Palimpsesto: Al son del son

Al son del son

Al son del son son son
ellos y ellas son son son
nosotros y nosotras somos somos somos

al son del son son son
ellos y ellas y nosotros y nosotras
no somos más nosotros y nosotras
sino tan sólo son son son

al son del son son son
ellos y ellas han ganado la batalla del son son son
perdida la guerra del somos somos somos
que parece que nunca combatió al son son son

y así serán serán serán
sin ser lo que podrían haber sido
y ya no son son son.

URLarga: Feliz 2018

Este año, trabajando con las URLs, he decidido realizar 27 felicitaciones navideñas con este motivo, derivando a quien le dé por buscar si esas urls tienen algún sentido otro que el azaroso, al menos a esta entrada del diario que dedicaré a semejantes especímenes.

Programé un pedacito de código C (con VI, por supuesto, y «from scratch», como a mí me gusta) que ha generado 27 URLs únicas. Las he acomodado con GIMP/Linux sobre papel fotográfico que me regalaron con la impresora y al que no sabía qué uso dar.

Me gusta la unicidad del (pseudo)azar programable, que dota de cierto engañoso aura a cada una de las pequeñas piezas que, por momentos, pensé en personalizar, pero intervenía en el azaroso gestar de las mismas… Ya es suficiente con que las URLs comiencen con mi SLD (Second Level Domain), en lugar de un dominio generado al azar.


/*****************************************
urlarga.c

Programa crear URLs que no tengan ningún sentido
más que el azaroso.

Añado la dirección del servidor para que si alguien
quiere ir, al menos aparezca una mínima explicación
de en qué consiste el proyecto.

Derivo a una URL que contiene una búsqueda en mi blog
incluyendo la palabra "urlarga" que remitirá
a una entrada específica creada para tal fin.

*****************************************/

#include <stdio.h>
#include <stdlib.h>
#include <time.h>
#include <string.h>
#include <wchar.h>
#include <locale.h>

// Longitud de la URL formada, incluyendo el protocolo y el servidor
#define LONGITUD_MAX 729
// Para realizar 27 URLs arbitrarias
#define NUM_URLS 27

int main()
{
  setlocale(LC_CTYPE, ""); // Necesario para que funcionen las ñ
  
  int  i, j, letra, l_alfa, l_prot, l_serv, l_base;
  // Un alfabeto incluyendo algunos signos de puntuación
  wchar_t alfabeto[] = L"0123456789ABCDEFGHIJKLMNÑOPQRSTUVWXYZabcdefghijklmnñopqrstuvwxyz!!$%&/()=?¿¡,;:-_+ç";
  wchar_t URL[LONGITUD_MAX];
  wchar_t protocolo[] = L"http://";
  wchar_t servidor[] = L"giusseppe.net/blog/?s=feliz&2018&urlarga&";

  l_alfa = wcslen(alfabeto);
  l_prot = wcslen(protocolo);
  l_serv = wcslen(servidor);
  l_base = l_prot + l_serv;

  srand (time(NULL));

  for (j = 0; j < NUM_URLS; j++)
  {
    wmemset(URL, L'\0', LONGITUD_MAX);
    wcscpy(URL, protocolo); 
    wcscat(URL, servidor); 
    for (i = l_base; i < (LONGITUD_MAX-1); i++)
    {
      letra = rand() % l_alfa; // Obtenemos una letra (índice) al azar del alfabeto
      // Aleatoriamente, si el anterior no era un punto ni una /, ni estamos al final de la URL, ponemos un punto.
      if ((!(rand()%5)) && (URL[i-1] != L'.') && (URL[i-1]!=L'/') && (i != (LONGITUD_MAX-1))) URL[i]=L'.';
      else URL[i]=alfabeto[letra];
    };
    wprintf(L"|%ls|\n", URL);
  };
} // main()

Transitar

TRANSITAR

El verbo transitar viene del latín transitare, frecuentativo formado a partir del nombre de acción transitus (tránsito) del verbo transire (ir de un lado a otro, atravesar) compuesto por trans- (de un lado a otro) y el verbo ire (ir).

