Un día de lluvia
mis ojos no saben si buscar la belleza
en la lejanía
en la cercanía
o en el contraste que hay entre ambas
miradas posibles.
Diario
Un día de lluvia
mis ojos no saben si buscar la belleza
en la lejanía
en la cercanía
o en el contraste que hay entre ambas
miradas posibles.
¿Pero cómo una web sobre la desnutrición y la pobreza en el mundo puede tener una publicidad tan poco seria sobre otras cosas? ¿A nadie se le ha ocurrido pensar en el contexto de las imágenes que muestran, en las ofertas que hacen frente a frases como la que acabo de publicar en FaceBook?
Según las estadísticas de la Organización Mundial de Salud entre 3 y 5 millones de niños menores de 5 años mueren por año en el mundo por causas asociadas a la desnutrición.
Junto a unos cálculos sencillos (dividiendo niños en fracciones, para que se entienda que no se piensa en ellos como humanos, sino como simples datos estadísticos, fríos, lejanos, hasta llegar a cuestionar su existencia.
?
10958,9 niños por día.
456,6 por hora.
?7,6 por minuto.
y ahora, háblame de crisis.
Y esto, después del otro texto del día, el que he escrito sobre caprichos y crisis y por el que acabo de discutir con Carmen. Consiguen (un impersonal que no nos debería excusar) que no creamos la realidad, que olvidemos que existe, para poder seguir con nuestras ideas de niños caprichosos…
Estructuralmente Inestable
[youtube_sc url=http://youtu.be/xBKX9QrRqxI]
Este vídeo se realizó hace ya cinco años… en la Asociación Cultural Clave 53, dentro de un taller de Animación con Plastelina que coordinó Aída B. Márquez en el que participé como alumnito con un pequeño guión dentro del curso que contaba esta pequeña historia:
Alma pinta un cuadro para llevárselo a su amor Oliverio. Elige un marco, desenrolla un lienzo, los une, lo pinta de azul, les pinta un retrato simbólico en blanco y se dirige con ellos al avión.
El avión despega pero no llega a su destino porque pierde un motor y luego el segundo motor. Aterriza y vuelve a irse a su casa donde encuentra su escoba. Recurre a un viejo hechizo para conseguir que la escoba vuele. Finalmente, encuentra a Oliverio y le regala el cuadro y su corazón que, al llegar, forma parte del cuadro porque se ha desprendido de su pecho.
El Script del guión puede verse como se hizo a mano en esta serie de imágenes escaneadas del original, que hoy mismo voy a tirar a la basura.
Las fotos que se usaron están en:
Esta semana santa (lamentable eso de seguir celebrando una fiesta marcadamente religiosa con todos los honores de un país pretendidamente laico), en vistas de que íbamos a estar en casa más de la cuenta y teniendo en idem la cuestión de que había sido mileurista tres meses seguidos, pudimos irnos de vacaciones.
Y no de prestado, como viene siendo habitual, ya que la generosidad de mi familia (y su poder adquisitivo) nos permiten vivir por encima de nuestras posibilidades con estancias en primera línea de playa viajando en coches nuevos y sin más gastos que los estrictamente necesarios para nuestra alimentación. Esta vez, pudimos pagárnoslo nosotros. Y para mí es un orgullo saberlo. Es un placer sentir la independencia como el aire fresco en la cara, como si fuésemos pudientes, de esos que pueden, aunque siempre se puede, pero se suele olvidar.
Le dije a Carmen que podía gastarme en total 250€ en estos días, así que podía buscar un vuelo barato (que ya no están tan baratos) a cualquier destino, con la única restricción de no ir al sur de la península, donde las procesiones campan sin límites y hay que aguantar masivas demostraciones de fervor religioso. Me da tanto miedo…
Con estas restricciones, decidimos viajar a Bilbao.
Yo casi no lo conocía, al menos no había estado desde hacía más de 20 años. Lo último que recuerdo fue una excursión a ver a un amigo, cuyo nombre no alcanzo a recordar, que vivía en Getxo. Recuerdo el puente colgante de Portugalete, y algo de la ría de Bilbao… pero difusa, sucia, negra, envuelta en humos y cargueros.
