Nieve

Cae la melosa nieve
cautivando miradas
manto
siempre manto
algodón frío
hoy me recuerda
el libro duro y cruel
que terminé esta noche
de Primo Levi
sobre su estancia en Auschwitz
durante la matanza sistemática
trabajando en su propia
máquina de destrucción masiva
sobreviviendo
al invierno polaco
bebiendo agua helada
tras filtrarla para no enfermar
intentando mantener la humanidad
sobre una nieve de hombre libre
que se puede ver a través de una ventana
mientras las piernas entran en calor
gracias a 800 vatios de potencia
y se escribe un poema sobre
la melosa nieve
cautivando miradas
y se critica sutilmente
el abuso
de la palabra manto
para referise a ese cobertor blanco
de estructura microscópica tan particular.

La cucharilla

La cucharilla
no osa reflejar
concavidades.

Haiku de 17 sílabas tónicas (5-7-5) rompiendo la sinalefa del segundo verso, lo que otorga a la lectura algo similar a la pausa necesaria en el haiku conocida como Kireji (切れ字), sin serlo, no obstante.

Excepcionalmente un haiku puede tener entre 16 y 23 moras, en cuyo caso se denomina hachô (haiku de metro roto.

Podríamos añadir que le faltan otros de los elementos formales que hacen que un haiku sea un haiku, pero quizá el exceso de exigencias paralizaría la creación. Afortunadamente, también podemos hacer lo que nos dé la real gana y punto. A riesgo de que algún ortodoxo no nos considere Haijin… lo que, por otra parte, es intrascendente.

Esto no es una broma