Has decidido matarme porque te da la gana
y no cuentas para nada conmigo
porque sí, porque te da la gana
has decidido matarme
a golpes de tus besos
a rabietas feroces de tus senos
que se abandonan
locos como una manada de cerdos piafando
un abanico de loros amalgamados
en los que tu pensamiento
se convierte en divino
y das por sentado que puedes
que puedes matarme porque sí,
porque tú lo dices y no hay más que hablar.
Libros
Colección de libros publicados mediante blog. Más información en la sección Libros de la web www.giusseppe.net
Travesía
entre tus ojos y los míos,
una nube de polvo se cernía
y nos acabó por descubrir
que nos queríamos cual ciegos
a los que el verbo ha hecho personas
y descubierto la vereda de la dicha
en una mirada que surca
una nube de polvo que se cierne
entre tu soledad y la mía
enamorándonos,
haciéndonos pequeños cosquilleos
en los párpados
interrumpidos por un despertador que levantará
tus lágrimas mis lágrimas
el intento feroz de ser felices
objetivamente y llenos de misterio
que las frases del miedo hacen miseria
antes de que las matrículas se borren
de nuestros anillos de saturno
alba de la noche,
tu llanto me seduce con
lágrimas de seda que saben a sal,
lágrimas de azúcar que beso enloquecido
hasta tu despertar
alba de la noche:
travesía de encantos en la ciudad de mi vida.
Para Carmen
91/6742552
“Qué extraño desvarío”
Lope de Vega
un saco 3 en la calle.
ella no está y sí está.
las palas pasan portando palés
de venezuela y sueño,
abrelatas de tierra
que alquila su espaciotiempo
en el universo.
el problema de la convivencia es
quien saca la basura
que se va pudriendo
desde hace tantos años
que acabamos en las calles
junto restos náufragos de una mudanza
gritándonos al oído
¡esto no es justo!
los dos estamos sufriendo.
sin embargo, el saco 3
tiene un número de teléfono
¿porqué miras al suelo?
¿huyes de mí?
no quiero llorar en tu presencia
y que me digas, como ayer,
que desvarío.
El Jubilado y más
Lo consiguió.
Al fin llegó a la meta
con una casa con jardín
una playa en la cocina
un perro negro y gris
varios televisores
y otros electrodomésticos
que demuestran
que el tiempo lo cura todo,
el tiempo de sudor,
sangre en las manos
un llanto convertido en piedra
para llegar.
No me puedo concentrar
porque estás lejos
y tenemos una conversación pendiente
que el saldo inferior a 500 pts
me impide continuar.
Soplo el aire ante mis ojos
que en el frío te recuerdan
morena y añil
como de barro
amasando el verso en tu piel
abrazando mi recuerdo
tu recuerdo
en una ausencia
que nos envenena
porque estás lejos
a pesar de tanta tecnología
que los astronautas llevan a la luna
para prostituir la poesía
que se libera y gime
¡soy la más puta!
Rompiendo la mierda de la encrucijada
en la que se escupen
las ánimas borrachas
a la luz de cada amanecer
cuando el frío ronco
apisona cadáveres
que tienen la osadía de llamarse hombres.
El Jubilado
Pasé por delante de su oficina
hace tan poco tiempo
que casi uso el presente
y quise llamarle
no sé para qué,
supongo que para decirle
que está presente en mi vida,
en la vida que me dio
donde hace una semana
volaban versos
hechos de seda negra.
En otro tiempo,
yo no entendía a mi padre
y aún hoy
no le entiendo
pero ahora da igual
porque quise llamarle
no sabiendo para qué
desde la puerta del edificio
de una oficina
que ya
no es su oficina.
Inteligencia
Y al día siguiente
el cansancio parió las invenciones
y la pereza, la inteligencia artificial.
J.J. Bajarlía.
Tú y yo andábamos rendidos.
El sol en nuestra ventana
se estrellaba contra dos marmotas
con colas enamoradas
que se besaban
y se besaban
y se besaban
tanto
que nuestro sexo
inventó el amor.
Añoranza
El pan que te di para vivir
se deslizaba
en el corazón de las hienas.
J.J. Bajarlía.
Hay un claro en el fondo del bosque
que habitan las cornejas y los duendes
los lagartos de río
el sapo de montaña
y un frío de penumbras
que en el mediodía
trae tu nombre a mis labios y,
por no tenerte cerca,
me muero
y te telefoneo.
Sueño una pasión
llego a la cama
y ella está envuelta
en nuestro edredón.
necesito un abrazo,
un beso suyo,
un segundo de ternura
que
acabe con la soledad
de un secreto terrible.
sus labios acarician
mi alma enamorada,
sus ojos alegran
mi mente enamorada,
sus dedos…
***
camino entre la niebla
cargado de pasado
con un ansia en mi pecho de salir
adelante.
Ella toma mi mano
con su mano de barro,
con su risa tostada
bajo el sol de madrid.
me guía a su habitación,
subimos la escalera
que separa del mundo
su cama en las estrellas.
desde su ventana,
sentado a su lado
con unos calzoncillos
y una camisa larga
veo mi ventana.
a través de las nubes,
por encima del tiempo,
abrazo a mi mujer,
desnudos
bajo el cielo.
Ella se ha desnudado.
sus pechos moribundos oscilan cabizbajos
y sus manos se empeñan
en resultar de nata.
sentado a su lado
me duele la postura,
un pie en el suelo frío de su celda infinita.
en la puerta
la hermana
llevando el pelo rojo
el amante
llevando el pelo negro
y siempre
la amargura
de una sonrisa triste.
a través del silencio
brutal
de su llegada
abrazo a mi mujer,
desnudos
en la cama.
Ella cubre sus senos
con sábanas manchadas,
una colcha de felpa se cae
a su costado.
yo no puedo explicarlo
pero
siento desdoblarse
mi yo
detrás de esa ventana.
no quiero explicaciones;
quiero contemplar
la niebla
el silencio
sus ojos en mis ojos
mientras cardamos besos,
no dejar escapar
su cuerpo y su pasión
por estar en un sueño.
quiero despertar
y anudarme a su pelo
su mata de dios padre,
bajo la corredera,
al lado yo,
sentado,
Ella
se desintegra
y yo salgo volando
como misil de la NASA
hasta el abismo
que nos ha separado.
me hundo.
yo me hundo
en el campo de minas
de su carne minada,
me hundo
como el fuego
que desapareció,
el fuego que quemó
la cama, la ceguera,
su olvido,
un rayo de esperanza
y puedo ver,
a través del misterio
que se resolvió el ciclo,
se abatió el infinito
se rompió la barrera
y vibré.
vibré bajo las dunas de su culo vainilla,
cavé cueva sin fondo
en mitad de un desierto
y viví allí,
por siempre,
en el centro mismo de la pasión.
Se fueron los sueños
La luz era un cono
que recogía las palabras.
J.J. Bajarlía.
Se fueron los sueños
por el fregadero
y me quedé solo
comiendo rollos vietnamitas
que quemaban mis labios
como tus besos
que están tan lejos.
Se fueron los sueños
por el sumidero
acogido al olvido
en el que convertí
tu ausencia.
En proceso
Podría ser un maestro de la metáfora,
un mago de juegos de palabras
pero no quiero eso.
Aún
no sé qué quiero.
Experimentos, supongo,
jugar a ser escritor
como un niño juega a ser hombre
para crecer
a la orilla de estas calles,
abrazando a la realidad hasta abollarla
y deformarla
a mi imagen
y semejanza.