Salud y Poesía

Pedir Salud y República ya parece demodé.

Yo no me cansaré de repetir
que el problema
no es que este o aquel
sean malas personas
sino en que son personas
que se distinguen del resto
por su cualidad sanguínea
consagrada por la gracia de dios.

Y como ambas cosas me parecen una chifladura
a saber
dios
y
las diferencias sanguíneas
o sanguinolentas

no me queda otra opción de seguir deseando
que arrive
algún día
alguna vez
cada vez con menos esperanza
una república
res pública.

Algunas notas a vuelapluma

Notas en cuadernos viejos que quizá ya no tienen la más mínima importancia y fueron anotaciones contextualmente relevantes:

  1. Si la fotografía no contiene ningún significado, ¿Qué sería una fotografía de la palabra significado?
  2. «El tiempo es oro», sí, vale, pero ¿qué tiempo? ¿Es lo mismo el tiempo convaleciente que el tiempo de trabajo, o el tiempo de disfrute? ¿Qué es «ser oro»? ¿Por qué el oro es importante? ¿Es importante el tiempo?
  3. Referencia a la redefinición del espacio en virtud de la velocidad y el tiempo dada la constante de la velocidad en el vacío, la famosa «c». s=vt. ¿Cómo se redefine un segundo? ¿Por qué el Cesio?
  4. Volver a la intención: Usáis palabras sencillas versus movimientos sencillos. Pero ¿que sería un movimiento «ready made»?
  5. ¿Cómo condiciona un acto artístico o dancístico la logística? Tiempo, espacio, papel… etc. En danza o en Poesía, la restricción estimula la creatividad. La restricción siempre existe, aunque no siempre se conoce o se tiene conciencia de su existencia.
  6. La vida como límite/restricción fundamental. ¿El error importa? ¿Cómo y por qué? ¿La ética de la danza?
  7. ¿Cómo son los huesos de un ornitorrinco bebé? Poema de Iker Amutxastegi de Números Transfinitos.

Pruebas de escritura asémica

Escribir poemas asémicos es algo que me tiene bastante fascinado, pues es sólo escribir sin pensar en qué decir, buscar una manera de seguir escribiendo en este tiempo en el que toda información es desinformación o dogma o imposición.

Llega el momento en el que el silencio es angustioso, pero queda la salida de la asemia, el sinsentido, la carencia de voluntad, la supresión, la huida, el exilio más interior posible… pero que no es silencio. Es grito, quizá, silencioso. (Oe mediante).

Esencia de generosidad

Esencia de generosidad de Pepe Buitrago, siempre tan poético.

Una delicia encontrarse este regalo en un lunes soleado. Siempre hay esperanza, y está en la poesía. Esas lágrimas que ha guardado Pepe Buitrago desde el 2014 para enviarlas por correo postal 11 años después. Las lágrimas no se las llevará el viento, pero el tiempo deja tan solo la huella de las mismas.

¡Qué honor! ¡Qué placer!

hablar por hablar genera monstruos

hablo de algo de lo que no quiero que se hable hablando de ello y hablo y hablo hasta que se habla de ello y me extraño de que se hable de ello y hablo de que me extraña que se hable de ello y que ello ocupe el centro de mi habla y de las hablas de quienes hablan y hablan de algo de lo que no quieren que se hable hablando de ello y hablan y hablan…

(¿cuánto se parece el habla al haba?)

Amistades peligrosas

Me llamó la atención leer el artículo de El País Amigos ‘yo, yo, yo’: cómo reaccionar ante quienes solo hablan de sí mismos, porque a medida que lo leía me iba quedando claro que el problema eran «Los Otros», nunca yo. A pesar de tanto «yo, yo, yo» del título del artículo, y es que encontré que nos dicen cómo evitar a esas amistades, pero no cómo dejar de ser uno de ellas, como si no lo fuésemos nunca.

Es una reflexión que cada día intento (no siempre con logros) hacer más: ¿Qué puedo cambiar EN MÍ para mejorar el mundo?

