Decimonónico

Cuando dices de algo que es decimonónico estás dejando claro que tu siglo es el pasado, el siglo de Cambalache, estás demodé y lo sabes o no lo sabes. No entiendes debates que parecen no ir contigo, no comprendes usos del lenguaje que te parecen modas, como si no fueran siempre las modas la forma de ir haciendo del lenguaje un habla, no te gusta la forma de vestir, te parece caro lo que antes era, según tú, accesible… vamos, que casi estás dispuesta a asumir que con Franco o contra Franco se vivía mejor.

No es mi caso, pero a veces sí siento que mi siglo ya no es este. Es curioso, porque es muy probable que acabe viviendo más años en este 21 que en el SXX, y sin embargo mi tiempo pasó.

Tengo un proyecto abandonado, o más bien postpuesto, de 100 CDs al que he llamado «mi siglo» que hace referencia a ese siglo que puede que viva, eso sin ser una, no tan velada, referencia al libro de Gunter Grass.

CDs: esas cosas que servían para almacenamiento de datos en una era que está más que terminada. Son algo casi decimonónico. Y quizá por ello tenía que usarlos.

La poesía IA IA IA…

He decidido que quiero entrenar a una IA (Inteligencia Artificial) para que escuche poesía, no para que la escriba, que eso ya lo hago yo. 😛

Harto de ver cómo la gente genera «poemas» con una IA no hago más que pensar (con esta inteligencia natural que tengo) que ¿por qué no se entrena a la IA para que escuche poesía y no para que la escriba?

En realidad, se entrena a las IA para que HAGAN cosas, pero eso está dejando claro a qué acciones no consideramos HACER, por ejemplo: escuchar, atender, aprender, respetar… y sólo son medios, caminos para conseguir fines en esta distopía maquiavélica llamada SXXI.

Voy a escribir (seguramente por carta y manuscrito en búsqueda de lo analógico anacrónico) a varias personas enviándoles un texto que diga:

Este poema está escuchado por una IA de código abierto.

Ucrania en pequeñas dosis

Veo esta pintura sobre un bolardo de piedra de la calle y lo fotografío para enviárselo a una alumna ucraniana de los talleres de poesía para decirle, sin decírselo, que estoy de su lado en esa «guerra» que es sencillamente una invasión.

Es curioso que, lo primero que le dije justo hoy hace un año es:

Pero dejar de depender de la energía rusa tendrá un coste complicado de asumir para europa y los europeos…

y no me equivocaba. Europa sigue con reacciones tímidas y negociando con Rusia pues la dependencia energética parece ser imposible de romper así como así. El otro día leía sobre la necesidad de seguir adquiriendo energía nuclear a Rusia y por muy rápido que queramos fluir a otras fuentes de energía, en una carrera que no se está haciendo seguramente con mucha cordura y planificación, no va a ser sencillo abandonar sin entrar en una crisis inasumible para la ciudadanía europea.

Así que hacemos pintadas en bolardos de piedra de la calle y algunos gestos incluso institucionales como las banderitas en la Cibeles de Madrid (aunque unos días después las sustituyeron por las de Qatar).

Yo aún recuerdo mi equidistancia o aparente neutralidad en el conflicto Libio y en tantos otros de cuyos resultados no soy consciente pues dejan de ser noticia y no es fácil permanecer informado.

Cada día me encuentro inserto en menos causas.
Cada día me encuentro menos.
Cada día menos.
Cada día.

La personalización del blog

Esta semana he estado personalizando el blog (este diario en el que escribo) y la web de Clave 53 con el fin de homogeneizar las 3 webs que van a estar relacionadas, que son la web de Clave 53, la web de Giusseppe.net, que a su vez es trina, así que incluye las páginas HTML hechas por mí, el wordpress en el que estoy escribiendo ahora mismo y la aplicación Piwigo que sirve como soporte a los álbumes de fotografías que utilizo en la web, y por último la aún no realizada web de la «Editorial» que está a medio camino entre la de Clave 53 y la de Giusseppe, lo que me ha condicionado a elegir una tríada de colores «armónicos» así que será con fondos verdes donde la de Clave 53 es morada y la de Giusseppe es naranja y algún juego similar con los tres colores básicos que he decidido que sean:

