Una mala conexión a Internet

Después de varios años, hemos decidido cambiar de ISP (Internet Service Provider) desde Jazztel a Orange, intentando hacer un poco menos de gasto, ya que también tenemos móviles de Orange y había una buena oferta de ahorro mensual al combinar las altas de línea ADSL y una de móvil.

Así lo hemos hecho, pero hemos empezado con mal pie. No tenemos conexión a Internet ni telefonía fija (que ya va por Internet (VoIP), en el caso de Orange). Aunque se supone que el alta era efectivo a partir de ayer por la mañana.

A veces parece tremendo, pues paraliza un poco la actividad febril que llevamos a cabo en la red y gracias a ella. Por ejemplo, tengo que interrumpir mi trabajo en el proyecto de las lenguas, porque casi todo el material está en Internet. Ni que decir tiene que son épocas en las que convocar para nuestros talleres y cursos regulares a nuevas personas interesadas, mediante el tedioso trabajo de envío de emails que muchos consideran masivos y correo no deseado. Es la parte de este trabajo que menos me gusta. De hecho, es la única que diría que me disgusta. Estaría dispuesto a subcontratarla si pensase que puedo evitármela sin gastar demasiado en ello.

Pero también, el no tener una buena conexión, permite que nos dediquemos a otros menesteres también importantes: me he terminado la novela que estaba leyendo (Los Idus de Marzo de Thornton Wilder) y tengo tiempo para pensar en los proyectos que voy a comenzar en este nuevo periodo 2012/13, como el contenido detallado de los talleres de escritura, las colaboraciones con algún que otro colectivo de performers, el trabajo conjunto con mi buen amigo pintor Iván Araujo que me ha propuesto un libro entre los dos, lo que me llena de orgullo y alegría, pero me hace sentir cierto temor de no estar a la altura de su compromiso y nivel profesional, una entrevista con una amiga que hace video-creación relacionada con lo performativo, pero bastante lateralmente, diría yo, y así un buen número de pequeños lunares en la piel de mi actividad que, como en mi espalda, a veces me agradan y, a veces, no.

Por supuesto, a estas alturas alguien se preguntará cómo o desde dónde estoy escribiendo esta entrada en el diario, ese pequeño continuo gran proyecto vital, y claro… desde mi casa. No lo olvidemos, tengo un perfil tan (inmodestamente) variopinto como para saber resolver estos problemillas con un clip de oficina y una radio de galena… así que imagina lo que puedo hacer con un smartphone recién adquirido (gratuitamente… o así) y un puerto USB en mi portátil.

No es la panacea, pero permite que pueda dedicar algunos minutos a escribir, a contar esta pequeña anécdota casera, este desventurado suceso intrascendente, que ha tenido la inmisericordia de molestar a nuestros vecinos, quienes se han visto afectados, posiblemente, por la torpeza de un operario que tomó mal los datos o una orden mal gestionada… (los caminos del señor (ISP) sin insondables).

Ahora tengo que cocinar. La receta, otro día y en otro momento. Será un sencillo salmón a la plancha con una ensalada de garbanzos…

Quizá comience un audio-blog

He estado pensando en la posibilidad de aprovechar el tiempo que deseo seguir usando en caminar en realizar pequeños aportes grabados en este diario.

Si cuando lo comencé tenía mucho que ver con el diario de Soren Kierkegaard, con el paso del tiempo se va pareciendo más a las ensoñaciones de un caminante solitario de J.J. Rouseau. Y sin que mi mente sea comparable a la de ambos, quizá mi voluntad sí lo es.

Tengo pensado grabar en el móvil con un manos libres y después recortar lo interesante, quizá escribir un pequeño texto descriptivo del audio correspondiente y, a continuación, crear la entrada o entradas del día, como cada día hasta ahora.

Pensé inicialmente en usar ese audio en un software de dictado que lo convirtiese en texto, pero quizá ha comenzado el tiempo en el que el soporte de un diario o de unas ensoñaciones puede ser multimedia. Sí, incluso para un poeta, pero uno que, hostil en parte a las nuevas tecnologías, no las desdeña, ni las ensalza, las usa como usaría un teclado, como habría usado un teclado Shakespeare, de quien he comprado sus obras completas en un puestecillo en la playa… ¡qué cosas!

Aún no descarto ese formato más tradicional, pero no descartaré la idea del audio-blog, del diario sonoro, del repositorio de mi voz directamente, como si estuviese en una conversación con otros, con los lectores que empezarán a ser oyentes… o quién sabe qué.

De momento, sé que me está costando retenerme para no publicar nada durante mis «vacaciones». Hoy hago una excepción.

