ella es cóncava
yo soy convexo
(no hablo de sexo)
ella es amable
yo soy solemne
ella es risueña
yo soy serio
ella es vital
yo soy previsor
ella es impulsiva
yo soy racional
ella es apasionada
yo soy apisonado
ella es un abrazo
yo soy un beso
ella es cóncava
yo soy convexo
ella es elegante
yo soy ligero
ella es lunática
yo soy marciano
ella es suave
yo soy tierno
ella es llanto
yo soy cuenco
ella es música
yo soy silencio
ella es nostalgia
yo soy futuro
ella es luz
yo soy rincón
ella es cóncava
yo soy convexo
Confidencias
Acumule
Trabajos varios
sobre la mesa gris
se me acumulan
Pequeño problema de impotencia
En este caso, el problema de impotencia era de unos 500 wattios, los que no aportaba la fuente de alimentación del PC que tengo en casa.
De repente, ayer, después de estar funcionando el ordenador sin dar ni el más mínimo de los problemas, decidió no arrancar, pero no arrancar ni la BIOS ni nada de nada. Justo tras encender se apagaba sin proporcionar corriente a ninguno de los dispositivos internos.
O sea, que estaba completamente fuera de mis posibilidades el arreglarlo sin ayuda. Tendría que comprar una fuente de alimentación y, por lo menos, probar que esa era la única avería, pues cuando falla algo tan determinante suele haber fallos colaterales debido al pico de corriente… se «queman» los circuitos de placas delicadas. Total, que podría costarnos una pasta gansa, tener que comprar un PC, una semana de ajustes e instalación…
Y eso afortunadamente sin tener que pensar en pérdida de datos, que tengo «bacapeados» en múltiples dispositivos amén de la indefinida nube de Mega.
La verdad es que hay ocasiones en las que dudo que la tecnología esté aportando mucho a nuestra vida.
Y luego lo escribo en un blog, con un teclado y un ratón inalámbrico, mientras que gracias a la conexión de fibra óptica de casa me conecto a la red de redes donde se aloja en un servidor con wordpress instalado del que acabo de hacer una copia de seguridad por si acaso.
Es una locura… una especie de pérdida de tiempo y de dinero… pero yo siempre he sido tecnológico, casi tecnoilógico, diría.
Así que no me quedaba más remedio que intentar reparar este cacharro.
Por suerte, el dependiente de la tienda donde en su día lo adquirí ha sido de lo más diligente y me ha hecho la comprobación pertinente para determinar que efectivamente la causa única aparente del problema de arranque era la fuente de alimentación. La ha cambiado mientras yo tomaba un café descafeinado en la cafetería colindante y en una hora (un par de horas en total) ya tenía de vuelta el equipo.
Por errores de percepción o por precipitación compré el ordenador del estudio por Amazon y estoy lamentándolo casi desde el primer minuto. Fue una pésima decisión en la que ni siquiera ahorré una cantidad digna de la compra online. Tan sólo gané el envío, que, por otro lado, podría haber hecho como hoy, con un Taxi pagando con una APP del móvil por unos 12€ ida y vuelta.
Tengo que recordarlo para futuras adquisiciones. La tienda en cuestión, Main Shop, está situada en un viejo centro comercial de la calle Barquillo y apenas tiene clientes. Sin embargo, su calidad y su atención es con diferencia mucho mejor que la de las grandes superficies y, por supuesto, muchísimo mejor que una compra por Internet. Sólo espero que siga abierta pasados un par de años…
Clase de poesía para niños y niñas
El otro día tuve la suerte de ser invitado a un colegio de primaria a contar mi experiencia como poeta, acompañado de un pequeño ejercicio de creación atípico que les dejó encantados.
A Ernesto Pentón, padre de Elías, le había propuesto la profesora de cuarto curso de su hijo que se acercase un día a explicar por qué, cómo, cuándo… se hizo poeta. Y Ernesto me pidió que le acompañase. La verdad es que me sentía un poco fuera de lugar, pero me hice un pequeño hueco y sé que a él le apetecía no sentirse solo delante de un montón de minipersonas que le interrogasen sobre sus textos o sobre todo lo pensable y lo impensable.
No obstante, salió muy bien parado y leyó algunos de sus poemas que los niños y las niñas aplaudieron sin comprender la profundidad de los mismos. ¿O sí?
Luego comenzaron a preguntarme algo, como si yo, un nopadre, existiese. Y les encantó. Sí, se me dan bien los niños y las niñas. De hecho, especialmente mejor las niñas, a las que incluyo y me dirijo, sabiendo que no suele ser lo más habitual y que, casi inconscientemente, se dan cuenta y lo agradecen.
