Cuando tu trabajo es hacer realidad los sueños

Supongo que es difícil cuantificar el salario que ha de percibir alguien que, como yo, se mueve en el onírico mundo de las ambiciones imposibles, los anhelos íntimos, los sueños inalcanzables… y por otro lado con el pragmatismo que me caracteriza, colocando plazos, diseñando estrategias, definiendo objetivos, para lograr que esos imposibles se conviertan en realidades, y así hacer que la realidad se inunde de poesía.

El viernes casi se me salta un lagrimón, como reza el tango, al ver la emoción contenida de María Jesús Orella en la presentación de su primer libro de poesía, Zureos, que he editado, participado en su gestación desde los talleres, corregido, revisado, mimado… elegido letra específica para su puesta en papel (puesta de largo), diseñado su portada y, por último, pero no por ello menos importante, presentado en sociedad haciendo de maestro de ceremonias en un recital emotivo, participativo, simpático, tierno en que sus amigos y familiares estaban henchidos de poesía, orgullo e ilusión.

Cuando además has escrito incluso el prólogo para el libro, sientes que se presentó, de algún modo, algo tuyo.

¿Debe la poesía ser lírica?

Ella lo sabía,
que llegaría el momento,
que llegaría el día.
María Jesús Orella

Cualquier frase que comience con un «debe» es poco de mi agrado y especialmente si se acompaña de la poesía y lo que ha de ser. Liberada del corsé de la métrica, la rima y otras medidas objetivas académicas desde mediados del siglo XIX gracias a Baudelaire, Rimbaud o, al otro lado del charco, Whitman, la poesía se debe a la libertad creativa por encima de ninguna otra obligación. Es una libertad que acarrea la destrucción del criterio objetivable garante decisor de si un texto es o no un poema. Podemos afirmar que el academicismo, como Dios, ha muerto en el mismo siglo y quizá por las mismas causas. El juicio sobre si un texto es un poema queda ahora vinculado a la intención del artista, subjetivando la crítica, lo que ha permitido o forjado la evolución divergente de las corrientes poéticas tan diversas ahora mismo que resulta imposible saber a cuál de ellas adscribir la obra presente.

Esa libertad, casi libertina, conlleva también sus propios riesgos como es el de desoír esa intención íntima prestándole atención a los aplausos más o menos ocasionales de terceras personas, lo que resulta tentador en estos tiempos de valoración en función de números de «likes» o seguidores en redes sociales. Tampoco es baladí el delito de impostura, ausencia de ética personal que lleve a reclamar como poema cualquier cosa sin que realmente sea una decisión personal sino tan sólo un camino fácil de labrarse fama o pretender ser, sin ser.
No obstante, siempre dentro de esa libertad, existe la posibilidad de apostar por escribir poesía lírica y, por qué no, rimada, medida, más o menos encorsetada voluntariamente, entendiendo que lo importante es el ejercicio de la voluntad individual para defender un texto como poema.

La lírica (del latín lyr?cus, y este del griego ???????)?transmite sentimientos, emociones o sensaciones subjetivas respecto a un objeto de inspiración. Dice la RAE que la lírica, en su sexta acepción, es un género literario, generalmente en verso, que trata de comunicar mediante el ritmo e imágenes los sentimientos o emociones íntimas del autor. Nadie pone en cuestión la etimología que liga lírica a lira, refiriéndonos a los orígenes como canto de la poesía.
La poesía de María Jesús Orella es expresión de la emoción, en primer lugar, pero el enorme peligro de esta búsqueda está en sobrepasar el umbral que separa sensibilidad de sensiblería, sentimiento de sentimentalismo. Afortunadamente la autora no sucumbe a la desventura de dejarse llevar y acabar plagando de lugares comunes sus poemas para producir un efecto programado, una emoción enlatada, un manierismo rafaelista.

María Jesús Orella crece desde la modestia, hasta alzarse con poemas de una belleza e intensidad elevadas, atreverse a experimentos poéticos en aras de desarrollar la inquietud que la gobierna, como lipogramas oulipianos o esa anomalía en su poemario que es “pintando letras” y, por supuesto, verter su intimidad en unas líneas con el pudor debido pero con la valentía necesaria para ello.

Acudió hace años a los talleres de poesía y escritura creativa de la Asociación Cultural Clave 53 afirmando rotundamente que ella no escribía poesía, pero poco a poco fue calando en ella la voluntad, ese deseo innoto, indescifrable, que arrastra a quien lo siente a posicionarse como poeta aunque ello implique (éticamente) tener que saber qué significa afirmar hoy día que un texto es un poema.

Con esa vocación descubridora transita por poetas que ayudan a modelar una poesía propia, como son los escritores simbolistas decimonónicos, de quien cabe decir que es gran admiradora, al surrealismo, pasando por poetas contemporáneos africanos, checos y cualquier influencia que pueda utilizar en su provecho, pues la escritura madura en la lectura y María Jesús bien lo sabe.

