hablar por hablar genera monstruos

hablo de algo de lo que no quiero que se hable hablando de ello y hablo y hablo hasta que se habla de ello y me extraño de que se hable de ello y hablo de que me extraña que se hable de ello y que ello ocupe el centro de mi habla y de las hablas de quienes hablan y hablan de algo de lo que no quieren que se hable hablando de ello y hablan y hablan…

(¿cuánto se parece el habla al haba?)

Garabatos

garabatos o guarismos
pintarrajeados en un papel
plebeyo
como quien no hace nada importante
como quien no hace nada serio

dibujando flechas
tachonadas de rayas perpendiculares
que acaben por formar
la figura de sardinillas esqueléticas
raspa de pescado blanco de río
o
cometas sin hilos
figuras geométricas
mal terminadas
o
curvas de funciones matemáticas
sin ejes cartesianos
que las encarcelen

escribiendo
textos sin sentido
ni conexión alguna con las imágenes
todo con un bolígrafo bic
que remita a la infancia
plagada de azul en los dedos
y barro en los bajos del pantalón

garabatos
guarismos arábigos
que marquen las páginas
del cuaderno
a modo de numeración
no correlativa
no sucesiva
incluso
de cuando en cuando
simultánea

intentar no pensar
dejar fluir la cabeza por otras actividades
que no sean las de las manos
disociación gráfica
dispersión espiritual
atea

dejar que surja
lo que surja
con la espontaneidad
calculada
sobre la raíz cuadrada
de un número negativo

y poco a poco
terminar
rematar

matar
el tiempo
dormido

y dormir

Aquí no estoy/estás

Basándome en un verso de Sara Mansouri Bellido («Y aquí estoy, perdida»), me apetecería hacer un libro de mapas (un atlas) situando la típica frase, pero invertida: Aquí no estoy, escrito sobre distintos mapas, preferiblemente en papel. Ya veremos cómo lo hago.

Otra opción sería una serie de mapas digitales en las que estuviera escrito ese texto. Lo importante, no obstante, es saber que no estoy ahí, o aquí, porque estoy, quizá, perdido en donde estoy.

Amistades peligrosas

Me llamó la atención leer el artículo de El País Amigos ‘yo, yo, yo’: cómo reaccionar ante quienes solo hablan de sí mismos, porque a medida que lo leía me iba quedando claro que el problema eran «Los Otros», nunca yo. A pesar de tanto «yo, yo, yo» del título del artículo, y es que encontré que nos dicen cómo evitar a esas amistades, pero no cómo dejar de ser uno de ellas, como si no lo fuésemos nunca.

Es una reflexión que cada día intento (no siempre con logros) hacer más: ¿Qué puedo cambiar EN MÍ para mejorar el mundo?

En lugar de perseguir cambiar a la gente (que nunca me incluye), aceptar a las personas como son, incluso si no me gustan (siempre puedo tomar la distancia que considere necesaria para no sufrir).

¿Es inmovilista? Puede ser. Pero es la manera en la que me encuentro a gusto en mi vida actualmente. Siempre habrá quien quiera cambiarme, y no pasa nada… pueden intentarlo. Aquí estoy. Inténtalo.

Hoy hace 8 años

No soy de esas personas
que están pendientes
de la climatología
y escuchan los partes meteorológicos
como quien asiste a misa.

Llevo semanas
consultando aemet
(agencia española de meteorología)
para saber si llueve
o no llueve
o cuánto llueve
pero siempre llueve
en este invierno gris
al que ya no estamos acostumbrados.

Hoy
veo este recuerdo
en una red social perversa
sobre la nevada que cayó
en Madrid
hace hoy
justo hoy
la friolera (nunca mejor dicho)
de 8 años.

No había habido COVID
No sabíamos qué era
estar confinados durante meses
en nuestros domicilios
simultáneamente
a las personas
de casi todo el planeta.

No había habido ChatGPT
con su arrolladora influencia
en las conversaciones
y las que están por venir.

Trump ya gobernaba un país amenazante.
Putin ya gobernaba un país ocupante.
Siria estaba en guerra.
Libia estaba en guerra.
Palestina estaba invadida
y descuartizada.
El Sahara seguía en manos de Marruecos.

Y nevaba.
Eso era la noticia.
Nevaba en marzo. En Madrid.

Hoy hace frío.
Hoy siguen Trump y Putin (y Ayuso)
en el poder.
Hoy hace frío.
Mucho frío.
Y esta tarde
el pronóstico del tiempo
afirma
que lloverá.

Pruebas de imprenta caseras

Estamos terminando la maquetación/edición de la primera Obra de Teatro que Clave 53 ha editado.

