Basta ya de tanto imperativo

daleEstoy empezando a hartarme de tanto imperativo, sí, incluso los que en el mejor de los casos se revisten de complicidad bajo una premisa hipotética o un condicional. Se supone, de alguna manera más o menos perversa, que si no lo haces eres cómplice, eres pecador, culpable, malo.

Y llegan todo tipo de acciones que te ves propulsado a hacer porque tu entorno social lo requiere, lo exige. Recuerdo el maravilloso libro de Roland Barthes, Lo Neutro, y lo que escribí sobre él sigue resultando significativo.

Firmas: más de 10 al día, insoportable. Empiezan a llegar aclaraciones sobre que se trata, en la mayor parte de las veces, de rumores, de hoax, de capturadores de información confidencial, de campañas de marketing o estudios de lo mismo más o menos bien orquestadas para no parecerlo.

Dentro de poco, no cederé ante esta presión, pase lo que pase.

Día de la mujer trabajadora

8 de marzo

Es muy amargo, pero creo que es cierto. Es una frivolidad continua la de felicitar a todas las mujeres por igual, como si las no luchadoras mereciesen el aplauso. Y por no luchadoras me refiero a aquellas que aceptan la situación de sumisión a las que las somete el sistema (que somete también a hombres, pero hoy no es el día para hablar de ellos).

He llegado a ver un comentario que decía: felicidades a todas las mujeres, las que trabajan en casa, las que trabajan en oficinas y una felicitación especial para las que tienen un trabajo mixto, trabajando en ambos sitios. Y yo me pregunto si no es terrible esa felicitación, perversa, que anima a que las mujeres tengan esa sobrecarga de trabajo que nunca le desearíamos a nadie.

Por ende, felicitar a quienes deberían deshacerse de parejas tan sinvergüenzas como para permitir esa falta de reparto del trabajo o de las tareas domésticas es insultante, es depravado y sádico, incluso. Esas mujeres, responsables, porque siempre asumo que son responsables de sus actos, son merecedoras de insultos, si es que los insultos son alguna vez merecidos: al menos, se las puede tachar de sumisas más allá de lo razonable, perpetuando una situación que debe cambiarse ya.

No puedo entender que no se piense en ello.

Puedo comprender que algunas mujeres estén en esa situación, pero no, bajo ningún concepto, que esa situación sea felicitable. Es canallesca y debería ser cambiada, debería revertirse, debe hacerse un esfuerzo por mostrar rechazo social hacia quien acepta esas situaciones, para que la presión que las lleve allá sea «compensada» por presión en sentido contrario.

He encontrado este texto junto a esta imagen


mujeresEn 1908, 40.000 costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos por mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil.

Durante esa huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York. Los dueños de la fábrica habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga. El 8 de marzo es día de conmemorar y no de festejar.


Y me quedo con esa última frase como algo que estoy empezando a ver: la mayor parte de las veces, las manifestaciones se convierten en fiestas, en lugar de lugar de reflexión y crítica, los días de conmemoración se banalizan, se celebran cosas (¡CELEBRAN!) como el día del hambre infantil o la desigualdad, o la violencia (de género o no), etc.

Ser mujer (como ser hombre) es algo casual y no es digno de ser ni celebrado ni conmemorado, es como ser alto o bajo, rubio, moreno, de piel clara u oscura, pero ser luchador o luchadora es una elección y eso forma parte de lo que nos caracteriza como humanos racionales, como seres más interesantes (interesantes) que el resto de los animales, la ética de la elección nos hace dignos y dignas, nos encumbra… o todo lo contrario.

Muchas gracias a Pilar Clua Nieto por enviarme ese texto que me ha hecho pensar. Muchas veces, sin alguien cerca para recordarlo, yo también caería en la simpleza de la banalización.

Dualidad o no dualidad, esa es la cuestión.

