Consigue trabajo haciendo lo que te gusta

Me llega un mensaje (por supuesto basura tipo spam) con este encabezado y me pongo a pensar si tiene algún sentido que alguien esté trabajando y le llegue este mensaje y no se lo haya planteado antes… ¿es que no está ya trabajando en algo que le gusta? ¿Cómo puede ser? y, sobre todo, ¿a qué espera?

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida
cómo se viene la muerte,
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Importante: la vida pasa rápido, rápido rápido… y viene la muerte callando… y, aún sabiéndolo, ¿vamos a vivir trabajando en algo que no nos gusta?

Si es así, hay que pensar en que no toda la vida es trabajo, que lo que los empleos proporcionan es estabilidad económica (algunos), seguridad y solvencia, que muchos desean por encima del placer que da trabajar en algo que les gusta. Y si es así, ¿para qué conseguir «trabajo» haciendo lo que te gusta? Cada cual ha de saber cuál es su prioridad:

1.- Un trabajo que proporcione bienes materiales para, en otro entorno vital, lograr lo que se desea.
2.- Un trabajo deseado, sin importar en demasía los bienes materiales que proporcione.
3.- Un trabajo deseado y que proporcione también bienes materiales para los otros entornos vitales.

Claro, todo el mundo quiere el 3.
Pero ¿por qué?

La falacia de esta posible elección está en el hecho de poder separar el trabajo del entorno vital. No hay separación. Porque la vida es lo que te ocurre en ella, lo que decides hacer en ella. También el trabajo es vida, también forma parte de tu vida, de tus elecciones, y no se puede separar.

En realidad, la propuesta debería ser más compleja y completa, a saber, elegir entre:

1.- Una vida que te guste (incluyendo trabajo, ocio, amigos, familia, lugar…)
2.- Una vida que no te guste (incluyendo lo mismo)

Todo lo anterior está conectado y es difícil elegir un pack completo, pero es lo que hay. No hay posibilidad de separar las cosas como si pudiéramos vivir a trozos… ahora sí, ahora no…

Hay que enfocar, apuntar, disparar…. y vivir haciendo lo que te gusta el mayor porcentaje de tiempo posible. Y si no, ¿a qué esperar tanto? ¡mejor suicidarse!

Texto breve en un foro de Iñaki Gabilondo

Me parece el mejor periodista en activo a quien vi caer con CNN+ para ser sustituido por un infumable Gran Hermano 24horas…

Hace un par de días hablaba de lo que él considera Un tostón insoportable

al que siguieron una serie de comentarios, entre los cuales rescaté el de un tal Nacho (Nacho | 02/03/2012 17:13:40), que fue el único que parecía haber entendido el fondo de la crónica del señor Gabilondo.

Votar otra cosa que no sea al bipartido PP-PSOE sería un buen comienzo para romper esta dinámica (y tostón mediático). No creo que UPyD sea una solución diferente en política económica. Entiendo que lo único diferente que hay al modelo liberal-neoliberal o al modelo social-democrata es IU-Verdes-Equo (me refiero a los partidos de interés general, no nacionalista-regionalista).

Pero espero que votar a estos partidos (yo siempre he votado a IU) no se convierta en simple voto-protesta en contraposición al voto-«borrego» (no es mi intención insultar a nadie, es simplemente un término que todos comprendemos: yo soy un borrego manipulado más).

Para que no se convierta el voto a IU-Equo en simple voto-protesta, las izquierdas y los verdes debieran juntarse y sugerir una alternativa creíble, si es posible a nivel europeo o mundial en un gran congreso. Deberían pensar y acordar como es posible un cambio gradual (no revolucionario) hacia esa alternativa creíble (social y ecológica) en contraposición al capitalismo. Y que estas ideas lleguen a la ciudadanía bien machacadas y entendibles.

Estas ideas deberían juntarse a nivel internacional, para que no se conviertan en un conjunto de partidos pequeñitos a los que nadie hace caso. Entiendo que aquí no cabe partidos revolucionarios populistas (castristas, chavistas, etc.), stalinistas y comunistas de la vieja guardia. Se necesita un modelo rojiverde moderno y sostenible YA…. Si no seguiremos con el tostón.

Publicado por: Nacho | 02/03/2012 17:13:40

Yo, por mi parte, no me he resistido a la tentación y he añadido mi pequeño comentario, que ahora incluyo aquí para contento de mis seguidores y de mis seguidoras… (que seguro que son mayoría aplastante)

Hay un problema: necesitamos simpleza. El mundo es cada vez un sistema más complejo y alejado de explicaciones simples. Esto nos aleja de la sensación de tener contacto con él. Necesitamos sentirnos capaces de comprender el mundo y para ello, queremos que nos lo den simplificado.

Esta es la razón principal del resurgimiento de populismos de diversos signos, incluidos los incluidos en la disyuntiva PP-PSOE. Elegir alternativas es demasiado complejo. Y más, cuando estas alternativas se esfuerzan en informarnos de la complejidad del sistema.

Así que, en ocasiones, también simplifican (IU lo hace, UPyD lo hace…) y Equo es una aproximación que no se hace comprensible y que supone que debe serlo persé. Claro… muchos son profesores de universidad, esto lo explica. Pero no, seguiremos teniendo la necesidad de enemigos fáciles y de respuestas rápidas… para sentir que aún formamos parte de los que dominan, en tanto comprenden/poseen el mundo.

El sexo de la lengua

Sobre el que no puedo más que coincidir plenamente ha sido publicado en El País sobre Sexismo Lingüístico y Visibilidad de la Mujer y lo transcribo íntegro para su almacenaje y posterior consulta desde mi propio diario. Este texto fue seguido de un debate «¿La lengua tiene sexo? ¿y género?» también en el mismo periódico sobre el tema, con el que ya no me veo tan identificado… salvo algunas excepciones.

Ya escribí un artículo semejante sobre Género y lenguaje en esta bitácora que mantengo diariamente y hoy me he encontrado esta otra reflexión mucho más documentada, pero que esencialmente coincide con lo que dije allí.

La verdad es que, puestos a cambiar el lenguaje, reformulémoslo completamente deshaciéndonos de los incómodos masculinos y femeninos y pasemos a tener un único neutro para designar todos y cada uno de los vocablos susceptibles de tener ambas versiones: artículos, sustantivos, adjetivos sin ningún género: en lugar de los niños o las niñas son tontas o tontas, les niñes son tontes y se acabó.

Eso sí me parecería razonable. Lo otro, el intento forzado por tener un lenguaje que no distinga entre géneros con un idioma que sí lo hace es insostenible y no va a ser posible.

A continuación, el largo artículo del periódico:

Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer

La RAE ha decidido llamar la atención a las guías de lenguaje no sexista publicadas en los últimos años por diversas instituciones.

En este artículo, escrito por Ignacio Bosque y suscrito por 26 académicos de número, se sostiene que, si bien existen usos verbales sexistas, las recomendaciones de dichas guías difunden usos ajenos a las prácticas de los hablantes
También conculcan normas gramaticales, anulan distinciones necesarias y obvian la realidad de que no hay discriminación en la falta de correspondencia entre género y sexo.

Ignacio Bosque 4 MAR 2012

1. En los últimos años se han publicado en España numerosas guías de lenguaje no sexista. Han sido editadas por universidades, comunidades autónomas, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones. Las que identifico con siglas o abreviaturas en la relación que aparece al final constituyen tan solo una muestra de ese extenso catálogo. Antepondré un guion a la página citada: MUR-8, UPM-10, UGT-14, etc.

2. La mayor parte de estas guías han sido escritas sin la participación de los lingüistas. Constituye una importante excepción MAL, que contiene abundante bibliografía. Esta es la guía más completa de las nueve, y también la menos radical en sus propuestas. Cabe pensar que los responsables o los impulsores de las demás guías entienden que no corresponde a los lingüistas determinar si los usos verbales de los hispanohablantes son o no sexistas. Aunque se analizan en ellas no pocos aspectos del léxico, la morfología o la sintaxis, sus autores parecen entender que las decisiones sobre todas estas cuestiones deben tomarse sin la intervención de los profesionales del lenguaje, de forma que el criterio para decidir si existe o no sexismo lingüístico será la conciencia social de las mujeres o, simplemente, de los ciudadanos contrarios a la discriminación. Ha trascendido a la prensa recientemente el malestar de los profesores de Lengua Española de la Universidad de Murcia ante la guía de lenguaje no sexista que esta institución elaboró (MUR, en la lista final) sin contar con su participación o recabar siquiera su parecer.

Se ha señalado en varias ocasiones que los textos a los que me refiero contienen recomendaciones que contravienen no solo normas de la Real Academia Española y la Asociación de Academias, sino también de varias gramáticas normativas, así como de numerosas guías de estilo elaboradas en los últimos años por muy diversos medios de comunicación. En ciertos casos, las propuestas de las guías de lenguaje no sexista conculcan aspectos gramaticales o léxicos firmemente asentados en nuestro sistema lingüístico, o bien anulan distinciones y matices que deberían explicar en sus clases de Lengua los profesores de Enseñanza Media, lo que introduce en cierta manera un conflicto de competencias.

No hay, desde luego, ilegalidad alguna en las recomendaciones sobre el uso del lenguaje que se introducen en esas guías, pero es fácil adivinar cuál sería la reacción de las universidades, las comunidades autónomas, los ayuntamientos o los sindicatos si alguna institución dirigiera a los ciudadanos otras guías de actuación social sobre cuestiones que competen directamente a esos organismos, y, más aún, que lo hiciera sin consultar con ellos y sin tener en cuenta sus puntos de vista, cuando no despreciando abiertamente sus criterios.

3. Las nueve guías que menciono poseen numerosos puntos en común. También existen algunas diferencias entre ellas, relativas sobre todo al grado de detalle con el que explican los fenómenos gramaticales o léxicos. De las nueve guías que menciono, MAL es la única que acepta el uso no marcado (más comúnmente llamado genérico) del masculino, como en El trabajador debe exigir sus derechos (MAL-29) o en El alumno deberá asistir puntualmente a clase (MAL-32), donde admite que “el masculino es extensivo a las mujeres”. Esta guía se limita a censurar “el uso abusivo del masculino genérico” (MAL-47), mientras que las demás no aceptan su empleo y recomiendan evitarlo en todos los casos.

Entre los aspectos que comparten las guías de lenguaje no sexista destaca sobre todo una argumentación implícita que me parece demasiado obvia para ser inconsciente. Consiste en extraer una conclusión incorrecta de varias premisas verdaderas, y dar a entender a continuación que quien niegue la conclusión estará negando también las premisas.

