Regalo de Isidoro, como cada año

Como cada año, recibo regalos postales por estas fechas (y por otras), a veces en respuesta a las felicitaciones que envío o sencillamente, por gente que tiene bonitas costumbres, cariñosas y generosas, como Isidoro Valcárcel (de quien tanto aprendo) como la habitual holografía de Pepe Buitrago.

Este 2025 toca apuntalar (sostener, afirmar) lo que se pueda para que no se caiga.

Sigo recibiendo regalitos de reyes

Me ha llegado este libro a modo de regalo recordándome de parte de una exalumna de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 que defiendo, parece ser, con redomado afecto, pues genera que las personas mantengan este vínculo afectivo que les lleva a, después de haber «pasado página», seguir en mi misma página y recordarme en cada página que encuentran en sus páginas vitales.

Le envié una carta y un pellizco afectivo a mi querida Elena Bermejo (Ena Rojo, como poeta), quien vive en Barcelona desde hace casi un año y medio, pero me consta que no me olvida. Este ego que manifiesto no me desagrada.

El libro lo leeré en cuanto tenga ocasión pues tiene buena pinta, aunque últimamente estoy recibiendo tantos regalos que involucran lectura que comienzo a padecer algo de ansiedad. 🙂

Recibo belleza en el buzón

Hoy he vuelto a mi rutina (que ya era hora) de piscina y estudio, revisión de cuentas, de buzones de correo electrónico y, por supuesto, de correo postal. Y me encanta recibir joyas como esta pequeña pieza delicada de Yolanda Pérez Herreras, quien siempre me sorprende y me enseña nuevas formas de concebir el acto poético.

Muchas gracias al mundo por la generosidad de poner personas como ella en mi vida.

El primer poemario de Javier Jiménez

El primer poemario, según él, de Javier Jiménez es un regalo en varios sentidos:

Le agradezco que me lo regale, pues un libro vale su peso (metafórico) en oro (metafórico) y este no es una excepción. Pero en segundo lugar por su reconocimiento hacia mí como «guía», que no maestro, en el desarrollo de su estímulo poético.

No puedo sino sentirme orgulloso de ser acicate, artífice, desde hace décadas, de generaciones de poetas que llevan años pasando por los Talleres de Poesía de la Asociación Cultural Clave 53 que defiendo, como Javier me reconoce, como un espacio dedicado a la exploración en total libertad, de las posibilidades poéticas de la realidad, del mundo, a modo de cambio de mirada sobre el mismo transformándolo en un lugar mejor, más amable, más bello, más oferente, aunque no sea a partir de lírica manida (especialmente si no lo es, mejor dicho).

Regocijo de escribir: Gozo, como objetivo último, como motor de la creatividad: el deseo.

Para la edición (que no ha contado conmigo por ahorro de precios, lo que considero más que razonable), ha tirado de Amazon, pero bajo el sello de una editorial hispano-colombiana de nuestra querida compañera poeta Andrea Vidal Escabí que lleva el bello nombre y logo de «LA MÁAQQUIINA».

Y quizá mi sorpresa mayor ha sido la decisión de Javier Jiménez de usar una inteligencia artificial para «crear» las ilustraciones que acompañan la edición, en concreto la portada y contraportada, sus «ombligos» como él los llama, mediante refinamientos de unos cuantos «prompts».

Yo aún no he usado ninguna IA (AI, ay, ay, ay) para una labor, digamos, creativa. Es más, creo que salvo los usos que casi involuntariamente le doy cada vez que busco algo en Internet (Google mediante, por ejemplo), no la he usado en absoluto.

Ya he explicado en algún otro sitio mi reticencia (aunque tengo otras objeciones menos perfiladas), pero no mi oposición a que otras personas hagan uso de la misma.

En esta ocasión, el resultado me resulta agradable y no demasiado saturante ni predecible.

La contraportada, en concreto, diría que me gusta bastante.

Algún día, quizá, tenga que ponerme a experimentar con las posibilidades que ofrece esta tecnología que yo conocí en pañales, antes de que el procesamiento masivo del lenguaje y la información accesible vía telemática, convirtiesen la inteligencia artificial en una herramienta de cuya potencia apenas vemos la punta del iceberg.

Generación de Los Amigos

Precioso regalo de mi querido Armando Silles, quien, como ejercicio de un Taller de Poesía de Clave 53, realizó este soberbio retrato de su propio grupo y, por extensión, de otras generaciones a las que he dado algún tipo de voz. Artífice, que me llama el estimado señor Silles.