Pero establecer la cuestión de esta manera, tan dual, no deja de ser un contrasentido. Otra vez vuelvo a dejarme influir por mi amigo Xabi, quien ha realizado una magnífica descripción de lo que supone la naturaleza dual de la luz.

dualidadCon esta imagen, tan inteligente para mostrar lo que significa la dualidad de la luz, pero también de la materia (quedaba extender ese comportamiento ondulatorio a quienes estaban establecidos como partículas, en sentido contrario a lo que había hecho Einstein, completando de ese modo el ciclo), me he acordado inmediatamente del mito de la Caverna de Platón.

A bote pronto, y sin salir de mi casa mental, puedo decir que esto conlleva una conclusión inmediata, que es el hecho de que los experimentos solo son análisis de proyecciones de una presunta realidad existente. Pero de la que no sabemos nada, ni siquiera, y esto se presume en esta imagen, la manera en la que se proyecta ni el lugar sobre el que lo hace.

¿Cuál es el espacio en el que la Realidad existe (¿si es que existe?)? ¿Cuál es el espacio en el que la Realidad se proyecta? Podemos llamar al segundo espacio de lo experimental, pero no deja de ser un espacio por definir. Si bien la palabra espacio, de por sí, ha perdido su absoluto, su visión cartesiana, en aras de una visión más relativa, tanto que fue también Einstein, entre otros, quien la puso en jaque, llevándola a un concepto tan interesante como el de la mecánica cuántica: la relatividad.

El espacio dependía de la materia que lo ocupaba. Es como en el principio de incertidumbre, el objeto observado es afectado por el observador.

Ambas frasecitas se las traen, porque dejan a la ciencia algo más indefensa que antes, cuando podían afirmar con tajante claridad cómo eras las cosas, cómo se comportaban… y pueden hacer caer en explicaciones acientíficas de las que es mejor cuidarse, pues al menos, las primeras, tienen algún tipo de metodología y escapan o buscan escapar de dogmatismos fanáticos: que haya sido capaz, la ciencia, de cuestionarse su poder, es algo que pocas otras logias se atreven a hacer, demostrando que sí, que el método es lo que de verdad importa.

Pero volviendo a la dualidad… no hago más que plantearme si la metodología más acertada no podría ser la de la redefinición de los conceptos con los que nos hemos movido hasta ahora: objeto, partícula, onda, mundo…

En su día, mundo era sinónimo de universo; átomo significaba indivisible. Las cosas cambian, al cambiar las circunstancias, podemos cambiar la manera en la que se entienden los textos. Yo creo que sobra hablar de dualidad, lo que es necesario es entender que las partículas no son lo que eran, que las ondas no son lo que eran. (Y no quiero decir qué significaba desahucio, antes de que lo pretendan redefinir)

En varios de mis talleres de creatividad he jugado con esta idea de expandir el concepto de, por ejemplo, la palabra objeto, haciendo que signifique objeto textual, sonoro, visual, acción, tridimiensional, y que la creación poética pase a ser una labor de composición de objetos (en ese sentido extendido). Estoy preparando un taller de Haikus Conceptuales donde, en el fondo, la idea es la misma: ¿Qué es un haiku? Si extendemos lo que entendemos por tal, intentando captar la esencia del mismo, igual nos hallamos ante la posibilidad de crear una acción o un dibujo o un texto… o algo completamente multimedia, al más puro estilo Fluxus.

Me interesa mucho la idea de cómo las palabras son la base, la verdadera base de aprehensión de la realidad (que no deja de ser una palabra) y de cómo somos lenguaje, que diría Ludwig Wittgenstein, de quien debo leer más. En su día no me interesó, pero es que yo era demasiado pesimista como para despegarme del existencialismo. Ahora creo que puedo buscar un complemento interesante en este alemán magnífico.

Alguna de sus ideas, extraídas de una web poco cuidadosa:

Wittgenstein opina que el lenguaje es ideal, pero que es necesario buscar su lógica interna. Escribe un libro (Tractatus) con siete proposiciones para buscar esa lógica interna del lenguaje.