En lugar de perseguir cambiar a la gente (que nunca me incluye), aceptar a las personas como son, incluso si no me gustan (siempre puedo tomar la distancia que considere necesaria para no sufrir).

¿Es inmovilista? Puede ser. Pero es la manera en la que me encuentro a gusto en mi vida actualmente. Siempre habrá quien quiera cambiarme, y no pasa nada… pueden intentarlo. Aquí estoy. Inténtalo.

Hoy hace 8 años

No soy de esas personas
que están pendientes
de la climatología
y escuchan los partes meteorológicos
como quien asiste a misa.

Llevo semanas
consultando aemet
(agencia española de meteorología)
para saber si llueve
o no llueve
o cuánto llueve
pero siempre llueve
en este invierno gris
al que ya no estamos acostumbrados.

Hoy
veo este recuerdo
en una red social perversa
sobre la nevada que cayó
en Madrid
hace hoy
justo hoy
la friolera (nunca mejor dicho)
de 8 años.

No había habido COVID
No sabíamos qué era
estar confinados durante meses
en nuestros domicilios
simultáneamente
a las personas
de casi todo el planeta.

No había habido ChatGPT
con su arrolladora influencia
en las conversaciones
y las que están por venir.

Trump ya gobernaba un país amenazante.
Putin ya gobernaba un país ocupante.
Siria estaba en guerra.
Libia estaba en guerra.
Palestina estaba invadida
y descuartizada.
El Sahara seguía en manos de Marruecos.

Y nevaba.
Eso era la noticia.
Nevaba en marzo. En Madrid.

Hoy hace frío.
Hoy siguen Trump y Putin (y Ayuso)
en el poder.
Hoy hace frío.
Mucho frío.
Y esta tarde
el pronóstico del tiempo
afirma
que lloverá.

tiempo

tiempo
tiempo
te invoco
para conseguirte
para abrazar la ilusión
de inmortalidad
pero sé
que no llegarás
hasta que quieras
darme
tiempo
tiempo

y será demasiado tarde
y seré demasiado tarde
y seré no ser
demasiado
y
tarde

tiempo
tiempo
tiempo
te invoco
para acurrucarme a tu lado
y tocarte los pies
y rodearte de besos
y acariciar tu nuca
y mejillear tu espalda
pero sé
que no hay tiempo
que no hay energía
que no hay velocidad
que no hay posición
que no hay
tiempo
tiempo
tiempo

ni posibilidad
de invocación
a una entidad inexistente
que tan solo
es atributo de mi devenir
hasta que llegue
hasta que roce
la parca que no abriga

tiempo
te invoco
para incordiarte
a la hora de la siesta
y saber que estás
abandonándome
despacio
hasta
caer
del
mar
a
tiempo
para vivir otra vida
sin tiempo
para vivir otra vida
sin tiempo
para vivir

Mantenimiento

no me gusta el mantenimiento

tener que trabajar
para las cosas
para mantener las cosas
para evitar que se deterioren
o que envejezcan

no me gusta el mantenimiento

de los sistemas operativos
de los múltiples ordenadores que tengo
de los múltiples ordenadores
que tienen personas a quienes quiero
y a quien
les mantengo los equipos informáticos
más o menos
al día

no me gusta el mantenimiento

de las instalaciones de las casas
que habito
que poseo en propiedad sacrosanta
que en realidad
es solo una
pero que hay que mantener
cada día más meticulosamente
apartada de su decrepitud
su decaimiento
a pasos agigantados

no me gusta el mantenimiento

de mi cuerpo serrano
que está para pocos trotes
y ni hablar ya de galopes
y que se desmorona
día a día
paso a paso
sin dejar dudas acerca de
la llegada del invierno

no me gusta el mantenimiento

de cuentas pendientes
de cuentas electrónicas
de cuentas contantes
de cuentas cortantes