La primera premisa verdadera es el hecho cierto de que existe la discriminación hacia la mujer en nuestra sociedad. Son alarmantes, en efecto, las cifras anuales de violencia doméstica, y se siguen registrando situaciones de acoso sexual no siempre atendidas debidamente por las autoridades competentes. Existen todavía diferencias salariales entre hombres y mujeres. Se atestiguan también diferencias en el trato personal en el trabajo, que a veces se extienden al grado de capacitación profesional exigible en la práctica, así como a las condiciones requeridas para acceder a puestos de responsabilidad. Además de en el mundo laboral, existe desigualdad entre hombres y mujeres en la distribución de las tareas domésticas. Es también real el sexismo en la publicidad, en la que la mujer es considerada a menudo un objeto sexual. Son igualmente verdaderas las actitudes paternalistas que algunos hombres muestran hacia las mujeres, sea dentro o fuera del trabajo, y son asimismo objetivos otros muchos signos sociales de desigualdad o de discriminación que las mujeres han denunciado repetidamente en los últimos años.

La segunda premisa, igualmente correcta, es la existencia de comportamientos verbales sexistas. El lenguaje puede usarse, en efecto, con múltiples propósitos. Puede emplearse para describir, ordenar, preguntar, ensalzar o insultar, entre otras muchas acciones, y, desde luego, también puede usarse para discriminar a personas o a grupos sociales. Este hecho ha sido destacado por los lingüistas en numerosas ocasiones, incluso aplicándolo al caso específico de las mujeres, como explicaré en este mismo texto.

La tercera premisa verdadera es el hecho de que numerosas instituciones autonómicas, nacionales e internacionales han abogado por el uso de un lenguaje no sexista. En casi todas las guías que menciono se alude, en efecto, a la abundante legislación que propugna abolirlo.

Algunas revistas científicas internacionales piden actualmente a los investigadores que no usen únicamente la inicial del nombre de pila en las citas bibliográficas de sus trabajos, ya que se ha constatado cierta tendencia a considerar, por defecto, que el autor de la obra citada en tales casos es un varón, en lugar de una mujer. Existen otras muchas medidas sociales surgidas en los últimos años, igualmente destinadas a evitar situaciones de discriminación hacia las mujeres.

La cuarta premisa, casi un corolario de las anteriores, es igualmente correcta. Es necesario extender la igualdad social de hombres y mujeres, y lograr que la presencia de la mujer en la sociedad sea más visible. Hago notar que las palabras visible, visibilidad, invisibilidad, visibilizar o visibilización están presentes en las nueve guías que he mencionado.

De estas premisas correctas, en cierta forma subsumidas en la última, se deduce una y otra vez en estas guías una conclusión injustificada que muchos hispanohablantes (lingüistas y no lingüistas, españoles y extranjeros, mujeres y hombres) consideramos insostenible. Consiste en suponer que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer explícita sistemáticamente la relación entre género y sexo, de forma que serán automáticamente sexistas las manifestaciones verbales que no sigan tal directriz, ya que no garantizarían “la visibilidad de la mujer”. En este punto coinciden todas las guías, aun cuando se diferencian en el énfasis que ponen en la conclusión alcanzada. Si no se acepta el razonamiento, se estará impidiendo al lenguaje “que evolucione de acuerdo con la sociedad” (GRAN-1), de forma que mantendremos una serie de “hábitos que [lo] masculinizan […], lo que expulsa a las mujeres del universo simbólico” (CCOO-6). Caeremos, en suma, en el “pensamiento androcéntrico, ya que la utilización de esta forma de lenguaje nos hace interpretar lo masculino como lo universal” (UPM-10).

4. Como la primera premisa no afecta a cuestiones lingüísticas, no me detendré en ella. Apuntaré tan solo que, si bien no está en discusión que sigue existiendo en nuestra sociedad discriminación hacia la mujer, sí existe discrepancia entre las mujeres acerca de cuáles son exactamente las medidas que la evitarían. A manera de ilustración, indicaré tan solo que conozco mujeres (algunas, sumamente prestigiosas) que consideran ofensivo el establecimiento de cuotas que regulen su acceso a puestos de responsabilidad, sea en el número de ministras o de directoras generales que deben formar parte del Gobierno, el de catedráticas que deben enseñar en una determinada universidad, el de miembros femeninos de un comité o de un jurado o el de cirujanas de un hospital. No deseo entrar a valorar esta cuestión polémica ni, en general, la pertinencia de los llamados “criterios de paridad”. Si menciono estos ejemplos, relativos a la existencia de discrepancias entre las mujeres acerca de lo que es o no es socialmente discriminatorio, es porque en las guías que examino no se muestran discrepancias en relación a lo que es o no es verbalmente sexista (de nuevo, con la posible excepción de MAL). No solo no se percibe ninguna duda en sus redactores a la hora de discriminar los usos verbales sexistas de los no sexistas, sino que se confunde, no sé si ingenua o deliberadamente, el verdadero sexismo verbal, que he identificado en la segunda de mis cuatro premisas correctas, con la alarma infundada ante voces y construcciones sintácticas que mostrarían un uso supuestamente sexista del lenguaje.

Las muestras de tal confusión son abundantes. Hay, efectivamente, sexismo en el ejemplo Los directivos acudirán a la cena con sus mujeres (UGT-7), precisamente porque el masculino engloba en su designación a varones y mujeres, pero los autores de esa guía entienden que tan sexista es usar esta frase como emplear los trabajadores de la empresa (UGT-11) con la intención de aludir a trabajadores y trabajadoras. Tan sexista les parece el preguntar a una mujer si es señora o señorita (UGT-13) como escribir (UGT-10) Todos tenemos sentimientos, en lugar de Las personas tenemos sentimientos. En cuanto a MAL, considera, correctamente, que son sexistas frases como En el turismo accidentado viajaban dos noruegos con sus mujeres (MAL-72), pero recomienda a la vez escribir Los gerentes y las gerentas revisarán las solicitudes presentadas hasta la fecha (MAL-81), puesto que entiende que usar únicamente los gerentes podría ser discriminatorio con la mujer.

En general, el rechazo a toda expresión del masculino destinada a abarcar los dos sexos es marcadísimo en las guías. VAL considera sexista escribir los valencianos (VAL-15) y todos los ciudadanos (frente a toda la ciudadanía); UNED rechaza los becarios (UNED-6) y propone en su lugar las personas becarias; y AND considera discriminatorio escribir número de parados (AND-36), en lugar de número de personas sin trabajo.

En su ya antiguo libro ¿Es sexista la lengua española? (Barcelona, Paidós, 1994), Álvaro García Meseguer analizaba pormenorizadamente estas confusiones. Explicaba (pág. 58) por qué son claramente sexistas frases como Hasta los acontecimientos más importantes de nuestra vida, como elegir nuestra esposa o nuestra carrera, están determinados por influencias inconscientes, ya que introducen una marcada perspectiva androcéntrica en una afirmación general sobre los seres humanos. Justificaba asimismo por qué es sexista —acaso más llamativamente aún (pág. 60)— uno de los versos de la famosa canción Libertad sin ira, popularizada en España en los años de la Transición por el grupo Jarcha: Gente que solo busca su pan, su hembra, su fiesta en paz. Este autor añadió muchos más ejemplos de esta confusión en El español, una lengua no sexista (trabajo publicado en Internet), y otros lingüistas han insistido en ella. Explicaba García Meseguer que son sexistas, y por tanto discriminatorias, frases como Los ingleses prefieren el té al café, como prefieren las mujeres rubias a las morenas, pero también aclaraba que no lo es, en cambio, formar construcciones genéricas con artículos determinados o cuantificadores en masculino, como en Todos los que vivimos en una ciudad grande.

Aplicando el verbo visibilizar en el sentido que recibe en estas guías, es cierto que esta última frase “no visibiliza a la mujer”, pero también lo es que las mujeres no se sienten excluidas de ella. Hay acuerdo general entre los lingüistas en que el uso no marcado (o uso genérico)del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español, como lo está en el de otras muchas lenguas románicas y no románicas, y también en que no hay razón para censurarlo. Tiene, pues, pleno sentido preguntarse qué autoridad (profesional, científica, social, política, administrativa) poseen las personas que tan escrupulosamente dictaminan la presencia de sexismo en tales expresiones, y con ello en quienes las emplean, aplicando quizá el criterio que José A. Martínez ha llamado despotismo ético en su excelente libro El lenguaje de género y el género lingüístico (Universidad de Oviedo, 2008). No debe olvidarse que los juicios sobre nuestro lenguaje se extienden a nosotros mismos.

5. Algunos de los responsables de las guías que comparo responderían a la pregunta que acabo de formular afirmando que la autoridad que se les reclama no es académica, ya que procede de su sensibilidad ante la discriminación de la mujer en el mundo moderno. El argumento es insostenible, puesto que califica arbitrariamente de sexista al grupo —absolutamente mayoritario— de mujeres y hombres con una sensibilidad diferente. Si “el uso del masculino con valor genérico implica un trato lingüístico discriminatorio” (CCOO-24), ¿cómo han de reaccionar las mujeres que no perciben en él tal discriminación? En efecto, ¿qué se supone que ha de pensar de sí misma una mujer que no se sienta excluida de la expresión Se hará saber a todos los estudiantes que… por mucho que la Generalitat Valenciana (VAL-28) le diga que la están discriminando? Las guías que analizo son poco flexibles en este punto. Pareciera que se quiere dar a entender que la mujer que no perciba irregularidad alguna en el rótulo Colegio Oficial de Psicólogos de Castellón, y que (a diferencia de VAL-37) no considere conveniente cambiarlo por Colegio Oficial de Psicólogos y Psicólogas de Castellón, debería pedir cita para ser atendida por los miembros de dicha institución.

He tenido la oportunidad de revisar recientemente una selección de textos de Soledad Puértolas, Maruja Torres, Ángeles Caso, Carmen Posadas, Rosa Montero, Almudena Grandes, Soledad Gallego-Díaz, Ángeles Mastretta, Carmen Iglesias y Margarita Salas, y puedo asegurar que ninguna de estas mujeres sigue las directrices contra el supuesto sexismo verbal que se propugnan en las guías que estoy comentando. Como sería absurdo cargar de citas este artículo, voy a mencionar un solo ejemplo, que me parece ilustrativo.

Margarita Salas pronunció la conferencia inaugural del curso 2005-2006 en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Se titulaba Experiencias de una vida dedicada a la investigación científica. En este texto, accesible en Internet, Salas explica las dificultadas sociales que tuvo que vencer en sus primeros años de investigadora. Hace en él una encendida defensa de la igualdad profesional y laboral de hombres y mujeres, y en particular de la necesidad de que la mujer acceda a puestos de responsabilidad en el mundo de la universidad, la política, la empresa y la investigación con igualdad de deberes y derechos respecto de los hombres. Solo a los redactores de las guías que menciono les sorprenderá que se incluya a sí misma en la referencia del sustantivo masculino científicos (“Yo creo que los científicos tenemos la obligación de hacer una difusión de la ciencia asequible, pero rigurosa”); que no intente excluir a las mujeres cuando habla de “los 40 doctorandos que se han formado en mi laboratorio”; que no pretenda dejar fuera a las niñas cuando explica que “un aspecto muy importante para la participación de la mujer en el mundo profesional es que haya facilidades para el cuidado de los niños”, ni tampoco a sus amigas cuando, al final de su conferencia, agradece a sus amigos su apoyo y su amistad a lo largo de su vida.

