Polaroid

Ayer «enmarqué» esta bonita fotografía Polaroid ® en la que se me veía contento rodeado de la gente del grupo que comenzó los talleres conmigo hace ya 2 años. El tiempo pasa rápido y su cariño va en aumento.

En la cena que organizamos a finales de junio de este curso pasado (2023-2024), Carla Aurelia trajo consigo una cámara Polaroid y un «carrete» para hacer fotografías esa misma noche y nos regaló una a cada persona de las que asistimos. Fue un precioso detalle.

Yo me quedé con el paquete gastado de las fotografías instantáneas y decidí usarlo de marco para la imagen que me correspondía.

Después de mucho pensar cómo fabricarle un soporte a esta cajita para que adquiriese la posibilidad de mantenerse verticalmente, me encontré en uno de los cajones de la mesa del estudio, el típico soporte de fotografías de mesa y no hube de hacer nada más, quedando la caja-marco de la polaroid encajada a la perfección.

Volver a la rutina

Volver a la rutina es un proceso largo, que pasa por momentos de desorden inquietante hasta acomodarse en un aterciopelado devenir de los días entre el calor y la calma, entre la soledad y el bullicio, entre la espalda y la pared.

Volver a la rutina me gusta tanto como volver a la runita.

Volver a la rutina es una forma de volver al norte, a la brújula, a la guía, a la orientación, al camino…

Volver a la rutina es un proceso largo, que pasa por momentos de desorden inquietante en los que parece que nada va a volver a ser como era, sin saber cómo era.

Volver a la rutina es jugar otra vez con los juguetes rotos de cada día, recordándome que soy otro juguete roto con el que algo que no soy yo parece no divertirse.

Volver a la rutina me gusta tanto como volver a la vida después de haberla dejado en suspenso durante unas semanas en las que habité un silencio monacal acompañado. Muy bien acompañado.

Volver a la rutina es un proceso largo, que pasa por momentos de desorden alimentario en los que parece que ya he olvidado cocinar, que no lo disfruto como antaño.

Volver a la rutina es teclear esta entrada en un diario desactualizado y desacralizado terminando a las a las 13:35, después de haber pensado muy mucho qué decir sobre la rutina e incluso después de haber publicado un hallazgo inesperado en una red social para aparentar más intelectualidad de la que realmente siento.

Volver a la rutina es mentir una y otra vez o errar y no herrar al comentar que había terminado esta entrada a las 13:35, siendo ya las 13:36.

Ascensores pentadimensionales

De camino a la rutina que tanto añoro durante mis vacaciones, recorro el trecho que une mi casa a la piscina municipal a la que suelo ir y me divierto imaginando cómo, en el espacio cartesiano de unos 2x2x2m3, caben las personas que dicen que caben.

Y ni hablar de la masa que podrían llegar a alcanzar estas élficas individualidades, dado que 750kg/19 personas es menos de 40kg/persona.

Luego recuerdo que en la planta baja hay una guardería y quizá puedan llegar a ser capaces de introducir a casi 2 decenas de niños y niñas en 8m3, apilándolos sobre los cuerpos ajenos hasta llegar a ocupar ese reducido habitáculo.

Análisis sobre la pequeña pieza «Nueva Normalidad»

Hace años realicé una pieza muy determinada por el contexto histórico de la que recibí un largo y detallado análisis un tiempo después.

Fuente: Cross-Border Condition in Experimental Cotemporary Poetry – Laura López Fernández.
https://socialscienceresearch.org/index.php/GJHSS/article/view/3614/3503

Nueva normalidad” es una de las frases más utilizadas por la prensa oficial y otros medios de comunicación masiva. Es una frase comodín que representa los discursos de las autoridades gubernamentales como expresión de la narrativa oficial global de la pandemia (2020 y 2021) con el efecto de subordinación y, en muchos casos, erosión y eliminación de los asuntos nacionales. Las letras A y Z son inclusivas (principio y final del abecedario) de todos los discursos posibles como el tema económico, el médico y de salud, el educativo, el político, el administrativo, el deportivo, etc. La nueva normalidad alude a un mundo distópico de distanciamiento entre seres humanos, un mundo de encerramiento, de vacunación masiva con infraestructura militar, control de movilidad total, limitaciones de transporte, incursión de miedos, enfermedad, cuarentena y muerte. Una narrativa ante todo de control y vigilancia usando las nuevas tecnologías.

Visto desde el aspecto compositivo “Nueva normalidad” se puede leer dentro del marco del poema objeto (aspecto material: cartones superpuestos) y visualmente puede formar parte de la tradición del poema visual y alfabético. Semánticamente hay que destacar el referente globalista de la pandemia, resumido en la frase “nueva normalidad” y la actualización discursiva que se hace del típico estilo asemántico de los poemas alfabeto “A” y “Z”. En este poema, a diferencia de poemas que utilizan el motivo del alfabeto, el autor está conjurando un tercer espacio o espacio transfronterizo en la línea crítico sociopolítica del globalismo al igual que el poema anterior. En ambos poemas se expone de manera simbólica, a través de un tercer espacio o espacio transfronterizo (“nueva normalidad”, “You are here”) el alfa y el omega de la agenda globalista.

