Presentación de poemarios de Ernesto Pentón

El viernes 17 presentamos un par de libros de Ernesto Pentón Cuza, quien no para de escribir y ahora producir también un podcast muy divertido y diverso. Hoy me ha llegado este vídeo que no sabía que se estaba grabando.

Fue un evento íntimo, cálido, que conseguimos hacer interesante a la vez que ameno, espero. Siempre, eso sí, contando con el espacio más adorable para hacer presentaciones (pequeñas) en Madrid: Librería MenosDiez.

Me enfado poco

A pesar de ser una persona bastante vehemente en mis discusiones, en realidad me enfado muy poco y muy pocas veces por un error de alguien que sé que no ha sido intencionado.

Vengo desde hace años trabajando con la imprenta LozanoImpresores.com (desde que se llamaban online lozprinter.com) y en general estoy contento con su relación calidad/precio y su atención al cliente suele ser muy satisfactoria, detallista, cuidadosa… hasta que he pedido algo que no parecía que revistiese complejidad:

La Segunda Reimpresión Revisada (arreglando algunas erratas menores) del libro de Eva Obregón Blasco La palabra dormida que presentamos en diciembre y ha sido un «éxito de ventas» que ha hecho necesaria la reimpresión de otros 100 ejemplares.

Bien.

Se procedió a modificar esas erratas que contenía la primera impresión de la primera edición y, tras consultar (internet y a compañeros editores) si era preciso un nuevo ISBN o un nuevo Número de Depósito Legal, que me respondieron con un ambiguo: «si hay pocos cambios, no es necesario» (aunque ese «pocos» no queda nada claro), realicé un presupuesto tirando a ajustado para que la reimpresión fuese muy muy económica asumiendo (erróneamente) que no llevaría mucho trabajo.

Eva Obregón aceptó y pagó mi servicio de «intermediario» /editor/ con la imprenta rápidamente y les envié a imprenta la nueva tripa (el interior) del libro con las modificaciones pertinentes y el abono por transferencia anticipada correspondiente.

Un par de semanas después aún no había llegado así que les llamé para saber en qué estado se encontraba el pedido y me dijeron que lo enviaban inmediatamente. No me habían hecho llegar FERROS, pero asumí que no era necesario porque las modificaciones eran menores.

Y llegó mal. A finales de febrero, casi un mes después. No habían modificado el archivo interior, así que teníamos otros 100 ejemplares con las erratas sin corregir.

Pacientemente, reclamé ese pedido y me dijeron que habían cometido un error (todo el mundo comete errores), así que les dije que no pasaba nada y esperaba que me enviasen los 100 ejemplares corregidos, tal y como había pagado. No pusieron ninguna pega. Faltaría más.

Eso sí, yo perdí el tiempo revisando a ver si les había enviado el archivo correcto, si no me había equivocado antes de acusarles, esencialmente, de descuidados.

Pero no era mía la culpa. La responsabilidad estaba en su tejado.

Se disculparon y me dijeron que me preparaban otra vez los ejemplares con los archivos corregidos.

Pasaron 2 semanas y tuve que volver a llamar para saber qué pasaba. Creían haberme avisado, pero ya habían sido enviados los ejemplares corregidos. Según ellos, claro.

Y volvieron a llegar MAL. ¡No me lo podía creer!

Les llamé, algo disgustado, pero aún sin perder los papeles para decirles que no entendía qué estaba pasando pero que me habían hecho llegar otra vez 100 ejemplares con la tripa (el interior) del libro antes de ser corregido.

Tengo mucha, pero que mucha paciencia con estas cosas, pero ya me estaba empezando a hartar. Entre otras cosas, porque la autora, mi querida Eva Obregón Blasco, necesitaba más ejemplares para una nueva presentación. Yo quería (y ella también) tener los ejemplares corregidos, pero ya no creí que pudiesen llegar a tiempo, por muy insistente que me pusiese en que me los volviesen a imprimir.

El 10 de marzo tuve que hablar subiendo un poco el tono para que les quedase claro que tenían que enviarme los ejemplares corregidos antes del jueves. Hoy viernes Eva tiene una presentación de su poemario en una librería en inglés. Yo le anticipé 20 ejemplares de los que habíamos recibido con errores (sin corregir) para que pudiese hacerse cargo de las nuevas compras que le hicieran o los que le pedía la librería.

Me informaron que lo resolverían. Me volvieron a pedir los archivos del interior del libro, para que nadie pudiese extraviarlo. Envié de nuevo el archivo de la tripa corregidas las erratas. Siempre asegurándome 6 veces de que enviaba el adecuado.

