Facebook y la Protección de Datos

Es gracioso si Facebook no entiende que los datos que yo querría proteger son aquellos que no le doy, pues no es de «terceros» de quien busco protegerme, sino del propio entramado de FaceBook, a quien ya le doy mucha, pero mucha más información de la que creo darle… y contra eso no es para lo que ofrecen protección.

Gracioso o todo lo contrario, pero me ha parecido casi un chiste, un sentido del humor algo sofisticado, este recordatorio del «Día de la protección de datos» en una red social. Casi un oxímoron.

Como cosa curiosa, otra minidiversión más, el mensaje me apareció en el muro de la red social 2 días después del día en cuestión, dejando claro que no es una de sus prioridades…

Así es la pantalla principal de mi móvil

Una primera pantalla de un móvil dice bastante de su poseedor, algo como si es ordenado (yo lo soy en exceso) o si es desordenado, qué aplicaciones son sus más usadas, a qué le da importancia… y a qué no se la da.

Obviamente yo no tengo instalado Facebook en el móvil, aunque se me cuela en forma de Instagram y, además, por Whatsapp que no está en un botón directo, sino que he de entrar en la carpeta de comunicaciones para poder usarlo.

El calendar es algo que uso más que casi ninguna otra aplicación y wikipedia mi pasatiempo preferido. Uso una herramienta algo desconocida para gestionar ordenadores remotamente que me permite manejarlos como si fuese un mando a distancia (eso significa remotamente).

La fotografía que uso de fondo de pantalla es una que realicé por fortuna en un murete de una estación del FEVE mientras recorríamos (Carmen y yo) Asturias y Lugo hace ya casi tres años. Tuve problemas en el pie y casi no pude disfrutar ni un segundo de aquel viaje, y sin embargo guardo bellos recuerdos, como el momento en el que me acerqué con mi teléfono (entonces un BQ de menos calidad que el actual) y realicé esta fotografía azarosamente buena que también tengo de fondo de mi pantalla de ordenador de trabajo. Quizá para recordarme que la vida puede ser lenta y placentera, que no hay tanta prisa como nos quieren (¿quiénes?) hacer creer y que apreciar los pequeños detalles del entorno puede ser la más placentera de las actividades.

Una camiseta verdaderamente Vintage

Ayer, a varias amistades, les envié este fotografía, que podemos denominar autorretrato o selfie, al modo de las que se hacen youtubers o influencers… y otras personas cuyas profesiones son nombradas en inglés para proporcionar más empaque a sus naderías, dado el auge del imperialismo o colonialismo cultural anglosajón.

Es una camiseta que me habían regalado en un seminario de administración de sistemas, seguramente antes de 1997, pero no puedo precisar. En aquella época, los rs6000 eran el no va más. La última pieza de tecnología que quedaba por crear para hacer un mundo mucho mejor… jejeje…

Lo mejor del caso es que me está bien de talla. He de reconocer que me alegra saber que aún, a pesar del paso de los años y el aumento de los kilogramos (que no sé tampoco precisar por la ausencia de mediciones desde hace más de 3 décadas), sigue valiéndome y también saber que no la he tenido que tirar a la basura. Quizá su color me desmotivó a usarla durante muchos años y algo que no se usa suele durar mucho más que algo que se usa, lo que no sé qué aporta de información.

Lo único triste fue que mi móvil no tuviera resolución infinita para captar ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo… Así hasta infinito ?

Date un respiro (punto es)

Hace un par de años «sufrí» una anécdota algo morbosa y que no es graciosa aunque lo pueda parecer:

La persona con quien compartía alquiler de local y junto a quien convivía con frecuencia puesto que también le impartía clases dos días por semana a su hijo en su domicilio, por no decir que había formado parte del equipo que había estado trabajando sobre una cuestión existencial pequeña muy personal que se materializó en mi proyecto La Consulta, la persona a quien podemos poner el nombre que solía acarrear con ella, Teresa, junto a su apellido, del Pozo, falleció.

Murió drástica y fulminantemente de un hictus en la piscina.

Había vivido bien y su alegría vital reflejaba sus elecciones vitales día a día, su simpatía, su voluntad de hacer que el mundo fuese un lugar cada vez mejor. Era un lujo y un honor contarse entre sus amigos.

Pero murió.

Fue en verano. Fui a su funeral. Sus amistades se contaban por cientos y desbordaban vitalidad que generaba un ambiente amable, cordial… como Teresa habría querido.

Para ir, en un cementerio a las afueras de esta ciudad atestada de cadáveres, Jaime Vallaure me puso en contacto con un familiar suyo que iba a ir en coche desde el centro.

Le contacté y me respondió que le habían dejado un vehículo «de respiro».

Yo entendí y asumí que eso se trataba de un servicio que ofrecía la funeraria para familiares con esa denominación tan apaciguadora como esa: un «respiro» (sin pensar en crematorios y chimeneas parecía un buen nombre para coches para los familiares de fallecidos).

Pero no era eso.