  1. Parte de la idea de que el mundo es todo lo que acaece (hechos), por lo que podemos decir que el último dato del mundo son los hechos.
  2. ¿Cómo se nombran los hechos? Nos hacemos imágenes, dibujos, representaciones del lenguaje. No está intentando referir cada palabra a un elemento de la realidad como hacía Russell. Cada proposición del lenguaje es ya un hecho, es “algo”, y hay unas ciertas relaciones entre lo figurado y la figura. Para nombrar los hechos se hacen figuras de ellos.
  3. La Isomorfía Semántica se estructura en una relación de isomorfía o de representación, lo que supone que la relación de isomorfía ya no es simétrica entre dos conjuntos iguales, sino que es una relación de forma, de figuración. Si esto es así, entre lo representado y la representación hay un mínimo lógico. Esta forma mínima es inalterable ! FORMA LÓGICA. Todo el mundo es lógico (incluido el lenguaje). Por ello no hace falta crear un lenguaje ideal porque éste ya es lógico de por sí.
  4. Russell dice que el lenguaje no es ideal porque hay cosas que no tienen referencia, pero Wittgenstein no habla de referencia. Cuando una oración es falsa, si tiene sentido no debe rechazarse porque pinta algo de un mundo posible.
  5. Wittgenstein opina que pensamiento, lenguaje y realidad son la misma cosa.
  6. En la realidad y el lenguaje se distinguen cinco niveles:
    1. NIVEL DE LOS OBJETOS: Aquellos que nombramos con los nombres, éstos pueden formar parte de un estado de cosas.
    2. NIVEL DE LOS ESTADOS DE COSAS: Composición mínima de objetos que queda nombrada por la función o proposición.
    3. NIVEL DEL HECHO: El conjunto de todos los hechos componen el mundo.
    4. NIVEL DEL MUNDO: Queda nombrado por todas la proposiciones verdaderas.
    5. NIVEL DE LA REALIDAD: Conjunto de todos los mundos posibles (incluyendo el que verdaderamente existe).
  7. Hay cuatro tipos de oraciones, podemos hablar de cuatro maneras distintas de dibujar la realidad:
    1. Lenguaje representativo, declarativo, descriptivo, lenguaje de la ciencia que da información.
    2. Oraciones de la lógica, estúpidas, porque son evidentes y no dicen nada, ej: a = a (tienen sentido, pero no dicen nada).
    3. Oraciones sin sentido, oraciones típicas de la filosofía, que parecen que dibujan algo pero no, ni siquiera en un mundo posible. Este tipo de oraciones no deben utilizarse y deben ser rechazadas.
    4. Oraciones que sirven sólo para saber cómo funciona el lenguaje, porque cuando lo sabes ya no sirven para nada. (Éste tipo no lo dijo Wittgenstein, fueron los críticos del Tractatus que escribió).

Según Wittgenstein, en su Tractatus logico-philosophicus:

  • Filosofía no es una teoría, sino una actividad.
  • Una obra filosófica consiste esencialmente en elucidaciones.
  • El resultado de la filosofía no son “proposiciones filosóficas, sino el esclarecerse de las proposiciones”.
  • La filosofía debe esclarecer y delimitar con precisión los pensamientos que de otro modo serían, por así decirlo, opacos y confusos.

Es curioso saber que el denominado neopositivismo ha sido prácticamente abandonado, sin embargo no ocurre lo mismo con la filosofía analítica, también corriente del movimiento analítico, que continúa en vigor en importantes áreas culturales del mundo occidental. Tanto es así, que el mismo Wittgenstein abandona el primero y con sus “Investigaciones filosóficas” crea esta segunda corriente, pudiendo hablarse incluso de Wittgenstein I y Wittgenstein II.

