Pretérito anterior

Hay tan pocas ocasiones en las que utilizar el pretérito anterior que hoy, sin que viniese a cuento, le he preguntado a Carmen si miró a ver si se hubo enviado el mailing de su próximo curso de tango.

En realidad, ni siquiera creo que esté bien usado. Pero quería darle alguna vez utilidad a esta forma caduca e innecesaria de utilizar el verbo. Dicen que sirve para denotar una acción pasada anterior, pero inmediata en el tiempo, a otra también pasada.

En mi pregunta no se incluía otra que también hubiese pasado, pero podíamos darla por sobreentendida. Aunque entonces esa forma verbal no era la indicada. Ahora me siento culpable (jejeje) por una utilización incorrecta de una forma verbal en el contexto absolutamente inocuo de una conversación con mi chica a primera hora de la mañana. Está claro que tengo unas manías muy raras…

(yo) hube enviado
(tú) hubiste enviado
(él/ella) hubo enviado
(nosotros/as) hubimos enviado
(vosotros/as) hubisteis enviado
(ellos/as) hubieron enviado

Acción contra la LOMCE

He intentado realizar esta pequeña acción contra la LOMCE que, de lo que sé, es de esas leyes que me están poniendo los pelos de punta últimamente hasta sentir que el momento de cambiar de país está muy cerca. ¿Cuánto de cerca? No sé, pero esto empieza a ser verdaderamente increíble.

Me ha convocado a ella, por email, una amiga y he seguido los pasos, pero finalmente apareció una página diciendo que daba error de base de datos… no quiero sospechar que es un error programado y/o planificado y una forma de recoger nombres para una eventual lista negra. A mí ya me empieza a dar igual estar en esa lista. Es casi un honor formar parte de ella.

Acción de protesta contra la LOMCE

¡¡URGENTE!! CONTRA LA LOMCE, EN 4 SENCILLOS PASOS

1- Entrar en la página web del Ministerio de Educación: http://www.mecd.gob.es
2- Pinchar arriba en “atencion al ciudadano”.
3- Ir a contacto por internet (en la parte de más abajo de la página), elegir «temas educación» y picar en “este formulario”.
4- Rellenar el formulario (basta nombre, un apellido y una dirección de correo electrónico) y escribir en la ventana grande ¡¡NO A LA LOMCE!! o lo que consideres oportuno, claro. En la parte de abajo, en «Asunto de la consulta” escoger “legislación educativa” y enviar consulta.

La imagen de la captura de pantalla tras seguir los pasos:

Error de web

Intimidad en FaceBook y derechos de autor

PantallazoYa he escrito sobre este tema de la Intimidad en FaceBook y los derechos de autor y lo recuerdo bien, así que no quiero insistir, pero quería mostrar una de esas contradicciones entre lo que se pide y lo que se da.

Una tal «Oscura Forastera» pide que le respeten la autoría, pero no nos muestra quién es la autora, puesto que tiene un nombre hermético hasta llegar a ser oscuro. Es divertido que ella, supongo que es ella, ponga una advertencia como esta reclamando los derechos de autor. Es patética la ingenuidad de la gente, la que puede suponer que un mensaje en un muro es algo mínimamente vinculante… Y además invitan a seguir la cadena de ingenuidad hasta el infinito y más allá.

¿Alguien sabe lo que es un hoax?

En otra ocasión escribí mucho más sobre FaceBook, su intimidad y la autoría y la virtualidad en la era de la información. Creo que el artículo sigue siendo interesante, y perdón por la inmodestia.

Cuando digo que soy cuántico

Es gracioso ver la reacción de mucha gente cuando, en mitad de una conversación, surge el tema y comento que soy licenciado en Química Cuántica.

He de reconocer que hay algo de pedantería en la afirmación. Es más, la mayoría de los químicos jamás puntualizan la especialidad en la que se licenciaron. Quizá porque no aporta un apellido tan ilustre. Y es que, de un tiempo a esta parte, la máxima cúpula del intelecto se le atribuye a quien sabe mecánica cuántica.

