Pesadez ante el exceso de opinión no solicitada

Si ya de por sí es pesado el mes de septiembre en el que siento que me paso los días en proceso de campaña electoral: intentando conseguir que personas que aún no conocen los talleres de poesía y escritura creativa se acerquen a ellos a probarlos y, eventualmente, continuar en ellos y desarrollar su faceta más personal y su músculo creativo, cuando me encuentro con opiniones no solicitadas en anuncios de Facebook, ya se me quitan todas las ganas de continuar intentándolo.

Y luego pienso que hay otra mucha gente que no suelta sus opiniones así como así y que es la que realmente me interesa en los talleres, así que continúo luchando argumentando y defendiendo mi particular metodología, sin intentar «captar adeptos», pero sí discutiendo el porqué creo que tiene sentido hacer o apuntarse a un taller de poesía.

Una persona había dicho en el anuncio que «la poesía no se enseña, que se tiene o no se tiene» e independientemente de que esté más o menos de acuerdo con una afirmación tan tajante (se habría de leer más a Barthes), le contesté que en mis «clases» no se «enseña» poesía, sino que se «invita» a escribirla.

Presumo que su respuesta, si se produce, irá por el camino del ¿y se puede cobrar por ello?. Y la verdad es que es algo que hace tiempo que no me pregunto, igual que no me pregunto de qué vive un poeta o si el precio del arte es más o menos razonable y no altamente especulativo.

Yo pongo todo el compromiso del que soy capaz a trabajar en facilitar un espacio donde las personas que asisten (voluntariamente y sin ser engañadas sobre lo que esperar de un taller así) desarrollan su creatividad y escriben una poesía, quizá, más rica que la que harían sin venir (la tuvieran o no), así que si alguien quiere sustituirme le invito a que lo haga, parafraseando a Maiakovski en su poema «Conversaciones con el inspector fiscal sobre la poesía»:

[…] no hay problema: aquí está, camaradas,
mi estilográfica:
escribid, si queréis.

No man’s land

Ha sido una sorpresa agradable esta serie, francesa, a la que le di opción (de visionado) debido a que nuestro periodo breve de darnos de alta en HBO está llegando a su fin.

Cada verano solemos darnos de alta un par de meses (agosto/septiembre) en la citada plataforma para ver aquellas series que seguimos de año en año, como pudo ser El cuento de la criada o «los dragoncitos». Es una forma de controlar un gasto fijo y que no despegue uniéndose a otros gastos fijos similares de subscripción, como podría ser spotify que acaban por engrosar los costes de vida, siendo muchas veces innecesario.

Después de ver la cuarta temporada de The Handmaid’s Tale, mucho más brillante que la tercera, algo estancada narrativamente, procedimos a ver diversas series que nos han dejado un buen sabor de boca:

Godfather of Harlem, maravillosamente protagonizada por Forest Whitetaker, en una serie intensa sobre los inicios de la mafia en Harlem, visibilizando los conflictos raciales de mediados de siglo XX en un contexto que mezcla el auge de los movimientos políticos negros, como Malcom X y su relación con la Nación del Islam. Temas poco tratados en series estadounidenses y que muestran que el islamismo en ese país tiene raíces que no solo están vinculadas a las recientes migraciones desde Oriente Medio.

En Buscando a Alaska, vimos cómo la bellísima y expresiva Kristine Froseth, en el papel secundario que, curiosamente, debiera haber sido el protagónico si no hubiesen querido resaltar al personaje masculino, soso, inseguro, que acaba siendo completamente eclipsado por Alaska en cada plano. Como con «13 razones», hubo un desplazamiento machista que vació de profundidad una serie, sí, adolescente, que acabó, como todas, siendo un producto de consumo más.

Fosse/Verdon, biopic del coreógrafo y director de cine Bob Fosse y de la bailarina y coreógrafa Gwen Verdon, acaba haciéndote odiar al primero, que debía de ser odioso, pero no acaba de perfilar tampoco a las protagonistas femeninas, a pesar del excelente trabajo interpretativo que hace la que fuera una adolescente prometedora en aquella lejana Dawson Crece, la estupenda actriz Michelle Williams. Pero la trama se estanca en idas y venidas del #MeToo, pero sin un posicionamiento claro, así que, sencillamente, termina por ser aburrida y carente de fondo.

