Las arrobas del género

Sobre el género gramatical y el género sexual sigo teniendo mis objeciones, aunque me sigan tachando por ello de micromachista o similar.

El caso es que cuando leo un texto con arrobas (ese signo utilizado para denotar la posible a u o que pretende ser inclusiva y que yo siempre asocio con direcciones de correo electrónico) paso el tiempo buscando errores de concordancia gramatical, pues tarde o temprano aparecen, que indican que, allende los gestos intencionales, el pensamiento subsiste.

He encontrado el siguiente texto que muestra esta habitual errata que se me dirá que no es importante. Pero a mí me sigue pareciendo crítica en tanto que deja en evidencia que se escribe asumiendo (arrobas aparte) que el género masculino gramatical no implica exclusión.

A lo que siguieron unas risas forzadas complices de cualquiera que quiere hacer una gracia, diga lo que diga. Así de estúpid@s somos a veces los hombres y las mujeres. Tenemos tanto miedo a no ser aceptad@s por la manada que vivimos en contra de nuestros deseos, de nuestras ideas, diciendo sí cuando queremos decir no, riendo sin ganas, asintiendo con la cabeza mientras l@s otr@s hablan, sólo por no ser echados del grupo.

El texto completo se puede ver aquí. Es un texto escrito por una mujer, que perpetúa su utilización inconsciente del «echados» (nosotros) independientemente del número de arrobas que implemente. ¿Podría ella ser tachada de micromachista por ello? Sé que si hago este comentario público, el que seré acusado de machista seré yo, así que lo ignoro, pero sigo teniendo esas objeciones del primer párrafo.

Desesperanza

Llegó al poder de la Comunidad de Madrid con un dudoso proceso postelectoral que ha recibido un nombre «impropio» de Tamayazo, cuando debería haberse llamado «Aguirrazo».
Huye de un control policial arrasando con los municipales.
Adjudica a diestro y siniestro, muy siniestro, obras públicas de gran envergadura.
Participa activamente en el espionaje interno y, presumiblemente, externo de miembros de su partido.
Tiene unas relaciones más que turbias con tesoreros imputados por corrupción institucional.
Por no hablar de otros procesos de tráfico de influencias, tramas mafiosas varias y un sinfín de tejemanejes que no creo que lleguemos a conocer jamás.
Sin embargo:
En mayo de 2015 encabeza la lista más votada en las elecciones municipales de Madrid.
Se postula (imporsonalmente) como una de las líderes del primer partido político de España en número de votos y representación parlamentaria. Partido que, no obstante, sigue siendo ambas cosas.
Continúa ejerciendo un cargo político de envergadura y representando a un enorme sector de la población.

Ahora hemos perdido a Esperanza.
Pero yo hace tiempo que perdí la esperanza.

Quizá alguna vez la recupere. Quizá.
Ahora tocan las Tesis de Abril.
Los Idus de Marzo están a la vuelta de la esquina.

Ortografía Periodística

orotografía periodística

En un artículo interesante sobre las medidas sociales que el gobierno francés ha implementado contra prácticas extendidas derivadas del más radical libremercado desregularizado, me encuentro un párrafo con dos errores ortográficos o gramaticales propios de un alumno al que suspenderían en cuarto de la ESO por eso mismo.

Y es en LA VANGUARDIA. Un periódico digno de ser de los de mayor tirada nacional. Sin embargo, algo campa a sus anchas en el periodismo y es la velocidad por encima de la calidad. Entre otras cosas, de la calidad en la presentación de la información, del cuidado al lenguaje, a las normas del lenguaje (un lenguaje es un conjunto de reglas y poco más).

Pero nadie parece enfadarse por esto. Bueno. Es lo que hay. Luego comentaremos que la educación en los colegios ha perdido nivel o calidad… y seguiremos tan panchos, leyendo noticias como esta porque el contenido es lo importante… Vaya, pues eso, que hoy tengo un día demasiado crítico. ¿Qué importa? Estulticia. Estulticia. Campa a tus anchas.

Desproporcionada represión

El sábado día 6 de febrero hubo un espectáculo de títeres en horario infantil en el que, en un momento dado, aparecía una pancarta (no conozco con precisión el contexto) en el que figuraban las palabras GORA ALKA-ETA.

