Aunque sean públicos los eventos… algo desagradable, pero esperable. Ni hablar de espacios que no están a disposición pública, como lo que yo me planteaba.

Me encantaron esos peldaños a los pies de este «Chalet de Corcho», irregulares, pedregosos, hechos con tanta arbitrariedad, con tanta ñoñería, que acaban resultando tiernos.

Recuerdos de Taramundi

Llegar a casa y recibir esta postal escrita con tanto cariño por unas personas de un pueblo en el que veraneamos desde hace tres años me hace especial ilusión porque me hace sentir que estamos haciendo algo bien al dejar huella, no solo en el paisaje, sino en la gente.

Personas que seguramente nunca le han escrito una carta a un turista de los incontables que visitan su bonito pueblo deciden escribirnos, poner un sello, lanzar esa botella de agua al océano que hoy en día es escribir postalmente.

Y nos llega.
Y nos llega.

Dos frases para dos acepciones diferentes de la palabra llegar.

Nos llega a casa.
Nos llega al corazón.

Llegamos y no acabamos de llegar:

Algo se nos ha quedado en los bosques de Taramundi, algo se nos ha enredado en sus cuestas inefables, algo se nos ha enganchado en las sonrisas de los parroquianos, algo se nos ha detenido en el reloj de la iglesia, algo…

Juegos con el teclado: [L|J|F] UEGO

Que estén tan cercanas estas tres palabras fonéticamente hablando, es decir, no tienen mucho en común desde el punto de vista etimológico, ni semántico, pero sin embargo LUEGO, JUEGO y FUEGO comparten ese final tan característico que, posiblemente, sí tenga algún sentido o relación filológica.

Obviamente, hay otras combinaciones posibles, pero no me gustaban tanto como la de estas tres palabras. No obstante, tengo otra:

Pero esa inclusión de RUEGO en el tablero me gusta mucho menos que las otras tres por separado. Además, conforma una flecha que, de algún modo, se pierde al incluir esa cuarta tecla en la parte trasera de la saeta.

Esto no es una broma