Los nuevos gastos

Cada día me planteo
si merece la pena gastar
dinero en cosas tan absurdas
como un hosting
o una conexión ADSL
o una subscripción a una guía de televisión interactiva
que cada día
además
funciona peor
o una línea de telefonía fija que apenas uso
o una línea de telefonía móvil que casi no me aporta
ingresos
y sí
gastos
pero sigo moviéndome hacia delante
como si esa huida de la reflexión sobre el gasto
innecesario
no fuese necesaria
y fuese necesario
sin embargo
gastar
gastar
gastar
gastar
para
vivir.

El monopolio y el bipartidismo

Oigo hablar desde muchos ángulos criticando el bipartidismo PP-PSOE que, efectivamente, no es ni siquiera muy bi (de 2) partidismo, puesto que a penas se diferencian. Algunos amigos y algunas amigas lo critican como causa de que la democracia no esté representando con verosimilitud una pluralidad mucho mayor en lo directo, en las diferencias que, realmente, existen.

Pero yo me pregunto porqué no se cuestionan estas mismas cosas cuando confunden Internet con Google, cuando confunden sistema operativo con windows, red social con FaceBook-Twitter, web con internet, blog con web…

Quizá es un problema de buscar simplezas, respuestas simples ante mundos complejos, mundos que, gracias a su complejidad, nos dotaban por primera vez en la historia de herramientas que podrían hacernos ser más libres, más poderosos, más hábiles.

Pero requieren esfuerzo, requieren luchar un rato a la contra, como contra el bipartidismo, ese tan falso que no, que no, que no nos representa…

Voy a aclarar un par de cosas:

Internet es una red pública basada en un protocolo de comunicaciones (IP) que lo único que hace (simplificando) es asignar un número a un dispositivo, habitualmente un ordenador. Que la gestión de muchos de sus competencias, como la asignación territorial de esos números o la conversión de los mismos a nombres sea privada no significa que la red sea privada. Que haya redes privadas que utilicen ese mismo protocolo asignando números con esos mismos formatos, no significa que internet sea privada.

Pero, sobre todo: Internet no es la web.

La web, lo que la gente llama la web, es un conjunto de servidores que operan atendiendo un protocolo (HTTP) de la familia de protocolos TCP/IP. Así, podríamos decir (simplificando) que la web está incluida en internet, pero no al revés. Esto significa que no deberíamos dejarnos caer en la simpleza monopartidista de pensar que en Internet solo hay web. Hay otros muchos protocolos que se usan para cosas tremendamente útiles, como POP/SMTP, FTP, varios VoIP…

Y esta simpleza se lleva aún más lejos y más peligrosamente cuando se asocia Internet (ya simplificada a solo web!) a una empresa, como es el caso de lo que está consiguiendo Google. Hasta llegar a afirmarse que si algo no está en google… Google no es Internet: Google es un servidor de los servicios web.

Pero bueno!!!! Google es (entre otras cosas) un servicio de búsqueda en la web, es decir, está incluido en un gigantesco maremagnum de servidores web, dentro de los cuales no es más que uno más, un servidor avanzado, un buscador, un portal de búsquedas y servidor de correo electrónico asociado, pero no es y no deberíamos decir que es Internet. Y pedir que me borren de google no es pedir que me borren de internet… ¿se entiende?

Me encuentro cada día más gente que busca todo, incluso lo que sabe dónde está, en google… haciendo de esta herramienta la llave para acceder a Internet. ¿Nadie es consciente del peligro de dar esta llave de algo público a una empresa privada?

El correo electrónico de la inmensa mayoría de la gente es de google (gmail) o microsoft (hotmail) y a nadie parece preocuparle mucho: es como si el planeta entero fuese bipartidista. Y esto es mucho más grave que la mierdita PPSOE que solo afecta a españa.

Y qué decir de los famosos servicios de redes sociales, como FaceBook o Twitter, que desean eclipsar a las otras dos empresitas mencionadas anteriormente. Una red social no es Face o Twt… este invento de las redes sociales no es más que un servidor web con una base de datos muy sofisticada, poco más que un servidor web con un gestor personalizado de contenidos, esa herramienta orwelliana que hace las maravillas de estados que deseen saber detalles íntimos de sus ciudadanos por voluntad propia.

Pero no me preocupa, de nuevo, qué cosa sean, sino que solo haya 2 o 3 famosas usadas por una enorme cantidad de la población mundial. Y son privadas. Son 2 empresas privadas.

Y qué decir del mundo de los sistemas operativos donde Windows ha conseguido una cuota del mercado de más del 80%. Y junto con MacOS, casi llega al 95% de los sistemas operativos de personal computers, alias PCs.

Y son otras 2 empresitas… las que representan el uso operativo de los ordenadores del mundo entero. Así que lo del bipartidismo PPSOE sigue palideciendo hasta parecer insignificante.