Gora
(Imagen del artista visual y activista artístico Hilario Álvarez)


Ese mismo día, interrumpiendo la actuación, la policía intervino y ahora mismo están encarcelados los titiriteros en cuestión.

ENCARCELADOS.

Es decir, que por algo semejante se pueden pedir penas de cárcel sumarial, por vía rápida, por intervención directa. Para eso se llama terrorismo a lo que se llama terrorismo.

Hay infinidad de casos que están en procesos de resolución con muy poca gente en prisión por ellos. Véase casos contra el PP (hay tantos que es difícil enumerarlos como casos aislados, por más que insistan) o los casos contra los aledaños de nuestro monarca.

No son de «enaltecimiento del terrorismo», que es una figura legal muy conveniente, pero tampoco son baladí aunque no son urgentes y nos recuerdan permanentemente que hay que saber tener paciencia con los procesos legales. Que la ley lleva su tiempo. Pero no parece que sea así siempre.

Hay enaltecimientos de la violencia de muy distintos modos, algunos presuntamente legales, o legítimos, como la intervención armada en un país con la pretensión de que tenía unas armas de destrucción masiva que no fueron nunca encontradas, pero ahí queda, sin juicio alguno. No ya detenciones ni encarcelaciones.

Hay enaltecimientos de violencia fascista en cada ocasión que a los manifestantes de la más extrema derecha (que son votantes del PP por falta de otra cosa más afín) se los ve por las calles con banderitas preconstitucionales, pero nadie parece ofenderse como para que aquello acabe en prisión de nadie.

Sin embargo, es oír la palabra ETA y como ante la peste todo el país parece ponerse de acuerdo en su inmediata y contundente CENSURA.

Hasta este punto están las posturas tan afiladas en este terreno que no me atrevo a publicar mi opinión en FaceBook ni similar pues es más que probable que derivase en una diatriba terrible de desafecciones e incluso insultos.

Este país dista mucho de entender qué quiere decir libertad.

Sobre si la programación del evento (dado su contenido) era inadecuada para la ocasión, quizá no tenga mucho que opinar, salvo que muchas de las cosas que ocurren con un contenido mucho más indeseable desde mi punto de vista lo hacen en esos horarios.

Pero claro, para mí es censurable que una institución como la iglesia católica, con casos de pederastía no condenados con la contundencia debida, con una homofobia declarada abiertamente, con un machismo que se refleja hasta en la naturaleza de la misma jerarquía, tenga patente de corso para ejecutar eventos que considera adecuados para menores… y yo no lo considero en lo más mínimo, por no hablar de la enseñanza en colegios concertados (religiosos) la mayoría de los cuales son financiados por el estado (laico).

Pero todo eso no es violencia… o no es enaltecimiento de la violencia contra un colectivo. Parece ser.

El MIEDO en este país está instalado en todos los rincones pero no es equitativo. Muchos tenemos razones para tener miedo mientras algunos saben que son inmunes a cualquier condena o sanción. Ahí están los hinchas de fútbol semana a semana… y no pasa nada. Nada de nada. Por supuesto, ahí están los banqueros estafadores (supongo que no lo son todos) o los políticos corruptos o los monarcas vinculados con tráficos de influencias o abusos de poder, ahí están los expresidentes de gobierno irresponsables y violentos, hasta para incitar a una guerra que no se llamó así para eximir de participación al entonces rey en la toma de decisión o de responsabilidad.

Los votantes tenemos MIEDO.
Los usuarios tenemos MIEDO.
Los ciudadanos tenemos MIEDO.
Los poetas tenemos MIEDO.
Los músicos tenemos MIEDO.
Los feministas tenemos MIEDO.

Porque sabemos que es probable que algún día acabemos, por algo inapropiado, por algún desliz, multados, MULTADOS, ipso-facto, enjuiciados, sancionados y puede que, sin mucho más… ENCARCELADOS.

Tengo tanto MIEDO que vivo ATERRORIZADO. Pero este terror que siento no lo provocan terroristas, sino mi gobierno, el que representa o ha representado a la mayoría de los españoles. Esos que jamás (por mayoría) serán acusados de enaltecimiento del terrorismo ni mucho menos encarcelados.