En su poesía conviven la risa, el llanto, la nostalgia, la esperanza, la vida, la muerte, el amor, pero nunca el odio; la dulzura, pero nunca la amargura; la libertad… Pero a todos los temas les dedica cantos, pues busca que su poesía sea tan lírica como pueda ser, expresiva, conmovedora, poblada de referencias literarias, dotada de un léxico de riqueza ejemplar, sabiendo, como sabe, que es una mera elección personal y no una exigencia académica, lo que le aporta el valor de su ejercicio libertario; declara cantar a la libertad, a las flores en primavera y a las hojas secas del otoño, a las penas y a las alegrías…

En la presente edición, se ha optado por no agrupar los poemas de acuerdo a sus temáticas (que, finalmente, resultan transversales y comunes a muchos de los mismos), ni a la cronología en la que fueron escritos o a la que referencian, eligiendo una sencilla ordenación alfabética que permite convivir poemas de un tipo con otro, de una época con otra, de una temática con otra, aportando así una suerte de contrastes que permitan al lector o la lectora las pequeñas sorpresas de lo yuxtapuesto, como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser con un paraguas.

Yo sí sabía que llegaría el momento, que llegaría el día, este día, en el que este libro viese la luz, pues esta poeta, que quizá no lo supiese, tenía muchas ganas de decir y, por suerte, aún le queda mucho más por escribir.

Presentación de Verso Blanco

Recital Presentación en la Librería Menosdiez
Viernes 21 de Junio 2019 a las 19:00

Talleres de Poesía y Escritura Creativa
Asociación Cultural Clave 53
y
Giusseppe Domínguez

Te invitamos a la presentación del libro de Poesía
VERSO BLANCO

Escrito por:

Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno Gil, Delia Bianchi, Ernesto Pentón Cuza, Eva Obregón Blasco, Irene Chacón, Isamaría JM Isabel Jiménez, Javier Jiménez, Jose Luis González, Sal Ander, Kay Woo, Tanja Ulbrich, Leticia Rejas Rujas, María Jesús Orella, María José Gómez Sánchez-Romate, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Pepa Delgado, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jimenez

Editado por Giusseppe Domínguez

Hilando fino como aprendiz de editor

Terminada la maquetación del libro colectivo de este curso 2018-19, me voy haciendo pequeños detalles a modo de experimentos editoriales que mejoran la calidad de los ejemplares, pero es peligroso no caer en manierismos excesivos o barroquismos fruto del deseo de demostrar habilidades…

Hoy he estado reduciendo el ancho de una línea que separaba los números de página para hacerla menos masiva por decirlo así y he encontrado que diferencias en la décima de milímetro son muy significativas. Aunque pueda parecer ridículo. Por ende, he preferido no encajar la línea vertical con la horizontal para no dejar una sensación de claustrofobia, de encerramiento, con una numeración encarcelada.

El diminuto sello de una clave de sol que hace referencia obvia a la Asociación Cultural Clave 53, a falta de una definición editorial independiente de los talleres. Es algo que está por llegar, pero eso será en un futuro próximo y seguramente no para el libro colectivo, que seguirá siendo fruto de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación.

Son pequeños detalles y aun así me importan.

Como siempre, editando y trabajando con software libre, el libro ha sido maquetado sobre Linux Mint, usando LibreOffice como herramienta para revisar el texto, compuesto con Scribus y la portada está realizándose en este momento con Inkscape.

Memorias de Julia Urbán

Por fin han llegado los 25 ejemplares que he terminado de editar las Memorias de Julia Urbán, una mujer que depositó su confianza en mí hace casi dos años y que estuvo trabajando en la escritura de su autobiografía que han terminado por ser un precioso libro de más de 240 páginas.

He probado una imprenta nueva y no parece que haya ido mal, aunque tampoco es que el producto sea muy sofisticado, así que es complejo valorar cómo habría sido la edición de una tirada más complicada.

La portada ha perdido algo de brillo (de tono, más bien) pero creo que la culpa es mía por no saber manejar correctamente paletas de color adaptadas al mundo editorial. Tendré que seguir aprendiendo.

De momento, orgulloso de haberle podido hacer realidad ese sueño a un precio razonable y con una calidad bastante alta, siendo un editor recién llegado, pero que compensa su escasa experiencia con trato personal y entrega absoluta.

Probando estilos en Scribus

Este lunes he pasado la mañana probando estilos de crear páginas maestras para incluir los números de página automáticamente en Scribus.

No es fácil pero tampoco es imposible. Ahora bien, no tengo claro que los resultados que obtengo sean interesantes.

Estoy en fase de aprendizaje, lo sé, pero a veces estoy algo perdido con respecto a normas estéticas en este ámbito.

De momento me decanto por una pequeña semielipse en fondo negro al lado exterior de las páginas numeradas con un dígito blanco sobre ella. Es sencillo y espero que no pongan muchas pegas en la imprenta con la cantidad de negro, que no supera el centímetro cuadrado.

El tipo de letra es una futura de 10 pt, pero no sé tampoco si debería ir a elegir otra letra menos ligera para tener más blanco sobre negro…

Hummm… probando, probando…

Esto no es una broma