Se me ocurre preguntar ahora a los responsables de las guías mencionadas qué quiere decir exactamente que este texto abunda en rasgos de sexismo lingüístico. La pregunta se podría aplicar igualmente a los textos de decenas, seguramente centenares, de escritoras, periodistas, científicas o artistas, entre otras muchas representantes de la cultura, el arte o la ciencia, firmemente comprometidas con la defensa de los derechos de la mujer, además, por supuesto, de a los innumerables textos de varones que compartan esos mismos principios e ideales, y que tampoco aplican las recomendaciones lingüísticas de las guías de lenguaje no sexista.

6. La RAE y la ASALE explican (Nueva gramática de la lengua española, Madrid, Espasa, 2009, § 2.2) que el desdoblamiento en la coordinación al que he hecho referencia puede tener sentido en ciertos contextos, como en No tiene hermanos ni hermanas y en otros ejemplos que allí se proporcionan. También se aclara que existen otros recursos lingüísticos que pueden deshacer fácilmente los casos de posible ambigüedad o de falta de precisión en la referencia a grupos de personas. Pero lo que en estas guías se entiende, de manera poco justificada, es que hay siempre discriminación en las expresiones nominales construidas en masculino con la intención de abarcar los dos sexos. Proponen, pues, que debe sustituirse Los afectados recibirán una indemnización (VAL-26) por Los afectados, hombres y mujeres, recibirán una indemnización, ya que las mujeres afectadas que lean la primera variante entenderán (o quizá tendrán que entender, quieran o no, en función del despotismo ético al que me he referido) que no corresponde a ellas el resarcimiento que se anuncia.

Nadie considera controvertida la propuesta de extender la formación de pares morfológicos a los nombres de profesiones y cargos (ingeniero-ingeniera, etc.), hoy universalmente aceptada. Aun así, no parecen admitir estas guías que una profesional de la judicatura pueda elegir entre ser jueza o ser juez, ni que una licenciada en Medicina pueda escoger entre ser llamada médica o médico, a pesar de que se ha constatado en múltiples casos que existen preferencias geográficas, además de personales, por una u otra denominación.

En la guía que patrocina la Junta de Andalucía se critica a la RAE (AND-40) porque en su edición de 1984 todavía aparecían sustantivos sin desdoblar en el Diccionario Académico. No negaré que las críticas retrospectivas tienen sentido como parte de la historia de las ideas sociales (entre ellas, las lingüísticas), pero tampoco que a algunos parece molestarles que la RAE actualice sus obras con el curso de los años, ya que esta modernización los va privando de argumentos para criticarla.

7. Los lectores curiosos e interesados que lean con atención las guías de lenguaje no sexista se formularán un gran número de preguntas lingüísticas, pero me temo que buscarán inútilmente las respuestas entre sus páginas (de nuevo, con la posible excepción de MAL). El lector de estas guías habrá aprendido, en efecto, que es sexista decir o escribir El que lo vea (MUR-4) en lugar de Quien lo vea; que también lo es la expresión Los futbolistas (AND-37) en lugar de Quienes juegan al fútbol; que no debe hablarse de los requisitos exigidos para acceder a plazas de Profesores no Asociados (UNED-5), sino de los requisitos exigidos para acceder a las plazas de Profesorado no Asociado; que un periodista no debe escribir Los españoles irán a las urnas el próximo domingo, sino La población española irá a las urnas el próximo domingo (VAL-24), y que en la redacción de los convenios colectivos deben evitarse expresiones como permiso para acudir a la consulta del médico (CCOO-52), puesto que este uso discrimina a las médicas.

Una vez que haya asimilado todas estas directrices, el lector se preguntará probablemente si es o no sexista usar el adjetivo juntos, masculino plural, en la oración Juan y María viven juntos. Como este adjetivo “no visibiliza el femenino”, en este caso el género del sustantivo María, es de suponer que esta frase es sexista. Tal vez el que la construyó debería haber dicho …viven en compañía para no ser discriminatorio con las mujeres. Pero, ¿qué hacer si el predicado fuera …están contentos, …están cansados o …viven solos? ¿Deberían tal vez usarse en estos contextos adjetivos que no hagan distinción en la concordancia de género, como alegres o felices, o locuciones que no la requieran, como en soledad? De nuevo, ninguna respuesta.

¿Será o no sexista el uso de la expresión el otro en la secuencia Juan y María se ayudan el uno al otro en lo que pueden? Como esta expresión tampoco visibiliza el femenino en la concordancia, cabe pensar que esta frase también es sexista. Si a un hombre o una mujer se le escapa la frase Ayer estuvimos comiendo en casa de mis padres, ¿estará siendo sexista? Seguramente sí, se dirá, puesto que el sustantivo padres designa aquí al padre y a la madre conjuntamente. Como se sabe, el español no posee un término particular para estos usos, a diferencia del inglés, el francés o el alemán, entre otras lenguas. Así pues, el sustantivo padres tampoco visibiliza a la mujer, a pesar de que la abarca en su designación. Pero, si hay que evitar estas expresiones, por sexistas, tampoco podremos usar los reyes, mis tíos o sus suegros para designar parejas (ni tus primos para referirse a grupos), ya que la anulación de la visibilidad de la mujer se extiende a todas ellas. ¿Debería entonces pedirse a la RAE que expulsara estas voces de su diccionario (padre: 9. pl. El padre y la madre, DRAE) y de su gramática (Nueva gramática, § 2.2l)?

Hace unas semanas pregunté a mis alumnas de sintaxis de la Universidad Complutense si aceptaban la oración Nadie estaba contenta. Ninguna contestó afirmativamente. Como antes, una opción es pensar que la RAE debería darla por buena, fomentar su uso y contribuir con ello a la visibilidad de la mujer en el lenguaje. Otra opción, que algunos consideramos preferible, sería entender que la irregularidad de esta frase no está en la sociedad, sino en la sintaxis. Nos parece natural, en efecto, ¿Quién estaba contenta? porque interpretamos un complemento partitivo tácito (¿Quién de ellas?), mientras que rechazamos Nadie estaba contenta porque este complemento se rechaza igualmente en ese caso (es decir, no decimos Nadie de ellas).

Aun cuando dejáramos de lado estas cuestiones sintácticas sutiles, seguiría siendo pertinente la simple pregunta de dónde fijar los límites ante el “problema de la visibilidad de la mujer en el lenguaje”. Si la mujer ha de sentirse discriminada al no verse visualizada en cada expresión lingüística relativa a ella, y al parecer falla su conciencia social si no reconoce tal discriminación, ¿cómo establecemos los límites entre lo que su conciencia debe demandarle y el sistema lingüístico que da forma a su propio pensamiento? Si no estamos dispuestos a aceptar que es la historia de la lengua la que fija en gran medida la conformación léxica y sintáctica del idioma, ¿cómo sabremos dónde han de detenerse las medidas de política lingüística que modifiquen su estructura para que triunfe la visibilidad?

Consideremos, a título de ejemplo, el caso de los animales. ¿Debemos entender tal vez que es correcto discriminar a las hembras en expresiones tan comunes como los perros, los gatos, los lobos o los jabalíes, o hemos de interpretar, por el contrario, que no es preciso que el género tenga aquí correspondencia con el sexo? Los que elijan esta última opción ¿habrían de argumentar tal vez que los animales no tienen dignidad, y que este es el factor que determina la visibilidad morfológica? De nuevo, ¿cuál es el límite?

A los que respondan que no conviene llevar las normas o las reglas gramaticales a sus extremos, habría que recordarles que las normas gramaticales no tienen extremos. Se formulan de cierta manera y se aplican en función de ciertos criterios léxicos, morfológicos o sintácticos que deben expresarse con claridad. Se dice en algunas guías (por ejemplo, en CCOO-24) que los críticos del desdoblamiento léxico (ciudadanos y ciudadanas, etc.) construyen deliberadamente ejemplos recargados con el solo propósito de ridiculizar, a menudo en periódicos o en blogs, a quienes proponen dicho recurso visibilizador. Pero los fragmentos de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela que oportunamente cita Ignacio M. Roca en el Boletín de la Real Academia Española (tomo 89, 2009, pág. 78), no constituyen ejemplos inventados por periodistas o escritores:

«Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora General de la República, Contralor o Contralora General de la República, Fiscal General de la República, Defensor o Defensora del Pueblo, Ministros o Ministras de los despachos relacionados con la seguridad de la Nación, finanzas, energía y minas, educación; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de los Estados y Municipios fronterizos y de aquellos contemplados en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional.»

«Para ejercer los cargos de diputados o diputadas a la Asamblea Nacional, Ministros o Ministras; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de Estados y Municipios no fronterizos, los venezolanos y venezolanas por naturalización deben tener domicilio con residencia ininterrumpida en Venezuela no menor de quince años y cumplir los requisitos de aptitud previstos en la ley.»

De hecho, tales desdoblamientos múltiples se proponen a menudo como ejemplos en estas mismas guías. La de la UNED considera que no debe decirse Los funcionarios interinos que hayan trabajado entre el 8 de julio y el 7 de enero […], sino (UNED-5) Los funcionarios y funcionarias interinos e interinas que hayan trabajado entre el 8 de julio y el 7 de enero […]. También propone (UNED-8) como modelo de redacción frases como […] foros y chats, para que el/la estudiante pueda comunicarse con el equipo docente, los/las tutores/as y los/las compañeros/as…, así como En estos centros las tutoras y los tutores actuarán como guías y asesores de las alumnas y los alumnos (UNED-10), con aparente discriminación de las asesoras. En MAL-70 se sugiere como pauta El/la avalado/a está obligado/a a comunicar a el/la avalista dicha circunstancia.

8. Un buen paso hacia la solución del “problema de la visibilidad” sería reconocer, simple y llanamente, que, si se aplicaran las directrices propuestas en estas guías en sus términos más estrictos, no se podría hablar. Mucho me temo, sin embargo, que las propuestas no estén hechas para ser adaptadas al lenguaje común. Unas veces se dice expresamente en las guías, pero otras queda tan solo sobrentendido: se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente al lenguaje oficial. Se aplicarían, pues, a los textos legales o administrativos (lengua escrita) y a los discursos públicos, las declaraciones, las ruedas de prensa y otras manifestaciones de la lengua oral. Dicho de una manera más clara: se ve como algo enteramente natural que la autoridad, el responsable o el gestor que desdobla usuarios y usuarias o ciudadanos y ciudadanas se olvide de su desdoblamiento cuando ya no esté delante de un micrófono o de una cámara. Una vez abandone la tribuna o el estudio de grabación, dirá que “va a cenar con unos amigos”, sin intención de excluir a las mujeres, o que “tiene que ir al colegio a recoger a sus hijos”, sin que hayamos de suponer que no tiene hijas. Hablará, en una palabra, como todo el mundo.

