Tengo pendiente hacer un backup de mi diario

El pasado martes tuve un pequeño infarto cuando me encontré con que no podía publicar nada en este diario, ni siquiera podía acceder a él para leerlo.

Cada cierto tiempo hago exportaciones de las entradas del mismo en un formato XML que se supone que almacena lo necesario, pero cuando intento subir ese archivo a un blog de wordpress me encuentro con que no funciona como era de esperar (como yo esperaba, en cualquier caso).

Por supuesto, también descargué, porque eso sí se podía, todo el directorio (que está en /blog de mi servidor) pero sé que sin la base de datos, tampoco es propiamente un blog, sino un montón de archivos más o menos estáticamente enlazados, que, por supuesto, no permiten su gestión habitual.

Así que estoy temblando ante el hecho de no haber realizado el backup que debe ser hecho, mediante exportación de la base de datos, ya sea con algún plugin o ya sea mediante comandos directos de SQL, junto a la exportación de las entradas. Después, para comprobar que está bien salvaguardado, tendré que hacer una instalación en un servidor dedicado a ello (por ejemplo el de mi teléfono móvil) y así quedarme razonablemente tranquilo.

Humo negro

neumáticos ardiendo
en el infierno
es el infierno

neumáticos neumónicos
que arden sin tregua
en la fragua
que se fraguó
años ha

neumáticos imposibles
con alma de chancla
con cuerpo de muerte
con beso de hiel
con labios de plomo
con sueños de olvido
con ansias de masa
con vientos de popa
con humos inhumos

neumáticos sordos
a las regulaciones
a las voluntades
a la entropía
a la felicidad

neumáticos sin otro fin
que el de arder
para ocultar
mutando
su origen
verdaderamente
negro
arraigado en el corazón ansioso de una liberalización mercantil que propone como sostenimiento el insostenible crecimiento egoísta y con alguna que otra consecuencia en forma de humo
negro
muy negro
muy
muy negro

El sentido evolutivo de la música

Blanca Torres que lleva el programa Cartas de Afrodita de RNE y a quien tengo el gusto de conocer gracias a otro hedonismo practicado habitualmente en pareja llamado Baile del Tango, formulaba ayer la pregunta en FaceBook de si pensamos que la música tiene algún sentido evolutivo.

A mí, que nunca me acaban de quedar las cosas claras, me entró la duda de si refería como especie o como qué, en referencia a ese evolutivo/evolución. Me lo aclaró diciendo que se refería a si es relevante desde un punto de vista biológico para nuestra supervivencia y evolución.

Me quedé pensando y le pedí tiempo para fraguar una respuesta que fuera un poco más allá del «pues a mí es que me gusta mucho, así que sí… claro…»

Unas horas después, otro conocido del mundillo del Tango (José Luis Yanguas), respondió con un estupendo argumento:

Por supuesto la música tiene sentido evolutivo. Pertenece a capas inferiores del cerebro, en su origen, pues enlaza con la evolución del apareamiento, la sexualidad y las emociones posteriormente. Hay un paralelismo entre el canto de las aves, la voz y la música humana, sobre todo tonal. El ritmo enraiza el el corazón, y en el ser social del ser humano, que también evoluciona.

Ya me ha ocurrido en alguna otra ocasión el encontrarme en la misma mesa redonda que este estupendo contertulio, así que seguí pensando en ello.

¿es [la música] relevante desde un punto de vista biológico para nuestra supervivencia y evolución?

Como bien dice Jose Luis, el origen de la música enlaza con la evolución de la función reproductiva y el paralelismo con lo animal es innegable, pero cabe pensar si esa es la verdadera concepción de la música hoy en día.

El ser humano tiempo ha que ha dejado de ser natural, gracias a la evolución que dio como resultado el lenguaje, entre otras cosas. Somos lenguaje, que diría Wittgenstein o discurso, según Barthes.

Y la música, innecesaria ya para cumplir la función original, la de cortejo animal para sostenimiento de la especie, para probar las mayores habilidades reproductivas, lejos de desaparecer, mutó y se sublimó.

Y esa música ya no es la más o menos instintiva animal, sino un constructo artificial que puede no tener nada que ver con la reproducción, pero sí con la evolución de la especie y su supervivencia.

Cierto es que cuando pienso en música no sólo pienso en música, sino en poesía, en arte, en todo aquello que, en incontables ocasiones suele ser tachado de inútil o innecesario.

Es más, en más de una de esas ocasiones me he encontrado diciendo de mí mismo que siempre me he dedicado a «cosas inútiles» o que reivindique el fracaso y no el éxito. De ahí que siga sin saber si lo que hago (que es variopinto) sirve para algo.