Cuando me encontré con quien me habría de acercar, me explicó que «Respiro» era una compañía de alquiler de vehículos por horas, un modelo que se define como «carsharing» o compartición de coches, pero que por la módica cantidad de unos pocos euros por hora (según el tipo de membresía) te dejaba disponible un coche en alguno de los parkings que tenían para devolverlo pasado el tiempo reservado a su mismo lugar.

respiro.es

Así que pasado el tiempo, procedí a darme de alta en la modalidad conocida como «A tu aire», en la que no se paga nada más que cuando se desea disponer de coche (4,5€/hora), lo que nos podía facilitar viajes a Colmenar por 3 horas, por ejemplo… o cosas parecidas.

Pasó el tiempo y lo empleamos un par de veces en dos años, pero parecía que podíamos ir usándolo más cada vez, para visitar, por ejemplo, a Silvia y Robert en la lejana Galapagar. Así que decidimos darnos de alta en la modalidad «Prime», es decir, abonando 5€/mes y luego unos 2,5€/hora cada vez que lo usásemos.

Pero no recordaba que la gasolina se tarifica aparte por unos 0,30€/km. Lo que incrementa bastante el precio en cuanto la distancia es cercana a los 100 kms.

En resumidas cuentas, el sábado pasado hicimos un viaje a Galapagar y por unas 7 horas (que hubimos de ampliar a 8 por un atasco terrible debido a las fechas espantosas en las que estamos en el centro de Madrid) acabamos teniendo que pagar 44€. Teniendo el coche en la puerta, pues la calle Barco está al lado de nuestra casa, pero certifiqué (por activa y por pasiva) que teniendo la suerte o desgracia (suerte, suerte) de vivir en el centro de Madrid el medio de transporte más eficiente sigue siendo el transporte público para distancias medias/largas y caminando para distancias cortas/medias.

Lo demás, carsharing, bicicletas, etc… será una buena opción cuando circule mucho menos vehículo por calles y carreteras. Pero ahora mismo es un despropósito gastar 5€/mes para acabar pagando más del doble de lo que habríamos pagado en transporte público (metro y autobús interurbano) que además habría tardado menos de una hora en regresar a nuestro domicilio en lugar de las casi dos horas que empleamos.

Quiero ser «impulsor» de ese futuro en el que haya algunos coches, bicicletas, patinetes, gente paseando… pero no puedo seguir financiando esa app (que no funciona, pero eso es otra cuestión) así que el mismo día que llegamos procedí a solicitar volver a la tarifa A tu aire, que quizá no vuelva a utilizar, pero que puede que sí…

Algún día la movilidad dentro de las ciudades será muy distinta a como lo es ahora, pero el cambio va más lento de lo que yo suponía. Soy tan malo con las predicciones… 😉

Código de permutaciones

// C program to print all permutations with duplicates allowed 
#include <stdio.h> 
#include <string.h> 
#define OK	1
#define KO	0

  
/* Function to swap values at two pointers */
void swap(char *x, char *y) 
{ 
    char temp; 
    temp = *x; 
    *x = *y; 
    *y = temp; 
} 
  
/* Function to print permutations of string 
   This function takes three parameters: 
   1. String 
   2. Starting index of the string 
   3. Ending index of the string. */
void permute(char *a, int l, int r) 
{ 
   int i; 
   if (l == r) 
     printf("%s\n", a); 
   else
   { 
       for (i = l; i <= r; i++) 
       { 
          swap((a+l), (a+i)); 
          permute(a, l+1, r); 
          swap((a+l), (a+i)); //backtrack 
       } 
   } 
} 
  
/* Driver program to test above functions */
int main(int argc, char *argv[]) 
{ 
  if ((argc != 2) || (strlen(argv[1]) > 10))
  {
    printf("Utilización: %s Cadena\n", argv[0]);
    printf("'Cadena' no puede tener más de 10 caracteres.\n");
    return KO;
  }
    char str[27];
    strcpy(str, argv[1]);
    int n = strlen(str); 
    permute(str, 0, n-1); 
    return OK; 
}

 

Traducción indeseada

A veces una red social hace cosas tan divertidas como traducir un poema que no era necesario traducir, y es que las palabras poéticas son como son: irreducibles, irreductibles, irredentas casi.

Mi querido amigo Ernesto, poeta visual, no sabía o no era consciente de que estaba escribiendo en portugués, de acuerdo a la ignorancia de la inteligencia artificial de Fafebook.

Autenticación en 2 pasos

El otro día me llegó este mensaje para seguir operando en la cuenta del banco ING:

Como seguramente sabes, la normativa PSD2 ha entrado en vigor, por lo que es imprescindible que, antes del 25 de noviembre, sigas los dos pasos que te indicamos a continuación, ya que de lo contrario no podrás realizar operaciones desde el ordenador sin tener descargada la app en tu móvil.

Ya sabía que iba a ser así, que poco a poco, varias empresas «son forzadas» a implementar medidas de seguridad que ni a ellas mismas les beneficia y este es uno de esos casos.

