Me cavó por dentro

Hace ya muchos años
comencé a balbucear
encontrando así extractor de lágrimas
de mi garganta.

Pero el maldito chisme tenía vida propia
y comenzó a horadar mi corazón
haciéndose un huequito
de donde no salió.

Desde allí invadió mi alma que ahora es suya
para dominar mi voluntad
mis dedos y mis piernas que son
sus dedos y sus piernas.

Más tarde este roedor
que me cavó por dentro
devoró mis entrañas,
se apropió de mi sexo.

Lo que yo no creía, también se hizo posible:
se metió entre mis ojos para ocupar mi mente,
me echó de mi trabajo,
me requirió completo
sin pausas, sin opciones
incondicionalmente
mi espíritu y mis pedos
mis mujeres, ciudad,
mis amigos, cafés,
hasta mi psicoanálisis
y
¿cómo no?
mis cuadernos.

Hoy soy un agujero
que absorbe cuanto encuentra
para poder volcarme
de nuevo en forma escrita,

pues me cavó por dentro
y me sembró de nada:
palabras y silencio,
silencios y palabra.

Son mis voces cantando

Pero parece la sirena de la policía
parece la guerra callejera.
La ciudad arde
mis arterias se llenan de poemas
y gritan entre el asfalto y los semáforos
un alarido
vándalo
casi gutural
para pedirle a dios que acabe con el hambre.

esta mañana,
cuando iba a trabajar,
tropecé.
una masa torpe
se movió entre harapos
y mi corazón dio un vuelco.
sin embargo, era una mañana más
un día normal,
cualquiera,
como yo
como la masa triste bajo los harapos
y tres policías salieron del furgón,
lo ataron
lo encadenaron
ante mis ojos
silentes
y cobardes
que bajaron la mirada
y huí,
despacio
a mis quehaceres.

Hojas de Piedra

Poetas que temblando abrazan una droga.
Mario Trejo.

Están en mi calle, en mi misma esquina
con una sensibilidad
de sombra y miedo
una mañana de hielo y muerte
sangre quebrada en venas sin futuro
y mierda bajo su gabán
¡Sí!, sus propios excrementos
oliendo
Paso a su lado y cruzo de acera
tiemblo
¡Sí!, tiemblo de miedo y de dolor

Están en mi calle
en mi misma calle
bajo mi ventana cálida y serena
abrazándose.

La muerte les espera.

Sonrisa

¡Qué bello es vivir para verte!
sabiendo que has de morir
voy a matarte
para no dejarte ir
sin un último abrazo enamorado.
Voy a dejarte ir
por tus propios pies
huyendo
de la felicidad que no pude ofrecerte
más que en un sueño
pero tú no duermes.
Voy a dejarte
y reirás como nunca te has reído
hasta morir
viviendo intensamente
agotando la vida
sin dedicarme nada más.

Estoy rodeado de mujeres y no es un sueño. Es real. Están ahí, pidiendo chocolate con leche llenas de voz de caramelo.
Yo quiero ser sus dientes,
quiero ser sus mecheros,
quiero estar en sus hilos que pueblan sus senos.
Pero estoy a mil metros
estoy lejos
lejos
como rayo de infierno
cayendo de costado
en el brillo
brillo
de su pelo.

Luises encontrados en matrimonio
como las grietas del aire
Aire
una a más grande
un grito
un silencio gritado, gemido, suspirado.

Terrano. Cuscuréltico
interrumpido por
sus
ojos.

Son ojos de miel
son cascabeles
son giselas de sien
en mi cerebro
inmortal
viva la vida entre sus
lindes
del brillo de su pelo
a
el mate de su pelo.

Esto no es una broma