
Kay Woo, una de mis alumnas, propuso un lugar agradable coreano de comida de calidad y con un buen precio que acordó con los dueños del restaurante.
El sitio en cuestión se llama Gayagum y está en el céntrico barrio de Ópera, en la Calle de Bordadores número 7. Es más que recomendable para degustar una comida a la que estamos (occidentales) poco acostumbrados, pero que resulta diferente a las habituales, ya, comidas chinas o japonesas.
Ayer, con mi familia, comí en un restaurante italiano en la cabecera de Gran Vía. Hoy, Iván Araujo tiene pensado invitarme en otro italiano (hay mucha comida diferente en Italia, así que no hay problema de repetición) aunque puede que terminemos en un japonés que adoro llamado Restaurante Ayala Japón.
Me gusta la comida oriental… como si fuese poco.
Hace décadas conocí la comida china de manos de mi propia madre, quien experimentaba cuando yo tenía la tierna edad de 14 años, para delicia o sorpresa de sus amigos, que fueron invitados a comer con palillos… sin opción a tenedor.
Me parece deliciosa la comida tailandesa si bien el picante excesivo me taladra mis desacostumbradas papilas gustativas, la comida vietnamita, que poco a poco voy conociendo, es suave y cálida, como una sonrisa.
Hablamos de comida china como si fuese una sola, pero cada vez más la diversidad se da a conocer y nos abre el abanico de posibles descubrimientos culinarios.
En la calle luna hay un «restaurante chino» que procura aclararte que se trata de un tipo de comida de una región característica de China (recuerdo para navegantes: una de cada 4 personas es china), mientras que se abren otros lugares con otras ofertas culinarias, como una fondue china, que es un caldo especiado en el que se va comiendo carne cocida o verduras.
Me emociona pensar que, desde aquellos tiempos en los que comer pollo con almendras o cerdo agridulce con palillos a estos momentos de variedad casi ilimitada, he pasado por varios sabores sorprendentes y me quedan muchos aún por descubrir. El mundo es grande y un viaje inagotado es el de la gastronomía.
¿Qué comeré mañana?