Esta misma semana comentaba con mi amiga Aída, que algo sabe del tema, que el desarrollo de aplicaciones móviles era algo con visos de entrar en decadencia, puesto que la programación orientada a front-end y back-end en HTML (a partir de la versión 5 especialmente) garantiza una compatibilidad de dispositivos más fácilmente alcanzable, así como un tiempo de desarrollo y mantenimiento infinitamente menor; es decir, que para innumerables necesidades (llamarlas así da algo de reparo) es mucho mejor utilizar la versión web que la app en el móvil, como por ejemplo me pasa en www.just-eat.com, frente a la obligatoriedad (tampoco es para tanto en un servicio como este) de uber-eats. Razón por la cual (es una mínima razón, pero para mí es suficiente) no usaré esta segunda opción para encargar comida a domicilio, más allá de alguna oferta puntual que quiera aprovechar (instalando, consumiendo y desinstalando a continuación la app en cuestión) haciendo así que la mayor parte de las ocasiones prefiera la primera.

Pero cuando este requerimiento viene de un banco… las cosas ya son más serias.

Bien es verdad que es un banco que ha defendido siempre (desde su más o menos desleal competencia) su posicionamiento «online» o tecnológico, carente de oficinas físicas prácticamente en la totalidad del territorio en el que opera, pero es algo que poco a poco van a ir incorporando otras empresas y organizaciones.

Y sin embargo…

Que digan que la autenticación en dos pasos es más segura que a través de en una única pantalla es posible que sea cierto (no es tan seguro, porque el uso que se hace de las herramientas depende, en última instancia, del usuario o la usuaria, pero eso es otro tema, del que no quieren ni hablar) pero que uno de los dos pasos sea la utilización de una APP específica en lugar de un código enviado por SMS (¿por qué no por Telegram/Whatsapp cifrado o con un cifrado básico sobre un SMS o un par de SMSs?) no es nada probable que sea más seguro.

No obstante, no nos quedará más remedio si queremos seguir siendo clientes del susodicho banco o entidad financiera, así que habrá que pasar por el aro de instalarse una versión muy criticada de la APP (tiene una puntuación actual de en torno a 2/5, lo que es un suspenso en toda regla).

Y me da por pensar en la gente que, como mi padre, no tiene un teléfono móvil «smart» y en si se mantiene la opción, de algún modo, que permita a ese perfil de clientes seguir operando con su entidad financiera.

Obvio que el banco no quiere perder clientes, así que no les culpo por la propuesta que habrán valorado como la más sencilla de implementar en su caso (o la más barata, si evitan gastos de contratación de líneas telefónicas para los SMSs), pero ¿y si la próxima vez se trata de la declaración de la renta de las personas físicas? ¿el voto electrónico?

No me acaba de convencer la exigencia social para tener un «smart»-phone, aunque yo tenga uno (que uso para innumerable cantidad de cosas), de lo que hablo es de LA EXIGENCIA de tenerlo para realizar gestiones que no tienen que ver con la telefonía, sino con servicios tradicionalmente realizables en persona, por teléfono, etc.

¿Y la gente mayor? ¿Y el coste de un smartphone y sus consabidas actualizaciones que acaban acarreando una nueva adquisición? ¿Es razonable esa exigencia?

Bacalao

Una pequeña composición con la que jugueteé para decorar la publicación de la receta de marmitako de bacalao que publiqué en una red social.

Fue realizada utilizando Inkscape 0.91 r13725, sobre Linux Mint 18.1 «Serena» – Cinnamon (64-bit). No es la herramienta más potente del mercado, es más, cabría preguntarse si está «en» el mercado. Es lo que tiene usar software de código abierto.

A veces hay pequeños regalos

A veces la vida te da pequeños (casi insignificantes) regalitos, como esta actualización que ha tenido lugar «sola«, es decir, posiblemente llevada a cabo por los responsables del lugar en el que tengo alojada la web y este mismo diario (justhost.com), así que puedo disponer de un tiempo de aprendizaje que tenía que invertir en aprender a hacerlo, así como el dedicado a realizar la actualización del PHP 5.6 a esta reluciente versión de PHP 7.3 que espero que me deje tranquilo unos cuantos años.

¡Qué pequeña alegría un día cualquiera!

El blog me estresa pidiéndome actualizarse

Tengo un blog (al menos hasta hoy)
con una versión de PHP
que se considera obsoleta
– bella palabra donde las haya –
y debo actualizar
me dicen
a la última versión de PHP
hasta que se considere obsoleta
– bella palabra donde las haya –
y tenga que actualizar
me dirán
a la última versión de PHP…
y me estresa.
Sí.
Me produce un cierto estrés
tener que actualizar
a la última versión de PHP
como si la vida me fuese en ello
como si mi vida fuese
la que se va a considerar obsoleta
– bella palabra donde las haya –
y la famosa obsolescencia
programada
determine que mis días están
a punto de agotarse
a punto de extinguirse
a punto de volatizarse
a punto.
Sí.
Me produce un cierto estrés.

Esto no es una broma