En innumerables ocasiones, en televisión, en conversaciones casuales, en facebook, en todo contexto inimaginable, surge alguna vez la palabra cuántica como el cumun de lo in. Así, se han ido desarrollando todo tipo de cosas con el mismo apellido, muchas de ellas absurdas: Terapias cuánticas, limpiezas cuánticas, negociaciones cuánticas… vaya, cualquier cosa.

Tras la afirmación, reafirmación, en la que digo haber estudiado esa cosa tan inextricable, tan extraña, tan ajena para el común mortal, apunto que además estudié matemáticas y el doctorado en inteligencia artificial. Si da tiempo y ocasión, incluso, menciono que versaba sobre lógica difusa.

Vaya, repaso mi curriculum escolar pavoneándome como si aquello que hube estudiado me convirtiese en mejor persona, en más grande o admirable. Despliego las plumas al máximo. A veces, según el contexto, cuento que trabajé de «experto» de seguridad de redes en grandes empresas… para acabar dejándolo para escribir poesía.

Me vendo estupendamente. Aunque solo vendo el nombre. Luego se me olvida cobrarlo.

Y muchas de esas veces me avergüenzo, en algún lugar, de saber que no continué muchas de esas disciplinas que comencé, me avergüenzo de saber que ya no sé tanto de ellas, que he olvidado tanto… y me avergüenzo del pavoneo, de la necesidad de exaltarme, de hacerme ver más grande, más importante… como cuando me cambia la voz y se agrava, se vuelve seria y formal, se hace adulta, digamos. Me avergüenzo de saber que estoy manipulando la opinión que se tiene sobre mí. Volverme inalcanzable. Pero oculto esa vergüenza en risas, en tópicos, diciendo que al fin y al cabo he dedicado mi vida a «lo inútil». Pero subyace otra altanería más sutil, la medieval de sentir que dedico mi tiempo a las artes liberales, que soy un noble que vive aparentemente pobre. Pero sé que es todo apariencia. Muy superficial.

¿Por qué todo esto, esta necesidad de afirmación a través de la mirada de los otros?

Inseguridad. En el fondo, algo de esta acción me dice que me siento inseguro. Quizá es la edad. Quizá. Quizá el tiempo invertido intentando conseguir despegar como coordinador de talleres de poesía o creatividad sin mucho éxito. Quizá. Quizá algo más antiguo, algo más primigenio, de origen infantil… quizá.

Ya no recuerdo cómo me enfurecía y entristecía ser tratado de «interesante» o «inteligente» en mi adolescencia, cuando deseaba ser deseado, sin más, sin filtros. Quizá me da tranquilidad a ese respecto el saber que, de una u otra forma, Carmen sí me desea. Quizá.

Ya no recuerdo cómo me avergonzaba ser conocido como administrador de sistemas en empresas bancarias o de telecomunicaciones. Cómo afirmaba tener cualquier tipo de profesión para que nadie pudiera saber de mi «formación académica». Para que el trato se normalizase, para que nadie pusiese caras raras ni me preguntase si era verdad. Apenas recuerdo a mi amiga Olga y el tiempo que estuvo pensando que yo era policía. Ni cuando afirmaba ser fontanero, teleoperador (que sí fui), barrendero, etc.

Ayer, de hecho, me preguntaron que si había estudiado química cuántica de verdad. Contesté que sí, que no sabía que hubiese una química cuántica de mentira, pero que también me habría gustado estudiarla, pensé en si era algo que tendría que ver con la ficción, con las narrativas contemporáneas al estilo investigador de Paul Auster, pero de eso no quise hablar.

En otros contextos me promociono como artista, poeta, performer, qué se yo. Tengo una sensación de querer ser el raro, el diferente, lo que durante tanto tiempo odié, ahora reivindicarlo. Soy de lo que no hay. Viene a ser mi lema.

Quizá por todo esto, entre otras cosas, supongo que me enorgullece (en el mal sentido de la palabra orgullo) cuando colaboro y leo, comprendiéndolo, el blog de mi amigo Xabi, Función de Jota. Quizá.

Pensar a chorros, con permiso de Oliverio.

Reversionando el
Poema 18 – Espantapájaros de Oliverio Girondo.

