1323 vs 34.
Y la que me parece importante es la de 34.
¿Qué le voy a hacer?
Diario
1323 vs 34.
Y la que me parece importante es la de 34.
¿Qué le voy a hacer?
Ayer en lo profundo de la noche
escribí el poema más íntimo posible.
En el fondo de mi mente
comencé a escribir
con tinta transparente
y apenas podía continuar
el flujo del verso libre
que se escabullía entre mis ojos
ya cerrados.
Palabra tras palabra
fui componiendo un canto
de sensibilidad y materia
que me leí hacia adentro
en completo silencio,
hacia lo más hondo
de mí mismo
y me sentí afectado
henchido de emoción
y sorprendido por la intimidad
que poseía esa poesía
que comenzaba con un título
sobre que
ayer en lo profundo de la noche
escribí el poema más íntimo posible
y
en el fondo de mi mente.
Divertido y desquiciante al mismo tiempo, esto de tener un teléfono móvil que, de cuando en cuando, sin que se sepa el porqué, tiene dentro de sí tres tiempos distintos. Y las diferencias entre ellos no siempre son tan pequeñas como la que muestro en esta imagen.
Tengo un pequeño incidente desde hace tiempo (va de tiempo, la cosa) con mi casi obsoleto último teléfono móvil, un BQ Aquarius o algo así, 4.5 de reducido tamaño (parece que la tendencia es a llevar televisores que funcionen como teléfonos esporádicamente en el bolsillo). Afortunadamente encontré una página que da cuenta de que no soy el único, porque creí que me estaba volviendo loco. Es una incidencia aún no resuelta (desde hace meses) que me da poca confianza en los servicios de postventa de BQ y su soporte técnico que, imagino, está esperando a que se actualice a la siguiente versión y se arregle el problema o bien que se cambie de teléfono, cosa que suele hacer la gente con mucha más frecuencia de la necesaria.
De momento, aguantaré con este teléfono todo lo que pueda, pero uno de los usos principales que le doy es que me sirva de medidor de tiempo de las clases particulares, de los talleres, etc. Y esta avería me está ocasionando un problema bastante serio que, por otro lado, es insignificante comparado con lo que llamaría verdaderos problemas.
Cómo comprimir en tres párrafos
mi vida
mi actividad
mis intereses
mi avidez por conocer lo que no conozco
mi avidez por reconocer lo que ya conozco
cómo comprimir en tres párrafos
algo significativo
algo característico
algo relevante
algo impactante
algo importante
algo ante ante ante
cómo comprimir en tres párrafos
el universo
En esta época de banderas y abanderados, resulta curioso que dos de las camisetas a las que más aprecio tengo sean banderas:
La primera ha resultado ya muerta en combate tras exhaustivo uso día tras día, hasta que pasó algunos veranos siendo utilizada ya sin las mangas ni el cuello que habían sufrido un desgaste excesivo para aguantar un poco más junto a mí, es una bandera de Cerdeña que homenajea, ni más ni menos, su origen pirata, su famosa «patente de corso»/Patente de sardo, en este caso.
Al final devino en trapos para un postrero y, diríamos, póstumo uso. Pero ya no es una camiseta. No quise por menos que fotografiarla para mantener este último recuerdo de un recuerdo adorable que me trajo Carmen de Cagliari.
La segunda camiseta la compré en el Gure Txoko de Sydney y, por supuesto, incluye una ikuriña junto a una bandera australiana. Tan sólo me la he puesto (a la vista) un par de veces en Madrid y en ambas ocasiones he recibido improperios, asumo que por la ikurriña y no por la australiana.
Quizá por ello ha durado y sigue durando tanto tiempo. Le tengo un cariño especial porque fue una época importante de mi vida y el apoyo que recibí de la gente del Txoko no lo olvidaré nunca. Sigo usándola pero, como dice algún político, tan sólo en la intimidad de mi domicilio.
Al mismo tiempo…
si me gritas
si me insultas
si me ignoras
si me pegas
si me violas
si me matas…
no me quieres.
Las feministas contra Los machistas
Los feministas contra Los machistas
Las feministas contra Las machistas
Los feministas contra Las machistas
nunca
Los feministas contra Las feministas
Las feministas contra Los feministas
Los feministas contra Los feministas
Las feministas contra Las feministas
y dan lo mismo
Las machistas junto a Las machistas
Los machistas junto a Las machistas
Los machistas junto a Los machistas
Las machistas junto a Los machistas
La cucharilla
sobre la taza rompe
visiones torpes.
Giusseppe Domínguez, 2017.
Todos los izquierdos reservados.
Hay algo que me parece ridículo en la reivindicación de «derechos» de autor, pero no es ni más ni menos que consecuencia de la ridiculez de intentar ponerle «precio» a un poema. Supongo que son cosas del capitalismo, ese pequeño monstruo sin cabeza o de 10.000 cabezas que domina nuestra forma de pensar.
Hoy me ha llegado esta carta que comienza con un Vecinas y Vecinos, muy bonita, pero que acaba haciéndome buscar en qué momento del texto tarde o temprano va a haber un error de concordancia de género gramatical o, sencillamente, una victoria de la economía del lenguaje que acaba por desterrar la intención del comienzo, en ese «aquellos» que ignora o invisibiliza las «aquellas» y a otras personas que no se puedan o quieran sentir identificadas por el género gramatical masculino plural.
Pero no me voy a explayar más sobre un tema sobre el que hay tanto tanto escrito… y tan poco acuerdo como para llegar a encontrarse discusiones sobre si ha de usarse «amigXs», en lugar de «amigos/as» o «amigues»… pues el primero carece de posibilidades de representación fonética del idioma (no hay quién lo lea, vaya), el segundo se muestra, según algunos colectivos (perdón por las oes), insensible para quienes no se identifican dentro del binomio masculino/femenino y el tercero, quizá el más razonable, acaba por dejarse de lado a la mínima que hay que usar le y despreciar para siempre la/lo, etc, así como los adjetives…
En resumidas cuentas, una batalla sin sentido en una guerra absolutamente necesaria para conseguir la igualdad de género, la aceptación de la diferencia o la abolición del heteropatriarcado normativo (normalizador).