Les conté un poco de mi vida, pero poco porque teníamos un tiempo muy reducido, y les hablé de la libertad que da la poesía, aunque no les quede más remedio que estudiar los obsoletos autores rancios que estudian en primaria, con Machado (remarqué Antonio y no Manuel) como el más vanguardista de ellos.
Ni una mujer (salvo alguna religiosa y la omnipresente estudiada gallega) en su haber literario. Ignoradas las del 27 a las que dediqué un pequeño pero significativo comentario. Hay que hacerles conscientes. Pero no es trabajo de la de lengua… ni de nadie, parece ser, así que siguen aprendido sin reflexión. Memorizando sin sentido.
Les propuse un ejercicio para terminar la sesión de 50 minutos en el que tenían que ser capaces de extraer, a partir de unas hojas arrancadas de un libro de Poesía Española Contemporánea (lo que casi es un oxímoron), un poema o texto poético a base de tachar lo que les sobrase para conseguirlo. Un trabajo que mis alumnos y alumnas de talleres de poesía y escritura creativa hacen sin ningún problema en 5 minutos.
Les costó mucho, les resultaba difícil y desconcertante eso de haber arrancado una hoja, eso de tener que tachar de un libro (oh, el canon), sí, de un libro impreso y serio tachar sin piedad hasta quedarse con lo que querían. Pero aún son pequeños y pequeñas y no entienden la trascendencia de la ruptura, la importancia de la rebelión.
Prefiero, sin dudarlo, adolescentes de espíritu valiente. Se sobreestima a los menores, diciendo que son muy creativos, pero no es del todo cierto. Son juguetones y juguetonas, pero no son conscientes de sus actos en gran medida y, desde luego, en absoluto de las repercusiones de los mismos. Para bien y para mal, pero a mí no me motiva enseñar a desaprender a gente que no ha aprendido aún.
Por supuesto, el juego les cautivó y pasaron un rato estimulante, e incluso alguna personita consiguió sacar algo de provecho, ahora que, si lo pienso, no es probable que de las 20 personas presentes más de 2 acaben siendo poetas.
Una experiencia interesante y que le agradezco a Ernesto. Corroboré lo que suponía: Primaria no es lo mío. Soy demasiado adulto. Y me encanta.
Perdiendo el tiempo
Hoy estoy haciendo cambio de letras
Jpu rdypu jsvormfp vs,nop fr ñrytsd
Dice un dicho popular que cuando el diablo no sabe qué hacer con el rabo mata moscas.
Pues no sé si hoy soy mosca o diablo.
Estoy perdiendo el tiempo a manos llenas.
Es triste, pero cierto.
Supongo que hay días así.
A esto le llama la gente procastinar.
6
seis
cada mes
tiene
un día
en que mi corazón sonríe
recordando
una cita en el achuri
bajando argumosa
mis ojos
intentando disimular
mirando un libro
posiblemente del revés
ella acercándose
con su vestido de planetas
azul
su piel morena
morena
y una risa en sus pasos
seis
cada mes
tiene
un día
en que mi corazón sonríe
recordando
su definitiva mudanza
a mi casa
que hoy
es nuestra casa
con sus colorines
entre mi blanco y negro
invadiendo de alegría
la racional partición del espacio diáfano
seis
cada mes
tiene
un día
en que mi corazón sonríe
recordando
que el mes anterior
tuvo un día
seis
en que mi corazón sonrió
recordando
que el mes anterior
tuvo un día
seis
en que mi corazón sonrió
recordando
que el mes anterior
tuvo un día
seis
en que mi corazón sonrió
recordando
que el mes anterior
y me quiere
todavía
Hi Sveta
Dear poesia, My name is Sveta, and finally I decided to write to you. I’m from Russia, but now I live in the USA 🙂 I saw you photos on Facebook and cant get you out from my head. You look cute and at the same time very sexy and smart, just like my type. Wanna talk to you, what about you? If you would like to know more about me, please, email me. My email is anetaq3kan@rambler.ru xXx, Sveta 🙂
Querría decirte que mi nombre no es poesía, aunque esté muy relacionado con ella.
Me alegra que me hayas escrito para contarme algo de tu vida. Rusia es grande y, por curiosidad, me encantaría saber de dónde en Rusia eres. Hay infinidad de culturas dentro de tu enorme país de origen y seguro que me podrías contar muchas cosas que me interesarían.
Hace tiempo estuve haciendo un trabajo de clasificación de lenguas del mundo y muchas de las lenguas que se hablan en Rusia están bastante bien catalogadas en una web dedicada a las lenguas del territorio de la antigua URSS que están amenazadas por la «rusificación» del mismo. Es normal y no creas que te juzgo por ello, siempre hay lenguas dominantes, culturas dominantes y no las personas que las hablan son las responsables directas de las amenazas de desaparición de las lenguas menores (por número de hablantes, no por capacidades, que un tal Chomsky ya demostró que todas las lenguas tienen idénticas capacidades).