Extraído de Wikipedia

Generación de los amigos

Generación de la oreja de cerdo o Generación de Clave 53

Para que un grupo de escritores sea considerado una generación literaria, según determinados autores, hay que cumplir una serie de requisitos, que pasamos a reseñar en relación con el mencionado grupo literario:

1.- Tener una edad cercana, no distante en más de 15 años. En este caso no se cumple estrictamente, pero sí que todos los miembros han alcanzado la madurez.

2.- Formación intelectual semejante: los autores de esta generación leyeron con fruición a ciertas poetas polacas, el haiku japonés, el realismo sucio norteamericano, así como la poesía femenina guatemalteca, entre otras muchas influencias comunes para todos ellos.

3.- Un acontecimiento generacional que marque a todo el colectivo: la pandemia por covid 19 de 2020, alentó determinadas publicaciones como “Meditaciones un mirlo”, de J. Jimenez, o la incorporación de nuevos miembros, como Armando Silles.
Participación en actos comunes. En este caso se produjo la participación en libros colectivos, presentaciones y programas de radio, así como la presentación de revistas literarias como Yukali, donde colaboraba Isabel Jimenez.

4.- Presencia de un guía: el artífice y renovador poético Giusseppe Domínguez fue según todos los estudios el aglutinante del grupo.

5.- Existencia de un lenguaje generacional. Se trata de uno de los puntos más discutidos, ya que aunque la poesía como juego es una constante en autores como Vidal Escabí, A. Ycaza, o el propio Domínguez, el realismo intimista de Lola Arroyo, Liliana Marcos… o Isabel Jiménez, que comparte Silles, convive en este último con el tema social, también cultivado por JM Velázquez o el anteriormente mencionado J. Jiménez.

Por sus características y sus actividades de ocio, se ha denominado al grupo Generación de la oreja de cerdo, Generación de Clave 53 (tugurio y tertulia que solían frecuentar) o Generación de los amigos, parece ser que por la amistad que se profesaban. Así, el hecho de tener relaciones personales entre ellos es otro de los requisitos generacionales, que en este caso cumplen. Otras teorías menos aceptadas apuntan al nombre de cierta taberna donde recalaban, la Taberna Los Amigos. No se da demasiado crédito a esta hipótesis, por ser un nombre demasiado manido y tópico.

Algún estudio marginal denomina al grupo Generación Intermedia, por cierta broma que se atribuye a Giusseppe Domínguez.

Algunos haikus de Octavio Paz

Conocí el haiku de la mano de un ensayo magistral de este escritor mexicano titulado «Tres momentos de la literatura japonesa», dentro del libro Las peras del olmo, un compendio de textos sobre literatura que hace décadas que leí y me abrió los ojos a distintas formas de concebir la escritura.

En Las peras del olmo, Octavio Paz ha reunido algunos de sus textos críticos más reveladores. La primera parte del libro, dedicada a la poesía mexicana, contiene un valiosísimo estudio acerca de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz y brillantes aproximaciones a la figura de José Juan Tablada y a Muerte sin fin, de José Gorostiza, entre otros textos. En la segunda parte del volumen, que agrupa ensayos de variada temática, figura un extenso estudio acerca de la literatura japonesa, que se cuenta entre las primeras muestras importantes de la aproximación de Paz al mundo oriental, y una conferencia sobre surrealismo que da fe de la «invitación a la aventura interior» que preside la zona más genuina de la poesía de nuestro tiempo.

Próximamente, dentro del temático de Poesía Clásica Japonesa que estoy realizando en los Talleres de Poesía de Clave 53, leeré algunos de sus intentos de haiku (que no me parecen especialmente interesantes como haiku) que he rescatado de una de las antologías que tengo suyas. He de decir que, poéticamente, Octavio Paz me aburre bastante.

Basho An


El mundo cabe
en diecisiete sílabas:
tú en esta choza.


Troncos y paja:
por las rendijas entran
Budas e insectos.


Hecho de aire
entre pinos y rocas
brota el poema.


Entretejidas
vocales, consonantes:
casa del mundo.


Huesos de siglos,
penas ya peñas, montes:
aquí no pesan.


Esto que digo
son apenas tres líneas:
choza de sílabas.


Por supuesto, ha apostado por la métrica castellana para escribirlos, sin que eso sea algo que yo considere ni necesario ni innecesario. Una restricción más nunca viene mal, diría oulipianamente, pero ¿por qué no otras?

