Si algo al romperse se hace añicos, pero los trozos son diminutos ¿Podemos llamarlos mesecicos?
añicos
Der. del celta *ann-; cf. gall. anaco ‘pedazo de pan’.
1. m. pl. Pedazos o piezas pequeñas en que se divide algo al romperse.
Diario
Si algo al romperse se hace añicos, pero los trozos son diminutos ¿Podemos llamarlos mesecicos?
añicos
Der. del celta *ann-; cf. gall. anaco ‘pedazo de pan’.
1. m. pl. Pedazos o piezas pequeñas en que se divide algo al romperse.
Toquitear este archivito clave en un servidor web es un infierno en vida.
A la mínima te cargas lo que no está escrito.
Es una pesadilla sobre la que he tenido que aprender algo para que estas webs que manejo desde hace décadas dejen de dar problemas en el «rating» de webs sospechosas.
Ahora tengo esta versión instalada que no tengo muy claro que sea la que tengo que tener, pero al menos es funcional (aunque todas las webs parecen ir más lentas), además de tener mejor fama (Rating A) según https://securityheaders.com/
<IfModule mod_rewrite.c> RewriteEngine On RewriteBase / RewriteCond %{REQUEST_FILENAME} !-f RewriteCond %{REQUEST_FILENAME} !-d RewriteRule . /index.php [L] RewriteCond %{HTTPS} off RewriteRule ^(.*)$ https://%{HTTP_HOST}%{REQUEST_URI} [L,R=301] </IfModule> <IfModule mod_headers.c> # Tell the browser to attempt the HTTPS version first Header always set Strict-Transport-Security "max-age=63072000; includeSubDomains" ## Cabecera X-XSS-Protection para evitar ataques XSS en IE y Chrome Header set X-XSS-Protection "1; mode=block" ## Cabecera X-Frame-Options para mejorar la seguridad # X-Frame-Options Header set X-Frame-Options "SAMEORIGIN" ## Cabecera X-Content-Type-Options para evitar que se carguen hojas de estilo o scripts maliciosos # X-Content-Type-Options Header set X-Content-Type-Options "nosniff" # Control Cross-Domain Policies # Header set X-Permitted-Cross-Domain-Policies "master-only" ## Cabecera Content-Security-Policy # Header set Content-Security-Policy "script-src 'self'" # Referrer-Policy Header set Referrer-Policy "same-origin" # Features-Policy # Header set Feature-Policy "geolocation 'self'; vibrate 'none'" # Permissions-Policy Header set Permissions-Policy "camera=(), microphone=(), geolocation=(), fullscreen=()" </IfModule> # Disable server signature Header set ServerSignature "Off" Header set ServerTokens "Prod"
Ahora ha dejado de funcionar todo lo relacionado con Piwigo, pero ya no sé si quiero arreglarlo o mandarlo a la mierda.
Uso con frecuencia la terminal de linux (iba a escribir unix, así de antiguo soy) y me apetecía tener esta tontería de comando en mi .bashrc
if [ -f /usr/bin/screenfetch ]; then screenfetch; fi
De modo que cuando abro una terminal me informa de algunas cositas interesantes de mi sistema operativo. La verdad es que me resulta muy cookie esta tontería que, entre otras cosas, ralentiza unos milisegundos mi operativa, pues tiene que ejecutarse y mostrar un montón de información que, después, procedo a eliminar con un comando «clear» para que no me dé la lata tanto texto.
El fondo semitransparente de la terminal, junto con una bonita fotografía (tomada por mí) que funge como fondo de escritorio hace que el aspecto de la ventana sea casi podría decirse que bonito.
Leyendo un artículo de receta de berenjenas, me encuentro esta desafortunada frase de alguien que, o bien realmente no es muy tolerante con la diferencia, o tiene una nula capacidad (o interés) para expresarse con propiedad.
Nada importante.
Cualquier persona dejaría pasar esta frase sin pestañear y, mucho menos, realizar una entrada en un diario relacionada con ella, pero yo no quería ser esa «cualquier persona». Al menos no hoy.
Quizá porque sí, hay personas, incluso, que votan xenofobia, racismo, machismo, etc, pero aún así, para mí nunca será lo malo que haya personas de todos los tipos. ¡Qué le voy a hacer!
«Hoy en día la gente tiene tanta información a mano que corre el riesgo de perder el sentido común»
Gertrude Stein
Hoy me he encontrado esta cita de Gertrude Stein, aparente escrita en el libro Autobiografía de Alice B. Toklas que fue publicado allá por el 1935. Es posible que la frase fuese concebida en torno a 1924, es decir, un siglo antes de hoy en día.
Me parece tan fascinante que ya entonces la preocupación de alguna persona fuese el hecho de tener demasiada información y no el problema de carecer de ella, que me da por pensar que por eso me siento tan ligado a las vanguardias «clásicas» o históricas de principios del SXX. Ya me identifico con Duchamp (Marcel), con Stein, con Tzara, con Wallace Stevens, con tantas otras criaturas creadoras de esos tiempos que me siento desconectado, en ocasiones, de las creaciones coetáneas.
No alcanzo a entender, por ejemplo, la fascinación con las posibilidades creativas de la inteligencia artificial, aunque me consta que hay personas que están sacando un partido interesante de esta herramienta, y sí que comprendo y comparto la preocupación por el exceso de información circulante.
De hecho, eso sí, contribuyo a su aumento exponencial escribiendo esta pequeña reflexión en mi diario, sabiendo que carece del más mínimo interés. Ni simple, ni compuesto.
información
formación
mación
nación
ción
sión
ón
.