Otras palabras formadas con trans– incluyen transeúnte, transgénico, transgredir, transliteración, traspontín, tranvía. Este prefijo latino viene de la raíz indoeuropea *terə-2 (cruzar, pasar por), que nos dio avatar a través del sánscrito.

De ire tenemos: ambiente, andar, comicios, inicio, pretérito, sedición, etc. El verbo latino ire se asocia con la raíz indoeuropea *ei– (conducir), que estaría presente en el griego εἶμι (eimi = yo camino) y de ahí la palabra ion.

Me da bastante por saco cuando una web se empeña en impedir que se pueda usar el botón derecho para, por ejemplo, seleccionar texto de la misma. Como si pudieran poner verjas al campo. Y es que, si me dejan ver si página, puedo, sin ir más lejos, descargarme la misma e incluso modificar el código HTML que me impide hacerlo, o, más sencillamente, obtener directamente desde el código fuente la información que preciso.

Tan sólo lo ponen un poco más complicado, pero no es evitable. Salvo que lo conviertan todo en una imagen, por ejemplo, lo que acabaría siendo absurdo e insostenible. Alguna vez se tendrá que hablar con seriedad de la manera en la que compartir el conocimiento en algo tan inabarcable e ingobernable, aunque se empeñen, como es Internet.

Lo siento por quienes pretendan vivir como si nadie supiese nada… pero no es así.

Los Las

Las feministas contra Los machistas
Los feministas contra Los machistas
Las feministas contra Las machistas
Los feministas contra Las machistas
nunca
Los feministas contra Las feministas
Las feministas contra Los feministas
Los feministas contra Los feministas
Las feministas contra Las feministas
y dan lo mismo
Las machistas junto a Las machistas
Los machistas junto a Las machistas
Los machistas junto a Los machistas
Las machistas junto a Los machistas

Todos los izquierdos reservados

La cucharilla
sobre la taza rompe
visiones torpes.

Giusseppe Domínguez, 2017.
Todos los izquierdos reservados.

Hay algo que me parece ridículo en la reivindicación de «derechos» de autor, pero no es ni más ni menos que consecuencia de la ridiculez de intentar ponerle «precio» a un poema. Supongo que son cosas del capitalismo, ese pequeño monstruo sin cabeza o de 10.000 cabezas que domina nuestra forma de pensar.

La economía del lenguaje y el género

Hoy me ha llegado esta carta que comienza con un Vecinas y Vecinos, muy bonita, pero que acaba haciéndome buscar en qué momento del texto tarde o temprano va a haber un error de concordancia de género gramatical o, sencillamente, una victoria de la economía del lenguaje que acaba por desterrar la intención del comienzo, en ese «aquellos» que ignora o invisibiliza las «aquellas» y a otras personas que no se puedan o quieran sentir identificadas por el género gramatical masculino plural.

Pero no me voy a explayar más sobre un tema sobre el que hay tanto tanto escrito… y tan poco acuerdo como para llegar a encontrarse discusiones sobre si ha de usarse «amigXs», en lugar de «amigos/as» o «amigues»… pues el primero carece de posibilidades de representación fonética del idioma (no hay quién lo lea, vaya), el segundo se muestra, según algunos colectivos (perdón por las oes), insensible para quienes no se identifican dentro del binomio masculino/femenino y el tercero, quizá el más razonable, acaba por dejarse de lado a la mínima que hay que usar le y despreciar para siempre la/lo, etc, así como los adjetives…

En resumidas cuentas, una batalla sin sentido en una guerra absolutamente necesaria para conseguir la igualdad de género, la aceptación de la diferencia o la abolición del heteropatriarcado normativo (normalizador).

