Desde Paul Valery a la definición de la derivada

¡Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea!
¡Me has traspasado con la flecha alada
que vibra y vuela, pero nunca vuela!

Sin que me guste mucho la poesía de Paul Valery, me sorprende cómo en tan poco espacio (poético) es capaz de mezclar filosofía, poesía, matemáticas y física.

En estos versos de «El cementerio marino» está el bosquejo del cálculo infinitesimal, la definición de velocidad instantánea versus velocidad media, el escepticismo griego, metódico y racionalista, el zen, la contemplación de lo cotidiano, el futurismo y su afán por capturar el movimiento en dos dimensiones espaciales…

Ya llegarán Isaac Newton y Gottfried Leibniz… y otros que buscarán la manera de explicar estas paradojas… y crear otras.

¿Es casual que Valery fuese contemporáneo de Bertrand Russell?

🤔

He recortado un sello para hacer un sello

Hace unos meses, los compañeros de Estudio Mamífero me regalaron unos cuantos sellos de goma de un proyecto en el que habían estado trabajando.

Eran distintas frases con unas cuantas palabras de las que me dijo que si podía hacer algo con ellas que lo hiciese.

Hoy he tallado (por supresión) «G S P» en uno de ellos a partir de la primera de las frases del sello, que decía:

Preguntar siempre el
precio de las diferentes
opciones de vuelo para
adaptar nuestro horario y
conseguir un mejor precio.

Formaban parte de la campaña ES LO LÓGICO para la reducción de costes empresariales. Pero, por supuesto, lo sobrante estaban dispuestos a tirarlo. Esto sí es reutilización. Y eso que los residuos, es decir, todas las demás letras que he descartado, las he tirado a la basura.

Ahora, tengo un sello personal:

Soy solo un hombre heterosexual blanco

Pero vaya toda mi solidaridad con la Huelga del 8M.

Puede que no comparta parte de su estrategia, pero sí su ideología, muy bien reflejada en este manifiesto Hacia la Huelga Feminista del 8M.

Seguiré haciendo lo que está en mi mano por luchar contra el machismo allí donde lo encuentre. Incluso (especialmente) en mí mismo.

Hoy, por sororidad (solidaridad y concordia entre mujeres, que implica un reconocimiento mutuo, plural y colectivo), mejor estaré en el silencioso refugio de mi diario. Mañana quizá sea día de poder participar en una solidaridad y concordia entre feministas (independientemente de su género) y, ojalá, un día sea redundante porque todo ser humano sea feminista.

Ni siquiera le pediré a Carmen que haga huelga o se posicione, pues no quiero ser yo, un hombre, quien le diga a ella, una mujer, lo que ha de hacer.

Por otro lado, acabo de ver en FaceBook esta joya que explica mucho mejor que yo y con mucha menos amargura mi sentimiento al respecto:

*Comentario de Rubén Ibares Matute extraído del muro de Roy Galán en ref. Al #8M*

«Creo que hay que saber diferenciar la huelga de 24 horas con la manifestación. No tiene mucho sentido que los hombres hagamos el parón de 24 horas, ese parón se hace para que la sociedad entienda que si todas las mujeres hicieran huelga, el dia a dia de las ciudades seria un absoluto caos. Por eso no tiene sentido que la huelga la hagamos los hombres.

Otra cosa muy diferente es acudir a la manifestación, no solo en señal de apoyo, ninguna mujer debería necesitar mi apoyo o mi ayuda en un tema que influye día a día en la vida de todos (hombres y mujeres). No se trata de apoyar, se trata de compartir.

Yo tampoco quiero formar parte de una sociedad donde por el simple hecho de ser hombre tengo que ser el que más dinero gane, el que deba renunciar a ver como crecen sus hijos para no perder estatus en la empresa, el que no pueda expresar como se siente por miedo al rechazo o parecer débil y tampoco quiero formar parte de una sociedad que menosprecia el trabajo de cualquier mujer por el hecho de serlo. No quiero ganar más que nadie por hacer el mismo trabajo. Y quiero que se valore de una vez el trabajo de todas las mujeres que dejaron sus carreras para que muchos hombres estemos donde estamos hoy día. Sin ellas no hubiera sido posible.

