Repositorios microsoft en RaspBerry Pi con Raspbian

Desde que tengo mi Raspberry PI 3, he instalado diversas cosas, pero no recuerdo haber instalado nada de Microsoft ni por asomo. Sé que Raspbian no un Debian puro, pero de ahí a que me añadan un repositorio de Micro$oft… creo que va un abismo.

Así que estoy desando tener algo de tiempo libre para instalar mi servidor web y blog de backup o de desarrollo en un Debian puro sobre Raspberry, que sé que es posible, aunque aún no he encontrado ese huequito temporal.

No es algo que me preocupe mucho, pero he de reconocer que me molesta hacer tan siquiera un ping a un servidor de la empresa en cuestión.

Configurar mail/mailx en Linux

He pasado un par de días, desde que hube de formatear mi Linux Mint 19.3 para actualizarlo a Linux Mint 20.1 recuperando pequeñas personalizaciones que había hecho en el PC.

Una de ellas es la herramienta (script) de realización de BackUps que, entre otras cosas, me envía por correo electrónico diariamente el resultado de la sincronización realizada.

Lo uso desde hace más de 10 años y lo he ido perfeccionando con el paso del tiempo. Entre otras cosas, ahora lo ejecuto con un «cron«, de línea de comandos, que hace una llamada al programa en cuestión y envía el correo informativo utilizando el programa mail del sistema operativo.

Pero he tardado mucho en configurarlo.

No recordaba qué había que hacer para que funcionase, pero, tras unas cuantas horas, lo he logrado con un par de cosas sencillas que no sé muy bien porqué no tenía apuntadas.

Tenía una restricción, más o menos tonta autoimpuesta, que era que no quedase abierto un servidor SMTP (ni su puerto 25) permanente en el PC (obsesiones absurdas de seguridad), así que algunas de las soluciones que pasan por instalar un MTA como Sendmail o Postfix estaban descartadas. (Aunque también las probé, ya cuando empezaba a desesperar)

Por más que intentaba configurar mailutils (que incluye mail/mailx) no conseguía enviar un correo fuera del equipo, utilizando una cuenta de correo personal en mi hosting preferido (giusseppe.net). Creo que revistando la información del manual de mailutils sí que habría sido posible enviar correos sin que fuese preciso instalar nada más, pero no daba con la forma, así que probé con alternativas a mailutils, como era s-nail, pero me daba resultados no deseados y algunas configuraciones que había que hacer no me apetecía tenerlas así.

Finalmente, instalé sSMTP y su configuración fue trivial:

sSMTP es un programa que entrega correo electrónico desde un ordenador local a un servidor de correo configurado (mailhub). No es un servidor de correo (como si lo es el servidor de correo rico en funciones sendmail) y no recibe correo, ni expande alias, ni administra una cola. Uno de sus usos principales es reenviar el correo electrónico automatizado (como las alertas del sistema) desde su equipo a una dirección de correo electrónico externa.

Por supuesto, tenía que instalar el pequeño programita mailutils que serviría para los comandos mail/mailx. No he optado por ninguna de las alternativas que no aportan nada que me sea útil. (No obstante, también se puede enviar correo sólo usando sSMTP, pero no se dispone del comando mail)

Para instalar ambas utilidades, bastaba un simple:

sudo apt-get update && sudo apt-get install ssmtp mailutils

 

Y después proceder a configurar el fichero /etc/ssmtp/ssmtp.conf con lo siguiente:

#
# Config file for sSMTP sendmail
#
# The person who gets all mail for userids < 1000
# Make this empty to disable rewriting.
root=jmdomin@giusseppe.net

# The place where the mail goes. The actual machine name is required no
# MX records are consulted. Commonly mailhosts are named mail.domain.com
mailhub=mail.giusseppe.net:587
AuthUser=jmdomin@giusseppe.net
AuthPass=LAFAMOSACONTRASEÑA
UseSTARTTLS=YES

# Where will the mail seem to come from?
#rewriteDomain=

# The full hostname
hostname=giusseppe.net

# Are users allowed to set their own From: address?
# YES - Allow the user to specify their own From: address
# NO - Use the system generated From: address
#FromLineOverride=YES

 

Ahora mis correos salen estupendamente y lo puedo poner a prueba con un simple:

echo "Este es el cuerpo del mensaje" | mail -s "Este es el subject" jmdomin@gmail.com

Color Piel

Me llama la atención cómo interiorizo cierto racismo, que podríamos tachar de microrracismo, como el de llamar «color piel» al color de la gente que tengo en la mayoría alrededor, olvidándome de que el color de la piel no es ni mucho menos algo homogéneo en el mundo y que la expresión «color piel» invisibiliza o tacha de «otras pieles» aquellas que no corresponden con el patrón denominado como tal.

Supongo que así, dentro de este pecado, es donde resulta comprensible la exigencia de buscar espacios para personas «racializadas«.

