He encontrado amor en el número π

Buscando el amor
lo he encontrado
como no podía ser de otra manera
en el ingente y trascendente número π

Ahí está, en la posición 70876705 en primer lugar
pero el número π es verdaderamente amoroso
y también lo tiene en la posición 88183780
y en otras tantas hasta llegar a 8 veces en unas 2 millones de cifras.

El número π quizá no sea fiel
o quizá sea fiel pero no a una sola palabra
o quizá la fidelidad sea otra cosa
que el número no comprende.

Un poquito más allá
en la posición 96861227
vuelvo a encontrar el amor
rodeado de unos números muy divertidos:
214279183600739963770012141788041284875218759522
y sé que es un amor que nunca está solo.

No sé por qué he buscado el amor
en el número π
teniéndolo en su sonrisa
y en su mirada
de niñas circulares
con un perfecto perímetro que es π veces
su diámetro.

Quizá he buscado el amor en el número π
para constatar que también ahí está
esperándome
para que nunca deje de buscarlo
para que nunca deje de apreciarlo
en toda su inmensidad
tan sólo comparable
a la grandeza de π
e igualmente misterioso.

amor en PI

La arbitrariedad del tiempo

Por si alguna vez se nos olvida que el calendario es una construcción arbitraria, hay que leer cosas como esta para darse cuenta de lo absurdo de basarlo, ni más ni menos, que en nacimiento de un señor cuya historicidad está más que puesta en duda.

En Alaska, la bandera de los Estados Unidos fue levantada el 18 de octubre de 1867 (ahora llamado Día de Alaska). Cambiado el calendario juliano al calendario gregoriano. Para los residentes, el viernes 6 de octubre de 1867 fue seguido del viernes, 18 de octubre de 1867, obteniendo dos viernes seguidos debido al cambio de huso horario.

Lamentablemente, no conseguimos un acuerdo semejante ni siquiera cuando se intentó por última vez durante la Revolución Francesa.

¿Qué elegiría como Origen de Coordenadas Temporales/Históricas de validez Universal?

Si hubiera de elegir un 0, un origen (con tiempos negativos o antes de y positivos o después de) creo que me quedaría con la publicación de un libro científico, como por ejemplo: cuando se postuló por primera vez científicamente el heliocentrismo.

Aunque otro posible momento CERO sería la publicación del Principio de Incertidumbre de Heissemberg. O quizá cuando Lavoisier «pesó» el aire. O cuando el primer ser humano exploró el espacio o pisó la Luna (Estas dos últimas aventuras están teñidas de propaganda política, valga la redundancia).

Obviamente, la ciencia es más universal que la política, pues esta última siempre toma partidos.

No es sencillo, no obstante, encontrar ese «universal» año/día CERO, con esas pequeñas exigencias.

¿Quizá un eclipse especial?

Efecto Forer

He publicado en una red social el siguiente texto:

Tienes la necesidad de que otras personas te aprecien y admiren, y sin embargo eres crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades en tu personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad sin usar que no has aprovechado. Tiendes a ser disciplinado y controlado por el exterior pero preocupado e inseguro por dentro. A veces tienes serias dudas sobre si has obrado bien o tomado las decisiones correctas. Prefieres una cierta cantidad de cambios y variedad y te sientes defraudado cuando te ves rodeado de restricciones y limitaciones. También estás orgulloso de ser un pensador independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los otros sin pruebas suficientes. Pero encuentras poco sabio el ser muy franco en revelarte a los otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, precavido y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser bastante irrealistas.

Y quiero ver el efecto que produce. Habrá gente que piense que es, incluso, un texto propio, cuando se trata de un mero experimento cargado de malicia.

Se llama Efecto Forer y me lo he encontrado en uno de esos contadísimos artículos serios sobre los sesgos cognitivos y/o valorativos en los medios de comunicación de masas.

Hay tanta falacia suelta…

Pseudociencias e izquierdas

Estuve leyendo este artículo titulado Diez absurdas teorías pseudocientíficas defendidas por políticos españoles y me sonrosa encontrar tantos políticos con los que, en otro orden de cosas, coincido, así que me ha dado por buscar una explicación (que ya tenía, es solo una forma de hablar) para justificar el mayor número de «progresistas» con este tipo de confusiones no solo mentales, sino metodológicas.