Acción17MAD

El evento de Performance Art tan esperado año tras año, vuelve, año tras año, a desanimarme a convocar a personas ajenas a la Performance Art (e incluso a su mundillo, más específicamente) para que asistan.

No es que no haya buenas acciones, pero la organización ignora los más básicos protocolos de interacción con el público asistente y no se trata de que sean más o menos activos como espectadores, es una cuestión de, digamos, cortesía.

Faltan catálogos, falta comentario, falta presentación, falta tener en cuenta diferentes necesidades a la hora de proyectar un vídeo, como cantidad de personas que se supone que se quiere que lo vean.

Comprendo que no se puede estar en todo, es más, comprendo que no se desee estar en todo y se sacrifique la parte más, digamos, de presentación en aras de la gestión tras las cortinas que facilita la adquisición de un dinero fundamental para poder pagar artistas y gestores, profesores de talleres, etc. Comprendo que se decida que no se desea atender esa necesidad porque la endogamia a la que ha ido acercándose este mundillo (dentro del cual me encuentro, y me encuentro a gusto, no obstante) es tan alta que no lo hace preciso.

Pero lo que me ocurre es que ya procuro no animar a amigos, alumnos, otras personas ajenas al mismo a que se acerquen pues suelen encontrarse con desatención y tengo que llevar yo a cabo la labor de contextualización, presentación, etc… y es cansado. Y no me pagan por ello. Así que me limito a asistir con ganas de ver a la gente maja del mundillo de la performance en Madrid, disfrutar de alguna acción y, después, lo que acaba siendo más importante, tomar unas cañas distendidas en un buen bareto cutre de los que me gustan.

Es una pena. Pero es lo que hay. El dinero no da para tanto. La sala (una de las muchas conseguidas para un festival claramente itinerante por falta de atención de la administración) no hace más que ser un espacio del que los responsables ni dan señales de vida. Podría hacerse en el desierto. Los «programas» los lleva la directora del evento en una maleta casera, no han sido repartidos con anterioridad por algún interesado del Ayuntamiento o de la Comunidad o del Ministerio (de deportes).

Arrancó el evento con la presentación mediante un vídeo proyectado en una superficie de menos de 4 metros cuadrados (menos de dos por dos) a ras de suelo en un hall claramente insuficiente para la afluencia de asistentes. El vídeo estaba hecho con cariño, con mucho cariño, con mucho corazón, pero con una informalidad y falta de rigor propia de un vídeo casero, no de una pieza de arte ni mucho menos de un arranque de un evento semejante. Pero tampoco parecía ser importante, pues apenas alcazábamos a verlo más de 15 personas en unas condiciones semejantes. Se hizo largo y ruidoso. Pero ves caras conocidas y te sonríes. Pero ya está.

Después comenzaron las acciones en una sala (Sala El Águila, de la Comunidad de Madrid). Quien no lo sepa, no se va a enterar, obviamente, pues por allí no pasó ni «el tato» a decirlo. Tampoco se presentaron a las Artistas. Quien no las conozca, no se va a enterar. ¡Que haga esfuerzos por saber más, hombre, ya!

En primer lugar, la fantástica Ester Ferrer mostró una vez que sigue siendo la mejor de las artistas de performance art que conozco, usando tan pocos recursos como un cuadrado marcado en el suelo con cinta negra y un bastón de madera realizó una acción muy musical (no es casualidad que su pareja sea músico) sencilla y eficaz. Algún elemento sobraba, salvo seguramente para ella, así que mejor me callo. Fue magistral. Simplemente magistral. Recorrió los escasos metros cuadrados del centro de la sala acotados por la cinta negra de tres maneras distintas intentando no dejar ni un centímetro sin pisar, mientras acompañaba su «paseo» con golpes arrítmicos del bastón.