Aperturismo

El otro día, leyendo un artículo sobre abolir el turismo, me encontré esta perla de frase que contiene una palabra sobre la que no había pensado mucho:

[…] industria del turismo en España. Así, lo que algunos historiadores se empeñan en llamar “el aperturismo de los años 60” no fue otra cosa que un fuerte lavado de imagen de un régimen que pretendía lanzar el mensaje de que las torturas, las rapadas, los asesinatos sumerios y el hambre eran poco más que […]

Me sorprendió la posibilidad de lectura diferente que se podía hacer de ese APERTURISMO como APER-TURISMO, es decir, que no vendría de apertura, sino de abrirse al turismo masivo como parece ser que se hizo (y se sigue haciendo).

Pero esa industria, en este país, es intocable. Hay tantas cosas atadas y bien atadas… Otra noticia reciente hablaba de la posible (imposible) ruptura del tratado con la santa sede. Hay es nada.

Sobre el artículo, poco que añadir salvo que vive en mi misma burbuja, en esa que a veces mira a las demás personas con suficiencia o, incluso, superioridad moral y les dice que no saben vivir, que no saben tener una vida en la que el turismo no sea un «escape», pero olvida (como yo suelo olvidar en ocasiones) que la estructura social en la que estamos inmersos es mucho más poderosa que la voluntad individual.

Poca empatía en el mundo. Muy poquita.

Soprendente Mario Montalbetti

Tengo que agradecer a Ettore Ravina, una de las personas que asisten a los Talleres de Poesía de la Asociación Cultural Clave 53, que el otro día, durante una de las lecturas de Té y Poesía que organizamos, nos introdujese un fragmento maravilloso del libro Notas para un seminario sobre Foucault de Mario Montalbetti.

Me he descargado el libro completo, que no sé cómo conseguí, pero es muy probable que me lo acabe comprando en papel para leerlo con mucha más calma.

De momento, dejo constancia de mi agradecimiento y un pequeño párrafo mal formateado (no tengo ganas de editarlo en condiciones), pero que representa bien el contenido del libro. Original e interesante.

Caminando hacia aquí me sorprendió comprobar
que los cambistas andan por las calles
con chalecos antibalas
eso introduce el tema de hoy: poesía & dinero

    “El dinero es un tipo de poesía” dijo W. Stevens.

Escribiré entonces la frase en la pizarra
(algo escrito en la pizarra)
El problema es que Stevens también dijo
que la poesía era un meteoro,
un café,
un faisán
y
una forma de redención.
No importa. Es un tipo de dinero…
…que es como preguntarse
en qué se parece el dinero a la poesía
Y yo les puedo decir: en todo .
Se parecen en todo .
Lo cual no quiere decir que sean lo mismo
—para parecerse no hay que ser
lo mismo:
Nada se parece a sí mismo.
que es la clave del símil

Entonces, se parecen en todo
dinero y poesía
pero no son lo mismo.
Piensen en esto:
¿por qué vale el dinero?
Y cualquiera sea la respuesta que ofrezcan,
(porque circula,
porque es un equivalente universal,
porque brilla,…)
será la misma para el poema:
¿por qué vale un poema?
Bueno, no porque circule
porque no circula mucho
—pero sí porque es un equivalente universal
¿de qué? Del mundo;
—y sí, también porque brilla,
… a su manera
… como brillan las cosas que no son visibles
No lo están entendiendo. Fíjense:
he dicho que
lenguaje lenguaje, no hay
¿qué hay entonces?
lo que hay son lecciones
lección de cosas,
lección de palabras,
trivia
aquí,
cada martes;
entiéndanme bien, trivia que se mueve

    El modus tollendo tollens (latín: «el modo que, al negar, niega», conocido como modus tollens, negación del consecuente o ley de contraposición) es una forma de argumento válida y una regla de inferencia en lógica proposicional. Se puede resumir como «Si P implica Q, y Q no es cierto, entonces P no es cierto».

como un modus tollens,
—que ya saben lo que es:
no llueve,
entonces no hay lenguaje
o, lenguaje lenguaje, no hay, tal como digo
También,
hay lección de dinero
el Sr. Bauer lo ha puesto con gracia:
“le pagamos más al que cuida de nuestro dinero
que al que cuida de nuestros hijos”
Y ¿quién cuida de nuestros poemas
(especialmente cuando son presentados
en público)?
Los presentadores de poemas, ¿los han visto?
cuentan anécdotas, se ríen, dicen ser amigos
del poeta, haber bebido juntos…
(que es como ponerse un chaleco antibalas)
dicen cualquier cosa —menos cuidar del poema
No dicen nada del lenguaje del poema
que es lo único que importa.
Se han vuelto periodistas
Lo diré inmediatamente: el valor de un poema
no reside en lo que dice / sino en lo que le hace
al lenguaje
al lenguaje lenguaje que no hay.