No me parecen insignificantes las implicaciones que conlleva la aceptación de este sorprendente cambio de registro. Precisamente ahora que se trabaja para que el lenguaje de los textos jurídicos se acerque en alguna medida al español común, las propuestas para “visibilizar a la mujer” en el idioma parecen encaminarse en el sentido opuesto. Se trata, al parecer, de lograr que el lenguaje oficial se diferencie aún más del real. A los tan denostados eufemismos de los políticos y los economistas, que enmascaran o edulcoran, como sabemos, tantos aspectos de la realidad, parece que ha de agregarse ahora un nuevo código artificial, ajeno al lenguaje común, constituido por nuevos circunloquios, restringidos —como antes— al mundo oficial. A la vez, se acepta paradójicamente su propia artificiosidad al reconocer implícitamente que no tienen aplicación en la lengua de todos los días.

Pero existen razones para la esperanza. Observo, por ejemplo, que la Junta de Andalucía no sigue tan estrictamente en su Boletín Oficial (BOJA) las normas antisexistas que proponen sus consejerías. Abro al azar el BOJA y leo: «Emplácese a cuantos aparecen como interesados en el expediente, a fin de que puedan personarse en legal forma como demandados en el plazo de nueve días ante el órgano jurisdiccional» (BOJA, 7 de enero de 2009, pág. 55). A estas tres infracciones en tan pocas líneas se suman otras muchas en otros números del BOJA, y aun en este que cito.

En el mismo sentido, el título del informe nº 247/2012 de la Federación Regional de Enseñanza de Comisiones Obreras de Madrid (Sector Universidad) contiene dos supuestas infracciones a las pautas que estipula este sindicato: Los defensores universitarios dan la razón a los trabajadores. En sus páginas aparecen asimismo varios usos del masculino en su uso no marcado, y no encuentro en ellas ni un solo grupo nominal desdoblado (ya no somos los únicos en defender […]; la atención a los estudiantes; el legítimo derecho de los empleados públicos, etc.). Lo mismo cabe decir de los documentos de la UGT (un ejemplo, entre otros muchos, es la Carta de derechos de los trabajadores en paro del 2-12-2010). No he sido capaz, por otra parte, de encontrar un solo documento de CCOO o de UGT en el que aparezca la expresión desdoblada empresarios y empresarias.

Es de suponer que los que redactaron todos estos textos, y otros análogos emitidos por las mismas instituciones que patrocinan las guías de lenguaje no sexista, probaron antes la versión alambicada de sus escritos, y —quizá después de algunas dudas—, optaron, con buen criterio, por sacrificar la visibilidad a la naturalidad y a la eficacia.

9. Nadie pone hoy en cuestión que la labor que llevan a cabo los profesores de Lengua en la Enseñanza Media constituye una parte esencial de la educación de nuestros jóvenes. Entre sus múltiples tareas está la de conseguir que adquieran cierta soltura en el uso del idioma, distingan matices léxicos y gramaticales, y sean capaces de hablar y escribir con corrección. El profesor de Lengua deberá decidir, como es lógico, qué normas explica en sus clases. Habrá de pensar si recomienda a sus alumnos que escriban l@s niñ@s (como se sugiere en AND-37), l@s actores/as normalmente involucrad@s (como se propone en UGT-33) y alumn@s o funcionari@s (como se recomienda en UPM-17), o deberá, por el contrario, pedir a sus alumnos que eviten estas expresiones, tal como recomienda la RAE, junto con todas las gramáticas normativas y los manuales de estilo de los medios de comunicación.

En la guía de Comisiones Obreras se explica (CCOO-65, nota 24) que la arroba es un signo “que no es reconocido en este uso no sexista por los dispositivos lectores que emplean las personas con discapacidad visual”. A pesar de ello, constituye “un recurso posible y efectivo cuando no se quiere marcar el género”. De hecho, parece sugerir que se emplee también en rótulos, y propone el ejemplo Acceso Delegad@s. Solo una de las nueve guías que cito recomienda evitar la arroba como signo lingüístico en todos los contextos. Aun así, no propone sustituir L@s niñ@s vendrán a clase con ropa cómoda (MAL-88) por el equivalente con los niños, sino con las niñas y niños o con los/as niños/as.

La elección del profesor de Lengua afecta, desde luego, a otros muchos aspectos. Deberá decidir si recomienda que sus alumnos escriban Los/las trabajadores/as, como hace la UGT (UGT-11) o si les enseña a evitar este uso. Cuando explique en clase los sustantivos colectivos y los abstractos ¿deberá tener en cuenta que no equivalen siempre a los plurales? La Universidad de Murcia (MUR-4) proporciona una lista de “términos que hacen referencia tanto a hombres como a mujeres”. En esta lista aparecen alumnado, profesorado y clientela, pero también adolescencia, licenciatura, coordinación, infancia, niñez, ingeniería, vejez y jefatura, términos que se proponen como sustitutos de los nombres de persona. La Universidad Politécnica (UPM-12) recomienda usar las tutorías en lugar de los tutores; la Generalitat Valenciana hace equivaler (VAL-23) el alcalde a la alcaldía, y la Universidad de Granada (GRAN-6) entiende que este tipo de sustituciones “facilitarán la escritura sin romper la estética del texto”. MAL es la única guía que actúa con cierta cautela: “Estos listados son orientativos y no deben interpretarse como soluciones válidas en todos los contextos” (MAL-52).

No es preciso, desde luego, ser lexicógrafo para intuir que la niñez no equivale a los niños, y, en general, que, si existen contextos en que alguno de estos sustantivos abstractos equivalga a un colectivo de persona, están sumamente restringidos. En ciertos casos, los nombres colectivos de persona (ninguno de los cuales “visibiliza a la mujer”) no designan en español dos grupos de individuos de distinto sexo. Así, el que dirige un colegio podría tal vez usar la expresión mi profesorado para aludir al conjunto de profesores y profesoras que trabajan en él, pero el que quiere referirse al conjunto de profesores y profesoras que ha tenido en su vida no podrá usar mi profesorado, pero sí mis profesores. En UPM-12 se hace notar que, como es sexista la presencia del artículo los en los interventores, habrá que sustituir esa expresión por quienes intervengan. Poco parece importar a los autores de la guía el que las dos fórmulas no sean necesariamente equivalentes.

En la mayor parte de las guías que cito se recomienda omitir, siempre que sea posible, los artículos masculinos para evitar el uso no marcado de este género. Para la Universidad de Granada (GRAN-7) es sexista la frase Los jóvenes y los ancianos están siempre de acuerdo, de forma que el sexismo desaparecería suprimiendo el artículo: Jóvenes y ancianos están siempre de acuerdo. La Universidad de Murcia recomienda (MUR-4) no usar expresiones como Va dirigido a los estudiantes de último curso, y aconseja emplear en su lugar Va dirigido a estudiantes de último curso. Pero, como es obvio., el profesor de Lengua Española debería aclarar en sus clases que la supresión del artículo da lugar unas veces a secuencias anómalas, y otras muchas a notables cambios de sentido. El que dice Conozco a los especialistas en esta cuestión está diciendo que los conoce a todos, mientras que, si dice Conozco a especialistas en esta cuestión, está diciendo que conoce a algunos (que podrían, como antes, ser hombres o mujeres). Las gramáticas del español suelen explicar estas diferencias con detalle.

¿Es todo esto demasiado sutil? ¿Se le está diciendo al profesor que en sus clases de Lengua debe prescindir de los matices y que ha de anular cuantas diferencias sintácticas o léxicas sean necesarias para que prevalezca la visibilidad? Me parece que el conflicto de competencias al que aludía al principio no es tanto un problema legal cuanto una cuestión de responsabilidad profesional. También es, por consiguiente, un problema de conciencia.

10. Llama la atención el que sean tantas las personas que creen que los significados de las palabras se deciden en asambleas de notables, y que se negocian y se promulgan como las leyes. Parecen pensar que el sistema lingüístico es una especie de código civil o de la circulación: cada norma tiene su fecha; cada ley se revisa, se negocia o se enmienda en determinada ocasión, sea la elección del indicativo o del subjuntivo, la posición del adjetivo, la concordancia de tiempos o la acepción cuarta de este verbo o aquel sustantivo.

Nadie niega que la lengua refleje, especialmente en su léxico, distinciones de naturaleza social, pero es muy discutible que la evolución de su estructura morfológica y sintáctica dependa de la decisión consciente de los hablantes o que se pueda controlar con normas de política lingüística. En ciertos fenómenos gramaticales puede encontrarse, desde luego, un sustrato social, pero lo más probable es que su reflejo sea ya opaco y que sus consecuencias en la conciencia lingüística de los hablantes sean nulas. Así, el hecho de que tothom (literalmente, ‘todo hombre’) signifique ‘todos, todo el mundo’ en catalán no parece molestar a las catalanas. El indefinido omne (de lat. hominem) se usaba en castellano medieval con el sentido de ‘uno, cualquiera’. Esta forma de crear indefinidos pervivió en alemán y en francés, entre otros idiomas. El indefinido alemán man (‘alguien, uno’) se pronuncia como el sustantivo Mann (‘hombre’), y no se diferenciaba de él en la lengua antigua. Cualquier alemán, hombre o mujer, reconoce que hay relación entre man y Mann cuando dice, por ejemplo, Das sagt man (‘Eso dicen’). Es algo mayor la diferencia de pronunciación entre el francés on (‘uno, alguien’) y homme (‘hombre’), pero su origen es también el sustantivo “hombre” (latín hominem). Esta forma de fosilización recibe entre los lingüistas el nombre de gramaticalización.

No queda claro cuál habría de ser, aplicando la lógica de la visibilidad, la reacción de las mujeres alemanas o francesas ante estos hechos, ni tampoco ante qué institución deberían presentar su protesta por tener que aceptar tamaña injusticia sintáctica. Como es obvio, si no se sienten discriminadas por estos fenómenos —como, en efecto, sucede— es porque comprenden que los significados de las palabras se modifican en su evolución, incluso aunque sus antiguos sentidos sean parcialmente reconocibles en la actualidad. Si no hay discriminación en estos usos es, simplemente, porque las etimologías no revelan el significado actual de las palabras, y también porque la historia de cada lengua no es la historia de las disposiciones normativas que sobre ella se hayan dictado, sino la historia de un organismo vivo, sujeto a una compleja combinación de factores, entre los que destacan los avatares de los cambios sociales y las restricciones formales fijadas por el sistema gramatical. Como es obvio, no existe institución ante la que haya que manifestarse para exigir que el sustantivo sol, el nombre del astro rey, deje de ser masculino en español, a la vez que luna es femenino, y demandar que las cosas sean exactamente al revés, como sucede en alemán.

11. Se explica en AND-60 que “esta guía, más que mostrar pautas gramaticales […], es un intento de iniciar pequeñas vías de reflexión en la ciudadanía”. Seguramente es así, aun cuando el hecho de que la Junta de Andalucía explicara en su momento que se multaría a los anunciantes que no respetaran en sus textos las directrices lingüísticas de esa institución la convierte quizá en algo más que “un intento de reflexión en la ciudadanía”. Las páginas precedentes constituyen también un intento de mover a la reflexión, pero en un sentido diferente. El propósito último de las guías de lenguaje no sexista no puede ser más loable: contribuir a la emancipación de la mujer y a que alcance su igualdad con el hombre en todos los ámbitos del mundo profesional y laboral. Intuyo que somos muchos —y muchas— los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad consiste en tratar de que esta se extienda por completo en las prácticas sociales y en la mentalidad de los ciudadanos. No creemos que tenga sentido forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad, impulsar políticas normativas que separen el lenguaje oficial del real, ahondar en las etimologías para descartar el uso actual de expresiones ya fosilizadas o pensar que las convenciones gramaticales nos impiden expresar en libertad nuestros pensamientos o interpretar los de los demás.