Hoy no hago más que recordar a la Bruja Avería de aquella maravillosa Bola de Cristal que se emitía en horario infantil, gracias a la cual, posiblemente, me atrevo a pensar con libertad, aunque me dé miedo manifestarlo. La Bola de Cristal fue cancelada por emitir un programa en horario infantil que se consideraba inapropiado… pero nadie, entonces, fue a la cárcel.

Hoy vivimos un macartismo mucho más duro que entonces, aunque tengamos la sensación de que podemos comprar más colores en las tiendas… nuestra libertad no ha aumentado, en el mejor de los casos. Y no parece que avancemos.

Entre matemáticas y sintaxis

Yendo yo para Villavieja
me cruce con siete viejas
cada vieja llevaba siete sacos
cada saco siete ovejas
¿Cuántas viejas y ovejas iban para Villavieja?

Acabo de encontrarme con este material que presume ser un divertido problema de matemáticas cuya solución (matemática) es relativamente trivial (7 viejas y 7x7x7 = 343 ovejas, lo que haría un total de viejas y ovejas de 350)

Sin embargo, lo que me ha llamado la atención es que contiene un pequeño error sintáctico que induciría a responder otra cosa: Las viejas iban, las ovejas eran llevadas. Es decir, las viejas eran el sujeto de ese verbo llevar, mientras que las ovejas eran un sencillo complemento directo.

Estamos sumando, por tanto, en la pregunta, las que van y las que son llevadas… y no es lo mismo. Eso sí que es sumar churras con merinas, hablando de ovejas.

Hay que diferenciar la intención (que sí poseen las viejas) de la coacción (a la que están sometidas las ovejitas). Si no aprendemos a diferenciar estas cosas, es posible que pensemos que vamos voluntariamente a «sitios» a donde sencillamente nos conducen. Somos más ovejas que viejas en la mayoría de nuestras situaciones. Así que luego no es muy correcto que nos cuenten a la hora de pagar peajes de nuestro bolsillo.

Ejemplos hay varios, pero me quedaría con la falta de regulación bancaria, que acabamos abonando todos, incluso aunque no nos beneficiemos del juego. El banquero es el sujeto y los clientes no lo somos. ¿Cuál es el verbo?

Sin comentarios (Es una broma)

Captura de pantalla de 2016-02-01 19:40:37

Creí que era una broma y pinché en un enlace feisbuquero que me llevó a la web del partido popular en la Comunidad de Valencia, pero te redirige a una página que supongo que habrán preparado para la ocasión y que lo dice todo.

Tremendo. Procuro seguir sin leer prensa, pero esto es tremendo… y no digo más.

La verdadera web del PP valenciano es otra y no, claro, no dice nada de corrupción. 😉

Antiguos chistes

entre los textos que guardo en el cajón
de los recuerdos
está una enorme cantidad de chistes
en formato electrónico
que me envió un amigo hace tiempo.

lo interesante es la cantidad de tiempo:

fue en el año 1994
los recibí por correo electrónico
mi dirección era entonces
JMDOMIN AT IBMCCI11
no había ni punto com ni punto nada y punto.

tenía un programa de recepción de correo electrónico
de pantalla de texto verde sobre negro
y las cabeceras se distinguían del contenido con unas líneas horizontales
fabricadas con signos igual consecutivos.

se enviaba a imprimir a una impresora que estaba en otra planta
del edificio
y si se quería obtener un bonito formato
debía hacerse con un lenguaje denominado :script:
que entendían aquellos viejos IBM-3090.

tenían sesenta y cuatro megas de almacenamiento central
y una codificación pura de caracteres ASCII
así que nos olvidábamos de acentos y signos de puntuación
por no hablar de nuestra patria eñe.

los chistes son tan antiguos que han perdido hasta cierta gracia
pues la sensibilidad también se ha transformado
pero no tanto como la tecnología
y esta observación no deja de parecerme llamativa.