no me gusta

no

no me gusta el mantenimiento

de lo matérico
queriendo ser etéreo
como rayo de luna
que habría que mantener
en vibración armónica
para que no degenere
en onda corta
o algo similar

no me gusta el mantenimiento

ni tan siquiera
la palabra
mantenimiento

que me induce a pensar
en mentira
en impermanencia
en mantenibilidad
en insostenible
en acabamiento
en arrobamiento
en otros mientos

y en mi caducidad

Actualización forzada

En los ordenadores que uso para trabajar soy muy, pero que muy, conservador. Mantengo versiones de Linux Mint (basado en Ubuntu (basado en Debian)) de «Long Term Support», es decir, que no haya que actualizar a versiones posteriores más que una vez cada 4 años aproximadamente.

El sábado pasado me tocó comenzar la actualización en el PC de casa (que tenía la misma versión de sistema operativo que la del estudio, Linux Mint 20.3 – una) y esta semana tendré que actualizar a Linux Mint 22.1 – Xia la versión en el PC del estudio.

Linux Mint 20.3 ha sido de las más estables versiones de linux que he usado nunca. No quería cambiar, además de que tenía customizado todo lo posible de su aspecto, sin incluir extensiones molestas que ralenticen el equipo, pero resultando un aspecto bello a la vista y cómodo de uso.

Tuve un pequeño susto porque en casa no uso UEFI, sino una BIOS (antigua pero que lo soportaría) de las «de antes», lo que me complicó un poquito la vida al intentar instalar, sin darme cuenta, la versión de Linux Mint UEFI… y, claro, no arrancaba.

No quería perder el tiempo buscando cómo instalarlo con UEFI en mi BIOS (UEFI, en realidad) del 2012, porque tarde o temprano lo que tendré que actualizar es el hardware, a pesar de mi lucha contra el tiempo, así que proseguí con la versión «Legacy».

Afortunadamente, las particiones están separadas convenientemente, de modo que todo mi trabajo y archivos que puedan importarme están libres de ser «tocadas» por esta actualización, así que ese no iba a ser el problema.

Pero reconfigurar y reinstalar los programas que habitualmente uso (que son muchos) y sus peculiares ajustes hechos a lo largo de años sí que sería bastante molesto, para lo que dediqué una mañana entera revisando las aplicaciones que utilizo y escribéndolas en un pequeño archivo del que después extraer la información para reinstalar todo lo necesario.

Lo dejo aquí por si alguien (posiblemente mi yo del futuro) tiene la más mínima curiosidad:

 

sudo apt install synaptic gparted vim-gui-common openssh-server pulseaudio pavucontrol virtualbox vde2 virtualbox-guest-additions-iso

sudo apt install scribus inkscape krita shotwell gnome-color-manager imagemagick fontforge font-manager digikam gimp ttf-mscorefonts-installer gthumb fonts-ubuntu-classic

sudo apt install filezilla chromium calibre freeplane minder geany pdfarranger libreoffice-base libreoffice-math

sudo apt install audacious audacity clementine mixxx openshot pitivi kdenlive vlc shotcut spotify* ffmpeg

 

Además de estas, hube de instalar «manualmente» las siguientes aplicaciones:

  1. 0ad (sólo en casa, para jugar alguna que otra vez)
  2. fuse (GTK+): simulador de spectrum
  3. dropbox: cambiar la carpeta de Dropbox por defecto para usar la que yo quiera.
  4. megasync: redefinir las sincronizaciones
  5. chrome: configurar con mi cuenta de Gmail para tener acceso a varias páginas y contraseñas guardadas.
  6. opera
  7. vivaldi

Y luego las molestas herramientas para la administración como autónomo que no han desarrollado en condiciones, que siempre dan algún que otro problemita con Linux:

  1. configuradorfnmt
  2. autofirma
  3. DniRemoteWizard y cargar en los lugares apropiados el certificado electrónico en un PKCS12
  4. Verificar el correcto funcionamiento de los certificados y las herramientas de firma.
Esto no es una broma