Carteles e imágenes subliminales

hansel y gretel Cartel completo

hansel y gretel detalleNo sé si es que estoy muy salido (que creo que no) o que la publicidad sigue jugando con lo más básico de la sexualidad para resultar captora. El otro día, caminando por el metro, me encontré con este cartel y no pude evitar fijar mi atención en ese detalle que, espero, resulte evidente. Buscándolo ahora en internet, para esta entrada, me encontré otra imagen de no menos carga erótica… Es fuerte, ¿no?

hans_gret

Después de esto, recuerdo unas fechas en que di clases de diversas materias a una alumna que, según ella, quería ser policía para pegar a los negros. Le mostré, en una de las clases, esto de la publicidad subliminal, de la potencia de las imágenes, de la capacidad de generarlas o modificarlas, como cuando la llevé a ver una exposición de Chema Mádoz en la Fundación Telefónica y salió tan emocionada, tan conmocionada, diría, que decidió cambiar de futuro y dedicarse al diseño gráfico. Ahora trabaja en la imprenta de su familia como tal. Me da miedo pensar que debajo del cambio, siguió siendo la que deseaba pegar a los negros… Pero sonríe más y eso, siempre, me parece muy buen síntoma.

Paranoias conspiratorias

Mira que soy de esos que creen en las conspiraciones que hace la gente que tiene el verdadero poder, el poder oculto, la mano negra y esas cosas, pero esto de, desde FaceBook, criticar duramente a FaceBook, acusándole de cosas que, aunque hiciese, no se podrían apenas evitar, debido a su carácter privado, privativo, de club cerrado al que se pertenece por voluntad propia, me parece tan ridículo que no sé nunca por qué sigo teniendo a esta gente por amiga, aunque sea de FB.

PantallazoEl otro día una chica comentaba algo sobre los desalojos policiales y algún amigo suyo no podía compartir el comentario, así que decidieron pensar, ambos, que la culpa era de FaceBook, que tiene unas políticas ocultistas, de distribución selectiva de la información, de censura automatizada, de la dimensión del sobrecogedor echelón, pero a diferencia de esta red de espionaje, en FaceBook… insisto, somos voluntariamente instados a colocar la información pública en un lugar privado a la vista del público.

Obviamente, este tipo de perfiles, como el de esa amiga de FaceBook, es el que critica a FaceBook, también, por su excesiva falta de conciencia de privacidad… y todo porque realizar las tareas de gestionar qué hacemos público y qué privado es sumamente complejo. Pero no, esto no es directamente culpa o responsabilidad de la empresita en cuestión: es responsabilidad nuestra, de cada uno, que ha de saber más de esas cuestiones si quiere meterse en esos fangos.

La mejor asumpción es la de suponer que todo lo que esté en FaceBook es susceptible de someterse a la voluntad última de un duendecillo de maxwell… y ahorrarse sobresaltos. O sea, todo puede pasar. No está en nuestra mano evitarlo.

Yo le dije, al menos, cómo conseguir que su comentario fuese publicado o compartido por otros. Jamás se retractó del comentario difamatorio sobre las prácticas de FaceBook. Simplemente, resolvió su problema y siguió adelante.

Ahora bien, si supieran lo que de verdad es posible y está pasando

Echelon es considerada la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia. Controlada por la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), ECHELON puede capturar comunicaciones por radio y satélite, llamadas de teléfono, faxes y correos electrónicos en casi todo el mundo e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones. Se estima que ECHELON intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día.

Ilegales detenidos antes de entrar en el país

y yo me pregunto
si aún no habían entrado
qué fuerzas de seguridad,
de qué estado,
tienen autoridad
o competencia
o jurisdicción
para erigirse en brazo ejecutor
de una legislación invigente
que detenga
a quien,
aún,
no ha realizado nada que pueda ser tachado
de ilegal
porque
digo yo

no habiendo aún entrado indocumentados,
sin visado,
sin permiso,
sin autorización,
no habían hecho
lo que se supone que constituye
un delito
o
(lo que es lo mismo)
han sido detenidos
de manera preventiva
y
así
puede ser
que algunas películas
de ciencia ficción
no sean más que retratos
de una realidad
delirante.

