Volar

Entre tus tetas, montañas trasnversales
un canto de sirena con la guitarra de cuerdas hecha vientre
agua de mar, azul de Bariloche
en la pesadez oculta de la crisis,
austeridad añil, cruz de la guerra
sin sexo y sin misterio
de luz láser porcelana
que me sale ante la gris cabalgadura
de un incierto moreno por su canto
en la noche
en la noche.

Volar

Siendo antena de móvil
sin cobertura
siendo sirena de ambulancia
cargada de muerte
… grito de miseria
irremisible
armando poesías sin sentido
como toda mi vida
y tu mirada
otra palabra que no tiene cobertura
en mis oídos.

Pequeño trama de protocolos
que arman la nave de los sueños
para poder volar,
volar hasta tu sexo
y poseerte,
tenderte en esta pobre
estancia sucia y mugrienta
que tu pelo lo barra con líquidos fluorados
lavando mi aspiración
a poseerte.
Haciéndote libre una mañana
que abres más botellas
que piensas que conoces
el fondo de tu alma tan barata
como el café, la luna y tres facturas.

Hoy, quiero volar entre tus tetas
escalando sin tocarte
la trenza de fuego que te agarra
y desprenderme
despacio
hasta tu cama.

Volar

El techo es tan alto que puedo hacerlo.
El suelo es tan fijo que puedo hacerlo.
El aire tan denso me deja suspenso
entre tus labios, mis ojos y tu sexo
volando, volando
como si ya no pudiese hacer nada más,
como si en Madrid se hubiese muerto la miseria
el día de hoy fuese el principio del mundo
bajo el bolso rojo de tus caderas,
la falda mimada por las metáforas
un olor a fragancia de tu cuello
que me pide mordiscos infinitos
un hálito de besos
sin luz y sin misterio
en una habitación llena de estratos
embarazados y libres: solitarios,
mientras la pasión rompe a llorar
el líquido elemento te consume
entre tus propios brazos,
amando la flor,
capullo espinas
en la pelada noche de recuerdos
el 67 se vuelve escarabajo
me arranca sonrisas en lo oscuro
donde alcanza tu luz
tu luz y tu misterio
de trenza de escalada
desde donde lanzarme
al abismo escarpado de tus dientes.
Quiero dejarme morder por tu mirada,
follar en el silencio de lo imposible
no dejar pasar otra ocasión
bebiendo otro café,
aquí, en esta ventana.

Volar

Sos un taxi amarillo
y yo un boludo
que escribe en pergaminos
palabras del otro lado de la esfera
con tus dos siluetas quemando gravedades
al abierto calor del mediodía
mientras tus brazos
me poseen
sin ellos darse cuenta
en un abrazo amarillo
negro de delantal
a punto de despegar del aeropuerto
rayano en la verdad que son tus ojos
huracán de azúcar
plata negra
con que abrasar miserias
ritmo de caldo andaluz
a la orilla del Plata
bajo tu encanto azul
azul y tú
que te me vas y yo
que ya me he ido.

Volar

Me cruzo en aire un guiño intelectual
con un pirata más bien momificado
al paso por la plata
en el exilio de unas exiguas vacaciones
que no den para nada un río de versos
pues no sé si escribir una palabra.

Vivo contradicción en tu trasero
vaquero sutileza pues no dije tu culo
ni tan siquiera orto
agujero de sexo sodomita,
entonces, me relajo y no,
no sé si escribir otra palabra.

Volar

    Sin vos volando por el salón de la casa
    como si fuera un aeropuerto internacional
    yo no hubiera podido concebir
    que el destino de la poesía era volar.
    Miguel Oscar Menassa.

Camino de la plaza arde el misterio
de sombras y de miedo
de alegres sombras tristes
que te extrañan
acá, en esta distancia.

Ya no vadeáis el campo enamorado
rubor anochecido con facturas
alegre alegre y triste
entre volandos
de tus dientes de olvido
risas de ñil arqueando el tiempo
que tarda en llegar al vuelo de londres a tu piel.

Te amo y no te olvido un instante
al paso de mis lápices
por papel verruguilla en flor.

Y no hay más que decir.

Volar

Me gustan las minifaldas
con tantas piernas colgantes
que llegan hasta el suelo
creando un cielo de nubes en sexo
que me trae a la mente
el recuerdo

¿para qué quiero volar?
prolongarme hasta lo alto de tu infancia
al fondo mismo de tu cirujía
y quedarme

quedarme a tu lado entre tus ojos
metido en tu cerebro bailarín
con esa minifalda de neuronas
que hace para ti palabra eterna:
Tolerancia.

recuerdo que quiero volar y que tú vueles
al culo de mi espíritu
donde se clavan mis uñas
frente un cricifijo para amarnos
donde no llega la música
la pena
el dolor

tus labios y los míos
exploran las nubes del amor
roto de sexo y taxis
mientras 67 se desparrama en la vereda
por no saber
volar

Esto no es una broma