La primera general en el ejército español

Leyendo este artículo de El País, me encuentro con una imagen que no sé si es intencionada, pero está claro que lo que sí resulta es elocuente:

Preguntada por el proceso de integración de la mujer en las Fuerzas Armadas, Ortega respondía a este diario: “Creo que podemos sentir orgullo. ¿Hay alguna sombra? Obvio. Somos el reflejo de la sociedad y en las Fuerzas Armadas hay cabestros, como en todas partes. Pero institucionalmente se han tomado medidas para que determinadas cosas no pasen y, si pasan, se corrigen”.

¿A qué cosas se refiere la general? ¿A las dos que se reportan en las imágenes inferiores, es decir, tomar medidas expulsando todo aquello que genere controversia o que denuncie que no se toman otras medidas?

No espero mucho de una institución como el ejército español (ni ningún otro)… pero este artículo me ha resultado divertido y esa frase de Tomar Medidas me ha recordado una acción que realicé el año pasado… sobre lo vacuo de esa expresión que vuelven a usar constantemente.

Regurgitar

regurgitar:
Del lat. *regurgit?re, de gurgit?re.
1. intr. Biol. Expeler por la boca, sin esfuerzo o sacudida de vómito, sustancias sólidas o líquidas contenidas en el esófago o en el estómago.
2. intr. rebosar (? derramarse por encima de los bordes).

Esa especie de vómito de sustancias que hemos ingerido en otro lugar y que expelemos a diestro y siniestro, publicaciones de Instagram que capturamos para volcar en Facebook, siendo además la misma empresa, imágenes de Facebook que volcamos en Insta, capturas de pantalla de Facebook con un vómito procedente de Insta que incrustamos en un blog que captamos para incluirlo en una foto que enviamos y alguien republica (no república) en otra red social.

Es un juego a regurgitar permanentemente sin creación, sin criterio, sin personalidad, vacuo, hasta rebosar. Pero ¿qué es lo que rebosará?

Y así seguimos.

JAJAJAJAJAJAJA

No puedo creerme que el correo basura sea tan poco acertado.
JAJAJAJA….
Se supone que reírse en ordenador es tan sólo 3 JA, es decir, JAJAJA, pero es que esto es demasiado divertido, si lo piensas… JAJAJA—JAJAJA—

Seguro que sí, que estoy muy interesado en una moneda histórica que celebre el mandato de Trump. Claro que sí.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
y
JA

Madrid Central

Claro que quiero Madrid Central.

Yo quiero Madrid Central.

Yo quiero las medidas que aprobó el pasado gobierno de la ciudad de Madrid. Claro que sí. Por eso lo voté y lo he vuelto a hacer.

Quiero que deje de volar absurdamente un helicóptero desde primera hora de la mañana por la ciudad.
Quiero que dejen ocupar espacios de paredes comunes para la expresión ciudadana.
Quiero que se destine financiación a paliar las desigualdades económicas, a la lucha feminista, a la administración pública y que realicen sus funciones con un objetivo político y social afín al mío.

Yo sí quiero Madrid Central.

Pero por más que lo repita no puedo obviar que la mayoría de la población de esta ciudad (que amo aunque tenga granos) ha votado decidiendo que no quieren Madrid Central.

Quizá no quiero que esa gente vote lo contrario a lo que yo quiero.
Quizá no quiero que esa gente vote.

Pero sí quiero.

Ahora se hablará de plataformas ciudadanas, de expresión popular de la calle, de asambleas vecinales, de colectivos… pero la realidad es que las elecciones municipales son la expresión de la voluntad de la población… que ha votado algo que me horroriza, pero lo ha votado y me consta que sin coacción.

¿Por qué no quieren Madrid Central?

Intento entenderlo pero no puedo.

Asistiré a alguna que otra manifestación, pero la gente ha manifestado en su voto que no quieren lo que yo quiero. Quizá, incluso, que no me quieren en esta ciudad, ni las actividades que quiero realizar, ni que exista, si puede ser, un ser diferente a ellos y ellas. Estas personas han votado y tienen su derecho a ser representadas en este sistema democrático representativo.

No me gusta.

Odio que se retire Madrid Central (que siempre me pareció una medida tímida contra la tiránica imposición del vehículo privado en la ciudad) pero odio también dejar de respetar a quienes no piensan como yo, aunque esas personas no respeten a quienes no piensan como ellas. Es un poco de «otra mejilla», lo sé, pero también tiene que ver con cómo entiendo la democracia y sus reglas de convivencia.

Así que…

Yo sí quiero Madrid Central.

Y como yo otra gente en esta ciudad.