Sabía que había cambiado, que se había inyectado dinero en infraestructuras (como en todas partes, a costa de endeudamiento, claro) que habían embellecido la ciudad. Habían limpiado la ría, habían rehabilitado el casco viejo, habían modernizado el moderno y, por si eso fuera poco, habían acordado edificar uno de los más bellos edificios que haya visto hasta ahora: El Guggenheim.
Hay que añadir el apéndice: «de Bilbao» porque hay otros museos derivados de la fundación homónima que siempre me recuerda a Peggy y sus relaciones con Jackson Pollock. Parece, a veces, seguir dominada (la línea de la fundación) por ese espíritu un tanto megalomaníaco, cuando dedica la parte más importante del museo al engreído Richard Serra.
Y también había tenido la suerte de ver el formidable documental titulado Apuntes de Frank Gehry dirigido por Sydney Pollack, del que puedo dejar algún fragmento al final del texto. En él, Gehry cuenta los pormenores de su proceso creativo y, en particular, cómo le surge la idea de realizar un edificio como este.
Quizá, más allá de la belleza del edificio, a mí me perturbaba el cómo estaría resuelto el tema de no captar más focos que la obra expuesta que, claramente, resulta secundaria ante la mirada de la mayoría de los espectadores. Pero hay que decir que está bien conseguido el hecho de, estando en un edificio de tamaña personalidad, poder olvidarla por momentos para adentrarse en galerías de arte bastante asépticas, pero bien distribuidas en el espacio para observar con un mínimo de interferencias las obras expuestas.
Así, por ejemplo, las obras de Serra ocupan todo lo que él quieren que ocupen, siendo algo desmesuradas para un trabajo cuyo mayor atractivo estriba en la concepción del mismo. Pero es bello encontrarse las obras de Brancusi, esas que hace tiempo que sé que son tan importantes… ver su desarrollo, su bello camino hacia la abstracción. Y no ver, en esos momentos, el marco incomparable del museo.
En resumidas cuentas, cuando recuerdo Bilbao, tengo en mente sobretodo las impresionantes formas del edificio que más me ha atraído en los últimos años. Solo por estar dentro y hacerse algunas fotos, ha sido merecido el gasto minúsculo de una cantidad de dinero que seguro que podré recuperar.
Apuntes de Gehry (Fragmento)
[youtube_sc url=https://youtu.be/P951FaUM0e0]
ayer
miles de flores se manifestaron en gran vía
y otras calles de españa
contra la reforma laboral
que nos afecta a todos
incluso a mí
que no me manifesté
y que apenas pude hacer una
huelga simbólica
más para descargar mi sentimiento de culpabilidad
que para realizar algo efectivo.
y es que el sentimiento de culpabilidad
que tenían antiguamente
por pecar
ahora está difuminado
en cientos de pecados que cometemos
por no ser totalmente
responsables
de nuestros propios
actos
y me escuece saber que por mucho que haga
seguiré sintiéndome
responsable
de todo lo que hago
y de lo que no hago
y me escuece pensar
que no hago lo suficiente
y que lo que hago es inapropiado:
consumo mucho más de lo que debería
incluso siendo una de las personas
en este país
que menos consumo
y no me comprometo con causas
tan importantes como la de
ayer
en gran vía, sin ir más lejos,
o en atocha
o en algún otro lugar
y lo más que me limito a hacer
es decir que no se hace lo suficiente
con un impersonal que intenta
descargarme un poco de la carga
de la responsabilidad
que pesa como una losa
sobre mi cuerpo
aún no cadáver.
no escribí en este blog diario
no escribí ni un poema
no leí nada interesante
que pudiera considerarse formación
ni avancé con mi proyecto lingüístico
ni tuve ninguna otra clase
que la que había convocado
vía online
y que finalmente no tuve
porque mis alumnos hicieron huelga (de mí
y me quedé con cara de tonto
mirando la televisión
la serie de Los Soprano
queriendo no pensar
en que no había estado en la manifestación
aduciendo, aunque fuera verdad,
que era por mi dolorido culo
que me convierte en un incapaz
de otra cosa que no sea lamentarme
como estoy haciendo
ahora
en este
poema
triste
y
vacuo.