No deja de resultar inquietante que, desde dependencias oficiales de universidades, comunidades autónomas, sindicatos y ayuntamientos, se sugiera la conveniencia de extender —y es de suponer que de enseñar— un conjunto de variantes lingüísticas que anulan distinciones sintácticas y léxicas conocidas y que prescinden de los matices que encierran las palabras con la intención de que perviva la absoluta visibilidad de la distinción entre género y sexo. La enseñanza de la lengua a los jóvenes constituye una tarea de vital importancia. Consiste, en buena medida, en ayudarlos a descubrir sus sutilezas y comprender sus secretos. Se trata de lograr que aprendan a usar el idioma para expresarse con corrección y con rigor; de contribuir a que lo empleen para argumentar, desarrollar sus pensamientos, defender sus ideas, luchar por sus derechos y realizarse personal y profesionalmente. En plena igualdad, por supuesto.

AND Guía sobre comunicación socioambiental con perspectiva de género. Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía, ISBN-978-84-96776-78-4, sin fecha.
CCOO Guía para un uso del lenguaje no sexista en las relaciones laborales y en el ámbito sindical. Guía para delegadas y delegados. Secretaría confederal de la mujer de CCOO y Ministerio de Igualdad, Madrid, 2010.
GRAN Guía de lenguaje no sexista. Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada, Universidad de Granada, sin fecha.
MAL Antonia M. Medina Guerra (coord.): Manual de lenguaje administrativo no sexista. Asociación de estudios históricos sobre la mujer de la Universidad de Málaga y Área de la mujer del Ayuntamiento de Málaga, 2002.
MUR Guía de uso no sexista del lenguaje de la Universidad de Murcia. Unidad para la Igualdad entre mujeres y hombres, Universidad de Murcia, 2011.
UPM Manual de lenguaje no sexista en la Universidad Politécnica de Madrid. Madrid, Unidad de Igualdad, Universidad Politécnica de Madrid, sin fecha.
UGT Guía sindical del lenguaje no sexista. Madrid, Secretaría de Igualdad, Unión General de Trabajadores, 2008.
UNED Guía de lenguaje no sexista. Oficina de Igualdad, UNED, sin fecha.
VAL Igualdad, lenguaje y Administración: propuestas para un uso no sexista del lenguaje. Conselleria de Bienestar Social, Generalitat Valenciana, 2009.

* Este informe, redactado por Ignacio Bosque, ha sido suscrito por todos los académicos numerarios y correspondientes que asistieron al pleno de la Real Academia Española celebrado en Madrid el jueves, 1 de marzo de 2012. A saber:

D. Pedro Álvarez de Miranda, D. Luis María Anson, D. José Manuel Blecua, D. Ignacio Bosque, D. Juan Luis Cebrián, D. Luis Mateo Díez, D. Antonio Fernández de Alba, D. Pedro García Barreno, D. Eduardo García de Enterría, D. Juan Gil, D. Pere Gimferrer, D. Luis Goytisolo, D. Salvador Gutiérrez Ordóñez, D.ª Carmen Iglesias, D. Emilio Lledó, D. José María Merino, D. Francisco Nieva, D. José Antonio Pascual, D. Arturo Pérez-Reverte, D. Álvaro Pombo, D.ª Soledad Puértolas, D. Francisco Rodríguez Adrados, D.ª Margarita Salas, D. Gregorio Salvador, D. José Manuel Sánchez Ron, D. Darío Villanueva.

Académicos correspondientes
D. Humberto López Morales (secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española)
D. Francisco Arellano (Academia Nicaragüense de la Lengua)
D.ª Norma Carricaburo (Academia Argentina de Letras)
D.ª Ana María Nafría (Academia Salvadoreña de la Lengua)
D. José Rodríguez (Academia Filipina de la Lengua Española)
D. Bernard Sesé (Francia)
D. Norio Shimizu (Japón).

Desorden

Tengo la mesa de trabajo en desorden como mi cerebro
un cable VGA azul que conecta con la TV
un cable VGA negro que conecta con el proyector
un cable enrollado RCA que suele ser blanco y rojo
pero que es negro y rojo
terminando en un conector que lo transforma en una entrada macho minijack
para conectarse con el amplificador del salón
una botella de acuarios reciclada (o reutilizada) como de agua
porque tengo que beber sin parar
supuestamente 2 litros diarios
un par de DVDs
uno con la actuación de mi amiga Mariel en su espectáculo
unipersonal de Madre Primeriza
y otro con una serie de películas imprescindibles
como un perro andaluz o entre’act
y algunos fluxfilms
mi móvil que se está cargando con el cable
del cargador enrollado para ocupar un poco menos
y estar un poco más ordenado
al menos en mi mente
que se enchufa en la regleta blanca
en la que también está enchufado mi portátil
cuyo cargador (pues aquí todo parece estar cargándose)
alimenta este ordenador negro
subido a lomos de un ventilador gris
más pequeño de lo necesario
que inclina la pantalla y el teclado en un ángulo de
unos 30 grados hexadecimales

junto al móvil está también
Memorias del otro
lado del mar
el último libro de Ernesto Pentón
que es tan bueno que el prólogo que me ha pedido
me intimida
porque no creo que yo esté a la altura
de esa calidad
y lo tengo bosquejado
con un montón de anotaciones distribuidas
por el ejemplar
que está flanqueado por unas bolsitas
que guardan un par de tarjetas Sony MD
que utilizo a modo de pendrive
con un adaptador que voy cambiando de una a otra
conectándolo al hub
USB conceptronic
que creí que nunca usaría
pero que resulta ser muy útil
para tener más trastos alrededor de mis dedos
que están escribiendo este poema
que no sé si es un poema
o una vulgar enumeración
de objetos encontrados
en el desorden
de mi mesa
que no parece
incluir la de Carmen
que está sentada al lado izquierdo
con otro ordenador
rodeado de trastos que rodean sus manos.

Desorden.

Antropología Cultural: Lenguaje y Cultura

Antropología Cutural, de Marvin Harris, 1983. Ed. Alianza Editorial.

Algunos de estos textos los voy a usar o mencionar en el Proyecto de Organización Filogenética de Lenguas del Mundo. Le he puesto un nombre un tanto ampuloso, pero al mismo tiempo descriptivo y suficientemente claro. (POFLM)

El capítulo 3 del libro, titulado Lenguaje y Cultura, tiene las siguientes perlas:

Productividad del lenguaje humano

Somos capaces de producir un infinito número de mensajes sobre un infinito número de temas.

Desplazamiento

Un mensaje se considera desplazado cuando ni el emisor ni el receptor tienen contacto inmediato directo sensorial con las condiciones o sucesos a los que el mensaje se refiere. […] Desplazamiento es la característica que normalmente tenemos en la mente cuando nos referimos al lenguaje humano como poseedor de la capacidad para transmitir información abstracta.

Arbitrariedad

La facultad de adquirir la universalidad semántica está determinada genéticamente. Sin embargo, los actuales componentes de los códigos del lenguaje humano están virtualmente libres de limitaciones genéticas. […] Los elementos del código del lenguaje humano carecen de cualquier relación físicamente regular con los sucesos y las propiedades que ellos significan. Es decir, no hay ninguna razón por la que la palabra «agua» tenga que designar el agua. En definitiva, el lenguaje humano es arbitrario.

Estructura Profunda

¿Cómo es posible que podamos crear tantos mensajes diferentes y sea posible entenderse? Nadie posee la respuesta exacta. Según Chomsky, toda expresión tiene una estructura superficial y una estructura profunda. Las estructuras superficiales pueden ser distintas pero las estructuras profundas ser idénticas. […] Un rasgo esencial en esta noción sobre la gramática es que, en sus niveles más profundos, todas las lenguas humanas comparten una estructura específica de especie común innata.

Clasificación jerárquica de lenguas (en superiores e inferiores)

Tras el eurocentrismo decimonónico, los lingüistas estaban convencidos de la superioridad de determinadas lenguas sobre otras, poniendo casi en la cima al latín. Sin embargo, diversos estudios del siglo XX han demostrado que esa suposición era insostenible. […] Las diferencias entre lenguas son superficiales. La productividad semántica es infinita en cualquier lengua conocida. Cuando surge la necesidad social, en cualquier lengua pueden desarrollarse los términos propios de la civilización industrial. […] Ninguna cultura falla por falta de palabras, por lo menos no durante mucho tiempo.

Otra forma por la que se reclama una superioridad lingüística se asocia a la existencia de las variaciones dialectales características de las sociedades estratificadas. A veces se comenta que un determinado grupo étnico o clase social tiene una gramática deficiente y una pronunciación incorrecta. Tales críticas carecen de base firme desde el punto de vista de la ciencia lingüística excepto si consideramos que todas las lenguas contemporáneas están contaminadas y son versiones subestándar de lenguas anteriores. Cuando una variante dialectal se considera «inferior» de lo que se trata es de un fenómeno político más que de un fenómeno lingüístico. Rebajar los dialectos a un estatus inferior forma parte de un proceso general mediante el cual los grupos dominantes intentan mantener su posición superior.

Lenguaje, pensamiento y causalidad

Una importante cuestión es hasta qué punto las diferentes gramáticas y categorías de palabras producen habitualmente formas incompatibles de pensamiento entre gente que pertenece a diferentes comunidades lingüísticas. Según Benjamin Whorf, cuando dos sistemas de lenguaje tienen gramáticas y vocabularios radicalmente distintos, sus respectivos usuarios viven en un mundo de pensamiento completamente diferente.

Cada lengua es un enorme sistema de modelos, diferentes de otros en los que se encuentran culturalmente ordenadas las formas y categorías por las cuales la personalidad no solo comunica, sino que también analiza la naturaleza, recoge o ignora tipos de relaciones y fenómenos, canaliza su razonamiento y construye el edificio de su conciencia. (B. Whorf, 1956: 252)

Las lenguas difieren en que disponen de ciertas categorías obligatorias incluidas dentro de sus normas gramaticales. En inglés hay que especificar el número. En las lenguas romances hay que indicar el género de todos los sustantivos. En ciertas lenguas indias americanas hay que indicar si un objeto está cerca o lejos del que habla y si es visible o no. Estas categorías obligatorias con toda seguridad no son indicativos de ninguna tendencia activa psicológica que suponga una obsesión respecto a los números, el sexo o la localización de personas u objetos. Sin embargo, no deberíamos sacar la conclusión de que los convencionalismos gramaticales son siempre triviales.