Pensar a lágrima viva
Pensar a chorros.
Pensar la digestión.
Pensar el sueño.
Pensar ante las puertas y los puertos.
Pensar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del pensamiento.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestra mente.

Asistir a los cursos de antropología,
pensando.
Festejar los cumpleaños familiares,
pensando.
Atravesar el África,
pensando.

Pensar como un cacuy,
como un cocodrilo…
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de pensar.

Pensarlo todo,
pero pensarlo bien.
Pensarlo con la nariz,
con las rodillas.
Pensarlo por el ombligo,
por la boca.

Pensar de amor,
de hastío,
de alegría.
Pensar de frac,
de flato, de flacura.
Pensar improvisando,
de memoria.
¡Pensar todo el insomnio y todo el día!

detrás de los cristales, llueve y llueve…

[audio:https://giusseppe.net/blog/wp-content/uploads/2013/05/baladaotono.mp3|titles=Serrat – Balada de Otoño]

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.

Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados
sobre los campos, llueve.

Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.

Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.

Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.

Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados…

Pero es que se titula Una balada de Otoño
¡Coño!

Basta ya de llover, por favor, que no salgo de esta tristeza negra que se metió en mi pecho el domingo…
Y encima me quedan dentro regustos de bandoneón y nostalgia porteña, vamos, para no parar de llorar.

Privatizando, que es gerundio.

Dice una amiga, que me envía este email, esta frase, y parece acertada:
La realidad como siempre supera a la ficción.

Por muy inverosímil que parezca, se venden operaciones en el Corte Inglés desde ya… ¡y no es coña! Todo lo justifica el mercado, así que si hay gente que lo compra, está bien… ¡Y una Puta Mierda! Pero no me extiendo entre la diferencia entre lo que se normaliza y lo bueno… más o menos relativo, pero no dependiente de la ley de oferta y la demanda.

HM Hospitales comienza a vender operaciones en el Corte Inglés

Proyecto pionero que busca «descongestionar» las listas de espera del SNS y abrir la sanidad privada a la población
2013-03-13

HM Hospitales ha abierto en el Corte Inglés de Princesa (Madrid) un stand informativo para la venta de procesos médicos y quirúrgicos benignos, con el objetivo de «descongestionar» las listas de espera del Sistema Nacional de Salud (SNS) y de dar a conocer, de una manera «más cercana», la sanidad privada a la población.

Así lo ha comentado el director general de HM Hospitales, Juan Abarca, quien ha asegurado que a través de esta iniciativa pionera se va a conseguir «ahorrar» costes al SNS en un momento en el que, ha apostillado, la sanidad pública tiene grandes «dificultades económicas» y necesita un posible cambio de modelo.

Por ello, el grupo ha creado este espacio donde profesionales del HM Hospitales informarán a los interesados que tengan ya un diagnóstico sobre «cualquier» intervención quirúrgica que necesiten o sobre la posibilidad de realizar chequeos personalizados. Entre estos procesos se encuentran, según ha explicado Abarca, prótesis de cadera y rodilla, operaciones de juanetes, cataratas, varices, hernias, hemorroides o, incluso, de estética.

Todas estas intervenciones se llevarán a cabo en los centros hospitalarios que el grupo tiene en Madrid y de los que se informará al cliente en el stand de forma detallada, explicando qué técnica se va a utilizar, cuál va a ser el tiempo estimado de ingresos, cuáles son los servicios incluidos y excluidos, y cuáles son las tarifas de las intervenciones.

En este sentido, Abarca ha comentado que los precios que van a ofrecer a todo aquel que se acerque al stand para someterse a un proceso quirúrgico serán «cerrados», «competitivos» y en condiciones de pago «accesibles» para cada intervención que, además, podrán ser financiados con la tarjeta de El Corte Inglés.

«Va a ser un punto de información, no va a ser una consulta. Se trata de un proyecto que complementa la sanidad pública y que, por tanto, puede ser un alivio para el SNS. Esta es una idea que funciona ya en otros países y nosotros vamos a ver cómo lo acoge la sociedad española y, si hay una buena acogida, ampliaremos estos stand a otros centros», ha asegurado Abarca.