O eso
o la atención al uso apropiado del lenguaje
ha caído en el olvido
en toda tierra de
periódicos,
políticos
y demás
seres
mediáticos,
cuya in-
mediatez
les está
causando
una ceguera
que me atrevo a tachar
de cerebral.

El principio de máxima multiplicidad de Hund y el llenado de los asientos del Metro

Que los electrones son verdes y llevan minifalda, como decía mi amigo y compañero (por no decir camarada) Alberto Luna Fernández, es algo más que dudoso, pero divertido de imaginar.

Imagine usted que por un momento le convirtieran en electrón.

Imagine, por imaginar, que hubiera de meterse dentro de un átomo, que, por imaginar, podríamos visualizar como un vagón de metro.

Imagine, seguimos, que cada orbital fuese una pareja de asientos (vamos a suponer que los asientos están dispuestos de 2 en 2, lo cual no siempre es así. Podríamos haber imaginado un autobús, pero he visto algunos con filas de 1 asiento + 2 asientos. No sirven tampoco para imaginar la restricción de no más de 2 personas por pareja de asientos).

Imagine, que entra en el autobús y que la primera fila tiene una persona sentada en cada par de asientos. No una persona en cada asiento. ¿No le sorprende? Uno podría pensar que la gente no desea estar cerca, que se separan lo más posible por evitar el contagio, o algo parecido. Pero no, parece ser que la mecánica cuántica tiene un símil para explicarlo: El principio de la máxima multiplicidad de Hund.

Cuando varios electrones están descritos por orbitales degenerados (es decir, con el mismo nivel energético, no me entienda mal), la mayor estabilidad energética del total es aquella en donde los espines electrónicos están desapareados (correlación de espines).

¿Y cuál es el espín de una persona?

Pues mire usted, por seguir imaginando que usted era un electrón, podría imaginar su espín como la necesidad que tiene de moverse al encender su móvil, al manejar su tablet, al leer un libro, al recogerse el pelo, al colocarse la ropa, siempre sobrante en esos ambientes artificiales de los supuestos orbitales…

Así que a usted no le gusta tener a alguien cerca porque «se choca». Si no puede evitarlo, lo hará, pero sólo si no puede evitarlo. En principio, usted buscará primero un orbital, es decir, un par de asientos, que esté desocupado, para sentar sus posaderas, para moverse a gusto. Y no solo usted lo hará por su propio bienestar, sino también la otra persona, la que esté semiocupando ese orbital lo agradecerá.

En resumen: ambas personas, si no todas las del autobús o el vagón del metro, serán mucho más felices (en realidad simplemente estarán más cómodas) si se sientan ocupando, semiocupando, el máximo de pares de asientos, lo que les facilita la movilidad, lo que les reduce los conflictos, generando una configuración óptima desde el punto de vista energético, incluso cuando haya requerido un pequeño esfuerzo, generalmente pequeño, el desplazamiento a filas posteriores para buscar un orbital vacío completamente.

A veces el salto que hay que hacer es demasiado grande (poca gente va a cambiar de vagón para buscar un par de asientos libres, conformándose con compartir un par con otra persona). No es que no puedan darse estos saltos, pero requerirían de una excitación provocada por algún tipo de estímulo.

Sobre el efecto fotoeléctrico y la salida de los viajeros de los autobuses lo dejaré para otra entrada, pero no será hoy. Que por ello le dieron el Nobel a Einstein y no es para tomarlo a broma.

Hay ocasiones, podríamos decir, en las que se vulnera el principio de exclusión de Pauli, y, de hecho, suele resultar molesto, incluso, verlo.

Dos electrones en un átomo no pueden tener al mismo tiempo los mismos números cuánticos.

