Chinche

Este fin de semana estuve en Valencia en un piso alquilado por AirBnB que parecía limpio, agradable y funcional, muy bien situado y económico sin ser el más barato de los posibles, lo que era más suficiente.

Había elegido un lugar a menos de 8 minutos andando, para no perder ni tiempo ni dinero en transportes, aunque el precio ascendiese unos 6€ sobre la media de alojamientos similares un poco más alejados.

Desde la estación del AVE de Joaquín Sorolla de Valencia, intenté ir en Cabify (haciendo un primer uso de una app que no había usado previamente) pero no lo logré porque la conductora se negó a recogerme en el punto de recogida, algo apartado de la estación, en una marquesina de transporte público, por si finalmente iba hacia el centro en autobús. En principio creo que no me facturarán porque cancelé el viaje, pero parece que sí me ha llegado una notificación de cobro… así que ya veré si procedo a reclamarlo.

En la parada de autobuses conocí a una chica simpática, de origen asiático, pero procedente de Australia, en concreto de Sydney, y pensamos en ir juntos hacia el centro, compartiendo taxi, que no pudo ser, así que acabamos charlando en el bus e intercambiado tarjetas de contacto.

Llegué a la habitación, doble, espaciosa, silenciosa, bien climatizada a eso de las 11:45. Apenas me detuve pues era sólo para pasar la noche. Recogí las llaves, dejé el equipaje, pasé al baño (orín) y me fui hacia la exposición que iba a ver.

Era sólo una noche, la del viernes al sábado, para acudir a la Feria del Libro de Artista y Editores Independientes SINDOKMA, que tenía lugar en el centro cultural La Nau en la zona céntrica de Valencia capital.

Y entonces llegó la noche.

Volví a la habitación tras una agradable velada y una cena estupenda con mi amigo Iván Araujo y me tumbé tranquilamente a ver una serie en el teléfono móvil para ir, poco a poco, adormeciéndome…

Aproximadamente a eso de las 01:00 apagué la luz y comencé a intentar dormir.

Un rato después (no mucho más de media hora) algo me picaba, pero poco.

Cada vez tenía mayores picores en el dedo índice de la mano derecha y acabé por encender la luz de nuevo y ver que parecía que se estaba hinchando.

Pensé que sería un mosquito, así que me atrincheré en el edredón y bajo las mangas de mi propia camiseta…

No podía dormir por el picor, así que decidí ver otro rato las series para ver si acababa por tener tanto sueño que no me importase recibir alguna picadura…

Pero seguí recibiendo mordeduras de bichitos y ya comencé a sospechar que iba a ser una noche difícil.

No había prisa, no pasaba nada. Hasta las 09:00 no era preciso que me levantase, y con dormir 6 horas era suficiente…

Otro picor agudo en el cuello. Otro más en la espalda.

Ya me puse a investigar la cama, a revisarla a la luz de la linterna del teléfono móvil…

Y a eso de las 04:00 encontré bajo el foco un bichito que correteaba por el colchón dando pequeños saltitos…

No me detuve a fotografiarlo sino que lo aplasté con la mano derecha y, después, para asegurarme, con ambas manos como si fuese un aplauso. (La foto que incluyo no es mía sino de un artículo de «cómo eliminar chinches en Valencia«)

Pensé que se habría terminado el safari y tras relajarme un poco volví a apagar luces e intentar dormir.

Nuevos picores en los pies, en las piernas… parece ser que no, que no se había terminado el problema. Eran ya cerca de las 06:00. Recordaba ese diminuto agresor entre mis manos e imaginaba hordas de familiares vengándose bajo el edredón, sobre la almohada sudada.

No había forma de dormir. Algunos otros clientes del airbnb se despertaban ya, entraban al baño, que estaba pared con pared con mi habitación….

Ya casi preveía que no habría ni un minuto de sueño. Pero seguí intentándolo. Apagaba la luz, resurgían picores, encendía, sacudía el edredón, buscaba con la linterna sobre el colchón, bajo las almohadas…

Me quité la ropa, le di la vuelta, la agité para ver si algo caía… me la volví a poner del revés, intenté dormir… eran las 07:00.

Ya poco había que hacer salvo esperar a las 09:00… seguía picándome todo el cuerpo, el cuero cabelludo… la agitación intenté paliarla con respiraciones largas y profundas, intenté pensar en cualquier cosa que alejase de mi mente las imágenes de miríadas de insectos atacándome, alimentándose de mí.