ón
sión
ción
nación
mación
formación
deformación
Esta pequeña cajita que me regaló Anita Ges a su regreso de México, después de que tanto la añorase en mis talleres. Hoy la he recogido y guardado en el lugar que le corresponde, junto a los libros.
Y un té negro de Halloween, que no sé muy bien en qué consiste, salvo en sumarse al carro del merchandising o mercadotecnia que no deja títere con cabeza, vendiendo ora una festividad cualquiera, aunque no sea autóctona, ora una causa más o menos perdida… al modo de gorra del Ché.
Por fin puedo retomar (no sé cómo ha pasado tanto tiempo sin que pueda hacerlo) esta pequeña diversión consistente en realizar revistas grapadas en octavillas, lo que es un pequeño infierno con una impresora casera, básica, pues se suele atascar con los papeles un poco más pesados (para las portadas uso cartulinas de 120gsm).
Hoy quería terminar una que hicieron los asistentes al Taller de Poesía de la Asociación Cultural Clave 53 de los miércoles a las 20:30, titulada «Gota de Agua», pero aún no he decidido ni el papel que voy a usar ni la cartulina de cubierta, ni la he diseñado, ni nada de nada…
Pero como tenía otros documentos creados casi automáticamente para una revista titulada «Serie Permutaciones», que incluye permutaciones de palabras o nombres propios, pues hice un par de pruebas y las imprimí.
Hoy comienzo el proyecto «Cada día más silencio» que podría comenzar cualquier día y terminar cualquier otro. Al fin y al cabo, los calendarios son arbitrarios.
Consiste en escribir la frase «Cada día más silencio» a modo de mantra (cada día soy más espiritual, aunque matérico y materialista) una vez al día sobre rectángulos de cartulina negra de dimensiones aproximadas 10x21cm con lápiz negro Faber Castell 2B.
Por la otra cara de la cartulina escribiré frases que tengan que ver con la voluntad de permanecer en silencio o, cuando menos, dando menor importancia a lo que afirme, hasta el punto de que introduciré cada una en un sobre sellado y fechado que permanecerá indefinidamente cerrado.
Realizaré esta pequeña (diminuta) acción diariamente de lunes a viernes, salvo excepciones, desde hoy hasta que concluya las 81 piezas de cartulina. 81 veces «Cada día más silencio», que intentarán convocar el silencio al mismo que manifestarán mi deseo de abandonar la afirmación ruidosa, la posición expresa, el grito, que será, parafraseando a Oe, silencioso.
El domingo, de pura casualidad, nos hayamos caminando entre árboles frondosos y con una excasísima cantidad de gente alrededor en el centro mismo de Madrid.
Carmen y yo no conocíamos el famoso Campo del Moro, del que, por supuesto, había oído hablar, pero que no había pisado, no sé muy bien por qué. Quizá por la tirria que le tengo a todo lo monárquico, ya que se ubica exactamente detrás del Palacio Real, quizá por el miedo que le tengo a lo alergénico, a la naturaleza, así en general.
Nos sorprendió la posibilidad de dar estos paseos por caminos casi desérticos a las 12:30 del mediodía en una ciudad que cada día parece más atiborrada de humanidad.
Por no hablar de los sorprendentes pavos reales (muy apropiados en estos lares) o de los caminos serpenteantes de rocas incrustadas en la tierra, románticos paisajes más o menos laberínticos.
Pero quizá nos dejó un regusto amargo tanto edificio abandonado, tanto recurso olvidado por el Patrimonio Nacional, como si esa propiedad otrora real no pudiese usarse por el vulgo, el pueblo soberano.
Me habría encantado plantear la posibilidad de hacer un recital de poesía en El Chalecito de la Reina, levantado en estilo tirolés a finales del S XIX, o una minipresentación en el Chalet de Corcho, por no hablar de las posibilidades infinitas del Museo de Carruajes o, incluso, mucho más perturbador, el túnel cerrado de la Calle la Mate bajo el Paseo de la Virgen del Puerto.
Solo por curiosidad morbosa me dio por consultar el apartado de Cesión de Espacios (públicos) del Patrimonio Nacional en Madrid y encontré que los precios mínimos rondan los 1500€/hora para eventos privados. Aunque sean públicos los eventos… algo desagradable, pero esperable. Ni hablar de espacios que no están a disposición pública, como lo que yo me planteaba.
Me encantaron esos peldaños a los pies de este «Chalet de Corcho», irregulares, pedregosos, hechos con tanta arbitrariedad, con tanta ñoñería, que acaban resultando tiernos.
Llegar a casa y recibir esta postal escrita con tanto cariño por unas personas de un pueblo en el que veraneamos desde hace tres años me hace especial ilusión porque me hace sentir que estamos haciendo algo bien al dejar huella, no solo en el paisaje, sino en la gente.
Personas que seguramente nunca le han escrito una carta a un turista de los incontables que visitan su bonito pueblo deciden escribirnos, poner un sello, lanzar esa botella de agua al océano que hoy en día es escribir postalmente.
Y nos llega.
Y nos llega.
Dos frases para dos acepciones diferentes de la palabra llegar.
Nos llega a casa.
Nos llega al corazón.
Llegamos y no acabamos de llegar:
Algo se nos ha quedado en los bosques de Taramundi, algo se nos ha enredado en sus cuestas inefables, algo se nos ha enganchado en las sonrisas de los parroquianos, algo se nos ha detenido en el reloj de la iglesia, algo…