¿Por qué tenemos esa necesidad de homogeneizar?

Es cierto que se mejoran las cosas si se pueden hacer compatibles, especialmente en lo tecnológico, pero se podrían fabricar estándares compatibles que puedan ser usados por varios (colectivos, empresas, organismos), como ocurre con la tecnología IP, o el protocolo de comunicaciones HTTP, sobre los que es fácil desarrollar múltiples navegadores, por ejemplo, que repartirse la cuota de mercado, pero incluso así, la gente desea reconocer siempre el mismo entorno, encontrarse siempre ante las mismas formas, así que para qué cambiar.

Pues aunque solo sea por eso, por obligar al mundo a ser un lugar un poco más complejo, más diverso, donde la diferencia no sea solo algo superficial a eliminar o minimizar, sino algo a recuperar como un valor, un bien, un pro y no una contra, una dimensión a explorar en lugar de verla como un obstáculo a superar.

No creo que con este pequeño artículo haya profundizado sobre la raíz del problema de esa necesidad de homogeneizarse, de ese sentirse usando lo mismo que los demás, pero sí espero haber sido capaz de hacer entender que a aquellos que nos preocupa la falta de representación por un sistema bipartidista sean capaces de entender que deben aplicarse a des-simplificar sus vidas en muchos otros frentes.

De esa acción autocrítica nacerá una mayor comprensión de aquellos que adoran los sistemas bi o mono partidistas.

¿o no?

Tío Pepe

Que lo quiten, que lo quiten…

Dicen por ahí que el cartel del Tío Pepe es un símbolo de Madrid, de los madrileños y ni siquiera pienso desmentirlo, pero quizá sí cambiar el tiempo verbal: fue.

Era un símbolo del Madrid de la diversión basada en un bar (-eto) en el que mojarse el gaznate con un manzanilla baratito, mientras se fumaba un cigarrito con un bocata de calamares más o menos grasiento.

Hoy encuentro un Madrid bien distinto, donde la diversión se basa en locales (de diseño) cool que abren sus puertas con seguratas en las que consumir un cóctel más o menos luminoso acompañado de una minitosta de paté de ricacholuá con mermelada de pastiche caramelizando una pieza de sandía de la Martinica, midiendo todo ello la friolera de 2 centimetros cúbicos, todo light, todo guay, todo koooooool, todo i-Pollas.

En este Madrid que veo cada día, vintage (=falso), new age, hipertecnológico, no veo otro símbolo mejor que una manzanita blanca de esas del difunto Jobs.

Y si no nos gusta, quizá deberíamos pensar en qué tipo de madrileños (y madrileñas) queremos ser. Es momento, como todos, para la reflexión… y, de paso, por qué no un poco para la lírica…

De la privacidad y otras paranoias

El sábado estuve hablando con una amiga de Carmen sobre lo expuestos que estamos a la vulneración de privacidad en Internet. Especialmente, ella estaba preocupada por Facebook y la facilidad que supone que existe de que la información puesta allí acabe por ser expuesta.

Está claro que no puedo por menos que darle totalmente la razón. Hace tiempo que he hablado de esto de FaceBook y la Intimidad y soy más que consciente de la falta de privacidad que supone tener una cuenta abierta de Facebook… pero…

Si llevamos al extremo la paranoia de la privacidad, podemos llegar a la conclusión de que en la era de la información, es imposible sostener la intimidad más allá de lo que creamos. Necesitamos, de algún modo, ser capaces de meter la cabeza en la tierra (o en la red) y olvidarnos de que nos pueden estar y, de hecho, nos están vigilando. También escribí al respecto en un artículo sobre la Ley SOPA, la criptografía, y otras cuestiones que sería interesante tener en conocimiento, pero, aún así, sería imposible (como fue con PGP) mantener durante mucho tiempo la libertad y el control de mi propia privacidad en Internet.

Internet es un lugar público. Es lo básico. Cualquier intento por hacerlo no público resulta complejo por no decir inútil. Existen posiciones más o menos radicales que luego vulneran las libertades de otros muchos en aras de la seguridad… pero es que la seguridad y la libertad son casi palabras contrapuestas, son caras de una moneda que ha de convivir constantemente pero que sacrifica constantemente la una por la otra.

Hace unos días he llegado a la conclusión de que este ordenador lo uso solo yo y, por primera vez en mi vida, he quitado la clave de acceso para poder acceder al mismo. En realidad, era bastante ridículo porque casi todo lo importante lo almaceno en mi disco externo, que podría ser visto sin contraseña. Tenía la opción de cifrar el contenido de manera que no cualquiera pueda acceder a él, pero entonces yo me vería obligado a saber que la solución de cifrado era fiable y confiable, que iba a ser mantenida más allá de un tiempo que puedo imaginar… o sea, que sacrifiqué la seguridad por la usabilidad.

