La puerta abierta

Bajo la mesa azul
lloraba un niño,
lloraba triste siempre
solo, un quejido.

En la cama pequeña
murió su infancia
creció su adolescencia
bajo una cama.

Triste de tanatorio
se abrió a la vida
un niño que lloraba
mientras reía.

Al alba abrió los ojos
de verde claro
llenando de silencios
papel mojado.

Y un grito en la distancia
le hirió en el alma,
arrancó sus orejas,
mientras lloraba.

El paso de los siglos
sobre la cama
tiñó de sangre negra
tinta del alma

una herida profunda
de tanatorio
que quemó su esperanza,
cerró sus ojos.

Pero un golpe de luz
le abrió la puerta
lo encontró allí, dormido
bajo la mesa

aullando rimas tristes
por sus heridas.
Quedaba algo que hacer:
La Poesía.

Voy viviendo al ritmo de mi sombra

me he tropezado
dando una patada a un cubo de basura
sin intención
cuando la sombra que lo habitaba
ha calado mis huesos
hasta lo más hondo
de tu corazón.

no sé qué ocurrió,
si algo se ha roto,
si los verbos me vuelven loco
o tú.

no sé, sinceramente,
cómo he llegado a ser parte de ti
a no ser más que sombra
a no ser más
que una sombra
que vive al ritmo de ella misma.

quizás sea el principio
de mi independencia.

Esto no es una broma