Como escribí en un artículo titulado Las habilidades y la reproducción:

La selección de la pareja con la que llevar a cabo la procreación puede estar asociada con la búsqueda de habilidades que deseemos que la descendencia posea. Así, es posible que se pueda explicar el porqué al espectador medio le atrae aquel arte que de-muestra habilidades y no un arte contemporáneo que no las busca.

Esto permite también explicar cierto paralelismo entre el arte y el deporte, que está relacionado con el éxito o el fracaso, no con la frustración.

(Leer el resto del artículo)

Sin embargo, eso no niega la utilidad, independientemente de lo que en otras ocasiones haya afirmado, para la supervivencia de la especie, pero más bien para satisfacer otra necesidad de la misma que no es tanto la de reproducirse sino la de desarrollar sus capacidades mentales, sus habilidades sociales mediante compartición de actividades grupales, o el simple hedonismo al que podríamos aspirar en un hipotético futuro altamente automatizado que permita al humano recuperar el edén. (Que no será tan edénico, por cierto)

Por mi parte, estoy convencido de que la música (ni la poesía, ni el arte) no desaparecerá cuando por fin realicemos reproducciones completamente artificiales, por ejemplo, clonación mediante, lo que hará innecesaria, por cierto, la participación del cromosoma Y, amén de los protocolos de cortejo que involucrasen la música con aquella originaria finalidad.

La forma clásica de entender la música (poesía/arte) como herramienta y no como fin o entendida como herramienta en la que hay que tener éxito (hacerlo bien) frente a un entender la música como algo en lo que hay que disfrutar (sin necesidad de hacerlo bien) no importando el fracaso obsoleta y acorde a visiones que, por más que se empeñen, no volverán jamás.

El ajedrez lo ganará ya siempre una máquina. Pero eso no quitará jamás el placer de jugar una partida… y perder.

Si entendemos la música como un proceso y no como un fin, como un objeto, si la entendemos como un juego, seguro que pervivirá y hará de nuestra humanidad una humanidad más jugetona. ¿Es eso lo que la evolución nos exigirá? ¿Las condiciones medioambientales nos conducirán a jugar más o a dejar de jugar?

Espero personalmente que la respuesta sea el juego, el disfrute, el hedonismo, especialmente epicúreo, juego racional.

Cuando pienso en la función que puede ocupar la música (la poesía/las artes) actualmente y de cara al futuro de la humanidad, observo la longevidad asombrosa a la que hemos llegado y las dificultades que ello conlleva y para las que, quizá, tenga una nueva utilidad en tanto mantenimiento de actividad cerebral, ralentizando la (hogaño) inevitable degeneración neurológica.

Amén (y con esto termino) de la función social que siempre ha desempeñado y que no hace sino mutar de formas, pero que mantiene vínculos o ayuda a la aparición de nuevas relaciones interpersonales. (En esto, el Tango [música|baile] es una auténtica maravilla, dicho sea de paso).

¿es [la música] relevante desde un punto de vista biológico para nuestra supervivencia y evolución?

Sí. Relevante. ¿Necesaria? Sí. ¿Desde un punto de vista biológico? No lo tengo tan claro. ¿Para nuestra supervivencia? Sí: Para una humanidad feliz. ¡Eso!, ¡eso sí que sería (r)evolución!.

Obsesiones gramaticales

Desde el momento en el que encuentro en un texto la expresión «todos y todas» paso un rato hasta que encuentro algún lugar en el que se han olvidado de esa necesidad de explicitar el femenino, o algún otro momento en el que se produce algún error gramatical de concordancia genérica.

He de decir que es raro (muy raro) que no encuentre cualquiera de estas últimas dos cosas.

Hoy, en una consulta a las bases de IU me ha vuelto a pasar:

En este proceso contamos todos y todas. Es un momento de especial importancia política, y es fundamental la participación de las bases de cara al mismo. Por ello sometemos a consulta de la militancia y simpatizantes de Izquierda Unida (inscritos antes del 28 de abril) la propuesta de acuerdo, que será estatal y en el marco de una coalición electoral.

¿No hay inscritas?

Comprendo la necesidad de visualización, pero no a cualquier precio. Y estamos pagando un precio valioso… salvo para quien no lo considera valioso.

Sigo pensando que no excluyo a nadie por su género (sexo) cuando digo alguien, nadie, todos, los humanos, etc… pero supongo que se me dirá que es por mi condición de privilegiado en el sistema heteropatriarcal. Yo no lo creo, pero no estoy seguro, ya, de nada. (Si es que alguna vez lo estuve)

Maestro, tengo un problema.

13051756_1177887698910350_6683792543878684714_n

Está claro que el mensajito tontuno abunda en las redes sociales (este u otro), pero que nadie se pare a pensarlos, a leerlos con profundidad, me parece algo inadecuado.

