El disco negro
junto al cristal templado
música sorda.
Detalles
homeNAGe
Un pequeño homeNAGe (nag es su firma) a mi querida amiga Natalia Auffray, quien lleva tiempo haciendo composiciones como esta (con mucho mejor gusto) y que en una ocasión hizo una con un banco absurdo de la calle, que «la calle» acaba poniendo en «su sitio».
Paradoja o Contradicción
Cómo no pensar si hay una contradicción entre la solución evacuante necesaria para realizar una preparación a una colonoscopia y, al mismo tiempo, beber de agua guardada en una botella que dice «Relájate y tómate tu tiempo».
Hube de tomarme el tiempo de unas 5 horas seguidas para beber 16 sobres que había que ingerir disueltos a 15 minutos cada uno, lo que habría dado un tiempo ideal de 4 horas (16 x 1/4). No fue relajante. O sí. Quizá más de lo esperable. ¿Se lo deberé al mensaje de la botella?
Dos trenes visuales se aprontan al choque
Trenes sin rostro
campan por la mañana
camino a casa.
Miniacción: una A abanadonada
El domingo 18 de febrero de 2018 fuimos invitados a un encuentro de Teatro y Poesía que organizaba Residui Teatro. La Asociación Cultural Clave 53 y con ella Carmen de la Rosa que imparte clases de Tango en la escuela vinculada a esta compañía teatral fue representada por un par de alumnos avanzados que bailaron un bello Tango en la estupenda Sala de Terneras del Matadero de Madrid.
En un lateral había una instalación poco atendida que pretendía hacer un llamamiento para que dejase quien quisiese una pequeña intervención poética bajo un par de paraguas de los que colgaban diversas cosas.
Era momento de librarme de mi querida bufanda de colores. Casi 2 metros de bufanda de pasteles longitudinales con los que compuse una letra A. La construí en el suelo.
Ahí se quedó cuando nos fuimos.
La cucharilla
La cucharilla
no osa reflejar
concavidades.
Haiku de 17 sílabas tónicas (5-7-5) rompiendo la sinalefa del segundo verso, lo que otorga a la lectura algo similar a la pausa necesaria en el haiku conocida como Kireji (切れ字), sin serlo, no obstante.
Excepcionalmente un haiku puede tener entre 16 y 23 moras, en cuyo caso se denomina hachô (haiku de metro roto.
Podríamos añadir que le faltan otros de los elementos formales que hacen que un haiku sea un haiku, pero quizá el exceso de exigencias paralizaría la creación. Afortunadamente, también podemos hacer lo que nos dé la real gana y punto. A riesgo de que algún ortodoxo no nos considere Haijin… lo que, por otra parte, es intrascendente.