Acabaron por dar las 09:00… fui al baño, me duché, volví a la cama, reposé un rato, me vestí, salí a desayunar y procuré olvidar una noche inolvidable.

Ayer, pasados 2 días, les comenté por mensaje privado a los dueños del AirBnB la experiencia sin intención de reclamarles nada, sino tan solo para informarles del suceso y que entendiesen que no podía hacer «imparcialmente» la encuesta de satisfacción que esa app te propone insistentemente sobre tu estancia en el lugar.

Mantuvimos esta pequeña conversación:

YO: Hola Rafa y Jorge, ya de vuelta en Madrid quería deciros que tuve un enorme problema con vuestra habitación. ¡Había chinches! No lo voy a escribir en la evaluación que me pide hacer Airbnb porque creo que es posible que lo podáis resolver sin una opinión tan mala. Es posible que no lo supieseis porque por lo demás el estado de la habitación era bueno, limpio, etc. Pero no pude dormir ni un minuto. No se trata de que quiera hacéis una reclamación, sino un aviso por si nadie os lo había dicho. Un saludo sin mal sabor…

ELLOS: no lo entiendo como que chinches. eso no puede ser hacemos los cambios de sabanas y mantas con cada cambio. y nos aseguramos de que todo este limpio, la verdad que hemos comprobado la habitación y no hemos encontrado nada. Donde viste las chinches para tener mas información.

YO: Las vi en la cama. Llegué a cazar una y matarla, pero seguí teniendo «picaduras» toda la noche. Os lo aseguro. Os lo digo por vosotros. Un saludo.

ELLOS: Es raro es que cambiamos funda del colchón justo el dia de antes de tu llegada ademas del cambio de sabanas mantas etc. Hare una inspección de todo por si acaso; no me apetece tener problemas con ello tampoco. Una vez mas Gracias y disculpa!! Lo comprobaremos todo bien Gracias por decirnos lo y disculpa las molestias.

YO: No pasa nada. Una mala noche pero no es tan grave.

ELLOS: Vaya. Lo sentimos muchísimo. Y nos extraña mucho porque somos muy pulcros con la limpieza. Vamos a tirar el colchón por si estan dentro. Quizás algún huésped los dejo con anterioridad. La verdad es que jamas en mi vida me ha picado uno en Valencia. Ni en ningún sitio. Me parece algo del tercer mundo. Estoy flipando. Y muchas por tomarlo así de bien.

YO: A mí también me extrañó. En general estaba todo limpio, así que me resultaba extrañó. Inicialmente supuse que se trataba de algún mosquito que hubiese entrado por la ventana, pero a eso de las 4 con la linterna del móvil, pude cazar una saltando por la cama. Era un bichito de unos 5mm beige que saltaba por el colchón. La aplasté en mi mano y no se me ocurrió hacerle fotos. Me fotografié el dedo que estaba hinchado por la mordedura. Miré por internet hasta saber qué era ese bicho. Sergi teniendo picaduras en otras partes del cuerpo el resto de la noche. Fue un pequeño infierno. Pero también suponía que os iba a extrañar. Sin cosas que pasan. No le demos mayor importancia.

Tras estos mensajes, tuvieron la deferencia, no solicitada, de devolverme el pago de la habitación. Me parece un detalle que les agradezco y por lo que no pienso criticarles en la revisión de la app.

Fue una noche horrible para un fin de semana, en otro orden de cosas, maravilloso, así que es algo olvidable y de poca importancia, aunque no me han quedado muchas ganas de repetir viajes…

Cosificando, que es gerundio

Una amiga comparte una publicación de otra persona en su muro de facebook y me da por sospechar que el personaje que está haciendo esas publicaciones esconde un cierto tipo de machismo, sutil y bastante consentido, para mi gusto, que consiste en adornar los textos que se escriben con mujeres que no vienen a cuento ni por asomo, salvo por el hecho de que son bellas, jóvenes y lejanamente (o nada) emparentadas con las palabras que las preceden.

Pero cuando lo que te encuentras es un texto de Margaret Atwood, sí, la celebérrima, ahora, autora de «El cuento de la criada», la cosa ya se pone para incendiar la estulticia…

¿Estoy hilando fino o me parece a mí que no se ve más allá de lo que se quiere ver?