Por ejemplo, imagine, usted electrón, que ha llegado a un vagón bastante ocupado y se ha sentado en el último hueco libre, al lado de otra persona-electrón, que está intentando moverse para otro lado, para no molestarle y para que usted, a su vez, no le perturbe con su espín.

Enfrente, tiene sentada a una mujer mayor que comparte el par de asientos con una pareja (sí, ha oído bien), una pareja, que están casi amalgamados sobre un único asiento, sentados ocupando un único asiento, sí, como si sus movimientos no alteraran a nadie, pero no es así: la pobre mujer mayor no sabe cómo moverse, está harta de tener a una pareja vulnerando el principio de exclusión de Pauli impunemente, como si no fuesen con ellos las leyes de la mecánica cuántica.

Todos nos compadecemos de la pobre mujer mayor (si hubiese sido un emigrante rumano, otro gallo cantaría) aunque nadie está dispuesto a ceder su confortable ubicación orbitalícea para la expansión de la pareja infractora de leyes mecanocuánticas.

¿Cómo es posible? Pues porque intenta, la pareja, reducir su par de espines a uno solo, es algo así como si esos electrones quisiesen convertirse en unidades menores, porque las hay y a los quarks les remito (que son de igual tamaño que usted, pero juguetean con sus espines en inverosímiles combinaciones que a muchos pueden parecer inapropiadas).

Quarks

Me dejo por explorar lo que significa un asiento ocupado por una madre (suele ser del género femenino, ese tipo de electrones, así que la previsión de mi amigo Luna no es tan desacertada) y su retoño, pues aún no he logrado imaginar a dos electrones copulando, procreando, pariendo, un electroncillo menor, un subelectrón que tenga que aprender a desarrollarse en esa jungla de fuerzas electromagnéticas, débiles, fuertes, que le tendrán su vida entera ocupado. Cuando lo logre, lo haré saber.

(Dedicado con todo mi cariño a Jose Luis Sanz Vicario, Alberto Luna Fernández y a Xabier López Pestaña, sin quienes mis años de carrera no hubieran sido, jamás, lo mismo)

Empatía

Será que no tengo una hipoteca,
será que no tengo trabajo
que perder
será que no tengo ingresos
por encima de mil euros
desde hace más de una década,
será que ya pensé
en suicidarme
hace mucho
mucho
mucho
tiempo
y lo descarté
porque existía siempre otra opción,
será que no me gusta la violencia
en humanos
que presumen de ser
seres racionales,
será que trabajé años
en unos servicios informáticos
de las cajas rurales
hasta que lo dejé
porque no me gustaba el trato recibido
sin matar a nadie,
será que un primo mío
trabajó durante casi toda su vida
como director de una sucursal bancaria
y me enseñó a distinguir
entre banquero y bancario,
será que tengo una amiga
(buena amiga)
que trabaja en otro banco
que no es de su propiedad
y que está cansada hasta perder la salud,
será que sé de gente
(en mi familia)
que han ido acumulando viviendas
hipotecas tras hipotecas
e incluso que me recomendaron
que siguiese hipotecado
para pagar menos impuestos,
será que no lo veo claro,
será…
será…
pero no quiero ver en las noticias
que la oficina de alguien
arde
por ningún motivo
deseado
por ningún humano
ya sea
quemándose a sí mismo
o
a los otros
porque eso es suponer
que estamos en una guerra
en la que los otros
no está claro quienes son
o somos
y no sé
o no sabría
dónde esconderme,
pero sí sé
que no voy a participar.

Nostalgia de adolescencia

Pantallazo

Pasé mi adolescencia siendo un chico introvertido que apenas salía de su habitación. Leía, sin parar, libros de ufología y de ciencia real, tan real como que me leí la Teoría de la Relatividad General de Einstein con 15 años y el Principio de Incertidumbre de Heissemberg con 16, durante mis vacaciones de semana santa.

