verde
y lluvioso
ralentiza el proceso neuronal
al que llamamos pensamiento
teclear las letras
que se convierten el letrs
o incluso en ltrs
semíticas
radicales
que van a parar al mar
de mis olvidos
de mis miserias
de tus olvidos
de todos los olvidos
de todas las miserias
obstruye el paso del tiempo
y la caleidoscópica miriada de miradas
que buscan en la noche una alabanza de plata
ralentizada
rala
a ras
de córtex
a ras
de ras
con ras.
Confidencias
Sesos
Carmen: Tengo la cabeza llena de cosas.
Giusseppe: Toma claro: Sesos.
Waiting for 33 seconds, press any key to continue…
Y ahí estaba yo
a la puerta del lefties
esperando 33 segundos
y buscando una key para pressionar
para poder continuar por mi camino
sobre el reflejo de unos puntos suspensivos.
Estrumpir
estrumpir: De estrumpido. 1. intr. Sal. Hacer explosión, estallar, meter ruido.
Qué simpático que la casi única palabra que contiene trump en el diccionario de la lengua española de la RAE tenga esta acepción.
Ya parecen las aguas volviendo a su cauce y la población comienza a hablar de otros temas, como si existiesen otros temas. Pero sigo nervioso por las consecuencias, principalmente internas, que puede acarrear el hecho de que se haya elegido a un xenófobo explícito, a un machista explícito, a un «inpolítico» explícito. Mi amiga Mythreyi sigue viviendo en EEUU y sé que para ella a partir de ahora (ni siquiera hace falta que este señor alcance la casa blanca) la vida allí será peor dado su color de piel, su procedencia india, su religión.
Hay algo en el planeta que no está funcionando muy bien… como lo es el hecho de que Belén Esteban sea una celebridad. Pero es lo que hay. Y, afortunadamente, hay otras muchas cosas que no están a esa altura.
Anticapitalistas en Facebook
http://newsroom.fb.com/company-info/
¿De verdad que es posible ser más simple? ¿Anticapitalistas unámonos publicado en una red social fruto del más absoluto éxito neoliberal?
Pues vaya.
Método de la celosía
Hoy he aprendido a multiplicar. Por fin.
De la mano del fantástico libro IDEAS, pasando por el origen de la numeración hindú-arábiga, me he encontrado esta joya algorítmica útil para mis clases particulares y para mi insaciable curiosidad.
Ahora, a pensar en una manera de programarla en C, para pasar un divertido rato inútil.
Para multiplicar dos números, digamos, 1934 x 537, se trazan dos líneas perpendiculares que dejen hueco a la derecha y debajo de ellas. A continuación, se escribe horizontalmente el primero sobre la línea horizontal y verticalmente el segundo a la derecha de la línea vertical.
Completamos una cuadrícula con los 4 x 3 resultantes cuadraditos, los que dividiremos por la diagonal que une el ángulo inferior izquierdo con el ángulo superior derecho.
Rellenamos los triángulos que se han obtenido con la multiplicación expresada en dos dígitos de los números de cada fila y columna, así, por ejemplo, 1 x 5 = 0/5, 9 x 5 = 4/5, etc.
Una vez terminado este proceso, comenzamos con las sumas con las que obtendremos el resultado deseado.
Sumamos en dirección diagonal comenzando por el triángulo inferior derecho. Continuamos la siguiente suma diagonal teniendo en cuenta que si en la anterior superamos el 9, la cifra correspondiente a las decenas se añade a las que han de ser sumadas en la siguiente diagonal.
Finalmente, obtendremos el resultado deseado.
Un cursi corazoncito
De una carta encontrada en un bar de Hamburgo durante mi última visita a mi querida amiga Aída B. Márquez.
Aterrador
La tristeza invade mi mente
con la certidumbre de las corrientes cíclicas
que garantizan un retorno a la oscuridad
como sólo un new age puede prometer y augura.
Me entristece sentir que el desprecio a la filosofía
a la ciencia
a la lógica
a la búsqueda racional de conocimiento
se extiende
desde todas las áreas
desde todos los ángulos
desde todo rincón
y en un minúsculo reducto en mitad del océano de pergaminos gastados
resisten incautos
quienes no se sienten tentados por la facilidad de una revelación
por acercamientos irracionales
por ejemplos sin método
por prejuicios vacuos.
Temo siglos de oscuridad vestida de colores fosforitos
quemando diferencias
en la hoguera del ruido.
No comprendo la muerte
No abrazo la separación del cuerpo y el alma.
No ciño con los brazos la interrupción de la vida conyugal por conformidad de las partes o fallo judicial, sin que quede extinguido el vínculo de aquello que tiene extensión limitada, perceptible por los sentidos y el principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.