Hoy el repartidor de correos me pregunta, ya extrañado de tantos envíos iguales, ¿qué es lo que estás recibiendo? y le contesto que es que la imprenta se ha equivocado ya 2 veces en un libro… y me dice «¡qué incompetentes!». Le puntualizo diciendo que «un error lo tiene cualquiera». Y está de acuerdo y se va en el ascensor.

Pero han vuelto a llegar… ¡MAL!

¡¡No doy crédito!! He llamado INDIGNADO. Procurando no insultar, pues sé que no se consigue mucho más que sin insultos, pero sí con contundencia diciéndoles que no aceptaba lo que estaba pasando. Que me tenía que quedar los ejemplares con erratas para la presentación de esta tarde, pero que los que me habían llegado estaban aún peor y no me servían para nada.

Las páginas pares están donde deberían estar las impares… (pero con las erratas corregidas). Un disparate. Reviso lo que les envío. Por supuesto, está bien. Les llamo. Me pasan con el Taller. Manolo me atiende con humildad y cordialidad, pero yo a estas alturas estoy algo enfadado y se lo come él. Me dice que, efectivamente, está mal pero que el error ha sido del taller… y que lo corregirá e intentará que el lunes me haya llegado. Aunque para mí ya es muy muy tarde.

Cabreo monumental por la pérdida de tiempo y de confianza que me están generando. Quizá también porque hasta ahora era mi imprenta de confianza y eso me hacía ganar eficacia y ahorrar tiempo solicitando distintos presupuestos a otras imprentas.

Los he recomendado varias veces, pero esto va a cambiar. Y es una pena. Estoy seguro de que ha sido una cadena de errores humanos que no suelen cometer, pero este fallo tri-repetido hace que sea muy poco seguro imprimir con Lozano Impresores S.L. si tienes prisa o si tienes un cliente con el que quedar bien, sin sorpresas…

Volveré a imprimir con ellos. Seguramente. Pero antes de hacer un nuevo pedido grande tengo que hacer alguno pequeño y obtener un buen resultado, porque me ha dejado una sensación de riesgo, fragilidad… que aumenta la que, ya sin su ayuda, tengo habitualmente.

Un encuentro inesperado

Viendo una serie bastante «tontuna» en netflix para pasar la sobremesa de diario con Carmen sin salir corriendo a trabajar, me encontré con este fragmento de la cabecera que me recuerda muchísimo a una amiga suya y coordinadora de una de las milongas más exitosas de Madrid.

(Con respecto al éxito de convocatorias de eventos:

No me canso de repetir que éxito no es tener mucha gente que acuda a tus eventos, sino tener mucha gente que está contenta de haber acudido a tus eventos. No siempre coinciden ambas acepciones)

Presentación de poemarios de Ernesto Pentón Cuza

Viernes 17 de Marzo a las 19:30
Presentación y recital de los poemarios de Ernesto Pentón Cuza en la Librería MenosDiez (Calle Espejo, 5, Ópera/SOL):

Editados por Giusseppe Domínguez y la Asociación Cultural Clave 53

Generoso ágape tras la presentación.
¿Te lo vas a perder?

La personalización del blog

Esta semana he estado personalizando el blog (este diario en el que escribo) y la web de Clave 53 con el fin de homogeneizar las 3 webs que van a estar relacionadas, que son la web de Clave 53, la web de Giusseppe.net, que a su vez es trina, así que incluye las páginas HTML hechas por mí, el wordpress en el que estoy escribiendo ahora mismo y la aplicación Piwigo que sirve como soporte a los álbumes de fotografías que utilizo en la web, y por último la aún no realizada web de la «Editorial» que está a medio camino entre la de Clave 53 y la de Giusseppe, lo que me ha condicionado a elegir una tríada de colores «armónicos» así que será con fondos verdes donde la de Clave 53 es morada y la de Giusseppe es naranja y algún juego similar con los tres colores básicos que he decidido que sean:

Giusseppe.net: Color protagonista naranja (#ff9900)
Clave 53: Color protagonista morado (#800080)
Editorial: Color protagonista verde (#008000)

Para personalizar el blog, que está realizado usando una plantilla denominada Tulsi he utilizado el siguiente código extra (extraído y adaptado desde la web de giusseppe.net):


