Pasa lo que pasa porque no hay lo que tiene que haber

Y con esa frase tan llena de misterio se ha quedado bien tranquila una mujer que estaba en la sala donde estoy realizando la fisioterapia correspondiente para mi hombro derecho que sigue con su manguito rotador molestando un poquito.

Después, la buena mujer, se ha puesto a hablar sobre que ella era española y que su padre había luchado en la guerra y… yo he preferido desconectar mental y auditivamente de esa retahíla de tonterías pseudo-racistas que no me estaban gustando ni poco ni mucho.

He llegado a pensar, incluso, que pasa lo que pasa porque no hay lo que tiene que haber: tenía que haberme levantado y haberle dicho a la buena mujer que tiene razón, que no puede no tenerla siendo tan sumamente imprecisa como para decir que, y no era una cuestión de falta de contexto, lo que pasa es cualquier cosa y lo que hay es cualquier otra.

Expresiones comodín que pueden sustituir absolutamente toda entidad semántica es llenar de significado indefinido, impreciso y vacuo, en una palabra, un significante simple con apariencia, incluso, de paradoja.

Pero he preferido seguir bajo la lamparita de infrarrojos (al menos de rojos) calentando el manguito paara poder, después, hacer unos ejercicios más o menos bien definidos agarrado a una escalerita y otros tantos con un par de poleas. Ya conozco lo que esto me suele provocar, así que no me ha pillado por sorpresa, pero siempre, siempre, siento que no hago lo que hay que hacer, que no pasa lo que debería pasar y que vivo sin vivir en mí.

Y así, hoy, me despido hasta dentro de un ratito, si consigo evitar que siga en funcionamiento el maldito Unity de mi recientemente actualizado Ubuntu 11.10. Si tienes este sistema operativo, busca maneras de evitar caer en las redes de interfaces para memos. O pásate a otros SOs.

Un editor de blog formidable

La versión de WordPress que tengo instalada en el servidor propio hospedado en JustHost.com me permite esta maravilla que es tener un editor de entradas tan minimalista que no tengo nada que me estorbe mientras escribo.

Tan sólo un cursor sobre una página completamente en blanco y una tipografía de Ubuntu tan agradable, suave y clara que dan ganas de enamorarse de ella.

No le temo a la página en blanco, es más, me resulta sumamente sugerente ese desierto de dunas infinitas tras la que un horizonte de palabras parece estar esperándome. Ya llego, no os inquietéis, pequeñinas… ya llego…

Me encuentro la a
esta letra casi apocada que en minúsculas resulta tan artificial que jamás he sido capaz de entender porqué no es como la a que todos hacemos al escribir con la mano.
Me encuentro la b
esa que algún día confundo con la d, con la p y con la q. ¡Qué maravillas las que regala la simetría!
Y sigo, y sigo…

y el final del texto no parece llegar nunca porque tras cada letra puedo encontrarme otra, igual o distinta de la anterior, incluso algunos signos más o menos divertidos, de diversos, como comas, puntos; y «comillas».

Pero, lo mejor de todo, lo más sublime de cualquier poema que se precie, son los espacios, los espacios en blanco, los espacios entre letras, entre palabras, entre versos y laterales, superiores, inferiores, márgenes… por donde campa la imaginación.

Qué pesaditos estos de Facebook

Cada día me apetece pasar menos tiempo mirando las actualizaciones de estado y los maravillosos artículos que desean compartir conmigo en FaceBook mis amigos. La mayoría de los cuales son completos desconocidos y otros muchos son tan solo eso, conocidos.

Obvio que no es culpa de la aplicación, pretendida base de una renovada Internet… mucho más privatizada, menos neutral, más comercial, menos desinteresada. Esta Internet 2.0 es (y era) una puta mierda.

No puedo ser más claro ni más contundente.
¿Sirve?

Sí, sirve para hacer negocios, para publicar lo impúdico, para cotillear como en un programa del corazón (aunque yo diría programas de vísceras, en general) que claro que está bien que existan, que tengan su público y su, incluso, tiempo. Pero que se quieran autoproclamar los líderes de la tendencia en Internet y que no sean tosidos por nadie es algo muy, pero que muy, peligroso.

Ahora, cada vez que entro en la pantalla (como si esta afirmación fuese posible) de la página principal de FaceBook, me encuentro con que insisten en que consiga una dirección de correo electrónico giusseppe.dominguez@facebook.com

Pero ¿Por qué esta insistencia?