Todo hombre que tiene un puesto importante en cualquier empresa que tenga claro que es gracias al esfuerzo y sacrificio de muchas mujeres, que dejaron de pensar en sí mismas para que triunfáramos.»

mobiliario-urbano-antipersonas, de Natalia Auffray

Me encantó la forma en que Natalia Auffray tejió estas cuatro imágenes de este «sillón» urbano que, como ella, considero antipersonas. Si bien es cierto que con frecuencia es utilizado por marginales de esta sociedad de consumo.

Está situado en una calle por la que transito prácticamente todos los días, conectando la plaza Soledad Torres Acosta (lo que venía siendo «la de los Luna») con la plaza de Callao.

Ayer, volviendo de casa, no evité hacerme un autorretrato, de esos que ahora se llaman selfie, sentado en ella y enviárselo por mensajería telefónica, de esa que ahora se llama whatsapp.

Palimpsesto de Doris Salcedo en Palacio de Cristal

Al fin visité esta exposición de la artista colombiana Doris Salcedo creada ex-profeso para el Palacio de Cristal perteneciente al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Lo hice acompañado de Pablo, el hijo de mi querida amiga María, a través de cuyos ojos pude apreciar otra mirada, la del niño, a quien lo que más le sorprendía y atraía era pasear entre las letras, entre los textos… o subrayar que eran letras de hielo.

A mí me pareció interesante, pero demasiado ruido para tan pocas nueces. Las fotos dan fe de una instalación cuidada y estética, pero algo «demasiado museística» a falta de una expresión mejor que no encuentro. Sabiendo que proviene de la escultura quizá que me resulta más sugerente, pues parece, efectivamente, una expansión de la misma hacia el campo de la poesía, del texto… un texto que se hace tridimensional, casi como la poesía transitable del grandísimo Joan Brossa.

Por momentos, habría preferido una instalación «menor» en un lugar menos grandioso y festivo como el Palacio de Cristal en mitad del Parque del Buen Retiro. Quizá eso mismo habría eliminado la necesidad de las colas de espera y se habría, incluso, podido exigir el caminar descalzo. Pero se habría perdido, lo sé, el efecto del cristal, de esa luz tan indescriptiblemente bella que tiene el edificio acristalado.

Presentación La Memoria de las Hojas

Ilusionado, hoy acompaño a Susana Recover en este evento presentándola, prologándola. He ayudado a su creación desde el primer momento, aquellos lejanos años de primeros del siglo XXI, cuando se acercó a mi entonces inexperta mano de coordinador de Talleres de Poesía. Creyó en mí. Ahora, muchos años después, su primer libro ve la luz.

Ha seguido creyendo en mí para ayudarla en el proyecto, para poner en marcha su andadura, para estar a su lado en la presentación en sociedad del libro. Y me hace feliz saber que, gracias a mi trabajo, poco a poco, pero inexorablemente, hay más poesía en el mundo. Por supuesto, también gracias a su trabajo, a su creatividad, a su constancia, a su mirada y a su poesía.

Dejo el prólogo aquí pero ya está en el libro:

Prólogo de Memoria de las Hojas

Un rastro de tu aliento
que rueda en mi piel:

un poema.

Instantes. Susana Recover

Se impone silencio. Habla el corazón. Un corazón entre los dedos y unos dedos de pura intuición. Se regala espacio en blanco a la orilla del mar. Se propone lectura liberada de normas para escritura liberada de vuelo de ave en medio del cielo. Se buscan palabras a ras de suelo aunque sean malévolas y escurridizas. Se ofrece poesía con el peso de unas botas, un bebé de cinco kilos o un torrente de memorias.

Todas estas aventuras se encuentran en las letras de este delicado poemario que Susana Recover ha venido produciendo desde hace más de una década.