Un poema realmente bueno
siempre resulta ser más interesante
que cualquier comentario que esbocemos sobre él.
No hay muchos así.
Hace demasiado calor
Hagamos un pequeño receso
diez minutos, luego continuamos

    (
    —continuemos)

Durante el receso alguien me pidió
si podía elaborar lo de la lección de dinero.
No suelo hacerlo
pero tratándose de la sesión inaugural
daré mi mente a torcer
es muy sencillo, realmente
el precio de una cosa no es el valor de una cosa
el precio de una manzana no es el valor de una manzana
etc.
hay fórmulas, si eso los tranquiliza
(en Marx, en Saussure)
prefiero que vayan al mercado y se aseguren
pero ahí no encontrarán el valor de nada
encontrarán puestos de comida
y a media mañana: sopa de morón
si tienen suerte;

También alguien preguntó por el modus tollens.
Se trata de esto,

    (escrito en la pizarra:
    p -> q, ¬q, -> ¬p)

que lo único que quiere decir
es que si no llueve (¬q), entonces
cualquier cosa puede ocurrir
y lo que yo decidí que ocurra fue lo siguiente:
lenguaje lenguaje, no hay
porque asumí que si había lenguaje debía llover
(eso es lo que el lenguaje dice, ‘llueve’)
y no llovió
así que…
Ahora avanzaré un poco más
Esto es importante,
algunas palabras corresponden a cosas

    (al menos:
    ‘perro’ a perro,
    ‘avión’ a avión,…)

Esto es más importante aún,
ninguna cosa corresponde a nada

Análisis sobre la pequeña pieza «Nueva Normalidad»

Hace años realicé una pieza muy determinada por el contexto histórico de la que recibí un largo y detallado análisis un tiempo después.

Fuente: Cross-Border Condition in Experimental Cotemporary Poetry – Laura López Fernández.
https://socialscienceresearch.org/index.php/GJHSS/article/view/3614/3503

Nueva normalidad” es una de las frases más utilizadas por la prensa oficial y otros medios de comunicación masiva. Es una frase comodín que representa los discursos de las autoridades gubernamentales como expresión de la narrativa oficial global de la pandemia (2020 y 2021) con el efecto de subordinación y, en muchos casos, erosión y eliminación de los asuntos nacionales. Las letras A y Z son inclusivas (principio y final del abecedario) de todos los discursos posibles como el tema económico, el médico y de salud, el educativo, el político, el administrativo, el deportivo, etc. La nueva normalidad alude a un mundo distópico de distanciamiento entre seres humanos, un mundo de encerramiento, de vacunación masiva con infraestructura militar, control de movilidad total, limitaciones de transporte, incursión de miedos, enfermedad, cuarentena y muerte. Una narrativa ante todo de control y vigilancia usando las nuevas tecnologías.

Visto desde el aspecto compositivo “Nueva normalidad” se puede leer dentro del marco del poema objeto (aspecto material: cartones superpuestos) y visualmente puede formar parte de la tradición del poema visual y alfabético. Semánticamente hay que destacar el referente globalista de la pandemia, resumido en la frase “nueva normalidad” y la actualización discursiva que se hace del típico estilo asemántico de los poemas alfabeto “A” y “Z”. En este poema, a diferencia de poemas que utilizan el motivo del alfabeto, el autor está conjurando un tercer espacio o espacio transfronterizo en la línea crítico sociopolítica del globalismo al igual que el poema anterior. En ambos poemas se expone de manera simbólica, a través de un tercer espacio o espacio transfronterizo (“nueva normalidad”, “You are here”) el alfa y el omega de la agenda globalista.

Regalos de la vida

El otro día me llegó esta caja por correo postal en respuesta a una pregunta que formulé a varias personas en el verano del 2023: ¿Qué tal te encuentras hoy?

Diana Córdoba ha tardado en responder casi un año, pero no lo ha olvidado, ni ignorado, ni despreciado… y me ha hecho llegar esta joya en la que ha debido de estar trabajando un tiempo.

La caja es espectacular y la edición manual de este poema visual me parece exquisita. No me quedan más que palabras de agradecimiento a este regalo que he recibido ante una preguntita casi intrascendente.

Esto no es una broma