Escucha el sonido del pulmón artificial que he encontrado en esta caja de galletas de vainilla.
Al principio enfadado porque había perdido uno nada más llegar al andén
pero luego aprendí a disfrutarlo, en este caso,
fotografiando pequeños detalles
con mi teléfono móvil
mi viejo teléfono móvil
que sigue haciendo unas fotos dignas
de ser conservadas en este lugar o en algún otro
aunque no sean de gran resolución
ni pueden ser impresas con alta calidad
pero pueden ser una maravilla
si la mirada abre las puertas a la imaginación
y esta sí que no entiende de resoluciones
ni píxeles
ni profundidad
porque no tiene límites.
Ayer disfruté de un regalo
de tiempo
en el que no podía hacer otra cosa
que mirar
mirar
mirar
..
..
..
Pero ¿cómo puede ser que esta publicidad no sea retirada inmediatamente? Debe ser que la gente no lee con calma para encontrar el impersonal omitido de la segunda frase:
Se paga en Euros.
¿Qué es lo que se paga en Euros? Por el contexto de la primera, sabemos que se refiere, claramente, a la vida. Ni más ni menos afirman que la vida se paga en euros.
Escandaloso. Y no lo es menos que se utilice como publicidad de una entidad financiera. ¿Pero es que a nadie le ha parecido, antes de ponerlo en televisión, en las paredes de oficinas, en marquesinas, que podría generar un odio desbocado, y con razón, que llevase a destruir los mismos soportes de la publicidad? Últimamente me encuentro que el descontrol en publicidad es tal que es fácil que alguna de estas arengas comerciales acabe siendo el desencadenante de una revolución. Esta, desde luego, me lo parece.
¿Están pretendiendo afirmar que la vida, (ahí es nada: la vida), está a punto de ser privatizada y explotada por alguna compañía afín al grupo en cuestión y que pronto tendremos que abonar un precio (en Euros, como enfatiza el mensaje)? Ese pago ¿será de una sola vez para poder tener acceso a la vida en propiedad, será mediante crédito hipotecario, ahora que las hipotecas para la vivienda (lugar en el que se vive, que no vida) cuesta más venderlo o será mediante un alquiler, obviamente vitalicio?
¿Será que no distinguen entre vivir y comprar? Seguramente va más por este lado el error (no puedo dejar de pensar que es un error) del mensaje publicitario. Alguien ha pensado que en lugar de decir la compra se paga en euros, era más fácil utilizar su sinónimo vivir, transformándolo en la vida se paga en euros. Es posible. Ese alguien, desde luego (más todos los alguienes que han revisado (supongo que más de una persona se encarga de esto) el anuncio) no solo no distingue entre vivir y comprar sino que tampoco concibe otra forma de adquirir objetos (dando por hecho, además, la necesidad de adquirirlos) que no sea la de pagar en euros por ello.
Hablar de bancos de tiempo, de trueques, de formas de comercio alternativas les suena a utopía ilusa, pero quizá haya un miedo motivador en el fondo de este mensaje que es el de sentir que SU VIDA, la de las entidades financieras, sí se paga en euros. Si dejamos de creer en ese mensaje, si los demás (los consumidores = seres humanos vivos), dejásemos de creer en ese mensaje en el que insisten y nos diésemos cuenta de que la vida (caso de ser algo independiente de lo vivido), no se paga en euros, dejaríamos de depender de las entidades que ayudan a que tengamos esos euros que creemos necesarios para (¿comprar o alquilar?) la vida.
¿En qué se paga la vida?
Hay varios apriori en esta pregunta aparentemente inocua:
Voy a suponer que se trata de un bien que poseemos al nacer (¿quiénes?) y que vamos vendiendo (¿a otros?). Pero entonces no tiene sentido la pregunta, porque de ser así, no tendríamos que pagarla sino que cobrarla. La pregunta, de alguna manera, asume que somos nosotros (¿quiénes?) los que tenemos que pagar por ella, por ese objeto que hemos asumido que existe, y es comercializable.