En detalle, pero poco explicitado, estaba insinuada esta relación cuando escribí sobre la Crisis del pensamiento racional, así como en otras ocasiones, como acerca de un supuesto Taller de Conexión Quantica Espiritual Colectiva (¡ahí es nada!). El New Age campa por los montes del progresismo hasta hacerme enfrentarme con más de un amigo, que, por metodológico, me acusa de pedante o de dogmático. Lo que no deja de ser una argumentación inargumentativa, básicamente una falacia.

Pero, ¿por qué este tipo de pseudociencias se da más entre gente «de izquierdas»?

Sin entrar en consideraciones sobre la pertinencia de seguir utilizando esta clasificación tan obsoleta, esa etiqueta «de izquierdas» como si realmente aún hoy tuviese algún sentido, sí voy a hablar de conservadores/tradicionalistas/derechas o progresistas/rupturistas/izquierdas. Sabiendo, sí, sabiendo, que es una simplificación a binario de algo que dista mucho de serlo.

Lo «conservador» en occidente ha estado abiertamente vinculado a lo religioso, al cristianismo, de ahí que sus programas políticos e incluso los nombres de sus partidos suelen llevar el adjetivo «cristiano». Las democracias cristianas de los pueblos germánicos dan fe de ello.

Lo «progresista», en contra, siempre en contra, ha estado vinculado a cierto laicismo, a cierta idea de alejamiento del hecho religioso, del pensamiento irracional necesario para sustentar la existencia de ser(es) y hecho(s) meta-racionales, por decirlo así.

Pero este alejamiento ha llevado a cierta sensación de orfandad, a cierta incomodidad con respecto a asumir que el mundo no es comprensible y que no hay un dios que me lo haga fácil ni una virgencita a la que rezar para pedirle imposibles.

Aquí está, sin duda, el quiz de la cuestión: un ser humano de izquierdas también quiere soluciones milagrosas, también quiere que el mundo tenga una razón, también quiere certezas… así que las inventa o las crea para creerlas. Eso sí, reniega del pensamiento que propone el tradicionalista sustentando ideas como que una vela en un altar me curará el Alzheimer o hará que mi hija encuentre trabajo. Sin embargo, está dispuesto a pensar que la memoria de las moléculas del agua (sic) me curarán un cáncer o mi energía positiva hará que mi hermana encuentre novio.

Es evidente el paralelismo, pero este último, superada la irracionalidad religiosa desde los tiempos de la Ilustración hasta hoy, pasando por un radical Nietzsche y por un tremendo existencialismo Sartriano, es mucho más peligroso pues utiliza aquello que ha costado tanto elevar a método, que es la ciencia.

La utiliza desvirtuándola, eliminando su metodología (que es la base) y quedándose con su palabrería, que es vacua sin lo previo. Y esta es la razón por la que me incendio, enciendo, cuando alguien hace defensa de las pseudociencias: porque atenta contra el pensamiento racional y da un voto de valor a lo irracional, retrotrayéndonos a esos oscuros tiempos feudales pre-volterianos. Si lo irracional no necesita otra prueba que lo que a mí me venga en gana… igual es válido rezar a una virgencita para encontrar trabajo, de ahí que hasta una ministra lo haya llegado a sugerir en su demencial visión de su papel político. Pero eso es del otro lado, de «la derecha» y con estos casi no tengo el suficiente trato como para calentarme.

Así que espero atemperarme y tomarme con calma lo que viene este curso, pues parece que el irracionalismo sigue aumentando, necesitando cada día más adeptos, con un proselitismo campante en «ambos lados» del espectro político que se pasan el espectro electromagnético por el arco voltaico…

Calm down
calm down
keep calm
keep calm


Recordando a Gauss

Ayer tuve una clase particular y no pude por menos que recordar la anécdota que dice cómo demostró desde infante el gran Carl Friedrich Gauss su talento, su genialidad, su creatividad puesta al servicio de la matemática:

Se cuenta la anécdota de que, a los dos años de estar en la escuela, durante la clase de Aritmética, el maestro propuso el problema de sumar los números de una progresión aritmética. Gauss halló la respuesta correcta casi inmediatamente diciendo «Ligget se’» (‘ya está’). Al acabar la hora se comprobaron las soluciones y se vio que la solución de Gauss era correcta, mientras que no lo eran muchas de las de sus compañeros.

Lo que había hecho era tan simple como sorprendente:

Les habían dado a sumar (a la edad de 8 años) los 100 primeros números naturales (1+2+3+…+99+100) y la mayoría se lanzó a sumarlos tal cual… Pero Gauss inventó un método más rápido y mucho, mucho, más sencillo.