he recordado al amigo que me los envió
y algunos otros amigos que compartían conmigo cierta tendencia
al aislamiento mediante la tecnología
y al mismo tiempo
a compartir experiencias mediante la tecnología
y a socializar
hasta llegar a crear grupos de noticias
en un protocolo que se acabo por extinguir
porque era demasiado jerárquico, estructurado, organizado
para la avalancha que estaba por llegar a ese mundo
de información descabalada.

se terminó el sueño de que aquellas herramientas
podrían dirigir la humanidad hacia otros derroteros
más libres
más solidarios
más sociales
más informados
y fuimos
poco a poco
capitulando ante la deriva comercial
hipervigilada
de una red degenerada
y tonta
accesible, eso sí,
desde un millar de millares de dispositivos
llamados inteligentes.

antiguamente
la inteligencia era reservada para calificar
a los humanos.

tuitear es lo que no tiene facebook

Tiene acción.

Acción reconocida por la RAE, como muestra la entrada correspondiente en la vigésimo tercera edición del diccionario de la lengua española.

¿Es injusto?

Poca gente dice facebookear, aunque yo lo uso mucho más que tuitear, puesto que no tengo cuenta en esa otra red social.

Por cierto, ¿por qué no hemos sido coherentes con la insensatez y hemos «verbificado» tal acción con un mucho más fidedigno twittear? ¿tanto pavor le tenemos a la uve doble? ¿por qué no sacarla directamente de nuestro alfabeto?

Cuando, quizá, algún día se apruebe la equivalente para la red social de Zuckerberg, tendremos que escribir feisbuquear.

Y, una última pregunta: ¿por qué siempre construimos verbos de palabras como estas con la primera conjugación?

Abogo por tuiteir y feisbuquir.

Hoy he feisbuquido poco. Si no tuitío no me va a leer ni san blas bendito…, por ejemplo.

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Formas no personales

Infinitivo Gerundio
tuitear tuiteando
Participio
tuiteado

Indicativo

Pronombres personales Presente Pretérito imperfecto / Copretérito
yo tuiteo tuiteaba
tú / vos tuiteas / tuiteás tuiteabas
usted tuitea tuiteaba
él, ella tuitea tuiteaba
nosotros, nosotras tuiteamos tuiteábamos
vosotros, vosotras tuiteáis tuiteabais
ustedes tuitean tuiteaban
ellos, ellas tuitean tuiteaban
Pretérito perfecto simple / Pretérito Futuro simple / Futuro
yo tuiteé tuitearé
tú / vos tuiteaste tuitearás
usted tuiteó tuiteará
él, ella tuiteó tuiteará
nosotros, nosotras tuiteamos tuitearemos
vosotros, vosotras tuiteasteis tuitearéis
ustedes tuitearon tuitearán
ellos, ellas tuitearon tuitearán
Condicional simple / Pospretérito
yo tuitearía
tú / vos tuitearías
usted tuitearía
él, ella tuitearía
nosotros, nosotras tuitearíamos
vosotros, vosotras tuitearíais
ustedes tuitearían
ellos, ellas tuitearían

Subjuntivo

Pronombres personales Presente Futuro simple / Futuro
yo tuitee tuiteare
tú / vos tuitees tuiteares
usted tuitee tuiteare
él, ella tuitee tuiteare
nosotros, nosotras tuiteemos tuiteáremos
vosotros, vosotras tuiteéis tuiteareis
ustedes tuiteen tuitearen
ellos, ellas tuiteen tuitearen
Pretérito imperfecto / Copretérito
yo tuiteara o tuitease
tú / vos tuitearas o tuiteases
usted tuiteara o tuitease
él, ella tuiteara o tuitease
nosotros, nosotras tuiteáramos o tuiteásemos
vosotros, vosotras tuitearais o tuiteaseis
ustedes tuitearan o tuiteasen
ellos, ellas tuitearan o tuiteasen

Imperativo

Pronombres personales
tú / vos tuitea / tuiteá
usted tuitee
vosotros, vosotras tuitead
ustedes tuiteen

Neodimio

No tenía ni idea de qué era el neodimio que ha resultado ser un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo es Nd y su número atómico es 60. Y unos minutos antes me había declarado profesor de química y esas cosas atómicas (cuánticas).