No rodeo, ajusto o aprieto la cintura, el cuerpo, el vestido u otra cosa con los miembros del cuerpo, que comprenden desde el hombro a la extremidad de la mano, la suspensión de la fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee perteneciente o relativa a los cónyuges por simetría y debida proporción entre las partes que componen un todo de las porciones de un todo o decisión tomada por persona competente sobre cualquier asunto dudoso o disputado perteneciente o relativo al juicio, a la administración de justicia o a la judicatura, sin que cese, termine, acabe fallecido la sujeción de los bienes, con prohibición de enajenarlos, a que sucedan en ellos los parientes por el orden que señala el fundador, o al sustento de institutos benéficos u obras pías de aquello que está en precisión de hacer algo u ocuparse en ello con preparación para examen microscópico, generalmente de sangre, exudados o cultivos bacterianos, en la que estas sustancias se disponen sobre un portaobjeto con ayuda de otro, de manera que forman una capa muy fina y escaso, que se puede comprender o percibir por cada una de las interpretaciones que puede admitir un escrito, cláusula o proposición y el punto que se considera como primero en una extensión o en una cosa que da estilo o modo de expresar las ideas y establece o reforma para lograr un fin, coordinando las personas y los medios adecuados, el sistema que considera el mundo corpóreo como formado por agrupaciones de elementos simples, realmente inextensos, y cuyo fondo esencial es la fuerza; de suerte que los fenómenos corpóreos resultan del choque de fuerzas elementales, y se reducen en definitiva a modos del movimiento perteneciente o relativo a las funciones vitales básicas inconscientes, pertenecientes o relativas a las sensaciones producidas en los sentidos y especialmente en la piel y dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras de la unión del alma y del cuerpo.
Bob Dylan sí o Bob Dylan no
Esa no es la cuestión.
Bob Dylan ha obtenido el Premio Nobel de Literatura 2016.
No conozco muy en detalle al propio Bob Dylan. Sé, como curiosidad, que su nombre está inspirado en Dylan Thomas (aunque en ocasiones haya sido afirmada otra cosa).
No sé, en concreto, si escribe libros de poesía. Conozco su música. Algunas de sus celebérrimas canciones.
Y aquí comienza el quid de la cuestión:
¿Es una canción un poema?
Hoy tengo una clase de Introducción a la Poesía Contemporánea. De hecho es el primer día dedicado a ella. Y de las primeras cosas que aclaro es qué es eso de la contemporaneidad, donde nos metimos de lleno desde mediados del siglo XIX de la mano de Charles Baudelaire (en EEUU haría algo similar Walt Whitman).
Se rompe con el criterio objetivable de una academia que decida qué es poesía (siempre circunscritos a la evolución de la literatura «occidental«) o qué es belleza «clásica«, lo que venimos en conocer como «canon«, pero entendiéndolo como diferente de «moda».
(Nota: Sería interesante saber por qué no se otorgan Premios de Literatura a Poetas Orales, que haberlos hailos. Quizá, aventuro, una mirada eurocentrista sobre qué es la literatura pueda tener algo que ver con ello)
A partir de ese momento, un poema lo es porque una persona afirma que lo es. (No hablo de su calidad, que ahora reposará en otros baremos)
Así, si yo digo que
A
es un poema, lo es.
No porque lo diga «yo«, sino porque yo «lo diga«.
La importancia no estriba en el yo, sino en la intención.
No es un tema de justicia, sino de criterio. No me importa a qué poeta o escritor le dan un premio, pero si un cantante (que no ha escrito poesía) es reconocido como poeta o escritor, se abre una peligrosa ventana al sinsentido: ¿por qué no un cineasta? ¿por qué no un (buen) político? ¿músico? Hay cineastas/músicos/políticos que han influido enormemente en la cultura popular o en la «alta» cultura. Por mí que le den el premio a quien sea… pero no por ello pasará a ser escritor y no: una canción no es un poema, ni un poema es una canción. Esto tiene que ver con la contemporaneidad y la necesidad de criterio subjetivo/intención creativa para sustentar una creación contemporánea. Pero la Academia es, como le corresponde: académica. Así que está generando, con este premio, un muy cuestionable criterio objetivable que retrotrae decisiones como estas a periodos pre-Baudelaire, o quizá dinamitan los criterios en un intento de postmodernidad, a mi entender, mal comprendida.
Como único comentario en una red social, apunté la frase: «Soy más de Leonard Cohen«, donde, subyacentemente, estaba dejando claro que, amén de cantante, Mr Cohen ha escrito una abundante obra puramente literaria, poética, que por cierto me encanta. Podía haber hablado del polifacético (adorable) Luis Eduardo Aute, escritor, cineasta, pintor y cantante, sí, también cantante.