Están en su derecho de manifestarlo. (Mientras no nos quiten ese derecho)
Manifestarlo en marchas por la ciudad, en firmas en webs, en cartas al defensor del pueblo, en publicaciones en redes sociales… incluso, manifestar su disconformidad en votaciones que encuentren a su paso. Y asumir las consecuencias funestas de no saber convencer al contrario.

Avistamiento OVNI

Cuando creía que el correo entrante estaba a punto de desaparecer, convertirse en un dinosaurio extinto, me encuentro con esta joya en mi buzón tan divertida como inverosímil:

XII ENCUENTRO – 6 JULIO 2019 AVISTAMIENTO OVNI EN PUERTO DE LOS COTOS

La asistencia es libre y gratuita. Es una jornada para distendirnos, reír, estar felices, conocernos y disfrutar. Todo desde el afecto y la amistad. No hace falta ser un deportista de élite ni un escalador para este encuentro. Recorreremos caminos sencillos y de escasa dificultad. Cuantos más seamos más energía moveremos. Nuestro planeta, y los seres que vivimos en él, necesitamos el cambio energético y vibracional que ya ha comenzado. Nosotros estamos haciendo el cambio. TODA LA INFORMACIÓN: http://www.luzparatodos.com.es/OVNIS%20Jornada%20Avistamiento.html

No he podido por menos que (asegurándome de que no era una dirección URL potencialmente peligrosa) visitar la web y reírme un rato más con frases como la siguiente:

No está garantizado que vayan a aparecer, aunque siempre lo hacen

Donde no sé si habrán observado que «SIEMPRE», implica una garantía de que aparecerán. Qué divertido si no fuese en serio. La entrada es gratuita. Y la web no parece «vender» nada más que unas cuantas ideas algo infantiles y algo de publicidad en forma de banners en la parte inferior de la página.

Recuerdo que cuando era joven (muy joven) leí bastante sobre ufología, incluso un divertido (y pretendidamente serio) libro que sostenía que, en realidad, Jesucristo existió y era extraterrestre… Tenía entre doce y catorce años, leía todo tipo de lecturas que me dijese que fuera de este planeta se podía estar mejor que en este, en resumidas cuentas. También por la misma época me comencé a interesar por la química y la física. Leí la teoría de la Relatividad (que no comprendí) a los 15 años y el Principio de Incertidumbre de Heissemberg a los 16. Iba interesándome cada día más y comprendiendo y aceptando, a pesar de lo duro que resultaba, el conocimiento que encerraba ese fatídico principio.

Bastante cabezota, me dio por estudiar Química, especializándome en Cuántica, con la intención de «rebatir» o, cuando menos, ver si era rebatible esos límites al conocimiento científico tal como lo conocíamos, tan deterministas, por decirlo así.

Y no hubo suerte.

Siguen perturbándome las ecuaciones de transformación de la masa, la longitud o el tiempo en función de la velocidad (Transformaciones de Lorentz) y veo que esa «asíntota» vertical cuando la velocidad se acerca a la velocidad de la luz es algo molesta… y sospechosa de ser una aproximación derivada de algún modelo posiblemente inaplicable a altas velocidades… pero sospechosa… porque mi intuición (que se equivoca con más frecuencia de la que creo) no quiere creerlas.

Acabé por dejar de lado la literatura ufológica, por supuesto, antes de entrar en la carrera, porque se cae por sentido común y un poco de lógico muy rápidamente (casi a tanta velocidad como una interpretación literal de la Biblia, por poner un ejemplo) pero siempre le he tenido cariño y sigo viendo cualquier película de ciencia ficción por mucha ficción que prevalezca incluso a costa de que quede poca ciencia. Pero sé que es ficción. Igual que sé que no se matan seres humanos en una película de guerra o que las películas del oeste pueden estar rodadas en, pongamos, Almería o que uno de los chinos de 55 Días en Pekín es un amigo de mis padres nacido en Colmenar Viejo.

Sobre OVNIS… no voy a entrar a debatir su posible existencia ni avistamientos… como tampoco le discuto a la madre de Carmen que le rece a la virgencita de turno para que se me pase la alergia. Ni sobre los efectos saludables de la imposición de manos o el consumo de agua edulcorada con memoria…

Es posible que exista vida extraterrestre. Claro que sí. E incluso que esa vida extraterrestre sea «inteligente». Puede que, si nos ponemos generosos, incluso podamos asumir que esa inteligencia y la nuestra sean capaces de, llamémosle, entenderse en un hipotético encuentro. Pero la simpleza con la que imaginamos esa alternativa me parece tan vacua como cuando pregunto, si te mueres y vas al cielo ¿te quedas como estás en el momento de la muerte o algo mejor, así, a modo Obi Wan Kenobi?

No es cinismo. Pero a veces me dan ganas de cinificarme… y olvidarme del mundo que me rodea… e irme en la primera nave espacial extraterrestre que quiera llevarme a dónde sea.