Giusseppe.net: Color protagonista naranja (#ff9900)
Clave 53: Color protagonista morado (#800080)
Editorial: Color protagonista verde (#008000)

Para personalizar el blog, que está realizado usando una plantilla denominada Tulsi he utilizado el siguiente código extra (extraído y adaptado desde la web de giusseppe.net):


/* Cabeceras */
.entry-header {
  padding: 30px;
  background-color: #333;
  -webkit-animation: slide-in-left 3s both;
  animation: slide-in-left 3s both;}
h1.entry-title {font-size: 2em}
h2.entry-title a {color:#ff9900;}
h2.entry-title a:hover {color:#FFF;}
a, a:visited {
  color: #ffffff;
  font-weight: bold;
}
a:hover {color:#ff9900}
/* Marco Redondeado */
/* Marcos redondeados */
main {
  padding: 10px; 
  box-shadow: 0 0 30px rgba(255,159,0,0.7);
}
/* Quotes */
blockquote {
  font-size:1em;
  color: grey
}
/* Widgets */
.widget-title {
  background-color: #333;
  font-size: 16px;
  -webkit-animation: slide-in-right 3s both;
  animation: slide-in-right 3s both;
}
.sidebar .widget {
  font-size: 12px;
  background-color: #ff9900;
  color: black;
}
.sidebar .widget a, .sidebar .widget a:visited {
  color: black;
  font-weight: bold;
}
/**
 * ----------------------------------------
 * animation slide-in-left
 * ----------------------------------------
 */
@-webkit-keyframes slide-in-left {
  0% {
    -webkit-transform: translateX(-1000px);
    transform: translateX(-1000px);
    opacity: 0;
  }
  100% {
    -webkit-transform: translateX(0);
    transform: translateX(0);
    opacity: 1;
  }
}
@keyframes slide-in-left {
  0% {
    -webkit-transform: translateX(-1000px);
    transform: translateX(-1000px);
    opacity: 0;
  }
  100% {
    -webkit-transform: translateX(0);
    transform: translateX(0);
    opacity: 1;
  }
}
/**
 * ----------------------------------------
 * animation slide-in-right
 * ----------------------------------------
 */
@-webkit-keyframes slide-in-right {
  0% {
    -webkit-transform: translateX(1000px);
            transform: translateX(1000px);
    opacity: 0;
  }
  100% {
    -webkit-transform: translateX(0);
            transform: translateX(0);
    opacity: 1;
  }
}
@keyframes slide-in-right {
  0% {
    -webkit-transform: translateX(1000px);
            transform: translateX(1000px);
    opacity: 0;
  }
  100% {
    -webkit-transform: translateX(0);
            transform: translateX(0);
    opacity: 1;
  }
}

 

Rediseñando la web de Clave 53

Previo a la instalación de un nuevo WordPress que sirva a modo de «tienda» de la editorial que poco a poco voy construyendo, me he tenido que meter a rediseñar la web de Clave 53, para que tenga colores más armónicos (esas cosas en las que a veces no creo, pero que existen a pesar mío) amén de tener elementos comunes con la web de Giusseppe.net y, de este modo, que parezca parte de un todo y no que luego esa «tienda online» puede acabar no pareciéndose a nada de lo anterior.

He decidido apostar por la Tríada Equidistante de «verde-púrpura-naranja». Unificar criterios de tipografía (todas las web usarán la font «Nunito») y algunos efectos que también incluiré en la futura sección de «Venta de libros online» que aún no he conseguido bautizar.

La molestia de la estética y lo técnico

Me envía mi querida y admirada Ana Matey publicidad de sus estupendos Talleres de Creación y le comento, algo tontamente, que cuando se ve su mensaje, aparece una ristra de datos técnicos que no deberían estar ahí, seguramente puestos por la plantilla wordpress que debe de estar usando en su sitio web.

Y es que estas tonterías entre «simplificarnos» la vida con plantillas de WP evitando desarrollos HTML personalizados, supone que muchas veces acabamos teniendo «morralla» de código generado y que no sabemos de dónde ha salido. Pero, supuestamente, ha sido fácil generarlo. Lo que no suele ser es fácil modificarlo.

Espero que mi amiga no se tome a mal mi comentario que pretende ser constructivo.