Perdona que me haya enrollado hablando de mí. Pero dado que me has escrito sin que yo te conozca, imagino que estarás interesada en conocerme un poco más.
Con respecto a USA te digo lo mismo que de Rusia: es muy muy grande y diversa. No sé por qué no se matiza cuando hablamos de lugares tan enormes. ¿Vives en la costa este, New York, quizá? ¿Tal vez en la costa oeste, California? Yo conozco algo del interior, pero dudo mucho que hayas dejado Rusia para vivir en el famoso medio oeste norteamericano, aunque imagino que si tus orígenes son eslavos (que puede que no) no tendrás demasiados problemas raciales, como está teniendo mi amiga Mythreyi, cuyo nombre hindú nunca seré capaz de pronunciar y tampoco de escribir correctamente.
Estoy muy sorprendido de que algunas de las imágenes que has visto mías te hayan parecido sexis. Te agradecería que me dijeses cuáles para poder destacarlas, porque la verdad es que siempre he tenido un poco de complejo de feo y siempre sube la moral el saber que a alguien (incluso una desconocida como tú) le parezca sexy. Curiosamente, también smart, que es una palabra de dudosa traducción al castellano: desde inteligente a listillo… y no sé muy bien con qué quedarme.
Veo que hablas inglés (o lo escribes) bastante bien. ¿Cuánto tiempo hace que vives en USA? ¿Dónde lo aprendiste? ¿No hablarás español por casualidad o por algo? Es que me da bastante pereza escribir en inglés porque siento que no lo hago muy bien y me gusta expresarme con precisión. Cuando nos conozcamos más te contaré algunas anécdotas sobre mis deficiencias idiomáticas y entenderás por qué prefiero que hablemos en castellano, si puede ser.
Por momentos me ha dado por pensar que alguien te está obligando a escribirme y me he quedado un poco triste. Quizá alguien encuentra placer en forzarte para que consigas mi amistad y, a partir de ahí, mis favores a cambio de tus favores o la promesa de ellos. Me pone triste porque no estoy interesado en una relación, digamos carnal, pues soy muy feliz con mi mujer con quien tengo un acuerdo de exclusividad que la gente suele denominar (impropiamente) fidelidad marital.
Espero que no sea ese el caso y lamento haberlo pensado en parte, por el hecho de que no deja de ser un tópico, el de las trabajadoras sexuales (mejor dicho esclavas, palabra que deriva de eslavas o viceversa) procedentes de los países eslavos que buscan aprovecharse (no ellas sino quienes las explotan) de la triste vida y el patetismo de muchos hombres que también se aprovechan de su situación de poder (económico, en muchos casos) sobre ellas, de modo que acaban siendo un objeto de intercambio entre hombres que ejercen un abuso sobre las «mercancías» a quienes no tratan como personas.
Me encantaría estar seguro de que lo único que ocurre es que, verdaderamente, te has interesado por mí y crees que podríamos llegar a tener una tierna amistad que es lo único en lo que actualmente yo desearía participar. Sobra añadir sincera, porque en caso de que la amistad no fuera sincera, sencillamente no sería amistad.
No voy a escribirte a la dirección de correo electrónico que me proporcionas, pero espero que comprendas mi desconfianza y no me la tomes muy a mal, pero es herencia de haber trabajado durante años en seguridad informática y saber lo complicado que puede resultar, después, eliminar mi dirección de correo electrónico de bases de datos que utilizan la misma para bombardeo masivo de correos indeseados, lo que comúnmente se denomina spam.
Como veo que dices tener Facebook y haber visto mis fotos, esperaré pacientemente a que me contactes por esa vía y nos podamos ver y observar nuestros perfiles, que yo aún no he tenido ocasión de ver el tuyo. Ojalá no sea de esos perfiles absurdos que tan sólo contienen un par de fotografías de pechos exuberantes, esperando que las personas tan sólo se interesen por ti en base a la geografía de tus curvas.
Siento estar tan lleno de prejuicios, la verdad, pero es que la experiencia me ha ido haciendo tan desconfiado que casi no veo posibilidad de que tú y yo terminemos por conocernos, pero en cualquier caso, te deseo lo mejor en esta vida y que sepas que me ha encantado tener ocasión de hablar contigo un poco aunque no vayas a responderme.
Un cordial saludo,
Giusseppe
Presentación La Memoria de las Hojas
Ilusionado, hoy acompaño a Susana Recover en este evento presentándola, prologándola. He ayudado a su creación desde el primer momento, aquellos lejanos años de primeros del siglo XXI, cuando se acercó a mi entonces inexperta mano de coordinador de Talleres de Poesía. Creyó en mí. Ahora, muchos años después, su primer libro ve la luz.