Sumo esos términos de la sucesión con los equivalentes invertidos (100, 99, … 3, 2, 1) obteniendo 101 en cada suma parcial y un total de 100 veces, lo que le daba 100×101 = 10100 que luego, simplemente, tuvo que dividir por 2 (5050) pues había usado 2 sucesiones iguales, obteniendo el brillante método que aún hoy se enseña para contar series aritméticas.

De una manera más geométrica y que no tiene relación directa con los números triangulares (creo), se me ocurrió contarle la posibilidad de sumar las series (o demostrar la misma ecuación) utilizando un triángulo:


a(1)= a
a(2)= a+d
a(3)= a+d+d
a(4)= a+d+d+d
...
...
a(n)=a+d+d+...(n-1)veces +d

Forma un «triángulo cuántico» de n·(n-1) «d». Que tendrá un Área de n·(n-1)/2

De esta manera, se puede obtener los n·a +n·(n-1)/2 · d
Sacando factor común n/2:

S(n)= n/2 · (2·a + (n-1)·d)

Cuantica Cuántica

wasap cuantica

Recibí a primeros de septiembre este mensaje que seguí hasta llegar a la conclusión de que este muchacho era un aprovechado de su dinerito. Me parece una solución como otra cualquiera para resolver problemas, pero de todas las posibles, me parece una de las menos elegantes. Incluso, diría, fea.

Así que rechacé la oferta, para la que posiblemente no habría estado cualificado, y le ignoré en el siguiente mensaje en el que me pedía datos de contacto de gente que sí pudiese o quisiese ayudarle.

Hoy, repasando la captura de pantalla que le envié para compartir estas cosas a mi amigo Xabi, me encuentro que igual es maño, pues no quería algo sobre química cuántica, sino sobre química cuantica (o cuantica química, así, como de mucha…) y cuantica mecánica… vaya, que cuantas cosas le interesaban que no parecían ser cuantos.

Identidad de Euler

Se llama identidad de Euler a un caso especial de la fórmula desarrollada por Leonhard Euler, notable por relacionar cinco números muy utilizados en la historia de las matemáticas y que pertenecen a distintas ramas de la misma:

ideuler

Hoy hablaba con alguien a quien admiro mucho de esta fórmula o identidad que relaciona estos números tan diferentes y tan singulares y le contaba mi interés por una extensión de los conjuntos de números (omitiendo el dato de que el conjunto de los números complejos sea un cuerpo algebraicamente cerrado) que incluyese otros «conceptos» que no cupiesen dentro del conjunto de números ya no reales ni imaginarios, sino poéticos, por encima de la complejidad y de la completitud.

Intentaba acordarme de esta identidad y de esas divertidas curiosidades o propiedades matemáticas que convierten el número π (PI) en el contenedor posible de todas las combinaciones concebibles de otros números.

Ahora me pregunto ¿Contiene el número PI al número e? ¿Es posible responder a esta pregunta?

Y con eso me quedo.

La medicina mata

Fármacos matanHay algo que no se dice en esta foto, que se olvida por no sé qué razón: en primer lugar, la entrada en una farmacia y la adquisición de un fármaco es voluntaria, absolutamente voluntaria. Incluso si ha sido prescrita su ingesta por un especialista en salud del tipo que sea.

Basta ya de culpabilizar a otros de las responsabilidades propias. Cualquiera que lo desee puede dejar de ir al sistema sanitario y dejar de tomar las medicinas tan nefastas como se suele indicar que son.

Aliméntate de manzanas verdes para curarte un cáncer, si te da la gana, pero te vas a morir. Siento informarte (y también tienes esta información en Asociación Española Contra el Cáncer)

Es pesado ver a gente, por lo demás inteligente, que despotrica contra todo lo «científico» por considerarlo «peligroso»… cuando lo que no reconocen es que simplemente les es (nos es) desconocido. Pero a algunos de nosotros, no a todos. No es magia… es ciencia, ciencia especializada, al alcance de cualquiera que quiera informarse… pero requiere esfuerzo, claro. Sin embargo, se actúa de la misma manera desacreditadora que ante el mito o la magia… Y luego se acaba, por arte de birlibirloque, creyendo en soluciones mágicas o absurdas «medicinas cuánticas»… que no, que esas no son fruto de una conspiración judeomasónica.