A principios del milenio en curso, se acercó a uno de los talleres de poesía y escritura creativa que proponemos en la Asociación Cultural Clave 53 y, al menos desde entonces, me consta, Susana no ha dejado nunca de escribir. Con más o menos facilidad, ha encontrado huecos para no cesar su rayo de palabras, para continuar satisfaciendo su necesidad de ser poeta. Avatares varios que nos cuenta sutil en estas líneas, con la sinceridad y la honestidad de una poesía íntima y desnuda, carnal y visceral, pero con la ternura modulada por una inteligencia creativa y consciente.

En la poética de Recover se puede encontrar aunada con habilidad una poesía sintética, sencilla, donde podemos rastrear lejanas influencias de realistas sucios, pero también de Wislawa Szymborska, junto a un enfoque analítico, descompositivo, casi constructivista que profundiza una mirada compleja a un entorno en constante evolución y al que se adapta con energía y sabiduría.

Carente de pretensiones esteticistas, pero con un claro interés por la palabra poética en su más pura forma, parece una poesía fácil, casi simple, sin serlo en absoluto. Es una poesía elaborada y que surge no sólo de estados emocionales temporales sino de una voluntad firme de generar versos. Voluntad que se nutre de servir de ejemplo, entre otras cosas, a su hija Irene, a quien le regala la dedicatoria de este libro, aunque quizá no tiene en cuenta que ha sido ella, Irene, quien le ha regalado a ella, Susana, la exigencia de escribirlo y con ello regalárselo a todo lector que se acerque a este texto.

Tras varios años de silencio había sido requerida por su hija para explicarle por qué no había escrito ya el libro que tenía en mente escribir. Pero la pregunta no tenía excusa, como bien saben el Bukowski de «Aire, luz, tiempo y espacio» y la autora, lectora de este maldito norteamericano, así que tan sólo había postpuesto lo inevitable: cerrar este capítulo gestor, redondear lo necesario para terminar el libro para el que llevaba goteando poemas desde hacía tres lustros.

Después de recorrer los cajones electrónicos y analógicos en busca y captura de sus antiguos escritos, afrontó la tarea de completar lo hallado con nuevas producciones que fue vertiendo durante varios meses del 2016, alcanzando cotas de calidad fruto posible de la madurez como persona y poeta.

Durante estos tiempos de trabajo, he tenido el placer de ir recibiendo el material trabajado y darle forma, una forma compleja, difícil de adecuar a una poesía libre y pausada, equilibrada, de verso corto y denso, sin florituras ni artefactos líricos, que no recargue una composición tan contenida, pero no por ello incapaz de convulsionar el motor de la emoción.

Muchos de sus poemas no tenían título así que en la edición hemos apostado por dejar un sugerente indicativo de lo que podría haber sido, apenas legible, en un gris claro casi blanco, entrecorchetado y en cursivas.

La separación en secciones no es en absoluto arbitraria y nos habla de la multitud de motivos de la poesía de esta autora que se reparten a lo largo y ancho de las visicitudes de una vida y un planeta, a ambos lados de un charco llamado océano, de Binigaus, Choroní a Córdoba o Rascafría.
Por supuesto, no podía faltar una sección dedicada a Irene, esa perla que, como decíamos antes, ha incubado en cierto modo la voluntad de nacer de este libro, que incluye algunas de las más antiguas composiciones de Susana Recover.

El poemario se cierra con una delicadísima sección de Instantes, el aware asombrado de un haiku, sobrecogimiento austero y emotivo, con una certeza y un anhelo: tras la última palabra, silencio y tras ese silencio, vendrá otro libro.

Mirar, de John Berger

He leído en estos días navideños que han pasado un par de libros de John Berger y he visualizado cuatro documentales de media hora que se hicieron en la BBC hace algunas décadas. Sorprendentemente, sigue siendo vigente todo su contenido.

Andaba buscando algo relacionado con «composición» o técnica de composición plástica, pero he acabado dando con estos libros aconsejado por mi estimado Jaime Vallaure. No era lo que buscaba, pero ha sido un encuentro.