Su presencia lograba un silencio absoluto en una acción, por lo demás, tan cotidiana como infrecuente. Poética y plástica, recordando un cuadro (cuadrado) y un proceso, un aquí y ahora tan obvio que no había que aclararlo. Por supuesto, aclaró unos minutos antes que no tenía el más mínimo inconveniente en que se le hiciesen fotografías o lo que fuese. Al fin y al cabo, sabe que la vida es arte y el arte es vida. Y en la vida hay fotos. Vivimos en la era de la reproducción, del registro infinito de todo lo innecesario. ¿Por qué prohibir la fotografía en un evento de Performance? No sé, supongo que algún artista no sabe bien qué es eso de Arte=Vida.

Luego vino Elisa Miravalles, una chica muy maja, muy simpática (aunque no acabo de creerla) con una «performance» que no era una performance. Alguien debería explicarle que el arte de acción es un arte del hacer, no del hacer que se hace. Y por supuesto, basado en un discurso y un concepto, no en una sucesión de imágenes más o menos bonitas para la foto.

Las caras de quienes asistíamos eran dignas de atención: la desaprovación condescenciente rondaba la sala. Rojo, teatral, dancístico… mucho ruido y pocas nueces. No fue una performance, pero lo más sangrante es que ya lo sabía. Lo sabíamos todos. No comprendo cómo y por qué se programa este tipo de artistas más o menos arribistas (no intrusistas, no, sino sencillamente oportunistas) que pululan por los eventos y, gracias a su carácter extrovertido y simpático logran ser tenidos en cuenta en eventos como este, que, supongo, buscan así definirse como actuales, que toman la nueva generación en serio y les prestan la oportunidad de mostrar su trabajo. Pero ¡venga ya! Faltaba rigor por todos los costados y quienes hemos visto en alguna ocasión su trabajo, que no es performance art, sabemos que Elisa no debía haber sido programada en un evento como este. Pero qué le voy a hacer, no es el mío, ni mi criterio, ni nada de nada.

Así que paso a otra cosa. La performance formidable de quien considero una de las mejores artistas con proyección de futuro: Isabel León.

Sencilla también, como Ester, que no deja de ser nuestra maestra y referencia permanente, pero con identidad propia, realiza esta acción altamente poética, de sembrar un campo y salir de la tierra o, incluso, ser la tierra, la Madre Tierra.

Va «enterrándose» bajo ese campo sembrado y se mueve bajo el plástico serpenteando, abriendo pequeños orificios por los que saca ora un pie, ora una mano, unos dedos apenas… y con los pies, con las manos, quiebra las habas sembradas, se alimenta, alimenta.

Visualmente impactante, no busca la foto fácil, ni la pose, ni el sucedáneo de acción, lo suyo es pura performance. Y además también es maja (lo uno no ha de quitar lo otro) hasta la saciedad, humilde en grado sumo, pero de una coherencia y un trabajo tan continuado y riguroso que es evidente que, si no cambia, acabará en los libros de historia del arte.

En este caso sí, en este caso las miradas y los rostros estaban permanentemente en ella, en su acción, en su presencia, en su espacio y todo el tiempo que, claramente, terminaba cuando saliese de la tierra, como era previsible.

El aplauso duró lo que tuvo que durar, mostrando y demostrando que hay criterio, hay calidades, e incluso cualidades.

Después de todo (y de una noche deambulando por los bares de la ciudad) fue un bonito encuentro, con gente estupenda que intenta mostrar una forma diferente de hablar del mundo, de hablarle al mundo. Y agradezco a Nieves Correa, Abel Loureda y Yolanda Pérez que lo hagan posible, más allá de las subsanables deficiencias. Y por supuesto, incluso a pesar de que no me guste, también a Elisa Miravalles, pero sobretodo a las ínclitas Ester Ferrer e Isabel León sus estupendas piezas.

Ver tres performances y que me gusten 2 de tres no está tan mal. Es casi un notable. Y si quiero algo mejor, siempre puedo intentar hacerlo yo mismo, a ver si soy capaz de hacer en lugar de criticar desde la cómoda tarima de mi escritorio.

Esto no es una broma