Pero vamos a ver; volvamos al principio: nadie obliga a doparse con paracetamol al menor síntoma de gripe. Duerme y descansa, pasa una semana en cama y se te pasará… igual que con el antisintomático de turno, que hará que no lo sientas… pero lo padezcas, durante 7 días.

Eso en términos de lo que puedes hacer dentro de lo menor… catarritos y demás. Pero ten en cuenta que la salud es algo en lo que se ha avanzado mucho, muchísimo, lo sepas o no, lo entiendas o no, y tu vida puede ser mucho más plena si te pones en manos de expertos en el sector. Además de dejar que sean quienes aconsejen (si no obliguen) a unas prácticas que han llevado a la humanidad a uno de los momentos más exitosos de la historia (al más exitoso sin duda alguna de acuerdo a los datos fríos de las estadísticas).

Hay que desmontar cuanto antes irrealidades como la homeopatía y otras estafas similares new-age. Por favor, hacen mucho mal: Generan falsas expectativas y hacen dudar de las verdaderas opciones posibles.

Sería de obligada lectura y asimilación este comic sobre las maravillas de la vacunación. Es peligroso que dejemos de reconocer las maravillas que nos ha brindado el conocimiento del cuerpo humano (gracias, querido Miguel Servet, Harvey, Ramón y Cajal…) y el avance farmacológico/bioquímico. Muy, muy peligroso, casi nos puede conducir a planteamientos pre-racionalistas, a esos oscuros tiempos de la Inquisición y el omnidominio de la superstición.

¿Significa esto que nos tenemos que «dopar»/drogar ante cualquier cosa que nos pase?

En absoluto significa eso. Quien así lo lee es que hace una lectura simplista y tonta de lo que acabo de escribir. Pero sí confiar en que hay quien sabe más que yo sobre algunas cosas… por más que yo sea el que percibo mis síntomas.

¿Confiar ciegamente?

No, tampoco he dicho esto. Lo que recomiendo encarecidamente es consultar a especialista/s en materias en las que estaría bien que dejase de creer que puedo llegar a serlo (sin un considerable esfuerzo (años y años de dedicación exclusiva)) hojeando unas cuantas webs y dos o tres consejitos de amiguetes de facebook.

Es cansado hacer esta defensa una y otra vez, en muchos casos ante personas que están en momentos duros de sus vidas y no quieren oír lo que hay que decir. Pero por favor, no dejes que siga extendiéndose el maldito hábito de censurar lo desconocido por supuestamente malicioso: haciéndolo, estás contribuyendo al retroceso social, aunque presumas de lo contrario.

Tabla periódica del Jazz

periodic-table-of-jazz

La web RedRasPus contiene esta maravilla dedicada a la clasificación de distintas personalidades del mundo del Jazz, pero a su vez un trabajo de pararelismo con la clasificación de los elementos del universo que hizo en su día Dmitri Ivánovich Mendeléyev.

Hoy he encontrado una preciosa web dedicada a la tabla periódica de los elementos, mostrando información detallada y dinámica de todos ellos. Enhorabuena.

Desde hace años vengo pensando en un proyecto que relacione la tabla periódica con la poesía, pero aún no acabo de concretar ninguna cosa… seguiré en esta idea.

El perro del ébola

Hoy las redes sociales están que arden en torno al tema del posible sacrificio del perro susceptible de estar infectado por ébola a causa de una cuestionable repatriación de personas españolas que a su vez infectaron (como suele ocurrir con las enfermedades infecciosas) a una enfermera que, parece ser, infectó (otra vez la misma palabra) a su querido perro Excalibur.

Que hasta este momento no haya habido ningún nombre propio es problemático o sintomático de lo que los medios y las redes sociales, que vienen a ser lo mismo, logran mediante cierto amarillismo facilón y escandaloso, como suele serlo.

Por supuesto, ha habido otras voces alzándose contra la muerte programada (asesinato lo reservo para lo que se lleva a cabo con humanos, pero esto podría ser discutible) del susodicho can. Hay quienes dicen (científicos que se supone que saben de lo que hablan) que debe ser aislado y conservado para su posterior análisis.

La verdad es que, como tantas y tantas y tantas cosas, me reconozco ignorante ante el procedimiento óptimo ante un caso así, pero sí que siento que se están sacando algunas cuestiones de quicio, hasta enfrentar a los defensores «a ultranza» de la salvaguarda del perro frente a los defensores «a ultranza» del sacrificio del mismo.