Ubuntu me ha perdido hace años

giusseppe@TANGOMIX:~$ sudo apt upgrade
Leyendo lista de paquetes... Hecho
Creando árbol de dependencias... Hecho
Leyendo la información de estado... Hecho
Calculando la actualización... Hecho
The following security updates require Ubuntu Pro with 'esm-apps' enabled:
libimage-magick-perl imagemagick libjs-jquery-ui libopenexr25
libmagick++-6.q16-8 libmagickcore-6.q16-6-extra libimage-magick-q16-perl
libmagickwand-6.q16-6 imagemagick-6.q16 libeditorconfig0
libmagickcore-6.q16-6 imagemagick-6-common
Learn more about Ubuntu Pro at https://ubuntu.com/pro

Tengo instalados varios ordenadores con Linux Mint, pero los de Carmen los tenemos instalados con Ubuntu, pues se enamoró de una distribución llamada TangoStudio que venía con muchísimas utilidades relacionadas con la música y con un fondo de pantalla que seguimos copiando de PC en PC.

Desde que Ubuntu apostó por Unity yo dejé de apostar por Ubuntu (al menos como tal) y aunque hay muchas ocasiones en las que he instalado distribuciones que no usan Unity (lo que en el mundo ubuntu se conoce como «flaveurs»), llevaba tiempo oyendo hablar mal en los foros de linuxeros sobre Canonical, que es la empresa que está «comercializando» ubuntu.

Pero hay un par de cosas que han colmado mi vaso:

En primer lugar, ha dejado de apostar por distribuciones ligeras (incluso la versión «Lubuntu» ha dejado de ser fiel a lo que significa esa L inicial, obligando a instalar, ni más ni menos, que KDE/Plasma como gestor de ventanas), así que he empezado a explorar la infinita variedad de distribuciones de Debian.org que hay disponibles y que, desde luego, son mucho más ligeras.

Pero en segundo y definitivo lugar, este mensaje que me ha salido en una de las actualizaciones de uno de los equipos de Carmen y que parece que quiere apostar por un «linux» PRO, que, por supuesto, tiene coste y no es en absoluto código abierto. Lo siento, pero antes que seguir por ese camino, acabaré adquiriendo un Mac.

Afortunadamente, aún hay muchas alternativas a Ubuntu que siguen manteniendo, en mayor o menor medida, el espíritu de software libre subyacente en los inicios de Linux. (Soy consciente del precio del software, pero también de la voluntad de cambiar el mundo con trabajos colaborativos que no tienen como único valor el precio).

Pez en el agua, de Ida Vitale

En un único poema, Ida Vitale pasa del pez, al agua, a la filosofía y las matemáticas, a la fractalidad y la recursividad, a esos lagos llenos de peces llenos de lagos llenos de peces… y como pez en el agua, Vitale se escapa para que no la laceren las lagunas lacustres.

¡Qué maravilla de poema!

Y además usando la palabra «empero», por si aún podía no gustarme en demasía.

¡Que le devuelvan las pirámides a Egipto!

Vale, es verdad que los malos de esta película reciente son los imperialismos occidentales de los siglos XIX y XX, pero… y es un gran pero:

¿Qué es ese Egipto del que se habla cuando se dice que las reliquias fueron robadas a «Egipto»?

El Egipto del que fueron robadas no es el Egipto de hoy en día: un estado independiente y más o menos «de derecho», sino que era una propiedad del ya debilitado Imperio Otomano, así que se podría pensar que las reliquias fueron robadas a «Turquía», pero es que poco o nada tiene que ver Turquía (actual) con el Imperio Turco del S XIX.

Es un tema complejo que se suele tratar en reuniones de amiguetes en un bar y se dan soluciones tan simplonas que espantan, hasta llegar a decirse que toda propiedad es un robo, siempre y cuando convenga afirmar tal cosa y no como lo haría el anarquista a quien esa frase le resultaría muy diferente.

¿Qué es la propiedad? o una investigación acerca del principio del derecho y del gobierno (en el original francés: Qu’est-ce que la propriété? ou Recherche sur le principe du Droit et du Gouvernment) es el título de un libro del anarquista francés Pierre-Joseph Proudhon editado en el año 1840.

Es en este libro donde aparece la cita más célebre de Proudhon, «La propiedad es el robo», y otras menos conocidas, como «La propiedad es imposible».

Esto no es una broma