Tan sólo por la ambientación, merece la pena dedicarle atención especial a Perry Mason, un «noir» de los de toda la vida, con un detective que recuerda ese maldito Phillip Marlow tantas veces con la cara de Humphrey Bogart, siempre vapuleado, por la vida y por sus malas decisiones, pero que dado su ético carácter encuentra la manera de sobreponerse a las circunstancias y salvar el tipo, pero afortunadamente, sin soluciones extremadamente naïf.

Y en mitad de tanta serie «entretenida», me atreví a darle una oportunidad a una serie francesa, quizá porque parecía un tema diferente… y lo fue: No Man’s Land es una serie que me ha puesto sobre aviso de lo que ha estado (y aún está) pasando en Rojava, en el norte de lo que antaño fuera Siria, en mitad de una guerra civil, en mitad de una guerra mundial, en mitad de una revolución anarco-feminista

Las críticas a la miniserie son razonables pues no acaba de profundizar en sus escasos 8 capítulos en la complejidad de una situación como es la actual guerra siria, ni perfilar la intrincada lucha del Kurdistan por ser internacionalmente reconocido como territorio soberano, y termina por ser una serie que habla de un hombrecillo (sosete) en busca de su hermana… y poco más. Pero el telón de fondo es tan rico y variado que no conviene perdérsela, acompañándola, no de un buen vino, sino de variadas lecturas sobre lo que está ocurriendo en esa región del planeta.

Blancos

Soy un gran admirador de la obra divulgativa de Peter Watson, de quien he leído ávidamente su libro IDEAS sobre la historia intelectual de la humanidad y que me pareció una verdadera joya.

También me leí este verano, prestado por mi amigo Xabi, su libro Convergencias, mucho más centrado de manera casi exclusiva en la historia de la ciencia del siglo XIX y XX, así que gran parte del mismo se solapa con el que me estoy leyendo, de manera mucho más irregular que el de IDEAS, titulado Historia Intelectual del Siglo XX.

Pero a lo que quería llegar (a lo que el título de esta entrada hace referencia) es a que cada vez más me parece que es algo sesgado, especialmente en cuanto a representación de mujeres en esa historia intelectual (no es que no se mencione a Marie Curie, pero no hace especial hincapié en temas como la incorporación de la mujer al mercado laboral, por ejemplo, y muy poco a las luchas feministas) así como tampoco hay apenas historia intelectual de otros continentes que no sea Europa (la Europa caucásica y casi gérmánica), o Americana (aunque cabría decir estadounidense).

No digo con ello que los logros de las mentes de genios como Einstein, Picasso o Freud no sean reseñables, pero poco se habla de sus lados oscuros, por ejemplo, en el trato a las mujeres de sus vidas. Y no me parece baladí. ¿Podrían haber sido grandes genios si no hubiesen estado eximidos de responsabilidades paternales?

De nuevo me vuelvo a acordar de mi amigo Xabi quien dice de sí mismo con la humildad que siempre le ha caracterizado que nunca será un gran científico, pero que hace tiempo asumió que debía elegir entre eso o no ser un buen padre (un padre presente y responsable en igualdad de condiciones que la madre de su hija). Eligió esto segundo y sí, puede que le pase factura a nivel «profesional» pues su nombre nunca acabará (aunque puede que sí lo haga) en las páginas de un libro de Peter Watson… y sin embargo, él no lo cambia. Y yo a él tampoco.

Es alguien de quien estoy altamente orgulloso… y en gran parte es por esta coherencia vital con la que vive. Ejemplar. Desde luego, yo lo tengo clarísimo: le prefiero a esos presuntos genios… presuntuosos. Y me siento tremendamente afortunado de que me considere su amigo.

Wallapop

Estoy vendiendo lo poco que tengo que no uso, a través de la cuenta de Carmen en esa plataforma para venta de objetos de segunda mano para pagar alguna cosa de primera mano que me he visto forzado a comprar para los talleres online.

Es curioso pero hay personas que compran cosas que no se me ocurriría nunca.

El sábado pasado nos quitaron de las manos, como quien dice, un móvil de 2015 que casi no funcionaba, pero sí, arranca y puedes instalar aplicaciones menores y por supuesto el teléfono es operativo para llamar.

