Cómo aprovechar un router livebox

En realidad, podría ser casi cualquier tipo de router, pero lo he hecho con un router LiveBox de los que «regala» Orange cuando te das de alta con esta compañía.

Es interesante lo que se puede hacer con estos pequeños chismes que van abundando en las viviendas a medida que cambiamos de tecnologías. En nuestro caso concreto, nos han cambiado un livebox por otro a consecuencia de un cambio de ADSL a Fibra óptica.

He querido probar si podía usarlo como servidor de ficheros de la red interna, sin tener que estar en la expuesta internet, como el caso del router principal. Una vez configurado así, puede ser usado como servidor NAS/FTP externo, configurando las debidas reglas NAT en el router principal.

Para no fastidiar nada (tenía una compañera que decía cuando teníamos que hacer modificaciones en los servidores que «las pruebas con gaseosa«), lo primero es encender el router que queremos convertir a otra cosa completamente desconectado de redes ethernet y, de paso, también desconectar con el botón lateral el wifi.

Conectar un PC por ethernet sin conexión wifi (para no confundirnos) al router viejuno. Entrar en la configuración con el navegador preferido: http://IP_DEL_ROUTER_VIEJO (192.168.1.1)

Ir a Configuración-Básica-LAN: Renombrarlo. En mi caso, a partir de ahora se llama liveboxold. Es importante para que, si decidimos volver a colocarlo en la red del router principal no se choquen los nombres. (Habrá que desactivar el DHCP, pero no hacerlo ahora o perderemos conexión desde el PC). Cambiar la IP del LiveBoxOld a 192.168.1.129 (cualquiera en el rango de las IPs de la red principal, pero que no esté ocupada).

Ir a Configuración-Básica-WiFi: Desactivar (si no lo estaba) la función WiFi.

Ir a Avanzado y desactivar: Firewall, NAT, Control Parental, UPnP y DLNA. (He deshabilitado incluso Telefonía/Servicio de Voz).

En este momento, ya sí, deshabilitamos el DHCP para que no asigne IPs.

Ahora se puede, sin miedo, conectar al router principal con un cable cruzado, pero ha de hacerse con un cable cruzado si queremos usar, posteriormente, los puertos ethernet del liveboxold (router antiguo) para expandir nuestra red ethernet.

A partir de ahí, está disponible en la red principal, puede servir ficheros (de hecho el modelo «obsoleto» que tengo tiene 2 puertos USB lo que lo hace especialmente «servicial») o convertirse en un servidor de impresión.

Por supuesto, si se ha tenido el cuidado de usar un cable cruzado en la conexión con el router principal, todos los puertos ethernet del liveboxold pasan a estar completamente disponibles y cualquier equipo conectado a ellos los usará como si de un HUB se tratasen para coger la IP del DHCP del router principal y las rutas, etc, así que tendrán internet como si estuviesen directamente conectados.

liveboxold

Competencia

De los talleres de poesía,
hípsteres másteres literarios
recitales orgiásticos
otros talleres de poesía
talleres de escritura creativa
clases de novela
cursos de relato
incluso monográficos de arte (o parte)
sesiones de creación
no son competencia.

De las clases de tango,
maestrías en bailes de salón
milongas o valses
milongas y más milongas
prácticas o encuentros
maratones milongueros
maratones de tango salón
o bailes de tango escenario
no son competencia.

Sin embargo…

Sí es competencia
tomar las compras por una actividad lúdica
hasta invadir cuatro plantas de un enorme edificio
ofertando pasear buscando objetos que no se necesitan
para deshacerse de ellos en plataformas digitales
que no se necesitan.

Sí es competencia
dedicar horas a mirar una caja
que ya no tiene rayos catódicos
proyectando imágenes para alimentar pasividades
ya sea de toros
fútbol
realitis
o noticias.

Sí es competencia
ir a bares (qué lugares)
sin hacer otra cosa que ir a bares
y no como consecuencia de haber hecho algo antes
o ir a hacerlo después.

Sí es competencia
la apatía
el abatimiento
la singana
el aburrimiento
de quedarse abandonado en un cómodo sofá
mientras el tiempo pasa
inexorable.

Sí es competencia
dejarse en el trabajo (no vocacional)
más horas de las remuneradas
por miedo
a perder un trabajo (no vocacional).

Sí es competencia
la nada incauta
la nada inconsciente y anodina
la nada cerebral
la nada dada.

Todo lo demás:
reflexión
creación
diversión
pasión
emoción
ilusión
sentido y sensibilidad
no es competencia:

Es apoyo
estímulo
remos en la misma dirección
es soporte a un modo de vivir en el mundo
es suma y no resta
es más y no menos
es
la resistencia febril contra el triunfo del nihilismo
disfrazado de consumo y entretenimiento.

¿En serio?

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¿En serio esto no es un mensaje «patriarcal»?

A mí no se me ocurre andar llamando witches a ninguna de mis amigas, por muy «cool» que parezca. Tampoco llamé maricona a mis amigos gays cuando aquello parece que estaba «bien visto» si te consideraban libre de pecado homófobo.

Me parece que esa imagen, encontrada en una red social en el perfil de alguien que se define como feminista, dista mucho de ser una reivindicación igualitaria.

O será que mi masculinidad no me permite verlo.