Dejo los vídeos para quien quiera tenerlos accesibles de manera sencilla subtitulados en castellano:

John Berger – Ways of Seeing / Modos de ver (Ep. 1) Subtitulado (CC)

John Berger – Ways of Seeing / Modos de ver (Ep. 2) Subtitulado (CC)

John Berger – Ways of Seeing / Modos de ver (Ep. 3) Subtitulado (CC)

John Berger – Ways of Seeing / Modos de ver (Ep. 4) Subtitulado (CC)

La lista completa está en mi playlist sobre Composición Visual de Youtube:

Una presentación esotérica

Eduardo Scala me invitó a asistir a esta presentación que tuvo lugar hace un par de viernes en la librería Enclave de Libros, Calle Relatores, 16, 28012 Madrid, España. Sentí un orgullo inmenso porque un autor de su talla tuviese tal detalle conmigo. E invité a mis alumnos al evento, haciéndoles saber que no verían una presentación típica de poesía típica.

Se presentaba un libro escrito por Ignacio Gómez de Liaño a raíz de 8 prólogos o reseñas sobre la obra de Eduardo Scala, que me encanta y ha marcado gran parte de mi trayectoria. Sin embargo, la presentación me resultó aburrida y pedante. No por ello no interesante, pero algo carente de cierto «sex-appeal» que quizá es innecesario, pero estamos tan acostumbrados en esta sociedad de entretenimiento permanente que lo sentí árido y algo inhóspito. Curiosamente, no creo que si hubiese sido obra directa de Scala me hubiese parecido lo mismo, pues él tiene una cierta humildad apabullante que resulta fresca de alguna manera y se agradece charlar con él, incluso aunque una conversación con Eduardo siempre derive algo extraña o, precisamente, por ello.

Eduardo tuvo el amabilísimo detalle de enviarme una fotografía en la que aparezco justo a su lado y me hace seguir sintiendo ese orgullo del que hablaba antes.

¡Qué preciosas experiencias depara Madrid, así, un día cualquiera!

Otra tontería de autoayuda

Otra de esas cosas facilonas con las que llenar las redes sociales de conocimiento irreflexivo, oximorones aparte.

Y yo me pregunto:

Si tu vida te parece «casi feliz» con frecuencia,
si los libros te parecen malos con frecuencia,
si las películas te aburren con frecuencia,
si lo que hay en los menús y en los restaurantes te disgusta con frecuencia,
si los caminos por los que transitas te parecen incorrectos con frecuencia…

¿no sería hora de que te mirases en búsqueda del problema?

No hay terroristas: hay personas que comenten actos de terrorismo.

Ante estas bellas palabras:

Cuando no eres capaz de separar al criminal de su etnia, de su nación, de su orientación política, de su sexo, de su fe, los malos han ganado.

Cuando eres incapaz de ver que el 99% de las víctimas del terrorismo islamista son musulmanes. Que los que luchan contra esas organizaciones criminales en Siria, Líbano, Irak o Afganistán, son musulmanes, los malos han ganado.

Cuando eres incapaz de recordar que Europa era hace pocas décadas escenario de atentados cometidos por gente de tu raza, de tu credo, de tu cultura y no por ello se condenaba a tu raza, a tu credo, a tu cultura, los malos han ganado.

Cuando odias lo que desconoces, ya seas cristiano, musulmán, ateo o de cualquier credo conocido, sin molestarte en ver más allá de la bazofia informativa que los verdaderos responsables del odio cocinan para ti, los malos han ganado.

Yo no pienso dejar que triunfen. No conmigo y los míos.

Los malos (y las malas, para ser inclusivo e inclusiva) no existen. Tampoco los buenos (ni buenas). Lo que hay que condenar son las acciones, nunca a las personas.

No hay terroristas: hay personas que comenten actos de terrorismo.

Sería tan fácil poder determinar que alguien «es», en lugar de evitar que cualquiera «haga»

Pero en esta diferencia radica la dificultad para combatir manteniendo libertades que consideramos inalienables. De condenar el acto es de lo que deriva nuestra libertad. La perderemos si pasamos a hablar de buenos/malos, cristianos/musulmanes/ateos… grupos, categorías…

Esto no es una broma