Tras varios años de uso con las aplicaciones de aquella época lejana, me vi usándolo como servidor ftp en casa y, más recientemente, usado por Carmen como router o «punto de acceso wifi» con una tarjeta adicional para conectar su teléfono móvil o su tablet en Ciudad Real.

Pero ya no creía que nadie iba a dar nada por él, así que pedí 40€ pero estaba dispuesto a dejarlo en 25€ o casi lo que fuera. Lo único que hacía de un tiempo a esta parte era acumular polvo. Tristeza de 110€ que se devaluó el aparatejo en sus 6 años de vida.

Y así, sin más dilación, subí el anuncio a ese servicio, con unas pocas fotos y en menos de 1 hora lo había vendido tras demostrar que se podía instalar aplicaciones en el mismo.

No me había dado tiempo ni a cargarlo completamente.

Espero que la persona que lo adquirió le encuentre utilidad y me hace sentir mejor que haberlo llevado a un punto limpio de la ciudad, de esos que no solo no abundan sino que ni siquiera quieren aceptar dispositivos, pues imponen unos límites absurdos a su entrega, como no poder aceptar más de un número determinado de ellos por entrega o cosas por el estilo.

Ahora a ver si vendo los siguientes items que tengo para recuperar lo gastado en una tablet que no tiene otra utilidad que hacer viables las clases mixtas (online + presenciales) de los Talleres de Poesía de este curso. Pasado ese periodo, será algo que acabe por intentar vender en Wallapop. Y el ciclo continúa.

Los átomos son huecos

Quizá mi influencia por las matemáticas me ha llevado a pensar que lo más importante del descubrimiento de los elementos atómicos, de los tipos de átomos que existen, lo básico de la naturaleza de la materia, es el hecho de que se parecen al teorema fundamental de la aritmética aplicada al mundo físico:

Fascinado por el platonismo y cierta pasión por la teoría pura, cierto pitagorismo de siglo XXI, hay algo que me fascinaba en el hecho de que la totalidad del universo estuviese conformada por una serie de partículas elementales (no importa si ahora esas partículas se ha demostrado que son a su vez combinaciones de otras partículas subatómicas). Ladrillos elementales a partir de los cuales se construye el todo, como esos números primos que componen cualquier otro número racional, mediante la división de todo número entero entre otro número entero descomponibles ambos en sus correspondientes únicos productos de números primos.

No había atendido a la estructura atómica, aunque relacionada con la misma de forma unívoca, es decir, la estructura atómica define el elemento al que pertenece el mismo átomo. A lo que no había atendido era a la disposición de esas partes subatómicas en el átomo. Miraba la parte meramente material y no lo inmaterial:

Hoy, leyendo el libro de IDEAS del siglo XX, de Peter Watson, he vuelto a atender a los experimentos de Rutherford y lo más llamativo ha resultado ser el hecho de que en realidad los átomos son prácticamente vacíos. Es decir están conformados por cargas centrales y cargas deslocalizadas alrededor suyo pero esencialmente espacio vacío. ¡Espacio vacío! La materia es atravesable, sí: atravesable por otra materia, con lo que solemos entender como frontera por tanto carece absolutamente de sentido pues todo es interpenetrable por todo.

¿No resulta sorprendente o paradójico visualizar un universo de vacío y sin embargo sentir que todo está lleno de algo?

Ser autónomo en el mundo linux

Vivir a la contra ya sabemos que tiene sus consecuencias, pero no por ello abandonaré mi aldea gala desde la que resistir una invasión que me ignora sin el más mínimo reparo. Soy la hormiga delante del elefante en la sala de cine. Y aun así sostengo que instalar (y sostener) linux es un acto político.

Pero cuando llega el momento de tener que instalar un certificado digital, un lector de DNI electrónico, un software de firma electrónica, etc, acaba todo por ser casi imposible.

Y por supuesto la administración ni se molesta en desarrollar para todo tipo de usuario de estas tecnologías cada día más necesarias.

No obstante, he logrado (tras dos días de investigación) en un ubuntu (studio) 20.04 firmar documentos en la web de la Comunidad de Madrid por los que solicitamos (Carmen y yo) una ayuda en la cuota de autónomos de este año.