Ahora seguimos hablando de lo que nos digan

Listado de feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres en España en 2019

81 feminicidios y otros asesinatos de mujeres en lo que va de 2019.
Superaremos el centenar.

¿Dónde está la emergencia nacional?
¿Dónde están los antidisturbios en este caso?
¿Dónde está la exigencia de mano dura?
¿Dónde está la condena unánime y sin ambages?
¿Dónde están los gritos en las calles?
¿Dónde está la manifestación semanal hasta que esto termine?
¿Dónde está la dedicación masiva de prensa?
¿Dónde está el rechazo social unificado?
¿Dónde están los políticos que gritan?
¿Dónde?

El silencio del ruido

Una forma
perversa
perfecta
de llegar al silencio
es mediante el ruido
mucho ruido
tanto ruido
que el ruido
no deje oír
no deje escuchar
no deje saber
no deje prestar atención
a nada que no sea
el ruido
mucho ruido
tanto ruido
que el ruido
es el único estímulo
para que el silencio
se imponga
sobre lo que no sea ruido
y no se oíga
no se escuche
no se sepa…
nada más
que
el
ruido.

Que sí, que Cataluña…

Que Cataluña
se secesiona
que Cataluña
se rebela
que Cataluña
se hace llamar Catalunya
que Cataluña
tiene Generalitat
que Cataluña
es mala
que Cataluña
es irreverente
que Cataluña
no obedece
que Cataluña
es egoísta
que Cataluña
se quiere divorciar
que Cataluña
se insurrecciona
que Cataluña
es violenta
que Cataluña
es provocadora
que Cataluña
es muy mala
que Cataluña
se empeña en hablar catalán
que Cataluña
es exclusivista
que Cataluña
es racista
que Cataluña
es clasista
que Cataluña
es fascista
que Cataluña
es mala, pero que muy mala
que Cataluña
es insolidaria
que Cataluña
es divergente
que Cataluña
es irredente
que Cataluña
es imperialista
que Cataluña
es golpista
que Cataluña
se quiere evadir
que Cataluña
no acata la constitución
que Cataluña
no acata la monarquía
que Cataluña
no acata el consenso político
que Cataluña
no acata la libertad religiosa
que Cataluña
es lo peor, sí, lo peor
que Cataluña
vulnera la libertad de prensa
que Cataluña
vulnera la libertad de movimiento
que Cataluña
vulnera la libertad de expresión
que Cataluña
convoca un referendum ilegal
que Cataluña
convoca una manifestación ilegal
que Cataluña
convoca una protesta ilegal
que Cataluña
convoca lo que sea ilegal
que Cataluña
entera es ilegal
que Cataluña
es ilegal menos los legales
que Cataluña
es España
que Cataluña
es terreno de la monarquía
que Cataluña
es de orientación cristiana
que Cataluña
es como dios manda o…
que Cataluña
es malvada
que Cataluña
es pérfida
que Cataluña
es la pesadilla de quienes no viven
en Cataluña
es la pesadilla de quienes no aman
Cataluña
es la pesadilla de quienes no desean
Cataluña independiente
es la pesadilla de quienes adoran
la libertad española
la monarquía española
la constitución española
la legistalación española
y lo español
todo lo español
que España
es legal
que España
es consticional
que España
convoca referendums
que España
es democrática
que España
es libre
que España
es una
que España
es grande
que España
es la España de todos
con la gracia de dios.

La pérdida de tiempo ecologista

Concienciado como estoy con la reducción de papel innecesario, llevo varios días intentado imprimir un documento cuyas páginas tienen unas dimensiones atípicas, de 20 centímetros de ancho por 9 de alto, de manera que cada par de páginas caigan sobre un único folio DinA4 de 21×29,7 cm. Pero me está resultando tan difícil que estoy gastando papeles por prueba y error que no debería gastar. Todo por ahorrar un total de 40 páginas y sus correspondientes recortes (pues la superficie externa a las páginas es sobrante) que aunque intento pensar en maneras de aprovechar sé que, de alguna manera, podrían haberse evitado.

No obstante, llevo tanto tiempo pensándolo y probado con el ordenador que quizá el desastre lo esté provocando por otro lado, en lugar de darle al botón de imprimir y recortar con el cutter correspondiente posteriormente.