Es posible que no únicamente sea un mal hábito europeo (culturalmente hablando), sino global, pero no sé si se utiliza esta expresión más allá de lo que yo la conozco. Soy tan limitado…

En resumidas cuentas, hay pieles que han sido denominadas:

Pieles rojas, negras, marrones, amarillas, blancas, rosas, anaranjadas (es el habitualmente usado en el mundo del arte, llamándose color carne), etc, etc, etc.

Vacunaciones de la élite

Las infantas (siempre pienso en Las Meninas velazqueñas) se han vacunado saltándose, como no podía ser de otra manera, el protocolo que aplica a los demás ciudadanos del país.

Pero lejos de suponer un problema, lo veo como un servicio público, pues tanto esta irregularidad como otras de los miembros de la élite (porque hay una élite, casi inalcanzable), están sirviendo para que nos demos cuenta de lo deseables que son las vacunas, disipando de una manera rastrera el debate antivacuna o negacionista, sin más que añadir que ponerse por delante para mostrar su egoísmo.

Y como de egoísmos va el tema: todo el mundo quiere, ahora, vacunarse también. Bueno, pues bienvenida sea la idea, pues ha de alcanzarse un mínimo del 70% de personas vacunadas para que una enfermedad sea erradicada y pueda haber gente que diga que no necesita vacunarse para estar a salvo… dentro de ese 30% o menos de otra élite diferente, o no tanto.

Y seguimos…

¿el fútbol o la justicia?

Personas descerebradas, o peor aún, malintencionadas, han borrado con tinta negra el mural que se convirtió en icono de la lucha feminista a lo largo de los pasados meses porque el ayuntamiento de esta ciudad quería borrarlo.

Vandalizado el mural feminista de Ciudad Lineal, en Madrid
El mural feminista ‘La unión hace la fuerza’ de Ciudad Lineal, pintado sobre el polideportivo de la Concepción, ha amanecido vandalizado este lunes, Día de la Mujer, con pintura negra que cubre los rostros de las mujeres homenajeadas en sus paredes. Según denuncian los vecinos y partidos políticos en las redes sociales, los rostros de mujeres como Rigoberta Menchú, Rosa Parks, Federica Montseny o Frida Kahlo, representadas en el mural, han aparecido esta mañana cubiertos de pintura negra. (Efe)

Pero no lo hacen cualquier día, lo hacen este, el 8M más controvertido de las últimas décadas.

Lo hacen despúes de que el día 7M, es decir, ayer mismo se realizase esta fotografía que testimonia que la aglomeración de personas para pedir según qué cosas no se permite, mientras se permiten otras como ir a un partido de fútbol, las atiborradas calles del centro de Madrid consumiendo sin parar, por no hablar de manifestaciones pro-nazis o colapsos anticatalanistas…

Y hoy me pregunto:

Si las mujeres (o el feminismo en general) propusiera un partido de fútbol para reivindicar la igualdad de oportunidades y manifestar la injusticia vigente, ¿qué primaría: el fútbol o la justicia?

Jo. Sé la respuesta. 🙁

Manifiesto Feminista de Mina Loy

En esta era digital es complicado conseguir material en PDF, siendo más que posible conseguirlo en papel. Es paradógico. Supongo que el quid de la cuestión es que lo digital es reproducible y el papel no: Ay, si Walter Benjamin levantara la cabeza… Así que su compra-venta se ajusta mejor a los designios del mercado.

Hoy quería poner en este diario el Manifiesto Feminista de Mina Loy en español, a quien estoy preparando para una clase de los talleres de poesía (casualmente en esta semana) que está viendo «las vanguardias históricas del SXX«, pero no ha sido posible encontrarlo en ningún lugar (tras más de 3 horas de búsquedas infructuosas), así que dejo las fotos del libro que adquirí en su momento para su posible consulta, impresión o lo que se desee, desoyendo los derechos de autor que posiblemente tenga la traductora, sobre un texto escrito en 1915.

Recomendable, no obstante, comprar el libro en la editorial La Linterna Sorda, sobre la obra, incluyendo manifiestos y poemas de esta poeta tan interesante y actual.

¿qué ha cambiado y qué ha permanecido inalterable?

En uno de los grupos de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 que defiendo desde hace 2 décadas, han lanzado un formulario del que me he arrogado la siguiente pregunta para contestarla de la mejor manera que he podido:

¿De nuevo, el grupo poético dirigido por Giusseppe Domínguez publicáis un ramillete de poemas. Desde la última entrega, ¿qué ha cambiado y qué ha permanecido inalterable?

A pesar de la pandemia, la poesía resiste, a pesar de las crispaciones, la poesía resiste, a pesar de las penurias económicas, la poesía resiste… y nos ayuda a resistir.

Nos encontramos con más intensidad, aunque con menos proximidad, nos encontramos en la palabra, aunque no en el aliento, nos encontramos con la lujuria típica de la creación poética, como siempre, pero sin las mismas posibilidades de consumación.

Nos permite sentir cierta inalterabilidad, cierta normalidad, en mitad de un mar de incertidumbre, nos permite sentir cierta incertidumbre y aprehenderla desde la creación, desde la recreación, desde un recreo semanal que nos libera de la dureza de la cotidianeidad.