Para ello he seguido los pasos recomendados en la web de autofirma:

# En realidad, estas 2 primeras operaciones las realicé con Synaptic instalando la openjdk-11 (por defecto)
sudo apt install openjdk-8-jre
sudo apt install libnss3-tools

mkdir temporal_autofirma
cd temporal_autofirma
wget http://estaticos.redsara.es/comunes/autofirma/currentversion/AutoFirma_Linux.zip
unzip AutoFirma_Linux.zip
sudo dpkg -i *.deb

cd ..
rm -rf temporal_autofirma

Y con esto estaría instalado el software de autofirma, pero era necesario tener un certificado digital (PKCS#12) que yo no tenía (Carmen sí), así que intenté todo lo posible por descargar el certificado u obtenerlo desde el DNIe-3.0 mediante NFC con el móvil de Android. No ha podido ser hasta ahora, así que tendré que obtener el mismo mediante solicitud y «personación» en una de las oficinas correspondientes.

¿Es necesaria otra Toma de la Bastilla?

Jean-Pierre Houël – Bibliothèque nationale de France

Hoy festejamos (los francófilos) la Toma de la Bastilla, como símbolo de lo que se puede hacer si se desea colectivamente.

Cada vez más deseo cosas individualmente y no colectivamente, entre otras cosas porque cada vez soy menos (el neoliberalismo me ha derrotado). Sin embargo recuerdo los tiempos en los que La Marsellesa me emocionaba haciéndome llorar al oírla cantar por las personas que atendían al Rick’s Café por hacer callar o, cuando menos, mostrar la resistencia a ser apabulladas por las enaltaciones nacional-socialistas.

Nada era tan idílico como se pintaba, ni en esa película propagandística ni en la conclusión sangrienta de la Revolución Francesa, pero algo se hacía de manera colectiva y había principios que defender que no fuese el de incertidumbre.

Hoy no ocurriría. No ocurre. Y ahí tenemos el 4M.

Pero he querido festejar ese 14 de julio (que hasta consideraría día 0 del año 0) felicitando a mi querida amiga Sylvie.

La suerte está echada (a perder)

Hacer que las cosas cambien
no es cuestión de suerte

Y esa cruz roja se convierte en un signo más (+) para afirmar que también puedes ahí (en Correos) comprar un boleto de la cruz roja.

O sea, que hacen un llamamiento a que tengas SUERTE y puedas CAMBIAR LAS COSAS.

Nada de opciones políticas que creas que puedan cambiar las cosas.
Nada de decisiones personales que creas que puedan cambiar las cosas.
Nada de responsabilidades por adquirir que creas que pueden cambiar las cosas.
Nada de disciplina de trabajo que creas que puede cambiar las cosas.
Nada de solidaridad que creas que puede cambiar las cosas.
Nada de evitar egoísmos que creas que pueda cambiar las cosas.
Nada de modificar hábitos que creas que puedan modificar las cosas.
Nada de nada… salvo ganar dinero con intención de cambiar las cosas.

¡Qué cosas!

mucho del humor que hacen las mujeres es como de víctimas o muy feminista

He flipado con esta afirmación que parece haber hecho hace unos días una mujer que coordina la programación de un teatro popular de Madrid:

¿Por qué no hay cómicas en La Chocita del Loro?, preguntaba la cómica y guionista Pilar de Francisco. Según la directora de estos teatros de comedia, Laura Sánchez Vegas, es debido a que «mucho del humor que hacen las mujeres es como de víctimas o muy feminista«.

Será que estoy rodeado de mujeres con un enorme sentido del humor en absoluto victimista, pero no podía creerme que se dijera esto, así, sin más.

Inmediatamente me vino a la cabeza el grupo de Facebook que comparto con otras 9 personas de las cuales 8 son mujeres y que se llama Humor Absurdo y lo Siguiente, que es privado y secreto para no mostrar que también uso las redes sociales para algo más que el trabajo y la autopromoción insistente (atorrante).

Ninguna de ellas tiene un humor victimista y, afortunadamente, todas ellas tienen un humor feminista. AFORTUNADAMENTE.