Está claro que es una forma práctica de conseguir un cliente fiel, casi esclavo, casi imposible de escapar de una aplicación que debía ser tan solo un útil y no una vida paralela (y para-lelos).

Pero es preocupante la pérdida de independencia que se tendría (ya se tiene en Gmail y HotMail) al tener un correo electrónico en manos de una de las 3 o cuatro más importantes empresas de Internet que están intentando fuertemente conseguir un oligopolio a la manera de las telefónicas en España, por ejemplo, en un campo que conocí libre y libertario. Era la Internet 1.0. Parece ser.

Pues bien, me niego a seguir jugando a esto. Estoy por darme de baja en FB y pasar olímpicamente de esas presuntas ventajas que me otorgaba. Lo único que me ha aportado hasta ahora ha sido el retomar el contacto con algunas amigas lejanas (y esto es algo que aprecio) de forma sencilla, sabiendo qué hace mi amiga Mariel, por ejemplo, cada dos horas, o haber visto las fotos de su pequeño y ver cómo va creciendo. También me aporta una infinidad de eventos a los que acudir, que no acudo por falta de tiempo, ganas e interés.

Se suponía que lo iba a usar para fines publicitarios (de ahí que haya aceptado tantos desconocidos entre mis amigos) y que iba a poder conseguir alumnos interesados en mis clases, pero la realidad es que hay tanta oferta y tanta dispersión que quien está en FB lo que acaba haciendo es, como yo mismo, perder el interés por las ofertas que se presentan por falta de tiempo y ganas.

Hummmm… siento algo de incoherencia en mí, uno de mis fantasmas acechando…

Si deseas salir de FaceBook, hazlo ya!

¿Por qué digo que no lo hago?

La verdadera razón (hay algunas razones no verdaderas, supongo) es que sigo creyendo que puedo usarlo yo y no ser usado por él, que tengo en mi poder una herramienta que puede servirme para contactar con amigos infrecuentes y saber algo de sus vidas, así como para conseguir algún que otro contacto interesante entre tanta morralla.

Pero esta creencia se desmorona por minutos. Y estoy seguro de que no seré el único que piense así en los próximos años, cuando aparezca una Internet 3.0 que desmonte el mito de que estar permanentemente conectado es un placer.

Y mientras tanto…

Leonardo Da Vinci habría sido libertario

Está claro que para poder ser libertario, espíritu libre o como se desee expresar, es preciso un esfuerzo que nos permita (digo nos, porque me incluyo) salir de la corriente que atrapa, arrastra, vincula, ata a una forma de pensamiento, palabra y obra no libre en el sentido de autoescogida.

Obvio que la libertad es cultural e hija de su tiempo, de sus circunstancia y de su posibilidad de elección basada en las alternativas conocidas.

Pero el esfuerzo principal está en saber que hay alternativas distintas a las que conocemos. Esto es expandir nuestro universo de libertad, por llamarlo de algún modo.

Ayer me peleé durante horas con un programa de edición de vídeo llamado openshot de código abierto (software libre) que podía haber obviado y tirar por el camino más cómodo de usar el famoso Windows Movie Maker (que en sus últimas versiones tiene más que de sobra para lo que quería) pero preferí usar mi ubuntu, como siempre, con su software.

Es un programa sencillo y eficaz y, una vez que le pillas el truquito, hasta es mucho mejor que el del sistema de pago (no olvidemos que habría que pagar, sí, por usar el MS Windows). Pero me costó lo mío. Varias horas de aprendizaje para saber cómo salir de la corriente. Y solo para una cosita de nada.

Si tenemos en cuenta que hay que ir saliéndose de la corriente, poderosa y caudalosa, constantemente, a cada pequeña actividad que llevamos a cabo, nos hacemos a la idea de la ingente labor que es esta de mantenerse alternativo, no por ser más cool, sino por abrir posibilidades, puertas, ventanas (no windows), a la libertad, a la propia y a la de otros; fomentar, de este modo, una sociedad más libre y plural.

Es un esfuerzo que, de ahí el título, seguramente hizo Leonardo en sus búsquedas de otros mundos posibles, de formación continua para poder ser autoelector de sus alternativas, en resumen, ser más libre que sus contemporáneos.