Regalos de la vida

El otro día me llegó esta caja por correo postal en respuesta a una pregunta que formulé a varias personas en el verano del 2023: ¿Qué tal te encuentras hoy?

Diana Córdoba ha tardado en responder casi un año, pero no lo ha olvidado, ni ignorado, ni despreciado… y me ha hecho llegar esta joya en la que ha debido de estar trabajando un tiempo.

La caja es espectacular y la edición manual de este poema visual me parece exquisita. No me quedan más que palabras de agradecimiento a este regalo que he recibido ante una preguntita casi intrascendente.

«Phising» cada vez más peligroso

Constantemente llegan mensajes, correos electrónicos, llamadas… que loo único que pretenden es que «piquemos» como los pececitos que somos, pero es que cada día es menos obvio que eso en lo que vamos a picar es un anzuelo mortífero.

Es muy complicado evitarlo. Mucho más que los antiguos ataques de «Troyanos» que con evitar descargarlos se resolvía. Amén de que a quienes usamos Linux no nos afectaba generalmente pues no eran ejecutables en nuestros sistemas operativos.

Sin embargo, ataques a los navegadores son terribles porque cada día tenemos más información online y menos en los PC. Es difícil evitarlos sin perder usabilidad diaria en multitud de sitios.

Hoy ha sido este mensaje y estaba claro que era un ataque pues intentaba dirigirme a una web que no tenía nada que ver con la Agencia Tributaria, además de estar dirigido a poesia@clave53.org, que es una dirección que no uso en absoluto para darle a ningún organismo oficial.

Pero pasar sobre el enlace y mostrar la URL sin pincharlo y ser dirigido a ella es algo que habría que enseñar, directamente, en el Telediario cada día o en el colegio e institutos.

Van a ser un aluvión de desdichas los tiempos venideros.

Sé que puede ser oportunidad de negocio (seguridad informática), pero a pesar de mi background, no es algo que me parezca sencillo ofrecer ni me apetezca cobrar. Pero…

10% vs 3%

Cuando las matemáticas pueden ser de vital importancia (vital es una palabra muy fuerte, pero a veces hay a quien le va la vida en ello).

Las matemáticas te sirven, también (especial hincapié en este «también», pues NO SOLO para las cosas prácticas ni para el dinero… sino para desarrollar tu mente, que no deja de ser algo práctico) para la vida diaria.

El otro día eché una mano a una persona que necesita traer algo de dinero desde un país sudamericano a España y se encuentra con el problema de que el envío le retiene un 10% del total del envío.

Por contra, los «bonachones» bancos le ofrecen un muy inferior interés del 3% anual sobre la cantidad que necesita y así no tiene necesidad de ese «usurero» 10%.

La realidad es que las matemáticas te ayudan a tomar la decisión en este mar plagado de tiburones: A partir del tercer año de 3%, en realidad se ha pagado un 10%. Así que si la cantidad es muy grande y no va a poder «amortizarse» o pagarse anticipadamente, lo mejor sería elegir ese 10%.

El crecimiento exponencial es lo que tiene.

La fórmula que podría haberle enseñado alguien con anterioridad es bastante simple:

Cantidad Final (a pagar) = Cantidad Inicial x [(1 + interés) ^ años]

4% a 3 años = 1,043 = 1,126, lo que supone un 12,6% sobre la cantidad inicial. Así que cuidadito con que ese 3% suba una pequeña cantidad (de 3% a 4%) porque eso sube muy, muy rápido.

4% a 5 años ya es más del 20% de intereses y puede llegar (pronto) a ser el 100% de interés, es decir, tanto como la cantidad inicial.

Al 3%, la siguiente fórmula log(2)÷log(1,03) nos da como resultado que en 23 años se habría pagado más al banco que a la propiedad. Al 4%, tan solo en 17 años y al 5% en 14.

Así que igual la opción (usurera, no obstante) del 10% no está tan mal.

Insultos indiscriminados

Ayer, una persona de cuyo nombre no quiero acordarme, en una red social que no era conocida por ser la más hostil, me escribió un mensaje privado preguntándome que si yo no contestaba a desconocidos.

Le pregunté (porque en realidad (en «la» realidad) no le conozco) que si éramos desconocidos y me dijo que sí, pero que eso podía cambiar, que me había propuesto (no sé cómo ni por qué cauce) que acudiera a una reunión que organizaba para visitar algunos puntos clave de Madrid, supongo que hablando por el camino.

La cuestión es que me dio por mirar su perfil para ver de qué o cómo nos conocíamos y encontré un sinfín de mensajes en los que insultaba «sin querer» a toda persona que no opinase como él, cayendo, en multitud de ocasiones en despersonalización o deshumanización como se supone que hace un régimen totalitario o uno que aspire a crear las condiciones para que este régimen se dé.

Alguna vez llamaba «borregos» a quienes, al contrario que él, creyeron (yo me incluyo, visto lo que vi alrededor) que el COVID o la COVID había sido una pandemia global. Es decir, quería invitarme a mí, borrego según sus palabras, a charlar (no balar) con él. Harto estúpido el tema, pero qué le vamos a hacer.