Hay otros ámbitos de seguridad como es la copia de seguridad que no implican esta restricción, pero que resultan ser de difícil gestión en cuanto a lo que privacidad se refiere. A medida que vayamos yendo a modelos de Internet en la Nube (que siempre lo fue, aunque no lo supieran muchos), nos encontraremos con ese paradigma entre depositar mi información en local o en remoto y, de este modo, confiando en el responsable del almacén.

Algunos (y me incluyo) usamos en algún momento megaupload para este fin, con el consabido problema derivado de almacenar qué. Y las responsabilidades que, un gobierno de un país concreto, decidió tomar unilateralmente en un servidor de ámbito global.

Quizá este será el próximo gran reto de la nube: siendo un espacio de empresas con objetivos internacionales, estar sometidas a las restricciones nacionales. Este conflicto país-globalización no está en absoluto resuelto y los primeros síntomas de que esto es un problema no acaban más que de empezar.

Véase, por ejemplo, la decisión de Blogspot de tener dominios por país, así que ahora un blog está asociado a España o a Francia o a… aunque tenga contribuyentes de los distintos países… lo cual es algo bastante absurdo e insostenible… pero bueno, intentan resolver un problema irresoluble…

Claro que yo puedo (y todos) tener un hosting propio, con un blog asociado a ese espacio en Internet, pero no dejo por ello de estar sujeto a las restricciones nacionales del país en el que está dada de alta la empresa en cuestión. En mi caso se trata de JustHost, pero no hay forma de saber realmente, dónde tienen los servidores, es más, es previsible que tenga su estructura empresarial distribuida a lo largo y ancho del mundo. Sin embargo… en algún lugar está dada de alta… y entonces es de allí.

Pero, volviendo al tema de la paranoia… la gente que se plantea si Facebook puede o no vulnerar su privacidad, no se plantea, o pocas veces, que Microsoft es un sistema propietario de una empresa que se niega a revelar lo que hace con la información que se almacena en él. Y las últimas versiones de Windows, de hecho, con su afán por personalizar la interfaz, han avanzado aún más en la gestión de la información personal, haciendo incluso que muchos de los detractores comiencen a atacar por esta vía a la futura implementación de un presumible windows cloud que guardará información como DNIs, tarjetas, por no decir fotos, etc… en un perfil online accesible desde cualquier lugar…

Y de la transparencia en las comunicaciones y los protocolos de Internet, mejor ni hablar, porque nos darían los siete males. Asumámoslo: Internet es un lugar público, aunque pretendamos tener nuestras parcelas privadas… pero, ahora más que nunca, vuelve a ser vigente el dicho de Es imposible ponerle verjas al campo.

Hablando de austeridad

Tengo un portátil que compré hace más de 7 años de segunda mano a unos chicos bolivianos (de hecho, que el modelo fuese Evo me pareció muy gracioso). Me costó, entonces, 200€. A mí me parecía caro cuando la gente estaba gastando de media en cada PC unos 600€, ofertas de 499€ aparte. Para mis necesidades, que eran varias, me sobraba.

Es un Compaq Evo Notebook N610c

Con unas características técnicas interesantes:
Mobile Intel® Pentium® 4-M Processors at 1.6-GHz
Microsoft® Windows® XP
ATI Mobility Radeon 7500 Graphics Controller with 32 MB of DDR video RAM.
14.1-inch SXGA+ display
512 MB DDR RAM (266 MHz)
80-GB HD.

Y una conectividad enorme (un par de puertos USB, PCMCIA, donde instalé una antena wifi, salidas de vídeo digital y VGA…) y de Bluetooth ni hablamos!

Lo tuve conviviendo conmigo hasta que el cargador empezó a fallar. Al principio intenté conseguir un cargador oficial de Compaq, pero fue tal que imposible o muy muy caro… para un portátil de 200€. Así que me compré un cargador en un bazar que hacía un ruido muy molesto. Y seguí con el equipo en marcha y con mis proyectos… luego, después de otro añito, parece ser que la entrada de corriente dejó de funcionar aleatoriamente, es decir, que en mitad de cualquier actividad se apagaba y te dejaba tirado como un mal amigo.

Y llegó el momento de decirle adiós. Pude comprar un «maravilloso» HP Pavilion Dv6 que se suponía que iba a ser lo más de lo más. Me costó la friolera de 700€. Pero me tiene que durar años y años… con conexiones de todo tipo (ahora lo tengo conectado a la TV con HDMI). Y mi viejo amigo Evo fue relegado al olvido.

Hasta que decidí comenzar a instalarle Linux.