Cambio lingüístico

La lengua, al igual que otras partes de la cultura, está sufriendo (yo diría disfrutando) cambios constantemente. Estos cambios (fonéticos, morfológicos o gramaticales) se identifican con frecuencia como diferencias de dialecto tales como la distinguen la forma de hablar de un americano del sur de la de los habitantes de Nueva Inglaterra o de la forma de hablar de los londinenses. Si grupos procedentes de estas tres zonas se fuesen a vivir a distintas islas y perdiesen todo el contacto lingüístico unos con otros y con sus zonas de origen, sus formas de hablar dejarían de ser mutuamente inteligibles. Cuanto mayor fuese la separación, menos semejanza habría entre ellas. El proceso de formación de un dialecto y el aislamiento geográfico son responsables, en gran parte, de la enorme diversidad de lenguas. Muchas de las lenguas mutuamente ininteligibles de hoy día son «hijas» de una lengua «madre» común.

Las lenguas también pueden cambiar sin que exista ninguna separación geográfica de las diferentes partes de la comunidad oral. Por ejemplo, el inglés moderno pude ser considerado como una «corrupción» del inglés antiguo. En efecto: todas las lenguas modernas son «corrupciones» de lenguas más antiguas.

En definitiva: cada una de las lenguas contemporáneas habladas no es otra cosa sino la versión transformada de un dialecto perteneciente a una lengua anterior e incluso en ausencia de testimonios escritos, las lenguas se pueden agrupar basándose en su «filiación» respecto a un antepasado común. Así, por ejemplo, en un periodo remoto, la lengua protogermánica occidental estaba indiferenciada de un gran número de lenguas incluyendo formas ancestrales del latín, hindi, persa, griego, ruso y gaélico. La lengua «madre» de la que derivan es la llamada proto-indoeuropeo.

Glotocronología

Los lingüistas han desarrollado una técnica para fechar la separación de una lengua de otra. Esta técnica se denomina glotocronología. Está basada en el supuesto de que, debido al préstamo y a cambios internos, cerca del 14% de la mayoría de las palabras básicas del vocabulario de una lengua se renueva cada 1000 años. La glotocronología se basa, por tanto, en la premisa de que no solamente las lenguas cambian sino que lo hacen a un ritmo constante que se puede predecir.

Lenguaje y conciencia

La lengua no nos proporciona necesariamente libertad de pensamiento; por el contrario, a menudo nos atrapa en errores y mitos. Debido a que vivimos de la cultura y a que nuestras mentes están moldeadas por la cultura, tenemos más cosas de las que ser conscientes que otras criaturas. Debemos esforzarnos para entender cómo la cultura controla lo que ocurre dentro de nuestras mentes. Sin este nivel adicional de alerta, la mente humana no puede considerarse plenamente consciente.

Elive – Una distro de linux que es free, pero no gratis

Tengo un portátil de escasos recursos (no tan escasos, pero como vivimos tiempos de excesos, parece que P-V, 512Mb RAM, 80Gb HD no son nada) y me dedico a instalarle distribuciones de distinto tipo de Linux.

Hay innumerables, como ya mencioné en un artículo anterior, así que voy probando aquellas que consumen menos recursos. Tengo el PC con un XP de fábrica, más o menos, bastante estable y ocupando el 25% del total del disco, en 2 particiones C: y D:. Entre otras cosas, tengo instalado un jueguecito con el que pierdo horas de cuando en cuando en cuando llamado Game of Empire III. Es un juego windows que juego pirateándolo y que me fastidia piratear… pero creo que debería tener una licencia más abierta para poder ser usado gratuitamente cuando ya haya pasado un tiempo desde su lanzamiento.

En el resto del disco, tengo instalado Linux Mint (hasta ahora la que más me gusta), Linux Slax, Puppy Linux, y Xubuntu 10.04. Gestiono el arranque múltiple con Grub, que cada cierto tiempo tengo que arreglar con Grub Fixer porque hago algún desaguisado. Pero como es un PC para estas cosas, pues no pasa nada, ni siquiera me despeino (aunque nunca me peino, así que…)

Y ahora quería instalar, en los 12 Gb que aún tengo disponibles en mi super modesto PC, la distribución Elive, basada en Debian, como Mint y Xubuntu, pero con un diseño mucho más cuidado, aunque me gusta mucho el aspecto de la de Mint, también.

Y me he encontrado con un pequeño obstáculo que, en realidad no es tal, es una petición de dinero o colaboración para continuar con la instalación en el disco duro. Y me ha obligado a leer. Esto de que me obliguen nunca me gusta, pero leer sí, y la reflexión que acompaña suele ser fructífera, si se lee adecuadamente.

Transcribo, lo que me hizo detenerme:

Hey, This is not FREE !

If you are a truly defender of the free software you must know better what are you defending, you can start from here. Free software has no relation with gratis, please read this explanation from gnu.org. You need to know also that due to this confusion of terms, the word free software has changed to open source software in 1998.

After that you know that free has no relation with cost. This payment is required to pay the development of Elive, that is the full time work of the Developer ‘Thanatermesis’ and also to pay external development and/or services. Think that more money is made and more development can be possible to pay and so, a better final product (Elive). But in any of the cases, you are not obliged to pay for Elive, nobody obliges you to use Elive. Without any cost, Elive would not be the same, at least not with all its features, usefriendly things, and the lot of work involved. By other side, if your problem is that you can’t possibly pay for any personal reason, we don’t want to prevent anybody from using Elive so we propose alternatives which are described in the payment process.

Even if you are in face to a computer screen with thousands of pixels, the result of the Elive Operating System is that is made by a human person, a person that unfortunately are living in a monetary-dependent system, in other words, who pay my taxes? and not only the taxes but also my roof and food if my only full-time work is to make Elive. Im a truly and convinced defender of the venus project, it proposes a future without money, unfortunately i’m not actually living on any venus city, they doesn’t exist right now, I would like to live in a venus world and make Elive only for pleasure but the reality is that I still on this world. If you really don’t understand the point of the payment, then I must say… «don’t use Elive!», basically because nobody obliges you to use it and because you don’t like it!, so why to lost time complaining? if you really think that Elive is not worth of the minimal requirement, why just don’t ignore it ? I don’t want to monopolize the world with Elive, I do not care at all if you use it or not, so just use anything that you want, you have thousands of alternatives, you have the choice.

El texto es tan claro que no deja lugar a dudas. Por más que se desarrolle por el placer de hacerlo, es totalmente lícito y casi necesario que tenga financiación de algún tipo para que pueda subsistir, ser sostenible, como nos gusta decir, este proyecto más allá que unos meses o mientras el equipo desarrollador no necesite ningún ingreso para, como bien dice, pagar los impuestos y otros muchos gastos derivados de su desarrollo, como, sin ir más lejos, los equipos informáticos, que no son gratis, las conexiones a Internet, que no son gratis, el consumo energético, que no es gratis, el uso de agua, que no es gratis, para beber algo mientras se trabaja, la comida, etc…

La gratuidad no es sostenible. Eso es evidente. Pero hay software gratis. También hay software carísimo. Elive apuesta por un camino intermedio entre lo gratis total que requiere, entre otras cosas, una comunidad enorme alrededor, de forma que pueda seguir siendo gratis (como Ubuntu, Debian, etc) o una aportación por los que deciden usarlo… o, de lo contrario, que no lo usen, como bien apunta en su último párrafo.

Hay algunas cuestiones que me surgen y que no quiero detallar al respecto de cómo puede ser código abierto y no ser gratuito, puesto que compilarlo es gratis y, por tanto, con el código en la mano, sería bastante sencillo hacer una copia «pirata» (si es que podemos hablar de tal cosa en el universo del código abierto) y ponerla a disposición pública de manera gratuita. Pero, insisto, prefiero no entrar en este detalle.

El caso es que, incluso así, el responsable del proyecto abre las puertas a formas de colaboración alternativas, como pueden ser (si no se quieren o pueden pagar los míseros 15$ que cuesta) escribir un artículo sobre ELIVE en cualquier web, en cualquier idioma (no sé si este artículo que estás leyendo es sobre Elive o sobre otras muchas cosas) o si se trata de usarlo con fines académicos, justificarlo y se obtendrían códigos de instalación tantos como se precisaran.

En mi caso, podría aducir que se trata de ambas razones: por motivos de autoformación, deseo probar Elive, pero también y sobre todo, estoy escribiendo un artículo sobre esta distro. Bien es cierto que no es exactamente un artículo sobre Elive, sino sobre su política de precios, pero quizá cuente como válido. No obstante, seguramente, si lo instalase después en mi portátil «de producción», estaría más que dispuesto a abonar los 15€ que me parece un precio más que razonable para que este proyecto pueda subsistir.

Es una forma más de CrowdFunding, que viene creciendo en diversidad y número desde hace años. Ahora ya se entiende que se pueda poner un botón de aceptación de donativos en una página web personal (como la mía, cuyo proyecto Lejanías tenía como objetivo desarrollar esta manera de financiar labores semejantes). Cuando incluí, en su momento, un botón paypal para aceptar / y solicitar / donativos, Carmen me llegó a decir que parecía que era como pedir… pero acabé encontrando que me parecía más que razonable y escribiendo el texto correspondiente en los apartados Financiación y Donativos del proyecto.

Ahora me encuentro a punto de comenzar otro enorme proyecto de envergadura similar a Lejanías (mucho mayor, me temo) sobre la Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo y no sé cómo financiarla. Me sigue gustando la idea (que vi por primera vez en el Libro Rojo de Isidoro Valcárcel Medina) de financiar hoja a hoja por personas a quienes se cita expresamente en el proyecto.

Pero esta manera de financiarse aún está en el albor de su historia. Veremos qué revolución nos trae el futuro y si esta alternativa se sostiene.

De momento, mi enhorabuena a los desarrolladores de Elive por apostar por un camino diferente, interesante, que plantea cuestiones más allá de las meramente tecnológicas, depositando su actualidad en los modelos de financiación, en la retribución del trabajo, pero no olvidando las estéticas, aparte de las éticas.

Radicales

Nos hablan de radicales como si
fuese sinónimo de malvados
como si
ser radical fuese pecado
como si
ser radical debiese ser prohibido
y
a mí
me parece radical
esa fábrica tendenciosa de sinónimos
esa moralidad basada en una religión
esa maquinaria de leyes coercitivas.

Quiero ser radical
radicalmente pacifista
radicalmente ateo
radicalmente racional
y emocional al tiempo.

Soy radical
y quiero guillotinas
que nunca hubo en este país
para acabar con regímenes que
considero obsoletos e incompatibles
con principios igualitarios
y presuntamente
presuntamente
democráticos.

Soy radical
partidario de una educación
pública y gratuita
que no es gratis
pues la pagamos todos
partidario de una sanidad
pública y gratuita
que no es gratis
pues la pagamos todos
de una sociedad
cuyos valores cambien
fabricando un nuevo sistema
(aunque esto me convierte en antisistema
basados en la solidaridad
con los demás humanos
y no en el mérito personal
de cada individuo.

Soy radical hasta el punto
de que también yo
prohibiría cosas
muchas cosas
tantas
que me da por pensar que tengo un tirano dentro
que impediría
la coexistencia de
asistencia sanitaria gratuita con otra privada
la coexistencia de
educación pública gratuita con otra privada
porque está siendo privada
de algunos
por otros
y esos valores
me parecen
terriblemente
radicales.