Tengo que retroceder y asumir que no poseemos ese bien llamado «la vida«, sino que vamos adquiriéndolo en (in)cómodos plazos. El mensaje, de este modo, sugiere que hay alguien que la posee previamente y nos la va proporcionando. Hasta hace poco, ese alguien parecía ser seguramente algún tipo de deidad más o menos personalizable y a quien se le iban entregando los diezmos correspondientes o bien sacrificios a modo de pagos. Pero, ahora que sabemos que Dios ha muerto (aquí hago un salto al vacío para ahorrar teclas), parece ser que «la vida» ha pasado a ser un bien depositado en manos de… durante un tiempo los estados quienes tenían poder para decidir si un ciudadano podía adquirirla y, en los últimos tiempos, entidades financieras como esta que se enseñorean del bien en cuestión poniéndolo a la venta. Y, por supuesto, lo venden en Euros.
Miedo, verdadero miedo, me da pensar que este anuncio es un anuncio de lo que viene: Pagar por tener derecho a vivir. Y vivir para trabajar, para poder pagar ese derecho.
Y se me olvidaba mencionar que ni siquiera hay una verdadera librecompetencia en el mercadeo de «la vida».
Bufff…..
Aún recuerdo el tierno viaje a Santander, con la belleza de sus campos que se cerraban acercándose a la ciudad, preciosa, donde impartí un Taller de Poéticas Objetuales y Performance durante el último fin de semana del mes de Enero de 2012.
Jana y sus compañeras de piso, las adorables Marta y Lu(cía), decían vivir en Manhattann por la belleza de las vistas desde sus ventanas. Mejor no les cuento que, cuando estuve en Manhattan, las vistas eran espantosas desde las habitaciones de los mortales, pues los edificios son tal altos que, a duras penas puedes ver algo distinto a una enorme pared frente a tu ventana. Ya querría Manhattan (la de los mortales) tener las vistas que había desde este piso 11 de las afueras de Santander. Me enseñaron a distinguir a una ola del mar que tiene el divertido nombre propio de La Vaca Gigante.
El domingo por la mañana callejeando acabé por llegar antes de tiempo al lugar en el que se impartía el curso y pude aprovechar para observar el suelo. Sé que eso de mirar el suelo en exceso es peligroso y puede conllevar a la pérdida de conciencia por el choque con una farola, por ejemplo, ya me lo decía mi padre, pero también lleva a una mirada cariñosa de lo que todos damos por sentado o por pisado, que son las baldosas y cuya belleza, en ocasiones, merece una o dos fotografías.
Las líneas que trazan son tan adorablemente geométricas que les dediqué un proyecto fotográfico entero, llamado Líneas (en Madrid) a lo largo del 2011.
Para terminar, me encontré, en la otra acera del sitio al que me dirigía, la fotografía triste y pesimista a la que ignoré, salvo por el hecho de que me resultó interesante saber que, en el peor de los momentos, siempre nos quedará la escritura, aunque sea en las paredes.
Que no, que no es verdad. Tu vida es lo que tú quieras hacer con ella. Si es una mierda es porque eres coprofílico… y eso es cosa tuya, no me meto… pero «LA» vida no existe. Existe como vida de alguien, último y único responsable de el resultado en el que se convierta ese LA.
Así que a trabajar y a hacer que no sea una mierda: aléjate de todo aquello que te huela mal. Es una pista para alejarse de la mierda. Aléjate de lugares en los que haya muchas moscas, aunque eso te pueda dejar en soledad. Pero, seguramente, evitará más de una mala pisada.
Y si, por último, caes en la mierda en la que tu vida puede caer, no olvides que no es nada más que un paso en un camino. Sigue caminando y procura andar en dirección a algún lugar sólido y limpio en el que te sientas a gusto.
No dejes nunca de caminar… salvo que te guste quedarte donde estás. O jódete.