Con un ubuntu 9.04, decidí llevármelo a Vera de vacaciones para ver qué tal… y era genial. Podíamos conectarlo a la TV y ver lo que fuera en ella, podíamos conectarnos a Internet con el Wifi de la vecina o con un cable USB y mi móvil Sony Ericcson 610i.

Y decidí dejárselo allí a mi madre y a quien quisiera usarlo, pero solo lo usaba yo, porque parece ser que todo el mundo está acostumbrado a que todo funcione excepcionalmente bien y nunca jamás se apague…

Con los días, lo fui echando en falta para hacer pruebitas en casa, para juguetear con él y no con el fabuloso que tengo para trabajar. Y se ha convertido en uno de los ordenadores más insólitos que haya conocido.

Le he ido instalando una galería de distribuciones Linux de bajos recursos, pensando en si algún día es necesario retomar los equipos que han sido abandonados por considerarse insuficientes y me he dado cuenta de que soy un experto manejando la escasez de recursos. Yo debería estar hablando de austeridad a la señora Merkel. Con solo 80 Gb tengo instalados más de 9 sistemas operativos distintos… y me sobra espacio para otros 4, calculo. (La imagen está desactualizada: ya tiene otro más: Kubuntu… que es el que menos me gusta de todos)

Obvio que no serán maravillosos, ni superestupendos… pero todos tienen una buena conexión a Internet, navegadores, clientes de correo, de chat, de ftp, todos tienen una buena y gratuita aplicación de oficina, Libreoffice en casi todos los casos, con su procesador de texto, su hoja de cálculo, etc, reproductor de audio, de vídeo, gestor de archivos, un programa de edición fotográfica y de gestión de disco duro y muchas herramientas más que la mayoría de la gente ni siquiera utiliza.

Así que, ahora que tengo dos ordenadores para trabajar, casi no sé si me parece un exceso y tengo que recortar!

Desorden

Tengo la mesa de trabajo en desorden como mi cerebro
un cable VGA azul que conecta con la TV
un cable VGA negro que conecta con el proyector
un cable enrollado RCA que suele ser blanco y rojo
pero que es negro y rojo
terminando en un conector que lo transforma en una entrada macho minijack
para conectarse con el amplificador del salón
una botella de acuarios reciclada (o reutilizada) como de agua
porque tengo que beber sin parar
supuestamente 2 litros diarios
un par de DVDs
uno con la actuación de mi amiga Mariel en su espectáculo
unipersonal de Madre Primeriza
y otro con una serie de películas imprescindibles
como un perro andaluz o entre’act
y algunos fluxfilms
mi móvil que se está cargando con el cable
del cargador enrollado para ocupar un poco menos
y estar un poco más ordenado
al menos en mi mente
que se enchufa en la regleta blanca
en la que también está enchufado mi portátil
cuyo cargador (pues aquí todo parece estar cargándose)
alimenta este ordenador negro
subido a lomos de un ventilador gris
más pequeño de lo necesario
que inclina la pantalla y el teclado en un ángulo de
unos 30 grados hexadecimales

junto al móvil está también
Memorias del otro
lado del mar
el último libro de Ernesto Pentón
que es tan bueno que el prólogo que me ha pedido
me intimida
porque no creo que yo esté a la altura
de esa calidad
y lo tengo bosquejado
con un montón de anotaciones distribuidas
por el ejemplar
que está flanqueado por unas bolsitas
que guardan un par de tarjetas Sony MD
que utilizo a modo de pendrive
con un adaptador que voy cambiando de una a otra
conectándolo al hub
USB conceptronic
que creí que nunca usaría
pero que resulta ser muy útil
para tener más trastos alrededor de mis dedos
que están escribiendo este poema
que no sé si es un poema
o una vulgar enumeración
de objetos encontrados
en el desorden
de mi mesa
que no parece
incluir la de Carmen
que está sentada al lado izquierdo
con otro ordenador
rodeado de trastos que rodean sus manos.

Desorden.

Elive – Una distro de linux que es free, pero no gratis

Tengo un portátil de escasos recursos (no tan escasos, pero como vivimos tiempos de excesos, parece que P-V, 512Mb RAM, 80Gb HD no son nada) y me dedico a instalarle distribuciones de distinto tipo de Linux.

Hay innumerables, como ya mencioné en un artículo anterior, así que voy probando aquellas que consumen menos recursos. Tengo el PC con un XP de fábrica, más o menos, bastante estable y ocupando el 25% del total del disco, en 2 particiones C: y D:. Entre otras cosas, tengo instalado un jueguecito con el que pierdo horas de cuando en cuando en cuando llamado Game of Empire III. Es un juego windows que juego pirateándolo y que me fastidia piratear… pero creo que debería tener una licencia más abierta para poder ser usado gratuitamente cuando ya haya pasado un tiempo desde su lanzamiento.