Un amigo ha escrito unas palabras que no considero excesivas en la red social de turno y se ha encontrado en medio de un debate amargo fruto del cual, posiblemente, pierda algunos amigos (y no solo virtuales).

Ya me está cansando la tontería del perrito. Venga, el que esté dispuesto a llevárselo a su casa que levante la mano.

Alguien le ha contestado lo siguiente:

No sé quién establece que la vida de un perro es menos que la vida de un hombre… Todo depende de lo que significa cada uno para nosotros. Mi perro es un miembro más de la familia. ¿Quién establece que el toro muera y el torero viva? Solamente nosotros que nos creemos superiores y no les llegamos a la suela de los zapatos a nuestros mejores amigos. ¡Desgracia de humanidad!

Muy inteligente, mi amigo le ha respondido algo que yo mismo suscribo palabra por palabra:

¿Quién establece que la vida de un perro es mas importante que la de los animales que lo parasitan? Y los dueños corremos a quitarle garrapatas y lombrices intestinales. Yo tengo claro que la vida de una persona es más importante que la de un animal sencillamente porque en caso de disyuntiva alguien dijera: prefiero que viva Abel que mi perro. El defensor de los animales que no haya matado moscas, hormigas, cucarachas, arañas o cualquier animal «de segunda» que lo diga. Por cierto: bacterias y virus también son seres vivos.

No ha entrado al trapo de toros/toreros, porque ha sabido evitar una verónica muy mal preparada. No se trata de matarlo, como en el caso del toreo, para provocar placeres sino para evitar ulteriores infecciones de, en algún caso, humanos.

El caso es que este tema es innombrable en un lugar público como FaceBook y puede llevar a muchos más acaloramientos que las diferencias políticas más profundas.

Es más, me resulta muy interesante ver cómo puede ocurrir que el PP acabe cayendo por no saber gestionar correctamente un protocolo ante una infección tan preocupante y difícil como el ébola y no por las barbaridades políticas que proponen ni, mucho menos, por su programa político (inclumplido, por cierto). Digamos que me beneficia que entre sus votantes haya muchos que odien que estén tomando estas decisiones «impolíticas», hasta el punto de denegarles el voto en las próximas elecciones por la muerte de un perro con la presunta intención de salvar vidas de humanos. (Por supuesto que esto sigue siendo cuestionable según algunos científicos, así que no me atrevo a decir que esa fuese la mejor opción)

Teresa Romero Ramos, de 44 años, casada y sin hijos, es el primer caso de infección de ébola en Europa y está siendo tratada en el Hospital Carlos III de Madrid, donde presumiblemente se contagió cuando atendía al religioso Manuel García Viejo, que murió a consecuencia del virus tras ser repatriado desde Sierra Leona.

Y todo esto me lleva a unas reflexiones que me hago con frecuencia: ¿qué es un ser vivo? ¿son todos iguales en cuanto a derechos? ¿deben o pueden serlo?

La relación que muchas personas tienen con sus mascotas es algo que me resulta complicado entender y siento que es una cuestión de empatía: ¿con qué se empatiza y por qué? ¿por qué se empatiza con un sistema biológico mamífero en mayor medida que con uno ovíparo, por ejemplo? ¿por qué se respeta la vida de un animal y no la de los vegetales? ¿tiene que ver con la forma en la que es el sistema nervioso central? Alguna vez he leído este argumento (no recuerdo donde) porque eso justificaría o explicaría la presencia o no de «dolor». No obstante, el término «dolor» como otros muchos que se manejan en cuanto nos referimos a animales no sé si tienen la misma «validez» semántica que cuando nos referimos a humanos «semejantes».

Pero, hablando de empatía, porque creo que de eso va todo este tema, me resulta sorprendente la inconmensurable movilidad que ha acarreado un acto contra un perro frente a la poca que motiva la expansión de la epidemia entre humanos que no habitan en este país. Empatizamos por regiones, por «proximidad»: No es lo mismo una muerta española que una muerta en Sierra Leona. Es un hecho (generalizado).

Y supongo que no, no comprendo la forma de funcionar de la empatía… y me siento un poco preocupado, como si me faltase algo.

Me da algo de miedo pensar que puede que yo sea un psicópata en potencia, de quienes se dicen que carecen de la capacidad de empatizar con su entorno.

Esto no es una broma