Es una fantasía. Es una realidad. Nada ha cambiado. Todo ha cambiado.

Seguimos escribiendo y confiando en que la poesía nos enriquezca, sabiendo que no es la finalidad de la poesía, que es libre y rica per sé.

Los libros no se pueden presentar físicamente y sin embargo llegan a todos los rincones, colándose subrepticiamente por las grietas del muro a derribar: amapolas que han crecido en las circunstancias más hostiles posibles. Pero así es la poesía: resistente, resiliente, si se prefiere, superviviente, sobreviviente, pues aumenta la vida, la realidad, en una sobrerrealidad (surrealista o no), una realidad ampliada, una vida expandida, un espasmo del espacio-tiempo que habitar infinitamente (sin fin) hasta el fin.

Nos encontramos toda lectura con ecos de tristeza, nostalgias, pérdidas, pero nuestra escritura brilla con optimismo, con esperanzas, con afán de diversión, no por escapismo, sino por revolución: no hay nada más revolucionario que la lucha a la contra, batalla silenciosa y perdurable, que lleva a cabo incontables microacciones que modifican el entorno, que aportan lo que creemos necesario a nuestro alrededor, que construyen lo que queremos que sea un futuro (con ese arma cargada) e incluso perfilan un presente diferente al programado en las cadenas de televisión, en la prensa, en la simpleza del click.

Nada ha cambiado. Todo ha cambiado.

Seguimos escribiendo de cara a un futuro que se construye a nuestro paso, haciendo camino, que diría el ínclito poeta castellano que vivió peores épocas que la nuestra.

Seguimos inmersos en un presente siempre poco amigo de la lírica y, sin embargo, agradecido a su existencia.

Nada ha cambiado. Todo ha cambiado.

Nos vemos tras pantallas para escribir poesía, hablar de poesía, leer poesía, vivir poesía, ser poesía y, en un futuro, porque habrá futuro, igual que habrá poesía, publicar poesía, otro ramillete de poemas con los que perfumar el diverso universo.

Distopías

distopía
Del lat. mod. dystopia, y este del gr. δυσ- dys- ‘dis-2’ y utopia ‘utopía’.

1. f. Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana.

¿Qué pasa cuando no son representaciones ficticias, sino más o menos fidedignas de una sociedad no ya futura sino presente?

¿Hay término para ello?

¡Qué curioso haber estado trabajando sobre Utopía tan recientemente!

El esclavo, de James Oppenheim

James Oppenheim (1882-1932)

Libertaron al esclavo, rompiendo sus cadenas…
Y quedó tan esclavo como siempre.

Estaba todavía encadenado al servilismo,
estaba todavía maniatado a la indolencia y la pereza,
estaba todavía atado por el miedo y la superstición,
la ignorancia, la suspicacia, el salvajismo…
La esclavitud no estaba en las cadenas,
sino en él mismo…

Solo se pueden libertar los hombres libres…
y esto es innecesario:
los hombres libres se libertan solos.

Es un poema maravilloso que cada vez que leo me sorprende más, escrito a comienzos del SXX y tan vigente hoy como entonces: ¿Tiene sentido la libertad regalada o consentida? ¿Tiene sentido la libertad si mentalmente somos esclavos? ¿Qué es la libertad? ¿Qué es la esclavitud?

Quizá me hago estas palabras porque no soy esclavo.
¿Pero soy libre?

Como diría Roberto Iniesta, el ínclito Robe de Extremoduro: «Podéis hacer lo que queráis, ya sabéis, estáis en un país libre. Eso sí, que no os vean.»

Recortar una imagen desde la línea de comandos

A veces tomo una fotografía y parte de lo que hay en los laterales me sobra. Especialmente cuando hago muchas, como una serie de imágenes captadas desde el móvil con un dispositivo disparador bluetooth que evite que toque el teléfono y provoque temblor o distorsión en la imagen.

El viernes pasado estuve trabajando sobre unas imágenes de «blackout-poetry» que había hecho y eran más de 40, así que no era muy razonable ir abriéndolas con GIMP y buscar el mismo corte, pues era el mismo corte, en todas y cada una de ellas.

En cuanto tengo que hacer algo más de 5 veces seguidas, pienso si existe una manera «automática» o más eficaz de tratar la serie. Que puede no serlo en pequeñas series, pero que me permite ir aprendiendo por si alguna vez necesito aplicar el mismo procedimiento en una serie más numerosa.

En esta ocasión, gracias a un tutorial que he encontrado en internet sobre cómo recortar imágenes en línea de comando con Imagemagick, recurrí a un utilísimo comando o programa linux que ya había usado con anterioridad, pero en esta ocasión para aplicar un corte o «crop» a las imágenes que con esta sencilla línea quedaron como las quería:

mogrify -crop 1800x3100+190+280 *

Transformando imágenes de 2250×4000 en una imagen recortada a partir del pixel 190 de la izquierda (la x) y 280 pixels hacia abajo (la y), con un nuevo tamaño: 1800×3100, despreciando lo que no esté ahí.

Esto no es una broma