Yo ya no entiendo nada. Así que, por supuesto, ningún comentario a su publicación.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
está escrito con tinta de sinapsis
sobre la barra libre de los axones
entre neurona y dendrita.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
y se pregunta por su lugar en el mundo
de cosas
de objetos
de enseres
de tridimensionalidades.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
a convertirse en un poema fuera de mi cabeza
pasando a ser un poema en tu cabeza que no querrá salir.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
a estar escrito con sangre de pixel muerto
a ser resuelto a golpe de teclado
a encontrarse con ojos de aviesos lectores.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
está escrito con tinta de recuerdos
sobre la línea punteada de la desmemoria
entre sentido y sensibilidad.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
desea continuar inmaterial
como cenizas del olvido
sombra chinesca en una habitación a oscuras
sonido de árbol que cae en un bosque deshabitado
reflejo en el espejo que refleja un espejo
lágrima más allá de la nebulosa de orión.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
escrito con tinta de signos imposibles
sobre una raya semiótica (quizá también semítica)
entre símbolo y etimología.

Tengo un poema en la cabeza que no quiere salir
y rebota contra las paredes acolchadas de mi cráneo
reblandeciéndolo
erosionándolo
expandiéndolo
moldeándolo
hasta hacerme sentir que
todo yo soy un poema.

De rodillas

knie-roentgen-r-seite

Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa la noche.

Haiku terrible y cruel
que se reitera
sobre una articulación
algo cansada.

Sobre la diestra
mi rodilla, la izquierda
pasa la noche.

Los cóndilos del fémur
que se erosionan
con el paso del tiempo.

Y las cavidades glenoideas
de mis tibias tibias
bajo edredones de asfalto
rugen sobre unos cartílagos
sordos y ciegos.

Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa otra noche.

El tendón rotuliano
contra viento y marea
sigue viviendo
anclado en el pasado
de mis recuerdos.

Sobre la diestra
mi otra rodilla, izquierda
pasa una noche.

El menisco y su hermano
el otro menisco
unidos entre sí por ligamento yugal
van desgastándose.

No hay signos de su lucha
ocultos en la cápsula fibrosa
bañándose en sinovial fluido
impúdicos fibrocartílagos.

Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa otra noche.

Unas bolsas serosas
en plena sequía
alejan la miseria
de la que la bolsa anserina
es destacada.

Anso sin ganso
muevo mis ligamentos
cruzados y meniscofemorales
cada mañana.

Sobre derecha
una rodilla izquierda
pasa las noches.

Y las noches
también pasan
sobre otros muchos huesos
que forman mi esqueleto
que anidan en mi cuerpo
que habitan mis derrotas
contra el tiempo.

Hasta las orejas de la nariz

Hasta las orejas de la nariz
de una nariz sangrante
pasando por pómulos decaídos
gotean mis niñas una catarata de silencio.

Hasta las orejas de las ojeras
mis labios de porcelana
con escritura de Harappa
en la punta de la lengua.

Hasta las orejas oceánicas
con pulpos por las paredes
derrochando un bienestar infinito
bajo los besos de sus milonga.

Hasta las orejas caústicas
un manojo de ladridos aúricos pueblan Puebla
y llegan desesperados
al fondo de mis oídos.

17

Hoy hace 17 años que a las 21:00 de la tarde Carmen y yo habíamos quedado para ver si lo que había entre nosotros era algo más de la amistad que ya sabíamos que había.

Y claro que lo había: de no ser así, no lo habríamos convertido en una quedada para aclararlo. Estaba claro que queríamos que fuese así. Y fue tan fácil, tan rematadamente fácil, que hoy me maravillo de que se haya pasado este tiempo como si nada, como si 17 años no es nada, que febril la mirada…

Y dado que el 16 fue una cifra curiosa, potencia de 2, potencia de 2, (sí, 2 veces 2 potenciado a 2), y base de un sistema numérico altamente usado, no podía hacer lo mismo para el 17, primo, primísimo.

Pero un primo sirve para descartar primos, como bien sabía Eratóstenes, así que puedo descartar unos cuantos con un sencillo script para la ocasión:


#!/bin/bash
# Escribe todos los múltiplos de un número dado (17, por ejemplo)
# hasta una cantidad dada (17, por ejemplo)

numero=17;
cantidad=17;

for ((i=1; i<=$cantidad; i++)); do
  producto=$(($numero*$i));
  echo -e $numero " x " $i " = " $producto
done

Una salida de este código sería:

17 x 1 = 17
17 x 2 = 34
17 x 3 = 51
17 x 4 = 68
17 x 5 = 85
17 x 6 = 102
17 x 7 = 119
17 x 8 = 136
17 x 9 = 153
17 x 10 = 170
17 x 11 = 187
17 x 12 = 204
17 x 13 = 221
17 x 14 = 238
17 x 15 = 255
17 x 16 = 272
17 x 17 = 289

¡¡¡Así que a por los 102!!!

Trabajo que no se ve

Esto forma parte del trabajo de un poeta y una bailarina de tango… ¿o no?

Toda profesión tiene sus pros y sus contras. No lo duda nadie, ya que, entre otras cosas, es un tópico.

Llevo toda la semana pegándome con código fuente HTMl y aprendiendo nuevas cosas sobre «webs responsive», para terminar de hacer pública la web de Clave 53.

Y quedan por arreglar pequeñeces (o no tanto) como la política de cookies que no resulta nada sencilla de implementar ni, mucho menos, satisfacer legalmente de manera estricta.

un día de trabajo

Esto no es una broma