Guillotina.
Mucha guillotina.

La vida se paga

Pero ¿cómo puede ser que esta publicidad no sea retirada inmediatamente? Debe ser que la gente no lee con calma para encontrar el impersonal omitido de la segunda frase:

Se paga en Euros.

¿Qué es lo que se paga en Euros? Por el contexto de la primera, sabemos que se refiere, claramente, a la vida. Ni más ni menos afirman que la vida se paga en euros.

Escandaloso. Y no lo es menos que se utilice como publicidad de una entidad financiera. ¿Pero es que a nadie le ha parecido, antes de ponerlo en televisión, en las paredes de oficinas, en marquesinas, que podría generar un odio desbocado, y con razón, que llevase a destruir los mismos soportes de la publicidad? Últimamente me encuentro que el descontrol en publicidad es tal que es fácil que alguna de estas arengas comerciales acabe siendo el desencadenante de una revolución. Esta, desde luego, me lo parece.

¿Están pretendiendo afirmar que la vida, (ahí es nada: la vida), está a punto de ser privatizada y explotada por alguna compañía afín al grupo en cuestión y que pronto tendremos que abonar un precio (en Euros, como enfatiza el mensaje)? Ese pago ¿será de una sola vez para poder tener acceso a la vida en propiedad, será mediante crédito hipotecario, ahora que las hipotecas para la vivienda (lugar en el que se vive, que no vida) cuesta más venderlo o será mediante un alquiler, obviamente vitalicio?

¿Será que no distinguen entre vivir y comprar? Seguramente va más por este lado el error (no puedo dejar de pensar que es un error) del mensaje publicitario. Alguien ha pensado que en lugar de decir la compra se paga en euros, era más fácil utilizar su sinónimo vivir, transformándolo en la vida se paga en euros. Es posible. Ese alguien, desde luego (más todos los alguienes que han revisado (supongo que más de una persona se encarga de esto) el anuncio) no solo no distingue entre vivir y comprar sino que tampoco concibe otra forma de adquirir objetos (dando por hecho, además, la necesidad de adquirirlos) que no sea la de pagar en euros por ello.

Hablar de bancos de tiempo, de trueques, de formas de comercio alternativas les suena a utopía ilusa, pero quizá haya un miedo motivador en el fondo de este mensaje que es el de sentir que SU VIDA, la de las entidades financieras, sí se paga en euros. Si dejamos de creer en ese mensaje, si los demás (los consumidores = seres humanos vivos), dejásemos de creer en ese mensaje en el que insisten y nos diésemos cuenta de que la vida (caso de ser algo independiente de lo vivido), no se paga en euros, dejaríamos de depender de las entidades que ayudan a que tengamos esos euros que creemos necesarios para (¿comprar o alquilar?) la vida.

¿En qué se paga la vida?

Hay varios apriori en esta pregunta aparentemente inocua:

  1. Damos por hecho que existe algo llamado «la» vida. Para mí ese algo no existe: existe vivir, como verbo, no como sustantivo. Y es un verbo que no definiría como estar llevando a cabo una serie de funciones básicas de mantenimiento durante un tiempo determinado. Ese vivir del que hablo tiene que ver con decidir, con la conciencia de vivir. Es un vivir que necesita su autoconciencia recursiva. En otro caso, es vegetar. Y ese vivir del que hablo exige el compromiso de uno consigo mismo, con sus decisiones que van haciendo algo parecido a «una» vida. Vamos fabricando el pasado a base de decisiones, de ejercicios de libertad de conciencia, libre albedrío, si se desea una terminología más habitualmente asociada con lo religioso.
     
  2. También se está asumiendo como verdadero que todo se compra o se vende o es materia de comercio alguno. Esa vida, más o menos sustantivizada, asumiendo que sí se acepte como existente (qué Gorgiano me encuentro hoy), no tendría por qué ser tal cosa. Suponiendo, insisto, que exista «la vida» como algo independiente del verbo, como algo que ocurre incluso si no tomamos decisiones, si solo vegetamos, aun en ese caso, no está claro que sea tangible, ni concreto siquiera, así que su comercialización supone un problema aún mucho mayor que el del arte contemporáneo.
     
  3. Por si esto fuera poco, aparece un impersonal «se» que no deja claro quién compra y quién vende ese objeto que, asumámoslo para proseguir, es materia de comercio llamado «la vida«. Suponiendo ese comercio como con algún sentido, queda preguntar a quién le pertenece inicialmente el susodicho bien y quién va a adquirirlo. Porque, pagarlo, implica una transacción y, por definición, algo transita cuando pasa de un lugar a otro, de unas manos a otras, por decirlo así.

    Voy a suponer que se trata de un bien que poseemos al nacer (¿quiénes?) y que vamos vendiendo (¿a otros?). Pero entonces no tiene sentido la pregunta, porque de ser así, no tendríamos que pagarla sino que cobrarla. La pregunta, de alguna manera, asume que somos nosotros (¿quiénes?) los que tenemos que pagar por ella, por ese objeto que hemos asumido que existe, y es comercializable.

    Tengo que retroceder y asumir que no poseemos ese bien llamado «la vida«, sino que vamos adquiriéndolo en (in)cómodos plazos. El mensaje, de este modo, sugiere que hay alguien que la posee previamente y nos la va proporcionando. Hasta hace poco, ese alguien parecía ser seguramente algún tipo de deidad más o menos personalizable y a quien se le iban entregando los diezmos correspondientes o bien sacrificios a modo de pagos. Pero, ahora que sabemos que Dios ha muerto (aquí hago un salto al vacío para ahorrar teclas), parece ser que «la vida» ha pasado a ser un bien depositado en manos de… durante un tiempo los estados quienes tenían poder para decidir si un ciudadano podía adquirirla y, en los últimos tiempos, entidades financieras como esta que se enseñorean del bien en cuestión poniéndolo a la venta. Y, por supuesto, lo venden en Euros.
     

  4. Aceptado todo lo anterior, lo único que queda por aclarar son las condiciones de pago, el precio asignado, si hay ofertas de renovación, o, como comentaba unos párrafos más arriba, si «la vida» se vende en un solo pago, si hay opciones de recompra, de compras masivas, si es una hipoteca que debemos acordar con unos intereses que mejor no comentar o si, por el contrario, en ningún momento llegaremos a poseer «nuestra» vida, sino «la» vida en concepto de usufructo.

Miedo, verdadero miedo, me da pensar que este anuncio es un anuncio de lo que viene: Pagar por tener derecho a vivir. Y vivir para trabajar, para poder pagar ese derecho.

Y se me olvidaba mencionar que ni siquiera hay una verdadera librecompetencia en el mercadeo de «la vida».

Bufff…..

Ya no puedo más con el maldito periódico

Leo de cuando en cuando El País y me pregunto para qué coño lo hago. No es nada nuevo que el mundo va mal. Es, como Enrique Santos Discépolo diría algo así como… (y cito de memoria)

«Que el mundo es una porquería ya lo sé
en el quinientos seis y en dosmil también,
que siempre ha habido corros maquiavelos
y estafaos…»

Pero yo ya estoy harto de perder mi tiempo hojeando (si es que tiene sentido decir hojear a desplazar una barra de scroll) viendo, además, los comentarios que en la mayor parte de los casos son propios de trolls desocupados que, por otro lado, dan una idea del país en el que vivimos.

Siento un grado de crispación nunca antes vivido y leerlo y verlo hasta no poder más no me ayuda, tan solo fomenta que entre en ese sentir preapocalíptico que teme la salida de Grecia de la Europa del Euro, que teme los, por otro lado esperados, recortes, tanto laborales como sociales y culturales. Nada nuevo. Nada que tenga que estar en un sitio que presume de dar nuevas (news, noticias…)

Hace unos días leí un artículo, como siempre interesante, de mi amigo Poto (el ínclito Juan Carlos Etxeberría) en el que se preguntaba y argumentaba a favor del porqué el frío es noticia. No puedo más que entender que los periodistas deben informar y lo hacen. Pero la cuestión es si aporta algo el exceso de información en el que, con estas autopistas nos estamos haciendo una autopsia en vivo.

Mi sensación es que no ayuda mucho saber tanto… porque no es un verdadero saber, es una información que acaba siendo amarilla (casi por la necesidad del medio) y que a lo único que contribuye es a hacernos sentir miedo. Miedo a todo. Miedo a ser despedidos, miedo a no tener trabajo, miedo a tener demasiado trabajo, miedo a los inmigrantes, miedo a la emigración, miedo a las guerras, miedo a una paz armada, miedo al desarme, miedo a la falta de combustible, miedo al precio del combustible, miedo al consumo excesivo de combustible, miedo a los combustibles fósiles, a los combustibles nucleares (que, propiamente, no combustionan), miedo a la energía, a quedarse sin energía, a los proveedores, a los clientes, miedo a los políticos y también a la anarquía, miedo a la soledad y al exceso de compañía, miedo a la información y la desinformación, miedo a los virus, a los informáticos, a los virus informáticos, miedo a los virus aviares, a los aviones y las huelgas de pilotos de aviones, miedo a salir de casa y a quedarse en casa, miedo a que Rajoy se pase de la raya, miedo a que no haga lo que muchos quieren que haga, él, su gobierno y sus amigos (más o menos del alma) miedo a la justicia y a las injusticias, miedo a ser el tercer mundo, miedo a que el tercer mundo haga competencia con el que se quiere seguir llamando primer mundo, miedo a los gays, a las lesbianas, a los curas, a los pederastas, miedo a los nacionalismos y a la globalización, miedo a perder la cabeza teniendo demasiado miedo… Miedo a las descargas ilegales, a las descargas legales y sus abusivos costes, miedo a la violación de nuestra intimidad, miedo a la pérdida de libertad y miedo a la libertad, la de los otros e, incluso, a la propia. Mucho mucho miedo a que nos vuelva a doler la salud y la sanidad pública no exista y el dinero no exista y las curas no existan y tengamos que suicidarnos en masa para olvidar que vivimos con tanto miedo como para no parar de llorar por las esquinas.

Y he llegado a una miniconclusión: cuando me paso al baño a defecar, dedico mi tiempo a leer la historia del imperio aqueménida y su fundador Darío I en la wikipedia, en lugar de conectarme para leer, ambos desde mi móvil, un engendro como El País. Hoy he estado leyendo sobre Ciro II el Grande.

Interesante…

InAcción de ARTóN

Hace unos días los amigos de ARTóN me enviaron este pequeño cuestionario que voy a intentar responder con lo mejor que sé, con honestidad, sinceridad y desde mi más pura opinión.

Ya me hicieron reflexionar con su convocatoria de Des-Plaza-Miento que englobaban dentro del proyecto de cobrar la entrada en un encuentro autogestionado de Performance. Les respondí breve (Piero Mancini) y, después, con un largo comentario sobre el precio de una performance o de una pieza de arte contemporáneo en general. Texto que, a su vez, fue contestado por unos cuantos amigos y conocidos de quienes respeto su opinión que, en ocasiones comparto y en otras no. Vamos, lo normal.