Se puede decir que un músico no «escribe», mientras que un «letrista» de canciones sí, pero es un desplazamiento de la cuestión, puesto que podría entenderse «escritura» de una manera mucho más abierta de lo que lo es ahora mismo, muy fácilmente, abierta esta puerta.
¿Resulta un problema que una canción sea considerada un poema?
En realidad no resulta ningún problema. Es más, tampoco me parece ningún problema que un discurso político sea considerado un poema, ni que una pulsera de lana sea considerada un poema. Es más, cualquier cosa, CUALQUIER COSA, puede ser un poema. Esta, de nuevo, es la cuestión: lo único que quedaba para decidir qué era un poema era la voluntad (abierta) de declararlo como tal.
¿Bob Dylan se ha declarado POETA? ¿Ha reclamado sus canciones como poemas?
Sinceramente no lo sé, ni me importa: No es la cuestión «Bob Dylan», la cuestión es
¿Canción=Poema?
El sábado pasado tuve la primera «discusión» sobre el tema, comenzando por la adjudicación del Premio Nobel a Orhan Pamuk hace tiempo, en la que se consideraba por uno de los participantes una mala elección.
No defendí a Orhan Pamuk, sino que cuestioné la imposible «justicia» que algo como un Premio Nobel puede realmente hacer. Se trata de elegir un «escritor» de entre los millones que hay vivos del que afirmar que «es el mejor«. No hay forma de que esta decisión pueda ser llevada a cabo sin un alto grado de aleatoriedad, en el mejor de los casos, cuando no por influencias político-sociales inevitables.
(En un momento dado, incluso, de la conversación, se habló de la pertinencia o no de otorgar un premio como este a un individuo en los casos como la física, la medicina... donde sin un equipo detrás ese premio individualizado no se habría conseguido jamás. Pero esto desborda el debate, así que lo aparto para otra ocasión.)
Pero el caso de Bob Dylan es de otra dimensión, se trata de desdibujar lo que entendemos por escribir, por poesía, en un intento, posiblemente, de ganar visibilidad (lo que no me viene mal del todo) asignando el premio a una persona cuyas canciones han influenciado (¡han influenciado!) a los poemas (poemas) que inspiradas en ellas se han escrito.
En realidad, lo que sí me molesta de la adjudicación del premio a un cantante por ser cantante es que en esa aparente «ruptura de fronteras» entre poesía y canción, lo que veo es un oportunismo galopante, en especial de una Academia Sueca que ha logrado lo imposible: que se hable de poesía, aún sin saber nada de los procesos por los que ha pasado hasta llegar a donde está.
Me encantaría (no dudo que así sería si no fuese por un tema económico/prestigioso) que el señor Dylan declinase aceptarlo por decir alto: SOY CANTANTE, no poeta. Y a continuación saldría con él a la calle a solicitar la inmediata pertinencia de Premios Nobeles para Músicos, por ejemplo.
No tengo nada (¿cómo podría?) contra el intrusismo. Faltaría más. Me parece que nunca la creación artístico/poética ha estado más al alcance de ser realizada por cualquiera y eso es algo que estimulo y me apasiona. Pero a partir de esa misma posibilidad (relacionada, insisto, con la contemporaneidad) llevamos asociada la responsabilidad ética de la declaración de la intención, que se manifiesta en una postura coherente o discurso del artista.
En caso contrario, quiero que todos mis poemas sean considerados, a partir de hoy mismo, como cualquier cosa en función de aquella para la que pueda obtener mejores réditos, económicos, propagandísticos, publicitarios… según vaya viendo en el proceso. Esto no es intrusismo: es oportunismo. Y no me gusta.
Que la gente (mucha) opine que una canción es un poema… venga, vale, pues que opinen lo que quieran. Quizá por esto había evitado esta bala antes y me había ahorrado la discusión en un medio tan público como Facebook para airear mis opiniones que pueden ser tachadas de snob o elitistas, cuando en realidad no tienen nada que ver con eso.
Pero esa opinión ha de ser llevada a las últimas consecuencias: aceptar candidaturas a Premios Nobel de Literatura para políticos, músicos, bailarines, dramaturgos, guionistas, directores de cine, fotógrafos… pues también manejan «lenguajes» y resultan altamente influyentes en los poetas posteriores, quizá, seguramente, mucho más que los aburridos literatos que suelen ser premiados sin pena ni gloria.
Son ejemplares personas como John Cage, cuya música podría no parecerlo, pero él sabe que lo que está haciendo lo es porque él dice que lo es. Marcel Duchamp, Joan Brossa, Baudelaire, Rimbaud… y un largo etcétera de grandes y conocidos y muchos otros menos conocidos, como mi querido amigo Iván Araujo, pintor y grabador o el inigualable Isidoro Valcárcel Medina.
Pero sigo sin censurar en modo alguno al afortunado o desventurado Bob Dylan. Porque esa, esa nunca fue la cuestión.