En el resto del disco, tengo instalado Linux Mint (hasta ahora la que más me gusta), Linux Slax, Puppy Linux, y Xubuntu 10.04. Gestiono el arranque múltiple con Grub, que cada cierto tiempo tengo que arreglar con Grub Fixer porque hago algún desaguisado. Pero como es un PC para estas cosas, pues no pasa nada, ni siquiera me despeino (aunque nunca me peino, así que…)

Y ahora quería instalar, en los 12 Gb que aún tengo disponibles en mi super modesto PC, la distribución Elive, basada en Debian, como Mint y Xubuntu, pero con un diseño mucho más cuidado, aunque me gusta mucho el aspecto de la de Mint, también.

Y me he encontrado con un pequeño obstáculo que, en realidad no es tal, es una petición de dinero o colaboración para continuar con la instalación en el disco duro. Y me ha obligado a leer. Esto de que me obliguen nunca me gusta, pero leer sí, y la reflexión que acompaña suele ser fructífera, si se lee adecuadamente.

Transcribo, lo que me hizo detenerme:

Hey, This is not FREE !

If you are a truly defender of the free software you must know better what are you defending, you can start from here. Free software has no relation with gratis, please read this explanation from gnu.org. You need to know also that due to this confusion of terms, the word free software has changed to open source software in 1998.

After that you know that free has no relation with cost. This payment is required to pay the development of Elive, that is the full time work of the Developer ‘Thanatermesis’ and also to pay external development and/or services. Think that more money is made and more development can be possible to pay and so, a better final product (Elive). But in any of the cases, you are not obliged to pay for Elive, nobody obliges you to use Elive. Without any cost, Elive would not be the same, at least not with all its features, usefriendly things, and the lot of work involved. By other side, if your problem is that you can’t possibly pay for any personal reason, we don’t want to prevent anybody from using Elive so we propose alternatives which are described in the payment process.

Even if you are in face to a computer screen with thousands of pixels, the result of the Elive Operating System is that is made by a human person, a person that unfortunately are living in a monetary-dependent system, in other words, who pay my taxes? and not only the taxes but also my roof and food if my only full-time work is to make Elive. Im a truly and convinced defender of the venus project, it proposes a future without money, unfortunately i’m not actually living on any venus city, they doesn’t exist right now, I would like to live in a venus world and make Elive only for pleasure but the reality is that I still on this world. If you really don’t understand the point of the payment, then I must say… «don’t use Elive!», basically because nobody obliges you to use it and because you don’t like it!, so why to lost time complaining? if you really think that Elive is not worth of the minimal requirement, why just don’t ignore it ? I don’t want to monopolize the world with Elive, I do not care at all if you use it or not, so just use anything that you want, you have thousands of alternatives, you have the choice.

El texto es tan claro que no deja lugar a dudas. Por más que se desarrolle por el placer de hacerlo, es totalmente lícito y casi necesario que tenga financiación de algún tipo para que pueda subsistir, ser sostenible, como nos gusta decir, este proyecto más allá que unos meses o mientras el equipo desarrollador no necesite ningún ingreso para, como bien dice, pagar los impuestos y otros muchos gastos derivados de su desarrollo, como, sin ir más lejos, los equipos informáticos, que no son gratis, las conexiones a Internet, que no son gratis, el consumo energético, que no es gratis, el uso de agua, que no es gratis, para beber algo mientras se trabaja, la comida, etc…

La gratuidad no es sostenible. Eso es evidente. Pero hay software gratis. También hay software carísimo. Elive apuesta por un camino intermedio entre lo gratis total que requiere, entre otras cosas, una comunidad enorme alrededor, de forma que pueda seguir siendo gratis (como Ubuntu, Debian, etc) o una aportación por los que deciden usarlo… o, de lo contrario, que no lo usen, como bien apunta en su último párrafo.

Hay algunas cuestiones que me surgen y que no quiero detallar al respecto de cómo puede ser código abierto y no ser gratuito, puesto que compilarlo es gratis y, por tanto, con el código en la mano, sería bastante sencillo hacer una copia «pirata» (si es que podemos hablar de tal cosa en el universo del código abierto) y ponerla a disposición pública de manera gratuita. Pero, insisto, prefiero no entrar en este detalle.

El caso es que, incluso así, el responsable del proyecto abre las puertas a formas de colaboración alternativas, como pueden ser (si no se quieren o pueden pagar los míseros 15$ que cuesta) escribir un artículo sobre ELIVE en cualquier web, en cualquier idioma (no sé si este artículo que estás leyendo es sobre Elive o sobre otras muchas cosas) o si se trata de usarlo con fines académicos, justificarlo y se obtendrían códigos de instalación tantos como se precisaran.

