¿Gente? ¿Qué gente? ¿Qué es gente?

Nunca me convencen estas frases que hablan de «la gente» sin incluirse.

Hay un sujeto de la oración (nosotros, omitido) que menciona a esa otredad llamada «gente» que bien podría leerse en clave de «gentuza».

Me resultan de una superioridad moral engolada, pero no es material apto para contestar en una red social, abriendo un debate insolicitado, así que me limito a escribir esta pequeña entrada en mi diario personal sobre esa acción de insulto camuflado a esas otras personas a quienes, de alguna manera, se despersonaliza, deshumaniza, siguiendo uno de los principios de propaganda negra de Goebbels.

No me gusta no incluirme y cada vez que se pronuncia ese tipo de sentencias en mi presencia afirmo con rotundidad: ¡Yo soy gente!

Ternura, delicadeza

no sé si será ternura
o delicadeza
la palabra que estoy buscando
para incluirla en un eslogan
que diga:

ternura es revolución

o

delicadeza es revolución

o quizá
matizándolo
afirme que la actitud más valiente
y revolucionaria
que se puede tener en estos días
en estos años
es la ternura
es la delicadeza

cualquiera de las dos palabras
seguramente
dicen lo que quiero decir

piden
al mundo
un imposible
una utopía
un sueño
una ambición
un cambio
radical
revolucionario

tanto
como para hacerme llorar
como para hacerme reír
como para hacerme feliz
como para hacerme vivir

ternura
o
delicadeza
son cualidades
que no cultivamos
con la debida diligencia
porque les damos poca importancia
no dan dinero
no dan prestigio

pero
si el universo
se llenase de repente
de ternura
se llenase de repente
de delicadeza
sería mucho más agradable
vivir en él

¿o no?

Aniversario

Hoy, Carmen y yo, estaremos (este futuro es bastante extraño) en Donosti celebrando nuestro 25 aniversario.

No sé exactamente dónde nos pillará (hoy 6 de septiembre de 2024) a las 21:00, hora en la que, oficialmente (jijiji) comenzamos a salir desde aquel encuentro en el Achuri.

Calculando en alguna de estas páginas web que saben hacer estas cosas sin reflexionar sobre el sentido de un año, de un día, de un segundo… obtengo los siguientes resultados de la diferencia entre esos dos momentos de mi vida:

789004800 segundos
13150080 minutos
219168 horas
9132 días
1304 semanas, 4 días
300 meses
25 años

Y me encantaría llegar a multiplicar todas estas cantidades por 2, pero teniendo en cuenta el calendario gregoriano en vigor, es poco probable que ocurra, pues 50 años no serán 2609 semanas y 1 día, sino tan sólo 2609 semanas.

Monográfico dedicado a Bukowski y Carver

Hoy empieza este temático, dentro de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53, que hace años que no hago y que además he adaptado para que dure más horas (habitualmente lo hacía de 5 horas) y que pueda incluir la poesía interesantísima de Raymond Carver, cuasi completando la poesía más característica del Realismo Sucio estadounidense. Aunque siempre habrá ausencias por desconocimiento o por falta de influencia posterior.

Me habría gustado hacerme con textos en papel de Tess Galagher, aunque no sea una escritora del Realismo Sucio, pero por su «parentesco» con, e influencia en, Carver.

Hay otros poetas como el cubano Pedro Juan Gutiérrez o la más moderna estadounidense Lucía Berlín

Seguiremos aprendiendo.

Burlando restricciones…

Me gusta sentirme casi un hacker por hacer algo tan básico como explorar el código de una página web que visito y de la que no puedo hacerme con algún contenido, como por ejemplo esta fotografía que se usaba como «background» en un carrusel de imágenes y que aparentemente no podía descargarse.

Para ello la acción es tan simple como pinchar con el botón derecho sobre cualquier parte y elegir la opción «Inspeccionar» para ver el código fuente o un cachito específico del mismo.

A partir de ahí, encontrar el enlace a la imagen, en este caso:
https://laterrazadelsantodomingo.es/sites/default/files/styles/background_home/public/sd-255_1.jpg
y llevárselo a una pestaña nueva del navegador en cuestión.

Y, como dice mi hermana, pues ya estaría. 🙂

¿Avanzamos?

A veces no sé si avanzamos
o no.

Tengo una extraña sensación
de estancamiento social
de parálisis permanente
de insana quietud
de calma chicha
de mar muerta
de paz gélida
de guerra fría
de vida gris
de tormenta sorda
de ilusión apagada
de papel mojado
de lápiz romo
de palabras mudas
de amanecer opaco
de adjetivo inútil
de verbo pasivo
de enumeración nula
de rosa negra
de piedra pómez
de viento inane
de brisa cálida
de botijo roto
de libro huero
de texto ignoto
de tierra yerma
de llanto anquilosado
de llanta desinflada
de pulmones lacios
de pelo calvo
de cuero nuevo
de azulejos descascarillados
de tantas
tantas
tantas
pausas
no solicitadas…

como puntos suspensivos
para cerrar un poema.

Esto no es una broma