Ha seguido creyendo en mí para ayudarla en el proyecto, para poner en marcha su andadura, para estar a su lado en la presentación en sociedad del libro. Y me hace feliz saber que, gracias a mi trabajo, poco a poco, pero inexorablemente, hay más poesía en el mundo. Por supuesto, también gracias a su trabajo, a su creatividad, a su constancia, a su mirada y a su poesía.
Dejo el prólogo aquí pero ya está en el libro:
Prólogo de Memoria de las Hojas
Un rastro de tu aliento
que rueda en mi piel:un poema.
Instantes. Susana Recover
Se impone silencio. Habla el corazón. Un corazón entre los dedos y unos dedos de pura intuición. Se regala espacio en blanco a la orilla del mar. Se propone lectura liberada de normas para escritura liberada de vuelo de ave en medio del cielo. Se buscan palabras a ras de suelo aunque sean malévolas y escurridizas. Se ofrece poesía con el peso de unas botas, un bebé de cinco kilos o un torrente de memorias.
Todas estas aventuras se encuentran en las letras de este delicado poemario que Susana Recover ha venido produciendo desde hace más de una década.
A principios del milenio en curso, se acercó a uno de los talleres de poesía y escritura creativa que proponemos en la Asociación Cultural Clave 53 y, al menos desde entonces, me consta, Susana no ha dejado nunca de escribir. Con más o menos facilidad, ha encontrado huecos para no cesar su rayo de palabras, para continuar satisfaciendo su necesidad de ser poeta. Avatares varios que nos cuenta sutil en estas líneas, con la sinceridad y la honestidad de una poesía íntima y desnuda, carnal y visceral, pero con la ternura modulada por una inteligencia creativa y consciente.
En la poética de Recover se puede encontrar aunada con habilidad una poesía sintética, sencilla, donde podemos rastrear lejanas influencias de realistas sucios, pero también de Wislawa Szymborska, junto a un enfoque analítico, descompositivo, casi constructivista que profundiza una mirada compleja a un entorno en constante evolución y al que se adapta con energía y sabiduría.
Carente de pretensiones esteticistas, pero con un claro interés por la palabra poética en su más pura forma, parece una poesía fácil, casi simple, sin serlo en absoluto. Es una poesía elaborada y que surge no sólo de estados emocionales temporales sino de una voluntad firme de generar versos. Voluntad que se nutre de servir de ejemplo, entre otras cosas, a su hija Irene, a quien le regala la dedicatoria de este libro, aunque quizá no tiene en cuenta que ha sido ella, Irene, quien le ha regalado a ella, Susana, la exigencia de escribirlo y con ello regalárselo a todo lector que se acerque a este texto.
Tras varios años de silencio había sido requerida por su hija para explicarle por qué no había escrito ya el libro que tenía en mente escribir. Pero la pregunta no tenía excusa, como bien saben el Bukowski de «Aire, luz, tiempo y espacio» y la autora, lectora de este maldito norteamericano, así que tan sólo había postpuesto lo inevitable: cerrar este capítulo gestor, redondear lo necesario para terminar el libro para el que llevaba goteando poemas desde hacía tres lustros.
Después de recorrer los cajones electrónicos y analógicos en busca y captura de sus antiguos escritos, afrontó la tarea de completar lo hallado con nuevas producciones que fue vertiendo durante varios meses del 2016, alcanzando cotas de calidad fruto posible de la madurez como persona y poeta.
Durante estos tiempos de trabajo, he tenido el placer de ir recibiendo el material trabajado y darle forma, una forma compleja, difícil de adecuar a una poesía libre y pausada, equilibrada, de verso corto y denso, sin florituras ni artefactos líricos, que no recargue una composición tan contenida, pero no por ello incapaz de convulsionar el motor de la emoción.
Muchos de sus poemas no tenían título así que en la edición hemos apostado por dejar un sugerente indicativo de lo que podría haber sido, apenas legible, en un gris claro casi blanco, entrecorchetado y en cursivas.
La separación en secciones no es en absoluto arbitraria y nos habla de la multitud de motivos de la poesía de esta autora que se reparten a lo largo y ancho de las visicitudes de una vida y un planeta, a ambos lados de un charco llamado océano, de Binigaus, Choroní a Córdoba o Rascafría.
Por supuesto, no podía faltar una sección dedicada a Irene, esa perla que, como decíamos antes, ha incubado en cierto modo la voluntad de nacer de este libro, que incluye algunas de las más antiguas composiciones de Susana Recover.
El poemario se cierra con una delicadísima sección de Instantes, el aware asombrado de un haiku, sobrecogimiento austero y emotivo, con una certeza y un anhelo: tras la última palabra, silencio y tras ese silencio, vendrá otro libro.