Así, antes del proceso, al paciente se le citará para una consulta gratuita con un médico especialista que, además de estudiar su caso clínico, le dará las explicaciones necesarias sobre la conveniencia o no de la intervención, así como las ventajas que ofrece la técnica propuesta dentro del tratamiento integral de su patología.

Por último, una de las responsables de la sección de explotaciones ajenas y nuevos negocios del departamento de ventas del Corte Inglés, Mariló Munera, quien ha estado acompañada por el director del Corte Inglés de Princesa, Iván Hevia, ha asegurado que los servicios que se van a ofertar son de «calidad» y ha explicado que la financiación con la tarjeta del Corte Inglés es una forma de «facilitar» la forma de pago a los clientes.

¿De qué vive un poeta?

Ayer en una clase de poesía
me preguntaron
¿de qué vivía Paul Eluard?

Yo había estado presentando su contexto
su relación con Gala
su pertenencia al Surrealismo
su estancia en Suiza en el momento adecuado
para conocer el nacimiento de Dadá
su amistad con Bretón
su militancia política…

y no tenía ni la más remota idea
de si vivía de la poesía
aunque estaba casi seguro de que no.

Poeta no es aquél que vive de la poesía
sino aquél que vive para la poesía.

No pude evitar darme por aludido
si bien
algo en mi interior me decía
que yo no era
ni remotamente parecido
a Paul Eluard.

Hice un repaso
(no solo mental)
sobre de qué vivían
(de qué ingresaban dinero)
los poetas y artistas que conozco
vivos y/o muertos
comentando cómo, muchos, cobraban en especies
en obra plástica
como Duchamp y Picasso
y cómo el primero había ayudado a coleccionistas
de la talla de Peggy Guggenheim
a acercarse a obra de autores que nunca habría conocido
o cómo Baudelaire
uno de los primeros escritores malditos
había escrito un libro titulado
Cartas a mi madre
en las que
cada vez que terminaba
le pedía dinero para sus re
ediciones
de las Flores del Mal.

Dinero que
en última instancia
salía de las manos de su odiado padrastro
burgués militar hasta la médula
que habría querido impedir
el desarrollo artístico de quien estaba llamado a ser
el revolucionario mayor de la poesía contemporánea.

Charles
como muchos otros
ingresó de traducir obras ajenas
como haría Paul Celan
o Paul Auster
o tantos otros
que tenían
con ello
la oportunidad de trabajar en algo cercano
a aquello para lo que querían trabajar.

Algunos habían vivido de participar en publicaciones
tan prosaicas como la prensa
y ahora las tertulias televisadas
o radiadas
en cierto tiempo.

Otros
de hacer obra de encargo
en paralelo a la obra que deseaban hacer
tanto cineastas
como pintores
como fotógrafos
como escultores
como arquitectos.

Había ejemplos de todas las clases
de todo pelaje.

Muchos tenían trabajos más o menos ignorables
e ignorados en sus biografías
como Bukowski el cartero
y luego tantos otros trabajos ocasionales
o Henry Miller jefe de personal
o Auster negro literario
o pintores diseñadores gráficos
y recordé la entrevista que hacían a un escritor español
cuyo nombre no recuerdo
en la que afirmaba que una de las mejores profesiones
para un poeta o novelista
era la de barrendero
por la disponibilidad de tiempo
estabilidad económica
aporte de experiencias únicas
y mínimo consumo cerebral.

Porque sí
el cerebro se gasta
en determinados trabajos
y así yo preferí
trabajar de teleoperador
a administrador de sistemas o consultor tecnológico
porque mi para qué
se veía mucho menos turbado
en un trabajo eventual
que no requiriese la participación
de mi mente.

De un tiempo a esta parte
muchos artistas y ocasionalmente
algún poeta
habían vivido de la subvención pública
que era un camino razonable
para quienes están haciendo obras
de marcado carácter contemporáneo
exentas de la posibilidad de crear un público espectador
habiendo abolido la expectativa.

Parecía que se había hecho posible
el deseo de Maiakovski
expresado tan maravillosa e inteligentemente
en su poema
Conversaciones con el inspector fiscal sobre la poesía.

Pero no podía durar.

