A Malena

Un día me desperté
y allí estaba
como si yo no hubiese hecho nada,
ella no hubiese roto nunca un himen,
ambos no hubiésemos
amado
aquel destino por venir,
aquella mano pequeñita
que allí estaba
como si me mirase
aún, que no miraba
y me sentí nacer
con ella
que nacía
como si nada
como si todo
al mundo que ya, sin conocerla,
la quiere, se enamora
como yo como ella
y nuestras palabras se vierten
se divierten
se convierten
en un nombre eterno
de tristeza
de alegría
de vida y de futuro
junto a nuestra cama de estrellas
ha nacido un milagro
y ya puedo creer en Dios.

A Malena

Aún no has llegado y ya
me cuelgo de tu risa
que será su risa,
de tus ojos
que serán mis ojos
de tus labios
de cada uno de tus poros
en tus codos
en el eje de tu ser
que aún no es
y ya lo añoro.
Aún no has llegado y ya
vivo entre tus suspiros
entre tus dedos
al lado de tu llanto
bajo las angustias de tu cama,
en las alcantarillas del ático
que te alumbra
que te alumbrará
que te ha alumbrado.

A Malena

Recuerdo a tu madre en la distancia,
al otro lado del mar
saliendo de sus clases de tango
mientras yo espero su llamada.
Mi móvil marca la hora española
y ella ha salido ya.
En un restaurante vietnamita
el tiempo se detiene,
papeles vuelan en la noche
y sé que nacerás.
Recuerdo con avidez futuro venidero,
amor en descendencia floreciendo en tus dientes,
tus apenas dos dientes
que ya perfilo y siento.
Pues aún no te conozco
y sé que serás encantadora
y me enamoraré de ti
tú de mí,
pero ella se reirá
de y con
nosotros
mientras los vientos de la noche
volarán en tu cama
conmigo
con ella
por tu tranquilo sueño
de adjetivos traspuestos,
a la luz de la luna
que por el cono del mundo
atraerá las palabras
para depositarlas
todas
en tu vestido rosa,
tu almohada de brillos
de luz y de luna
de esencia de mujer
con nombre de cereza
y tango arrabalero
para medir las fuerzas
con todo tu destino
hasta que me jubile
y deje de escribir
y deje de vomitar respirar existir abrazar
aclamar reclamar deglutir sollozar orinar
fornicar desollar adorar
o cualquier otro verbo
que no sea
morir.

Algo me separa de tu nombre

Voy andando por la calle
por el centro mismo de la vía
arteria ensangrentada de miseria
y veo en tus ojos el
olor a muerte de tu vida
pero no puedo romper nuestra barrera.

Romeo y Julieta con balaustradas subterráneas
no tengo el valor para abrazarte
contra todo pronóstico de miedos
saltar el acantilado de la acera
tumbarme a tu lado y sonreírte
conseguirte la droga que requieras
para hundirme, con ella, entre tus venas.

Algo me separa de tu nombre

No soy capaz de integrarte en mi persona
y ser un uno completo indivisible
símbolo de frialdad, quiero matarte
negarte, y que desaparezcas,
que yo pueda volar,
pueda ser libre, por fin, en cuerpo y alma
saltando por encima de mí mismo
de ti mismo
al crepúsculo azul de porcelana
donde palabrastrellas cuecen ritmos

pero algo me separa de tu nombre
y no sé qué es.
Quizás, para saberlo, aún, te necesito.

Esto no es una broma