Sangre que dibuja un laberinto
almenas del recuerdo
y entre tus labios
aún
temblando
la caricia de un beso azul que no nos dimos.
Sin Clasificar
Agua de amor
Las lágrimas en sus mejillas.
Agua de amor
Nuestra segunda hija se llamará mar
para encarnar las letras de quienes la encarnaron
llenarnos de luz el horizonte
curarnos con sal viejas heridas
mar remontará los ríos de sus antepasados
saltando por encima de sus olas
y nos engullirá.
Agua de amor
Buceando en tu sangre
remonto el caudal que me adormece
amapola blanca enamorada
para llegar
a uno
de esos
centros
de tu mar.
respiro en tus alvéolos
el aire que respiras
en un beso
de saliva que viertes en mi boca
crisálida encarnada
para llegar
a uno
de esos
centros
de tu mar.
La sombra de tus labios
Veía todo de ti
tus ojos dientes nariz de porcelana
esa sutil palidez de tus dedos
acrílico trigal
pero la sombra de tus labios
ocultaba tu cruel indiferencia.
Agua de amor
Nos daremos un baño
a distintas temperaturas
quemándonos los dos
la piel recién nacida.
Sales de colores entre tus dedos,
aceites en los míos
y tu sexo abierto ante la luna
ostra de miel pidiendo dinamita
deseándonos
en el mar de cristal que fabricamos
llamándolo vivienda.
La puerta abierta
Bajo la mesa azul
lloraba un niño,
lloraba triste siempre
solo, un quejido.
En la cama pequeña
murió su infancia
creció su adolescencia
bajo una cama.
Triste de tanatorio
se abrió a la vida
un niño que lloraba
mientras reía.
Al alba abrió los ojos
de verde claro
llenando de silencios
papel mojado.
Y un grito en la distancia
le hirió en el alma,
arrancó sus orejas,
mientras lloraba.
El paso de los siglos
sobre la cama
tiñó de sangre negra
tinta del alma
una herida profunda
de tanatorio
que quemó su esperanza,
cerró sus ojos.
Pero un golpe de luz
le abrió la puerta
lo encontró allí, dormido
bajo la mesa
aullando rimas tristes
por sus heridas.
Quedaba algo que hacer:
La Poesía.
Agua de amor
Tengo un vaso de agua delante de mí
al lado del café con leche
un cuaderno que pasa
un bolígrafo ciego
y el recuerdo incandescente de tu sexo.
Voy viviendo al ritmo de mi sombra
me he tropezado
dando una patada a un cubo de basura
sin intención
cuando la sombra que lo habitaba
ha calado mis huesos
hasta lo más hondo
de tu corazón.
no sé qué ocurrió,
si algo se ha roto,
si los verbos me vuelven loco
o tú.
no sé, sinceramente,
cómo he llegado a ser parte de ti
a no ser más que sombra
a no ser más
que una sombra
que vive al ritmo de ella misma.
quizás sea el principio
de mi independencia.
Voy viviendo al ritmo de mi sombra
la de mi mano nerviosa
de café
que proyecta y proyecta
planes planos
y un sudor magullado
por el silencio
hace rozar el ritmo
de la palabra.