Porque si una de las partes de la afirmación es simple y llanamente falsa, pues no es verdad que no sea posible encontrar mujeres que no hagan humor victimista como para compensar el desequilibrado 25(hombres)/1(mujer) que tiene el mencionado Teatro en cartel ahora mismo, si esa parte de la frase es mentira, la otra, es decir, que son «muy feministas» es sencillamente bochornosa: ¡Debería alegrarse! Por si aún no se ha enterado: Lo contrario del feminismo es el machismo.

Cuando se intenta justificar, se hace referencia a la clientela, a la pérdida de dinero que supondría (supone) contratar a esas mujeres que hacen humor «como de víctimas o muy feminista», se considera que es ético actuar así por mor de los ingresos de taquilla, así, sin más ni más: si gano dinero, es correcto actuar así.

Cuando he leído la mayoría de los comentarios de las publicaciones donde aparecía esta polémica me encontraba, ojiplático, con comprensión por la afirmación de la directora… y es que a veces se me olvida que me rodeo de gente que no es la mayoría, como ha quedado recientemente demostrado.

No voy a entrar en ver si el humor que suele hacer la mayoría (hombres) es machista y, por cierto, muy muy victimista, porque no se trata de competir, sino de desmentir: lo que ha dicho esta mujer es MENTIRA y ERROR.

Si quiere seguir viviendo de machistas que acuden a sus salas, que no se atreva a justificarlo con engaños y confusiones. Es vergonzoso, ultrajante y debería bloquearse cualquier ayuda pública que en un presente o futuro pudiera obtener, pues es ideológicamente contraria a los Derechos Humanos e, incluso, a la Constitución Española… si nos ponemos constitucionalistas.

Pero no pasa nada. Ni pasará.

Y seguimos…

No contentos con esto, el gerente de La Chocita se atreve a decir que las mujeres son menos graciosas que los hombres. Así, sin matices. ¡Es la hostia!

“El nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo, hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro”, defiende Francisco Carretero

Pero ¿no será que a lo que este señor llama humor habría que denominarlo llanamente humor machista? Que de ese hay abundante y desde luego lleva años de ventaja… pero es un humor agresivo y discriminador que tiende a mantener a la mujer oprimida, ninguneada, estereotipada, objetualizada… y es de lo que la mayoría de las personas que me rodean, que no están entre mis amistades, se ríen. ¡Por eso no están entre mis amistades!

No puedo seguir escribiendo porque verdaderamente me hierve la sangre. No es mi voz la que ha de alzarse, quizá, más allá de este diario personal más o menos público, pero me dan ganas de publicar este escrito y otros tantos donde gritar abiertamente a ese tal Francisco Carretero:

Si no las conoces, quizá tienes un problema, pero las mujeres que conozco (incluyendo monologuistas profesionales del humor) tienen un grado de humor que deja atrás a todos los monologuistas varones que he conocido nunca. ¿Será que «su» humor (el de ellos) no me gusta? ¿Será que a ti, gerente de mierda, tampoco te gusta el humor feminista? ¿Será, sencillamente y sin tapujos, que eres un machista y en tu casa no lo saben?

banderitas

Debajo de mi casa vive un señor que dice en su balcón ser republicano y además hace gala de su (presunto) respeto por el colectivo LGTBQI+…

En la otra vivienda del tercer piso vive su amiga, la única que le soporta en todo el portal, que es quien decidió poner una banderita de apoyo, no a España, aunque ella así lo crea (pero yo la conozco) sino al partido que acaba de ganar las elecciones del 4M en esta comunidad o, incluso, a los homófobos, racistas, machistas de sus socios de gobierno.

Me alegra ver que puede que se acaben enemistando por tal profusión de banderitas, pues a río revuelto ganancia de pescadores. O lo que es lo mismo, divide y vencerás.

Es posible que así pueda encontrar algo más de comprensión en la de la banderita bicolor cuando el irrespetuoso de las bibanderas multicolores decida que él lo vale y los demás tenemos que aguantar sus decibelios infernales, sus ruidos, sus insultos, su falta de respeto por cualquiera que no sea él.

Con republicanos así, me haría monárquico, pero con españolistas como su amiga, me haría republicano… y quizá al final no tiene nada que ver con la política tal como se suele entender.

Más allá de la visión, habitamos Carmen y yo en un ático en perfecta sintonía con las estrellas, la luna, el sol y todo el resto del vecindario.

Esto no es una broma