Eso de que esté entre las «tierras raras«, agazapado sobre el Uranio, lo puedo poner de excusa, pero no lo es. La verdad es que hay muchas cosas de las que no sé nada. Es más, estoy convencido de que hay muchas más (pero muchas, muchas, como de una cardinalidad mayor) materias o asuntos que no caen dentro de lo que sé o creo saber que aquello de lo que sé o creo saber.

Estuve con mis queridos alumnitos de taller de poesía viendo una exposición en Paracuellos del Jarama y, de regalo, Alejandro Gallego nos acercó a conocer su taller de ¿carpintería metálica?. No sé cómo se llama eso, pero fue muy enriquecedor. Aprendí, aprendimos, un montón de cosas nuevas, como, entre otras, que hay unos imanes de neodimio que son muchísimo más potentes que los imanes de hierro inducidos o que la vieja magnetita. Yo hablé de los electroimanes sin mucho detalle, pero me quedé completamente intrigado con ese material… que resultó ser un elemento químico. Y ni siquiera de un número atómico tan elevado: 60 protoncillos…

También descubrí no saber nada de las cortadoras de plasma (que no es plasma sanguíneo ;-)) así que hoy mismo tengo que leer algo sobre este método.

Sabía aquello de que el plasma es el cuarto estado de agregación de la materia, pero no acababa de ponerle propiedades a tal estado, más allá de la ionización… pero ¿cómo se puede usar y generar para cortar planchas metálicas a voluntad?

Siempre me sorprende descubrir todo lo que no sé (soy un presuntuoso que creo que sé más de lo que realmente sé). Me recuerda esa famosa frasecita de la zarzuela «La Verbena de la Paloma»: «hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad»

https://youtu.be/1nRToj_vECM?t=3s

¿Verdaderamente Facebook me aporta tanto?

Cada día pienso más y más acerca de la inutilidad de la información que se vierte en las redes sociales compulsivamente y si no estoy, yo mismo, contribuyendo a ello.

Hace tiempo que reduje (últimamente no ha desaparecido de todo, cosas de las elecciones) la lectura de prensa, pues la sensación era más de desasosiego que de calma o información necesaria. Pero sigo en FaceBook. Sigo como un usuario particular que no puede manifestar sus opiniones abiertamente como usuario particular puesto que se trata de un lugar demasiado común y descontextualizado como para hacerlo con un mínimo de rigor o de sentido.

Me digo a mí mismo (como si pudiera decírmelo a otro mismo que yo) que lo utilizo con moderación y con el objetivo último de apoyarme en la divulgación de información (publicitaria) sobre mis talleres de poesía, así como para mantener el contacto con personas que están lejos (siempre de mí), amigas argentinas, chilenas, australianas, alemanas, pero algo no me acaba de convencer.

En otras ocasiones afirmo utilizarlo para «distraerme» del agotador trabajo solitario de creador, como estas ocasiones en las que comparto algo sobre lo que esté investigando o profundizando en mi muro sobre clasificación de lenguas o parecidos proyectos, pero algo me dice que es un indicador de una mala acción pues si necesito «distraerme» podría buscar otras formas de hacerlo, como, entre otras, dar un paseo.

Las cuestiones sobre lo que debe o no debe hacer esa compañía con mis datos y lo que puede o no ser utilizado en mi contra ante un tribunal me da, no ya miedo, sino casi diría que asco. Pero lo estoy aceptando voluntariamente, al fin y al cabo, Facebook es otra más de las puntas de lanza del capitalismo más neoliberal posible en el que lo que ha triunfado es la marca, por muy vacua que esta sea.

Y así sigo, en una incertidumbre o una duda que dista mucho de ser metódica. Pero cada día que alguna persona querida o admirada desaparece voluntariamente de esa red social (o de otras) siento una punzada de envidia, un aguijoneo de alejamiento de este griterío instalado en la población de la red (y no sólo).

Creo que me sentiría solo, pero por otro lado, cuando paso largas temporadas (como casi dos meses de verano) desconectado de esta página azul y blanca, siento más conexión conmigo mismo, con cierto mundo y algo menos con otro mundo.

No sé qué quiero hacer. No lo tengo claro. Pero apunta a que mi futuro estará en otro sitio. Y quizá, en otra actividad. Pero esta es otra historia…

Esto no es una broma