/* Cabeceras */
.entry-header {
  padding: 30px;
  background-color: #333;
  -webkit-animation: slide-in-left 3s both;
  animation: slide-in-left 3s both;}
h1.entry-title {font-size: 2em}
h2.entry-title a {color:#ff9900;}
h2.entry-title a:hover {color:#FFF;}
a, a:visited {
  color: #ffffff;
  font-weight: bold;
}
a:hover {color:#ff9900}
/* Marco Redondeado */
/* Marcos redondeados */
main {
  padding: 10px; 
  box-shadow: 0 0 30px rgba(255,159,0,0.7);
}
/* Quotes */
blockquote {
  font-size:1em;
  color: grey
}
/* Widgets */
.widget-title {
  background-color: #333;
  font-size: 16px;
  -webkit-animation: slide-in-right 3s both;
  animation: slide-in-right 3s both;
}
.sidebar .widget {
  font-size: 12px;
  background-color: #ff9900;
  color: black;
}
.sidebar .widget a, .sidebar .widget a:visited {
  color: black;
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}
/**
 * ----------------------------------------
 * animation slide-in-left
 * ----------------------------------------
 */
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    transform: translateX(-1000px);
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}
/**
 * ----------------------------------------
 * animation slide-in-right
 * ----------------------------------------
 */
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}

 

Rediseñando la web de Clave 53

Previo a la instalación de un nuevo WordPress que sirva a modo de «tienda» de la editorial que poco a poco voy construyendo, me he tenido que meter a rediseñar la web de Clave 53, para que tenga colores más armónicos (esas cosas en las que a veces no creo, pero que existen a pesar mío) amén de tener elementos comunes con la web de Giusseppe.net y, de este modo, que parezca parte de un todo y no que luego esa «tienda online» puede acabar no pareciéndose a nada de lo anterior.

He decidido apostar por la Tríada Equidistante de «verde-púrpura-naranja». Unificar criterios de tipografía (todas las web usarán la font «Nunito») y algunos efectos que también incluiré en la futura sección de «Venta de libros online» que aún no he conseguido bautizar.

Poema por Palimpsesto

Escribir un poema de modo «palimpséstico» puede interpretarse de muchas maneras. Una de ellas es este ejercicio consistente en partir de un poema dado (previamente escrito) y tachar algunas (bastantes) de sus palabras sustituyendo los huecos por otras composiciones hasta alcanzar un nuevo poema.

Este procedimiento es claramente iterable hasta realizarlo las veces que sea menester y encontrar un poema nuevo después de cada modificación construyendo a partir de la destrucción.

El martes de la semana pasada realicé este ejercicio en uno de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 y el resultado (yo también jugué) que obtuve fue el siguiente:

Mayores abismos alcanzaron detalles
como tus labios perseguidos.

Sed en alegres melodías malditas.

Fúnebre felicidad
de heridas del cuerpo
con brutales acuerdos.

Voz muda
después de mí.

Premios en metálico

Hace unos años (ya años) el grupo de los talleres de poesía de la Asociación Cultural Clave 53 propuso, en una tarde más o menos alocada de poesía y delirio, la iniciativa de lanzar un concurso de poesía que desafiara la manera en la que suelen funcionar estos concursos. Nos lanzamos a gestar lo que sería el I Certamen de Poesía Potencialmente Inexplicable que consistiría en premiar el sinsentido o la inversión de miradas:

¿Qué tal enviar un poema a un concurso cuyas bases no conoces?
¿Qué tal enviar bases a un concurso cuyo ganador ya conoces?

Pues con estas preguntas, aparentemente absurdas, seguimos dándole vueltas hasta llegar a la conclusión de que el premio «en metálico» bien podía ser un bloque de metal, pues al fin y al cabo somos gente de literalidad poética… y Alejandro Gallego (que trabaja en ello) se ofreció a aportar sus premios «en metálico».

Pero se esmeró en demasía y ha creado estas dos joyas que bien podrían ser premios de un «concurso de verdad» para premiar a quienes serán elegidos como ganadores esta misma tarde martes 24 de enero de 2023.

Yo realicé la página web y detallé las bases del mismo, así como un horroroso cartel para convocar a la participación en el mismo. Quizá este cartel ha sido el responsable de la escasa convocatoria. La participación ha resultado ser tan escasa que estamos planteándonos realizar un II Certamen de Poesía Potencialmente Inexplicable que incluya una categoría «Premio Desierto», que responde a la pregunta de ¿Enviarías un poema a un concurso sabiendo seguro que el ganador va a quedar «desierto»?

Pero eso será el año que viene.

De algo me vanaglorio es de acabar realizando lo que parece que no tiene ningún sentido realizar, lo que la mayoría de las personas acabarían diciendo ¡Qué locura! y pasando al siguiente tema de conversación sin darle mayor dedicación. Eso hace que parte de mi vida gire en torno a la reivindicación del absurdo como motor de acción. Es, como decía, una vana gloria.

Esto no es una broma