Esta es la presentación de su propuesta que, de antemano, agradezco que me hayan enviado:

Estimados amigos, colegas, desconocidos, …

Desde hace más de tres años les comunicamos mensualmente que ARTóN sigue con la ACCIóN!!!
Este año 2012 lo iniciamos con LA INACCION!!!!

La inacción entendida como reflexión, una mirada a la actividad y al propio medio profesional. Este año vamos a ir despacito pensando y repensando, sin que ello signifique que abandonemos la acción tan sólo la manera de llevarla a cabo. Os invitamos a realizar esta actividad con nosotras agredeciendo de antemano vuestra participación.

Toda persona interesada en el ARTE y en la ACCIóN es bienvenida a nuestra INACCIóN

Nuestra primera propuesta:
Hemos formulado una serie de preguntas se puede contestar una, dos, tres, todas, ninguna y/o formular unas nuevas

Y aquí su primera pregunta de un cuestionario del que voy a intentar no dejarme nada por responder.


¿Ves necesario la existencia de encuentros informales donde la práctica sea investigada pero donde no se mueva dinero? es decir, donde la producción corre a cargo de los artistas. si es así, ¿de que manera lo gestionarías?

Es insostenible que la producción corra todo el tiempo a cargo de los artistas. La logística de un encuentro más o menos informal, más o menos formal de cualquier cosa (también del arte contemporáneo) implica la aportación de un dinero que no siempre se tiene. Desde luego, sin dinero o algún tipo de retribución alternativa, no hay forma de gestionar este tipo de encuentros. Y que lo pongan de su propio bolsillo los artistas es algo tan inconcebible como absurdo. La razón aducida hasta ahora para que los artistas hagan esto es que lo hacen por que quieren, por amor al arte. Pero esto no es una razón válida. Han elegido realizar un trabajo (porque esta es la cuestión básica: se trata de un trabajo) y deben ser remunerados por él. En caso contrario, se trata de una forma encubierta de esclavitud.

Hoy contestaría un poco agriamente: No lo gestionaría.

Pero la realidad es que me encanta gestionar este tipo de encuentros, así como participar en ellos y quiero alimentar su funcionamiento con algún tipo de retribución cuando alguien los organiza y sé que no tienen recursos suficientes para hacerlo. Sigo pensando que, como escribí en un artículo relacionado, la forma de financiación convencional no es la más adecuada. Mi propuesta sería la de abrir bancos de tiempo paralelos o formas de retribución no basadas en el pago en dinero que es una herramienta poco apta para valorar objetos contemporáneos por su condición de ser muestras de trabajo contrario a una expectativa cuantificable objetivamente, al contrario de lo que ocurre con el dinero, contante, sonante y basado, ni más ni menos que en su valor objetivable consensuado a priori.

A los artistas les (nos) hacen falta cosas, materiales y no materiales, y a los organizadores también para poder subsistir, para poder realizar estos encuentros y para poder participar en ellos. Comida, alojamiento, servicios varios (desde escribir una reseña periodística a gestionar servidores, pasando por cuidados de niños y clases de idiomas), que pueden ser aportados por los asistentes a un encuentro de arte de acción a razón de un criterio subjetivo y acordable entre las partes que, por otro lado, están muy cerca. Tanto que suelen ser los mismos. Pero de esta tendencia endogámica mejor no hablar ahora.

Piensas que con festivales anuales es suficiente para que el ARTE de ACCIóN se desarrolle.

No.

El Arte de Acción requiere un desarrollo continuado, un trabajo no solo de exhibición, sino de investigación, permanente. Vamos, como todo. Pero ¿tiene público? Veo que esta pregunta está formulada más abajo, así que la contesto luego.

Conozco colectivos que están trabajando de manera regular en obras que solo puntualmente exhiben. Esto es normal. Pero no pueden pensar en vivir de ello tal como está montado el sistema. Huyo de expresiones tan impersonales como esta de «el sistema», ese ente que parece dominarlo todo desde su lejano trono olímpico, pero en este caso se trata de subvertir el sistema antes de poder establecer un método de retribución con sentido para artistas y otros trabajadores cuya producción no es de directa aplicación. Es importante hacer ver que esta producción es necesaria antes de poder plantearse si los encuentros deben o no ser anuales, mensuales, semanales… Y eso es, en parte, responsabilidad de los organizadores de los mismos encuentros.

Creo que la regularidad y el compromiso constante y continuo de los artistas y los organizadores de encuentros de arte son los que hacen que esté aún en pie esta forma de arte llamada Performance.

Piensas que con tan solo las instituciones exhibiendo ARTE, los artistas pueden desarrollarse.

El término «institución» es tan impersonal como el de «sistema».

Si entendemos institución como aquellas dirigidas o administradas por organismos oficiales varios, como gestores de la Comunidad Autónoma, Ayuntamiento, Ministerios, etc, la repuesta es que no.

Los artistas de arte de acción (y de toda creación contemporánea en general) deberían seguir luchando contra ese intento de apresar entre cuatro paredes (más o menos móviles) un trabajo que surgió en respuesta al anquilosado, por necesidad, entorno institucional.

Obviamente, la autogestión surge como forma natural de funcionamiento de estos colectivos e individuos, con la consiguiente complicación de su sostenibilidad.

¿Que funciones piensas que tiene el ARTE? ¿añadirías alguna específica para el arte de acción?

No sé si atreverme a responder esta y las siguientes preguntas sin dar una breve (brevísima) acotación de lo que yo entiendo por ARTE.

Y aquí me quedo en blanco. No es que no me lo haya preguntado una y otra vez, es que nunca acabo de llegar a una respuesta satisfactoria. Creo que esto es un problema (personal y no solo) que hace que la definición del trabajo de ARTISTA sea tan difícil de entender.

¿Es ARTE lo que produce un ARTISTA? o ¿Es ARTISTA quien produce ARTE?

Me inclinaría por la segunda de las dos alternativas. Para mí no hay ARTISTAS, pero sí hay ARTE, aunque, al no haber ARTISTAS, lo llamaría, por distinguirlo, arte.

Y ese arte tiene la función de servir de vehículo de expresión de un individuo o colectivo que necesita, por una íntima cualidad, crear. Es una creación no ex-nihilo, por supuesto, se trata más de una transformación y aquí citaría a mi admirado Joan Brossa: «El arte es vida y, la vida, transformación». Aunque Brossa atribuía esta frase a Leopoldo Frégoli.

Así que, en el fondo, podría verse como que la única función del arte (no del ARTE) es un tanto onanista, pero por otro lado, compartir esa expresión, esa transformación, es algo que abre la mirada al mundo de manera que expande la forma en la que los humanos se relacionan con él. Este cambio en la mirada es un cambio radical, hasta el punto de que es la verdadera forma de transformar el mundo… pero, como me gusta añadir, no necesariamente a mejor.

En cuando a si el arte de acción tiene una función específica: para mí no hay una frontera entre el arte de acción, la poesía, la pintura, la música, la danza… eso son fronteras arbitrarias y un tanto decimonónicas que quedan trasnochadas desde Dadá para acá. Quizá, la única cuestión sobre la que la performance ha sido especialmente dura, al menos en sus orígenes, es en torno al punto que mencionaba unos párrafos más arriba acerca de la resistencia que debe llevarse a cabo por parte de los artistas de este género por no ser encuadrables en los muros de un museo, ni ser comercializables de manera convencional. Ya lo pusieron de manifiesto las acciones de Yves Klein, Piero Mancini, y tantos otros… que luego el mercado acabó por volver a engullir fabricando anécdotas donde había obras.

En este sentido, sigo admirando sin fin al ínclito Isidoro Valcárcel Medina: El arte es una acción personal que puede valer como ejemplo, pero nunca tener un valor ejemplar.

¿Que papel tiene el artista en la sociedad?

Tal como he expuesto en la respuesta a la pregunta anterior: no creo en la existencia del ARTISTA. Pero aquel que hace arte, lo que lleva a cabo es una labor catalizadora que puede valer como ejemplo para que otros sepan que pueden cambiar sus vidas, cambiar sus mundos, buscar respuestas, plantearse preguntas… abrir sus miradas y expandir sus mentes. Pero esto no es una función exclusiva del arte. Creo.

¿Piensas que en España la gente muestra interés por el ARTE?

Depende: la gente, en España, llama ARTE a cosas que yo no llamo ARTE (ni arte) como puede ser un músico más o menos enlatado que se permite el lujo de dar un concierto en el Teatro de la Ópera porque, pretendidamente, es un artista no elitista que ayuda al sostenimiento de una instalación como esa.

Tuve una árida discusión acerca del concierto navideño de Bisbal en navidades de este año en la que yo sostenía que jamás debería estar cantando allí porque ya tenía su lugar donde exhibirse y no en un lugar reservado (o que debería estarlo) al arte de la ópera. Aunque esto sea poco rentable, claro. Y acabamos otra vez en lo de siempre: el dinero y un sistema basado exclusivamente en ese valor como criterio objetivable de calidad.

Por no hablar del culto a ARTISTAS como pintores hiperrealistas o algún habitual de calendarios, otrora criticado Dalí, o algún cineasta más o menos pretencioso, o algún performer espectacular (¡contradicción!) como la aclamada Pina.

Ahora, se me olvida que yo soy gente. Soy poca gente, pero soy gente. Y sí, me gusta algún arte. De alguna persona que lo hace. No todo el arte ni todas las personas. Y no es una cuestión de género o forma. Me gusta o no me gusta. Siempre me interesa, eso sí, su función.

¿Como piensas que va a afectar la privatización del ARTE?

privatizar. (Del lat. priv?tus y el suf. verbal -izar). 1. tr. Transferir una empresa o actividad pública al sector privado.

privado, da. (Del part. de privar; lat. priv?tus). 1. adj. Que se ejecuta a vista de pocos, familiar y domésticamente, sin formalidad ni ceremonia alguna. 2. adj. Particular y personal de cada individuo. 3. adj. Que no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares. Clínica privada 4. adj. Can. Muy contento, lleno de gozo. ESTAR privado 5. m. Persona que tiene privanza. 6. f. retrete (? aposento). 7. f. Plasta grande de suciedad o excremento echada en el suelo o en la calle.

Pero si, según la RAE, siempre ha sido privado.

Y eso que no he querido tirar por otras acepciones también interesantes de la definición de público.

Quizá es momento de reflexionar sobre este hecho: ¿puede ser público algo que no interesa a un gran público? Es decir, que se ejecutase con publicidad, a la vista de muchos y no pocos y que perteneciese a otros que no fuesen particulares.


Advierten, para terminar sobre la publicidad de los textos escritos:

De momento, publicaremos las opiniones en nuestra página web os informaremos de los siguientes pasos o mejor pasitos que daremos cuando nos hagáis lo envíos, por favor especificar si la publicación queréis que sea o no anónima.

Por supuesto, puede ser publicada en cualquier medio, de cualquier manera, reproducida total y parcialmente, citada sin mencionar al autor o haciéndolo que, en esta ocasión, ha sido Giusseppe Domínguez, en Madrid, a 8 de febrero de 2012.

Con cinco últimas palabras son 2012.

Esto no es una broma