Errores en RENFE Cercanías

Desde hace unos meses han ido sustituyendo las máquinas tradicionales de RENFE Cercanías para adquirir billetes por unas más modernas, en un intento de simplificar el proceso, supongo, incluyendo la posibilidad (aunque se convierte en obligación al no ser opcional) de pagar con tarjeta de crédito de manera que no haya que introducirla en la habitual ranura de estos dispositivos, presuntamente mediante el uso de la tecnología inalámbrica que evita el contacto de la tarjeta y, con ello, quizá, su desgaste, tanto el de la tarjeta como el desgaste del lector.

Sin embargo no funciona bien esta tecnología que da más errores que aciertos, convirtiendo el proceso simple de adquirir un par de billetes en una sucesión de búsqueda de máquinas hasta que se llega a la conclusión de que es necesario dirigirse a alguna persona (no una máquina) de las que trabajan por allí, si es que hay esa suerte, para que nos ayude o nos indique si hay alguna alternativa. Suelen responder (ya me ha pasado varias veces) que esas máquinas no funcionan (las nuevas, sí, las nuevas). Así que una de las mejores opciones, después de haber perdido minutos valiosos durante los cuales vemos irse trenes que van en la dirección deseada, es el dinero físico (si es que el dinero alguna vez es físico y no simbólico), metiendo moneditas en alguna de las oquedades dedicadas a ese fin esperando que en esa ocasión la maquinita en cuestión funcione y tenga a bien ser más eficaz de lo que sería un ser humano tras una ventanilla.

Vuelvo a preguntarme ¿era necesaria la modificación de las máquinas anteriores por esta versión «mejorada»? ¿acaso funcionaban mal las «desechadas»? ¿obsolescencia o petulancia?

Y no respondo porque, a fin de cuentas, no sé lo suficiente.

Nostalgia

Soy un nostálgico tecnológico y cuando un aparatito como este cae en mis manos me cuesta deshacerme de él, tirándolo o llevándolo a puntos limpios o lo que proceda. Apenas me deshago de tecnología por muy obsoleta que pueda parecer siempre pensando que en un futuro puede serme de utilidad en todo o en parte.

Pero reconozco que es poco probable que nada de lo que tiene este modem vaya a usarse nunca más, teniendo en cuenta la migración a fibra en casi todos los hogares, además de la insuficiencia que ahora mismo consideraríamos de una conexión de (en el mejor de los casos) 56K.

Y aún así…

Reordenando carpetas de correo electrónico

Hace tiempo que tengo pendiente hacer algo con mi correo electrónico, que almaceno desde que lo tuve, allá por los lejanos años 90. Cuando casi no existía la arroba @ ni nada que se le pareciese y se utilizaba el AT para enviar correos EN un servidor.

Cada vez que borro un mensaje de correo electrónico, incluso de esos de publicidad indeseada comúnmente denominada SPAM, me lo pienso y decido si no será digno de mantener, si no tendrá o contendrá algún texto útil o me culpabilizo asumiendo que no soy capaz de encontrar esa poética oculta en un mensaje de promoción de cialis.

Si además procedo a borrar algún correo que no sea de ese estilo, sino proveniente de algún conocido o alguna conocida, ya puedo tardar incluso minutos en determinar si merece ser borrado aunque hayan transcurrido más de 10 años desde su visionado. Sabiendo que hago copias de seguridad, incluso seguro que está en alguna de ellas almacenado o en varias, inclusive.

Reordenar carpetas es parecido en el sentido técnico pues implica un borrado (más o menos) de lo anterior para tener una nueva ubicación. Y también lleva tiempo el decidir si es ahí donde deben estar o en otra ubicación más «apropiada», así por ejemplo: ¿la subcarpeta CEDRO debe estar en la carpeta ESCRITOS o en la carpeta EDITORIALES?

Supongo que poca gente se preocupa por esta forma de organizar las cosas electrónicas ahora que los buscadores hacen maravillas y acaba resultando una pérdida de tiempo, posiblemente, esta obsesión categorizadora. Pero no puedo evitar hacerlo y sentirme, incluso, orgulloso de ello. Es tan tonto…

Eliminar grasa a base de hamburguesas de cerdo

Cuando ocurren estas cosas siempre me hacen gracia y, al mismo tiempo, me provocan cierta estupefacción asquerosa, algo así como la sensación de saber que los algoritmos no son humanos, no entienden bien la idea de contexto, de lectura más allá de una publicación cada vez, con cada mirada, como si no entendiesen que vemos (algunos humanos) todo lo que nos pilla por delante, incluso cuando queremos ver menos.

Y así en Instagram se me apareció esta divertida combinación:

Esto no es una broma