Tenía infinidad de complejos, algunos de los cuales ahora me hacen mucha gracia, como sentir que tenía una cabeza más ancha de lo normal para un cuerpo extremadamente delgado, o que tenía pelos en las inglés, como si no fuese algo más que normal, pero en una época en la que se llevaban los bañadores slip negros aquello me parecía poco menos que pornográfico en la piscina, así que dejé de hacer el único deporte que alguna vez había querido hacer.

Me gustaba la soledad de mi habitación, mi soledad rodeada de libros, enciclopedias que caían como moscas, ensayos de filosofía, cualquier tema era de mi interés. Siempre que estuviese apretujado entre unas cuantas páginas muertas. Y entonces llegaron ellos, los ordenadores.

Mi primer ordenador fue un Spectrum 48K, de esos que tenían teclas de goma gris, que había que conectar a una pantalla, pues no traían pantalla, que acabó siendo una televisión Sanyo que me duró más de 30 años. Fue mi primera compra, a los 16 años, con lo que iba ahorrando… total, sin salir… Aunque no estoy seguro de si fue eso o una máquina de escribir italiana, de una tapa azul algo desvaída.

Pantallazo-1

Pero antes de tener máquina de escribir ya me había dado por escribir poemas, y novelas, sí, con la osadía que da la ignorancia. Apenas había leído un par de ellas (tiempo después, cuando terminé la carrera de química, recuerdo haber leído alguna novela y pensado: no la he comprendido bien, tengo que volver atrás, pues estaba tan acostumbrado al ritmo de lectura de ensayos densos que no podía creer que un libro se pudiese leer en dos o tres días).

Habían caído en mis manos unos versos escritos por mi madre de un tan Bequer y no dejaba de leerlos como supongo que mucha gente ha hecho a lo largo y ancho de aquellos años. Me los aprendí de memoria. Intenté imitar su manera de escribir. Hice, incluso, liras, sonetos, juegos de métricas nuevas o pretendidamente nuevas, y un sinfín de experimentos con la balbuciente voluntad de escribir poesía. Pero no pasó de eso, de balbucir.

En cuanto a las novelas, escribí una sobre unos presuntos rebeldes (ese era el título, de hecho) que quedaban vivos tras una guerra nuclear total (preciso es recordar que vivíamos bajo la persistente amenaza de la conclusión de la guerra fría mediante una guerra a dos bandas: rojos y azules). Estos, refugiándose en una península francesa (Bretaña), lo que no dejaba de ser un guiño a la conclusión de la segunda guerra mundial, acababan por escapar del planeta para rehacer sus fuerzas en La Luna. Supongo que era evidente que yo quería escapar, quizá a la luna, quizá más lejos, así que acabé por refugiarme bajo la mesa azul de mi habitación.

Después de aquella novela que debía terminar, obvio, con la victoria total de los rebeldes sobre el Imperio malvado que se había acabado por convertir en único gobernante de La Tierra, escribí otra, presuntamente bien documentada, sobre la guerra que habría tenido lugar entre una coalición ruso-china sobre otra estadounidense-europea. En la que todo país sobre la urbe se había posicionado. Aquellos eran mis tiempos de adolescencia.

Pantallazo-2

Mientras tanto, jugaba a juegos de guerra en mi recién adquirido Spectrum 48K. Y, de ellos, el que más me gustaba era esta maravilla de «The Fall of Rome», en el que debías ir desplazando tropas hasta intentar soportar el embate de las tropas bárbaras. Sabías que ibas a «perder» pues se trataba de eso, de la caída de Roma, pero debías tratar de perder lo menos posible, incluso, llegué a ganar alguna vez reconstruyendo el imperio… más o menos.