Más allá de que nunca me ha caído bien el Jodorowsky y su oportunismo marquetiniano, su chamanismo de andar por casa y su literatura de autoayuda que, eso sí, nunca es barata… me paro a leer línea a línea:

Maestro (ya empezamos mal), tengo un problema (¿problema? ¿uno? ¿tengo?) con mi hijo (…):

Ni quienes damos clases deberíamos ser llamados maestros, pues implica cierta posición de poder (maestro=master, amo), ni se puede suponer que los problemas «se tengan», ni mucho menos que quien lo tiene sea el padre, pues quien verdaderamente lo tendría (supuesto que se pudiera) sería el hijo, ni está claro que sea sólo uno (y no trino ;-)), un único «problema».

Con esto, que no es más que el comienzo del primer párrafo, ya he pasado unos segundos pensando… y algunos más comentándolo en este estúpido diario solitario.

No sigo palabra por palabra, pero mi mente sigue haciéndolo (notas, colegio, alta calificación…).

Este primer párrafo, inmediatamente, lo invierto o conmuto para ver si sería igual la reacción de quienes lo publican:

[…] alta calificación en matemáticas y pésima en dibujo.

– ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo!

Jodocosa: – Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas.

Pero ya el último párrafo, esa coletilla moralista y utilitarista me parece el remate del absurdo:

¿De verdad que todos servimos para algo? ¿Y ese algo no es lo mismo?

¿A nadie le suena esta última frase a repartición de roles preasignados en la sociedad?, en una sociedad ya no estratificada, sino directamente de castas, como la más tradicional de las hindúes, donde hay quienes sirven para la religión, quienes sirven para la guerra, quienes sirven para el comercio, etc.

A mí, que me paso la vida cuestionándome ¿Para qué sirvo? me parece de una vacuidad tal esta frase que ya sólo por ella no leería nada más de este Jod-ido.

Pero la pregunta no importa, el pensamiento crítico, la duda, es algo del pasado, lo importante es la respuesta, el saber, el saberlo todo… hay que ser más listo, más y más algo, el mejor dibujante o el mejor matemático… el más, el más… para conseguir el éxito.

Porque de eso se trata, de éxito, de ser el más, el que va a procrear, el que se quedará como líder de la manada, el que transmitirá su superioridad a la progenie.

Y a mí que sigue interesándome, con más o menos dolor agudo en las articulaciones, el fracaso…

Capturas de pantalla

He encontrado la manera de capturar la pantalla de mi nuevo y flamante teléfono móvil, lo que en realidad no sirve de mucho, salvo para demostrar que todo lo que puedo ver puedo copiarlo…

De momento, es una utilidad inútil, paradójica, por tanto, que me permite saber de qué manera tengo ubicados los iconos en la pequeña pantalla… lo que no tiene la más mínima importancia, por otro lado.

Screenshot_20160425-213152

Screenshot_20160425-213147

Screenshot_20160425-212109

Screenshot_20160425-230756

La tecnología produce monstruos

incapaces de organizarse sin un smart-phone
que nos permita dejar de ser smart

incapaces de organizarse sin un calendar
que nos permita dejar de ser puntuales

incapaces de organizarse sin un whatsapp
que nos permita dejar de ser previsores

incapaces de organizarse sin un face-book
que nos permita dejar de ser privados

incapaces de organizarse sin un icono
que nos permita dejar de ser lectores

incapaces de organizarse sin un instante
que nos permita dejar de ser detallistas.

Captura de pantalla de 2016-04-21 12:19:48

Descontexto

descontexto

El descontexto de la publicidad en los medios de información online (en los de papel es más separable) es tan flagrante que, en ocasiones, produce monstruos. Esos monstruos somos nosotros, lectores, que acabamos teniendo tal insensibilidad como para no ser capaces de percibir ambas informaciones como algo completamente diferente, más allá de la intención racional que tengamos de hacerlo.

A veces me pregunto si no será intencionado.

Vivir solo aumenta el riesgo de morir

Vivir solo aumenta el riesgo de morir y de desarrollar enfermedades cardiovasculares, de acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine.

En un obsoleto artículo del 2012 he encontrado esta tontería con pretensiones, como tantas otras, científicas o cientifistas, pero me ha llamado la atención por la necesidad de mantenimiento de la tilde en SOLO (SÓLO).

Es muy divertido ver qué pasa si sustituimos en la frase:

Vivir solo aumenta el riesgo de morir

ese «solo» por un «sólo»

Vivir sólo aumenta el riesgo de morir

Pues queda claro que morir únicamente está provocado por la vida. Es la vida la que nos conduce inevitablemente a la muerte. Sin la vida no habría muerte. Pero tampoco vida. Una amiga ingeniosa utiliza con frecuencia la sentencia: La vida es una enfermedad de transmisión sexual que se cura con la muerte. Comparto tal opinión.

Lo de la soledad es otra cuestión, mucho más cuestionable.

Esto no es una broma