En mi caso, podría aducir que se trata de ambas razones: por motivos de autoformación, deseo probar Elive, pero también y sobre todo, estoy escribiendo un artículo sobre esta distro. Bien es cierto que no es exactamente un artículo sobre Elive, sino sobre su política de precios, pero quizá cuente como válido. No obstante, seguramente, si lo instalase después en mi portátil «de producción», estaría más que dispuesto a abonar los 15€ que me parece un precio más que razonable para que este proyecto pueda subsistir.

Es una forma más de CrowdFunding, que viene creciendo en diversidad y número desde hace años. Ahora ya se entiende que se pueda poner un botón de aceptación de donativos en una página web personal (como la mía, cuyo proyecto Lejanías tenía como objetivo desarrollar esta manera de financiar labores semejantes). Cuando incluí, en su momento, un botón paypal para aceptar / y solicitar / donativos, Carmen me llegó a decir que parecía que era como pedir… pero acabé encontrando que me parecía más que razonable y escribiendo el texto correspondiente en los apartados Financiación y Donativos del proyecto.

Ahora me encuentro a punto de comenzar otro enorme proyecto de envergadura similar a Lejanías (mucho mayor, me temo) sobre la Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo y no sé cómo financiarla. Me sigue gustando la idea (que vi por primera vez en el Libro Rojo de Isidoro Valcárcel Medina) de financiar hoja a hoja por personas a quienes se cita expresamente en el proyecto.

Pero esta manera de financiarse aún está en el albor de su historia. Veremos qué revolución nos trae el futuro y si esta alternativa se sostiene.

De momento, mi enhorabuena a los desarrolladores de Elive por apostar por un camino diferente, interesante, que plantea cuestiones más allá de las meramente tecnológicas, depositando su actualidad en los modelos de financiación, en la retribución del trabajo, pero no olvidando las estéticas, aparte de las éticas.

Syncronizator.sh

Pierdo un tiempo bendito en una cosa tan absurda como reinventar la rueda. Sé que hay muchos programas de realización de copias de seguridad, algunos, incluso, de sincronización de carpetas que pueden interesarme para calmar mi obsesión de realizar copias y copias para asegurarme de que, en cualquier momento, pase lo que pase, mis archivos estarán a salvo y podré trabajar desde cualquier lugar, cualquier ordenador, sin tener que perder un minuto restaurando sistemas…

Lo borro todo, lo restauro todo de una copia de seguridad, en disco externo. en otro PC, en la nube sería ideal, pero hay problemas de espacio que no tengo resueltos… el servidor con el que llevamos a cabo el hosting es un poco reacio a dejarnos subir cosas (Esto de subir siempre me suena gracioso y me imagino, en la nube blanca, mis archivos colgados como ropa en tendedero). Es normal, en realidad, el servidor que alberga la web de Clave 53, Giusseppe.net (incluyendo este texto que estoy escribiendo en el diario), carmendelarosa.com, lilianflores.com, espacioelmanantial.com y algún otro dominio con menos cosas… no está contratado para ser un servidor de backup, que los hay, ni una carpeta en la nube… o sea, en Internet.

Pero siempre estoy pensando (y por siempre es, verdaderamente, siempre) en qué ocurrirá si mi portátil deja de funcionar. Es algo que sé que pasará, ha pasado alguna vez e inevitablemente volverá a suceder. Así que debo estar seguro (y esto sé que es imposible) de que todo lo que haga lo tendré en otro PC, en algún disco externo… vamos, que he de tener réplicas infinitas pues solo así acabaría por estar convencido de que no hay nada que pueda ocurrir que impidiese restaurar alguna.

Y además, ahora tengo una paranoia nueva…

Según terminé de programar mi querido Shell Script que sincroniza las carpetas que quiero que sincronice… me ha dado por pensar que tengo un origen único para todas estas cosas, con lo cual, si alguna vez tengo un problema en ese origen también lo sincronizaré, como buen sincronizador que soy, en todas las demás ubicaciones donde quiero clonarlo. Así que el siguiente paso (que ya hago, pero no tengo bien automatizado) es realizar copias de las copias a carpetas que no toque, que no modifique en adelante o a soportes extraíbles sin permiso de escritura, algunos de los cuales he de retirar de esta casa y llevar lejos, para evitar cualquier posible pérdida de datos en el caso de un ataque nuclear o de un terremoto o un incendio en este edificio. Son cosas que pasan. Sé que esas cosas pasan.

Así que tengo que pensarlo… ¿o no?