El otro día me dio por buscar un emulador de spectrum para mi flamante portátil de 4Gb (¡¡¡frente a 48Kb!!!) y acabé por encontrar uno, pero ya no recordaba cómo se hacía… de hecho, claro, recuero que leían sus aplicaciones de cintas de casette, pero ahora eso es imposible… así que el simulador simula que tienes que cargar una cinta… es tan gracioso, pensar que alguna vez las cintas de casette tenían aplicaciones informáticas…

Después de probar varios, pude jugar un rato, pero no acaba de funcionar muy bien y supuse acertadamente que habría de haber un simulador online. Y claro que lo hay, faltaría más… no dejan de ser tan solo 48Kb… y estuve jugando otra vez, como cuando tenía 15 años, como cuando lloraba debajo de una mesa azul, como cuando leía sin parar libros de física, de historia, de geografía, de filosofía, jugando y planeando cuál era la forma de sobrevivir, a la vida y a estar solo, a una sociedad en la que no encajaba, que no tenía lugar para mí, a las invasiones bárbaras…

Y lo logré.

¿Quién me iba a decir que iba a ser tan feliz siendo un marciano, un lunático, en esta Tierra?

Pero, de cuando en cuando, me sigue llevando las nostalgia a un lugar extraño llamado adolescencia.

De mis clases particulares

Ayer iba en el metro, camino del Barrio del Pilar, donde imparto una clase de Matemáticas, Física o Química a una alumna desde hace varios años. Es mi alumna preferida, no puedo negarlo. No lo pretendo. A parte de tener intereses por las asignaturas que tiene en su educación obligatoria, incluso interesarse, poco a poco, por aquellas en las que yo le ayudo, a pesar de que se le den peor, a parte de todo eso, también estudia Piano, en el Conservatorio desde hace casi una década (tiene 17 años), Alemán y algunas otras cosas.

Cuando le digo que se relaje, me dice que tiene tantas cosas que quiere hacer que no le da el tiempo. Y me brota una sonrisa en el corazón, pensando que hay personas a las que admiro, a las que les deseo lo mejor, a las que respeto por ser inquietas, inquisitivas, deseosas de saber, más y más, de diversas temáticas, abriendo su mente a experiencias que la harán ser más persona.

Porque creo que hay grados de «persona». Pero no voy a entrar en esto de manera tan burda porque podría pasar por elitista y no lo es. Se trata de tamaños de voluntades, de esas nubes que habitan en el centro del pecho, y sí, el tamaño importa, cuando se trata de esto, al menos. A mí me importa.

Adoro encontrarme con personas que quieren ser Personas. Son verdaderos Filósofas en un sentido literal, etimológico, de la palabra. Y eso me convierte en filo-filósofo… (jejeje… estas cosas de la recursividad me apasionan, también)

Estoy intentando hacerle comprender que esto del equilibrio se resuelve como si fuese una hoja de cálculo… y no sabe usar (porque no les enseñan) estas herramientas que, para algunas cosas, son útiles.

En el metro, en ese camino que comencé mentando, fui anotando la estructura de la tabla que habría de realizarse. Hoy voy a hacerla y llevársela. Me gusta tanto trabajar para ella…

Acá la dejo:

Fórmula química

aA + bB <==> cC + dD

Coeficientes estequiometricos (a, b, c y d)
Pesos moleculares (de A, B, C y D)

GLOBALES
Volumen total
Presión total
Temperatura

INICIALMENTE

Masa en gramos
Moles
Concentraciones
Volúmenes

REACCIÓN

En moles
En porcentaje de lo inicial (grado de disociación o solubilidad) C x alfa o S

En EQUILIBRIO

Masa en gramos
Moles -> moles totales
En porcentaje de lo inicial (grado de disociación o solubilidad)
Concentraciones = moles / volumen total
Fracción molar = moles / moles totales
Presiones parciales = fracción molar * presión total

Q para predecir dirección de reacción
Q > K -> sobran productos = Hacia la izquierda
Q < K -> sobran reactivos = Hacia la derecha

Kc
Kp
Ks
Ka
Kb

pH

PV = nRT

Esto no es una broma