Ahora están
navegando en el mar de dudas de la carencia más absoluta
en una economía que más que de guerra podríamos llamar
de postguerra
de país vencido.

O estamos.

Y vamos recogiendo migajas
en forma de trueques
ayudándonos entre nosotros
a seguir adelante
comprándonos entre nosotros las obras que
en muchos casos
solo leemos nosotros o vemos nosotros.

Y vamos fabricando más jabón para esta burbuja
que nos mantiene aislados
como en un lugar impoluto y limpito
carente del problema de la subsistencia
en el que no hablamos de qué es lo que hacemos
para ingresar dinero.

En muchas ocasiones
(y me incluyo)
tenemos familiares o amigos
que ejercen un mecenazgo
puntual
con el que vamos tirando
y tiramos
porque somos cigarras en un mundo de hormigas
a quienes molesta el ruido de las cigarras.

No sé de qué vive Paul Eluard
pero sí sé
seguro
cómo vivió
y para qué vivió.

Vivir es
tan difícil
cuando se hace contracorriente…

Referendum por la Sanidad Pública

referendum sanidad

A pesar de estar a favor de la sanidad pública, tanto como para opinar que no debería haber sanidad privada (lo mismo lo aplico (y más) para la educación), este tipo de encuestas no me convencen. No creo en su objetividad para empezar, están planteando una pregunta sin contexto: ¿Está a favor de una sanidad pública y en contra de su privatización? Pues claro que sí, pero ¿a costa de qué? ¿De dónde se extraen los fondos para su mantenimiento?

Para mí esta pregunta está inscrita en la de la elección de un modelo de estado, no puede ser respondida de manera aislada porque carece de sentido.

Aun así, contesté un sí, aportando mi firma, mi DNI, etc… pero he de reconocer que fue más un gesto de apoyo a quienes están tan motivados como para seguir movilizando conciencias. No creo en el carácter vinculante de estas consultas populares, pues, entre otras razones, «votan» quienes ya tienen la predisposición a decir que sí. Si se considera un éxito que haya más de un millón de firmas a favor, habría que tener en cuenta que habrá más de 30 millones que no han dicho nada, muchos de los cuales (por ser positivo no más de 10 millones) no desean cambiar el modelo de estado que está llevando asociado el desmantelamiento de todo servicio público que pueda ser privatizado haciendo mayor la ruptura social y acabando con la clase media… pero es la misma clase media la que ha elegido este modelo.

Sigo sin ver, de ningún lado, una propuesta coherente, de estado, verosímil, que me convenza. Algunos puntos de Equo me convencían, hasta haberles votado, pero no su capacidad movilizadora, nula.

Ups… hoy estoy pesimista y no veo muchas formas de salir de esta desbandada con algo en las manos que no haya caído en el camino.

1 de mayo

El Cuarto Estado, de Giuseppe Pellizza da Volpedo

Es una de mis fiestas del año que considero más sacras, pero mañana voy a trabajar.

Voy a darle una clase a Marta, pero es que sé que será de las últimas. Sé que va a terminarse la posibilidad de enseñarle matemáticas o química. Me digo que habrá más personas estupendas a quienes dar clase, alumnos, alumnas, que serán tan interesantes como ella, pero no acabo de creérmelo.

Es responsabilidad de los trabajadores hacer de un festivo como este algo especial, un momento de reflexión, de recuerdo, de reivindicación de derechos arrebatándose, pero yo voy a ir a trabajar.

No puedo decir que no pudiera haber escogido otro día. Me dieron a elegir trabajar el viernes, que ni siquiera es festivo, o el miércoles 1 de mayo. Y yo mismo elegí el 1 de mayo. Otros alumnos me pidieron clase y les dije que no trabajaba en este puente. Pero tengo preferidos…

Y cuando se hace con tal placer, ¿se puede considerar trabajo?

Parece que el trabajo ha de estar asociado al sufrimiento. (Impersonal que no tengo tiempo ni ganas de desgranar en este día) Y no puede ser voluntad propia… parece.

Sin embargo…

mañana, 1 de mayo, día de los trabajadores, yo voy a trabajar.

Esto no es una broma