Es la última palabra
antes de obedecer los pasos que me alejan
a la plaza de lágrimas vivientes
en la ausencia
que habrá de tener otra llamada
pues llena mi silencio con las olas que rompen con violencia entre sus dientes
se convierten en luz y me iluminan
un rostro que quiere volar a tus entrañas
como alfajor de nieves uruguayas
y un niño en el alféizar
colando una manzana para poder vivir
tan sólo una mañana.
En el azul azul de una mañana
que crista en la palabra
un rayo verde
de hoces y de lástima
asterisco que rima con albricias
de azúcar y villenas,
sí,
sin un oculto
hábito de noche, habito en tu recuerdo
al roce inmortal de cascabeles
puntas de estrella azul
dolor de ausencia.
Volar en la llamada un eco sin palabras
que llegue a su destino
de vos
de vos
de vos
de voz enamorada.