Está siendo complicado porque hay decisiones que no sabíamos tomar, dado que es muy muy diferente a la edición de poesía que no tiene, en general, que tener en cuenta aspectos como dónde colocar (y con qué tipo de letra) los nombres de los personajes de la obra, no hay tantas acotaciones que, además, pueden incluir otras voces, otras referencias…

Afortunadamente, apostamos por una familia tipográfica muy completa, que incluía una buena itálica, fatface, thin, etc… como es la Bodoni que hemos usado también para la cubierta.

Recientemente, hicimos una prueba en una copistería, pero no salía con una calidad suficiente, sin entender muy bien la razón, así que revisamos que las imágenes usadas estuviesen en CMYK (lo que con Linux siempre es un pequeño tormento) y hemos impreso una copia en papel normal con una impresora convencional para ver si sale más o menos legible y todo parece estar bien.

Pero siempre, siempre, pasamos miedo en estos últimos pasos. Al fin y al cabo, es ahora cuando nos jugamos el dinero y, posteriormente y más importante, la reputación.

El lunes, si los autores de la obra están conformes, procederemos a la solicitud a imprenta de producción de 200 ejemplares. Cruzando los dedos…

A golpe de click

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de Gaza
de Ucrania

hoy no toca hablar
de Libia
de Mali
de Myanmar

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de Trump
de Ayuso

hoy no toca hablar
de Kierkegaard
de Maxwell
de Curie

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de lluvia
de catástrofes

hoy no toca hablar
de entropía
de urbanismo
de predictibilidad

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de mercado
de algoritmo

hoy no toca hablar
de sueños
de ensoñaciones
de proyectos

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de ejércitos
de banca

hoy no toca hablar
de utopías
de ornitorrincos
de teatro

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de IA
de OTAN

hoy no toca hablar
de risa
de ilusiones
de longevidad

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de memes
de noticias

hoy no toca hablar
de manuscritos
de códices
de libros

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de youtube
de tiktok

hoy no toca hablar
de vimeo
de linux
de lapiceros

conversaciones a golpe de click
en las que toca hablar
de fútbol
de tráfico

hoy no toca hablar
de poesía
de tresillos
de tapicerías

conversaciones a golpe de click
en las que cada día
me aburro más

tiempo

tiempo
tiempo
te invoco
para conseguirte
para abrazar la ilusión
de inmortalidad
pero sé
que no llegarás
hasta que quieras
darme
tiempo
tiempo

y será demasiado tarde
y seré demasiado tarde
y seré no ser
demasiado
y
tarde

tiempo
tiempo
tiempo
te invoco
para acurrucarme a tu lado
y tocarte los pies
y rodearte de besos
y acariciar tu nuca
y mejillear tu espalda
pero sé
que no hay tiempo
que no hay energía
que no hay velocidad
que no hay posición
que no hay
tiempo
tiempo
tiempo

ni posibilidad
de invocación
a una entidad inexistente
que tan solo
es atributo de mi devenir
hasta que llegue
hasta que roce
la parca que no abriga

tiempo
te invoco
para incordiarte
a la hora de la siesta
y saber que estás
abandonándome
despacio
hasta
caer
del
mar
a
tiempo
para vivir otra vida
sin tiempo
para vivir otra vida
sin tiempo
para vivir

Mantenimiento

no me gusta el mantenimiento

tener que trabajar
para las cosas
para mantener las cosas
para evitar que se deterioren
o que envejezcan

no me gusta el mantenimiento

de los sistemas operativos
de los múltiples ordenadores que tengo
de los múltiples ordenadores
que tienen personas a quienes quiero
y a quien
les mantengo los equipos informáticos
más o menos
al día

no me gusta el mantenimiento

de las instalaciones de las casas
que habito
que poseo en propiedad sacrosanta
que en realidad
es solo una
pero que hay que mantener
cada día más meticulosamente
apartada de su decrepitud
su decaimiento
a pasos agigantados

no me gusta el mantenimiento

de mi cuerpo serrano
que está para pocos trotes
y ni hablar ya de galopes
y que se desmorona
día a día
paso a paso
sin dejar dudas acerca de
la llegada del invierno

no me gusta el mantenimiento

de cuentas pendientes
de cuentas electrónicas
de cuentas contantes
de cuentas cortantes

no me gusta

no

no me gusta el mantenimiento

de lo matérico
queriendo ser etéreo
como rayo de luna
que habría que mantener
en vibración armónica
para que no degenere
en onda corta
o algo similar

no me gusta el mantenimiento

ni tan siquiera
la palabra
mantenimiento

que me induce a pensar
en mentira
en impermanencia
en mantenibilidad
en insostenible
en acabamiento
en arrobamiento
en otros mientos

y en mi caducidad

Esto no es una broma