Ucrania en pequeñas dosis

Veo esta pintura sobre un bolardo de piedra de la calle y lo fotografío para enviárselo a una alumna ucraniana de los talleres de poesía para decirle, sin decírselo, que estoy de su lado en esa «guerra» que es sencillamente una invasión.

Es curioso que, lo primero que le dije justo hoy hace un año es:

Pero dejar de depender de la energía rusa tendrá un coste complicado de asumir para europa y los europeos…

y no me equivocaba. Europa sigue con reacciones tímidas y negociando con Rusia pues la dependencia energética parece ser imposible de romper así como así. El otro día leía sobre la necesidad de seguir adquiriendo energía nuclear a Rusia y por muy rápido que queramos fluir a otras fuentes de energía, en una carrera que no se está haciendo seguramente con mucha cordura y planificación, no va a ser sencillo abandonar sin entrar en una crisis inasumible para la ciudadanía europea.

Así que hacemos pintadas en bolardos de piedra de la calle y algunos gestos incluso institucionales como las banderitas en la Cibeles de Madrid (aunque unos días después las sustituyeron por las de Qatar).

Yo aún recuerdo mi equidistancia o aparente neutralidad en el conflicto Libio y en tantos otros de cuyos resultados no soy consciente pues dejan de ser noticia y no es fácil permanecer informado.

Cada día me encuentro inserto en menos causas.
Cada día me encuentro menos.
Cada día menos.
Cada día.

Sol naciente

En el suelo del Montjuic hay un sol naciente.

El levante peninsular
gira a la velocidad de la Tierra
en dirección contraria a la incidencia
de radiación
del astro rey.

Gira a la misma velocidad
que Japón.

La bandera de aquel país
contiene ese sol
rojo
teñido de tanta sangre…

En el suelo de Montjuic
se ve la sombra de un castillo
cuyos cañones
han derramado
vísceras
para mantener la violencia
a flor de piel.

Todo sigue girando
como si no pudiésemos
cambiar ni un ápice
nuestra manera de entender el mundo.

¿El grande o el pequeño?

Empecemos el años con una tontería:

Siempre me debato pensando en si tengo que pulsar el botón grande o el botón pequeño cuando micciono.

¿Por qué?

Podría pensar que el pequeño corresponde a una pequeña cantidad de agua que es más que suficiente en la mayoría de los casos en tal caso.

Pero…

Podría pensar que el pequeño corresponde a una menos cantidad de veces utilizado, lo que suele ser antónimo de una meada comparada con aguas «mayores».

Con lo cual…

Cada vez que expulso orina por la uretra quedo un poco meditabundo pues la memoria (podría aprendérmelo sin razonamiento asociado) no suele funcionarme en estos casos.

Así que unas veces uso uno y otras veces uso otro… aunque siempre, eso sí, con la tapa bajada completamente, con lo que me sigue quedando la duda de si es el que tenia que haber usado o podía usar otro que no utilizase tanta agua para una labor tan nimia.

Y sí, esta foto es mía y la realicé el jueves 5 de enero en Daimiel. Cosas que pienso en vísperas de reyes magos…

Esto no es una broma