Y entonces caigo en que ser ecologista, o intentar serlo pues es una carrera imposible, es algo nefasto en el sentido de la productividad, puesto que cualquiera o casi cualquiera en mi situación ya tendría hecho lo que yo estoy tardando en hacer varios días por ahorrarle al planeta 40 folios.

Puedo pensar en usar papel reciclado y así sentirme algo menos culpable o, incluso, papel reutilizado por la otra cara, aunque quede más cutre, lo que me lleva a esa otra consecuencia de intentar ser coherente a costa, incluso, de acabar teniendo menos repercusión porque el trabajo final está «peor acabado», aunque más medioambientalmente sostenible.

Por otro lado, voy a pegar (con pegamento, otro pequeño monstruo antinatura) las páginas recortadas sobre pedazos de cartón que están siendo recuperados de la basura pero que difícilmente saldrán de ser poco más que basura. Sí, muy concienciada basura, pero no tan glamurosa como una elección de papel Munken Pure sobre Cartulina Gráfica negra muy porosa, por ejemplo.

Vivo rodeado de basura. Intento sacarla de lo que he generado. Intento minimizar, no ya mi huella ecológica, sino mi huella consumista (si es que hay diferencia), pero en ese permanente intento, acabo olvidando que debo ser competitivo para poder financiarme y poder seguir haciéndolo.

Y así sigo…

Sin respuestas.

Bellísimo

Ya sé que estoy muy sutil con esto del machismo, pero esto me lo parece, aunque pueda resultar una banalidad: Bellísimo no está en el diccionario en el que sí está Bellísima. No entiendo el porqué me sugieren como alternativa «crudelísimo», como si esa raíz «bell», de «bellísimo» viniese o proviniese de «bellum», de donde procede la cruenta guerra.

Blakout poetry

No me gustan las etiquetas o palabras en inglés para decir cosas que pueden ser dichas en castellano. No por mantener un purismo en el lenguaje que nunca persigo y no tiene sentido perseguir, pues todo idioma es híbrido, mezcla, fusión, contaminación… sino por el hecho de que usarlo contiene cierta pretensión de «altanería» o pose que me parece banal y ridícula.

En lugar de blackout poetry perfectamente podríamos decir poesía por tachado o, incluso, poesía tachada, aunque sea el negativo a lo tachado lo que resulta tras el proceso.

El pasado jueves hice un ejercicio así con las personas asistentes al taller de iniciación, un poco por descolocarles, pero sobretodo por demostrarles liberalidad en el tratamiento de los procesos creativos.

Resultó, en mi caso, este texto sencillo:

Bajo el hastío
fruto de falta de curiosidad
la inmortalidad,
rodeada de una ola adormecida
una vieja esfinge olvidada
no canta.

Yo soy rico pero muy viejo,
como otras bestias,
bufón de este lecho
blasonado para todo.

Concordancia gramatical

Por favor… léase con toda la calma y precauciones del mundo este texto que puede estar absolutamente desfasado en unos años:

Estoy un poco harta de esos escritores o escritoras que solo se dedican a hablar mal de otros autores o autoras.
La envidia, seres humanos, es una puta mierda. Sigue tu camino y deja a la humanidad en paz.
Gracias

Una amiga publica esto en una red social y yo acabo viendo exclusivamente lo que quiero ver… como todo el mundo, supongo.

En este caso, la imposibilidad de mantener nuestro idioma en un equilibrio imposible entre género gramatical y género sexual. Para mí es uno de los frentes equivocados de la lucha feminista, pero es sólo una opinión. Que finalmente puede estar completamente equivocada, como todas las opiniones.

Me falta un «esos escritores o esas escritoras» y un «otros autores u otras autoras» para ser medianamente justo… si bien es verdad que la tendencia a indicar en primer lugar al género gramatical masculino podría ser un claro signo de discriminación.

Por ende, recuerdo que la etimología de «humanos» procede de «hombre»… y ya no sigo pero veo que la batalla en el lenguaje es compleja y algo ridícula.

Si bien es verdad que le reconozco la «visibilidad» de «escritoras», en la primera frase, para dejar de asumir que «escritores» solo pueden serlo hombres.

Podríamos sustituir escritores o escritoras por «personas que escriben o que se dedican a escribir» y acabaría por englobar también a aquellos colectivos que no se sienten incluidos en esta bipolar representación.

Esto no es una broma