En otra ocasión, «neandertales» o protohumanos a quienes decidían votar en las elecciones no suponiendo (al contrario de lo que él «sabe con certeza») que todos los partidos sean iguales o sean movidos por intereses tenebrosos fruto de la confabulación sionista (sic). Así que también aquí desea citarse con seres, según sus propias palabras, infrahumanos, para charlar con ellos.

Evidentemente, esta persona y yo tenemos poco en común, allende algún punto en el que podamos estar de acuerdo: el fuego era también usado por los neandertales. Pero no quiero, en ningún momento, quedar con él para que me «ilumine» y consiga, así, «ver la luz» que ahora mismo me es negada por mi propio aborregamiento.

¡Qué desesperación esta la de la crítica tan salvaje y ad-hominen!

Personalmente, no quiero saber nada de Milei, ni de Ayuso, sino de sus políticas, porque sí, sí hay diferencias entre las distintas propuestas políticas. Y lo que está haciendo Ayuso en Madrid no es fruto de la demencia ni de la maldad: no nos engañemos, es una voluntad intencionada de acabar con los servicios públicos. Y se está votando eso. Así que asumamos que el problema no es Ayuso, como no lo era Esperanza Aguirre, el problema es que se vote esa inmediatez irreflexiva de conseguir liquidez sin pensar en el futuro, en un futuro en el que la infraestructura que hemos fabricado a lo largo de medio siglo de democracia social se desmonte sin más alternativa que una falsa meritocracia neoliberal que se fundamenta en una ilusoria igualdad de oportunidades para hacer dinero con el que pagar los derechos.

Este párrafo sobre IDA y Milei y la socialdemocracia va en relación a las muchas veces en mi entorno social (algo rojillo) en el que se critica a esas personas perdiendo el foco en ilusionar y convencer a quienes han de desear un modelo distinto del que estos dirigentes con tintes autoritarios desean implantar y «nos venden».

Factoriales

A veces me aparecen pequeños retos matemáticos en mi muro de facebook, supongo que intentan que no deje de usar esa parte del cerebro que trabaja con numeritos, así que en esta ocasión, una ecuación sencilla con factoriales no he podido por menos que resolverla:


 10!
---- = X!
 6!

Tras eliminar los 6! del numerador y el denominador, la cosa era facilita. He estado tentado de intentarlo de cabeza, pero es que en papel es todo más sencillo. La clave, obviamente, está en la factorización, reordenación, agrupación y… voilà!:

10·9·8·7 = 5·2·3·3·2·2·2·7 = 7·(3·2)·5·(2·2)·3·2·1

Es decir, la solución es 7.

Presentación del libro «La luna es igual en todas partes»

*Sábado 22 de junio* a las 19:00 en *Centro Social Pasillo Verde Ferroviario* presentación de la antología poética escrita por poetas asistentes a los *Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53*

Centro Social Pasillo Verde Ferroviario. Martín de Vargas, 46
(Metro Embajadores L3 o Pirámides L5)

Tras la presentación y el recital, nos tomaremos algo en el agradable bar del propio Centro Social que han reservado para este evento.

*La luna es igual en todas partes*
Entrada completamente gratuita hasta completar aforo.


Selenita es el nombre que se le da a los cristales de yeso transparente, sulfato de calcio dihidratado (CaSO4·2H2O), cuyo nombre proviene del griego Σελήνη (Selếnê), que significa «luna». En quechua, denominada «Coya Raymi» o «Quilla», principal divinidad femenina inca y madre luna.

Dicen que, como piedra, simboliza pureza espiritual, infunde paz, se recomienda para la meditación, favorece la expansión de la consciencia, ayuda a calmar la mente y aporta claridad y lucidez.

Esta galaxia lunática de poetas de diversas procedencias, con estilos y propuestas estéticas variopintas, se conjugan para reflejar la belleza del mundo en ese espejo que observa y crea, desde todas partes, un horizonte esperanzado y revolucionario, cuando no rebelde, en la palabra poesía.


Gracias a las personas que lo han hecho posible y han contribuido con su poesía a hacer del mundo un lugar mejor.

© Liliana Marcos, Javier Villa Pacheco, Pepa Delgado, Tanja Ulbrich, Kay Woo, Andrea Perissinotto, Mónica Rubio Jara, Inmaculada Sánchez Costa, Daniel Laseca, Ettore Ravina, Andrea Vidal Escabí, Francisco Domínguez Agudelo, JMariano Velázquez, Anita Ges, Raquel Gómez, Javier Jiménez, María Jesús Orella, Susana Recover, Caro De Arana, Sara Mansouri Bellido, Carla Aurelia, Susana Olalla Serra, Alejandro Gallego, Ricardo García Fernández, Manuel Rufo, Isabel Jiménez Moreno, Lola Arroyo, Ernesto Pentón Cuza, Armando Silles McLaney, Brais El Muyayo, Jose Luis González, Carmen Garrido García, Andrés Ycaza, Melody Weitz

Editado y coordinado por *Giusseppe Domínguez* para Edita Clave 53

Esto no es una broma