Bueno, de momento, hoy quiero compartir (con la pérdida de privacidad consecuente) el archivo que utilizo para realizar mis copias de seguridad desde hoy mismo.

Es divertido darme cuenta de que lo comento tanto que cualquier otra persona podría continuar su desarrollo o su mantenimiento en caso de que fuese necesario, como si fuese pensando en un posible backup o reemplazo, incluso, para mí mismo. Sin pensar si lo que guardo será lo que interese guardar en un futuro o a algún otro que no sea yo.

¡A veces creo que estoy un poco loco!

~/bin/sincronizator.sh


#!/bin/sh

# DEFINICION de VARIABLES
username="$(whoami)"
servidor="192.168.1.2"

# Vamos a elegir qué cosas sincronizar en estas variables lógicas
# Por defecto, sincronizamos todo, local y remoto
SYNC_JMDOMIN=1
SYNC_GIUSSEPPE=1
SYNC_LOCAL=1
SYNC_REMOTE=1

if [ $# -gt 0 ]
then
if [ $1 -eq 1 ]
then
SYNC_LOCAL=1
SYNC_REMOTE=0
elif [ $1 -eq 2 ]
then
SYNC_LOCAL=0
SYNC_REMOTE=1
else
echo "Uso $0 [1=local|2=remote] (por defecto es TOTAL)"
exit
fi
fi

# DEFINICION DE FUNCIONES
cabecera () {
echo "
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________"
}
sincroniza () {
cabecera
echo "Sincronizando carpeta: $3"
echo "Directorio de Origen: $1"
echo "Directorio de Destino: $2"
dirorigen=$1
dirdestino=$2
carpeta=$3
origen="$dirorigen/$carpeta/"
destino="$dirdestino/$carpeta/"
rsync -rtvu --delete $origen $destino
}

# Sincronizamos carpetas utilizando la función sincroniza
cabecera
echo "COMIENZO DE LA SINCRONIZACIÓN CORRESPONDIENTE A LA FECHA:"
date

# Sincronizando JMDOMIN
if [ $SYNC_JMDOMIN -eq 1 ]
then
diskorigen="/media/GSPDISK"
dirbase="jmdomin"
dirorigen="$diskorigen/$dirbase"
subcarpetas="FOTOS Archivo Obra Talleres TEXTOS trabajo web-sites"
cabecera
echo "COMIENZO DE LA SINCRONIZACIÓN DE LAS CARPETAS DE JMDOMIN"

# Con destino al disco de DATOS
if [ $SYNC_LOCAL -eq 1 ]
then
diskdestino="/media/Datos"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done
fi

if [ $SYNC_REMOTE -eq 1 ]
then
# Con destino al disco de RED de $servidor (TOWI)
smbclient //$servidor/$dirbase -N -c pwd
if [ $? -eq 0 ]
then
# Servidor y recurso accesible
# Primero, montamos y verificamos que el destino esté accesible
echo "Montando /mnt/$dirbase"
mount /mnt/$dirbase
estamontado=`mount|grep $servidor|grep $dirbase|wc -l`
if [ $estamontado -eq 1 ]
then
diskdestino="/mnt"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
subcarpetas="Archivo Obra Talleres TEXTOS trabajo web-sites"

# Verificar si se puede escribir
touch $dirdestino/kkkkk
if [ $? -eq 0 ]
then
rm $dirdestino/kkkkk # Borrando restos
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done
else
echo "No es posible escribir en $dirdestino"
fi
else
echo "La carpeta $dirbase del servidor $servidor no está montada"
fi
echo "DES-Montando /mnt/$dirbase"
umount /mnt/$dirbase
else
# Servidor o recurso NO accesible
echo "Error de conexión con el servidor $servidor o el recurso $dirbase"
fi
fi # fin de SYNC_REMOTE
else
echo "Evitada la sincronización de JMDOMIN"
fi

# Sincronizando GIUSSEPPE
if [ $SYNC_GIUSSEPPE -eq 1 ]
then
diskorigen="/home"
dirbase="giusseppe"
dirorigen="$diskorigen/$dirbase"
subcarpetas="bin cloud Documentos Escritorio EudoraNEW"
cabecera
echo "COMIENZO DE LA SINCRONIZACIÓN DE LAS CARPETAS DE GIUSSEPPE"

# Sincronización LOCAL de GIUSSEPPE
if [ $SYNC_LOCAL -eq 1 ]
then
# Con destino al disco de DATOS
diskdestino="/media/Datos"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done

# Con destino al disco de GSPDISK
diskdestino="/media/GSPDISK"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done
fi
else
echo "Evitada la sincronización de GIUSSEPPE"
fi

cabecera
echo "FIN DE LA SINCRONIZACIÓN CORRESPONDIENTE A LA FECHA:"
date

Esto no es una broma