Leonardo di ser Piero da Vinci fue un pintor italiano nativo de Florencia. Notable polímata (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años.

Pero el mundo es más y más complejo y mantener esa in-especialización es casi insostenible o, incluso, absurda, aunque al mismo tiempo más necesaria que nunca: ¿Cómo resolver esta paradoja?

Reciclar

Sé que lo que voy a decir no será muy agradable y que muy probablemente algún amigo se enemigue conmigo, pero es lo que debo decir.

Reciclar es malo. Medioambientalmente malo. No creo en el reciclaje. Es algo que en ocasiones digo y espanta a más de uno. He de reconocer que lo primero que a mí me espanta es que esto del reciclaje sea algo así como algo en lo que creer, porque lo es, nos venden o prometen una nueva vida para las cosas que hemos usado, adquirido y no reutilizado, para que participemos de una maquinaria de separación de residuos de la que somos la parte más eficiente.

Empezaré por aclarar conceptos:

Reciclar es, como todo el mundo sabe, la última de las famosas tres erres, la que menos importancia debería tener, la que casi no se llevase a cabo, salvo errores en las otras dos erres anteriores.

Y es que nadie parece acordarse de las otras dos primeras: reducir (el consumo) y reutilizar (hasta agotar las posibilidades… que son infinitas).

Siento, con el reciclaje, que es una invención empresarial que nos han vendido a través de nuestra buena intención, que hemos comprado para paliar nuestro sentimiento de culpa, y, para colmo, nos han vendido que nos toca hacerlo casi todo a nosotros, los clientes-usuarios-consumidores-ciudadanos.

Y cuando leo artículos como el de la OCU sobre el seguimiento de residuos electrónicos me queda casi la certeza de que es así. A nadie solivianta, salvo a quien ya está concienciado (y suele estarlo también con las otras erres) porque es algo que no importa tanto; es un poco como si aquel a quien doy una limosna se acaba inyectando cualquier cosa porque no he solucionado su problema, sino que he mirado para otro lado pero dándole algo para acallar mi conciencia.

Y vuelvo a las dos erres anteriores y a la que yo considero etimología de la palabra reciclar:

Pensando en el ciclo del que parece proceder la palabreja, me di cuenta de que no era tan bonito como cabía esperar (aunque se habla del ciclo de vida y esas cosas tan new age que no significan mucho), sino que parece referirse al ciclo de fabricar-comprar-usar-tirar-fabricar… Es decir, que las dos erres anteriores no pueden aplicarse porque se rompería el ciclo y eso es lo que no debe pasar bajo ningún concepto, parece ser.

Es decir, reciclando se está formando parte y fomentando la cultura del comprar-tirar-comprar, el hábito del «no importa lo que hagas, tus residuos puedes volver a comprarlos».

Para colmo, no se desglosa la labor del reciclado en sus varias partes, de manera que nos podamos dar cuenta de qué parte es aquella en la que nosotros podemos incidir: la separación.

Y es que de esta separación se nos hacen responsables, sabiamente, para que no podamos decir que si el reciclaje se hace mal no es por nuestra culpa. No es justo ni razonable: no se puede pedir que tengamos el conocimiento químico suficiente para realizar una separación de residuos ordenada en unas categorías cada vez más difusas (un tetrabrik tiene mucho más que solo cartón y aluminio, por ejemplo). Los materiales con los que se trata son cada vez más fusionados, papeles satinados (plásticos) junto con otros que no lo son, por no hablar de otros objetos más complejos.

Pero vuelvo a las erres anteriores. Por favor, táchenme de lo que quieran, pero no de antiecologista: el ecologismo responsable debe entender que la primera es la fundamental, hay que reducir el consumo. Aunque esto sea antisistema, porque lo es, dicho sea de paso, porque si se elimina la necesidad de consumir compulsivamente, nos veremos abocados a un mundo donde el capitalismo tal y como lo conocemos desaparecería y, claro, esto asusta. Esta crisis, by the way, va a servir para que tengamos que atender a esta primera erre, pero no como algo deseable, sino indeseable. ¡Qué pena!

Y la de reutilizar, ni hablamos: me junto con infinidad de frasquitos de todos los tamaños que uso y uso para tener contenedores de diversos alimentos frescos, pero no doy abasto. No tiro una servilleta sin que me haya servido al menos 3 veces, después la uso para limpiar la encimera, después, cuando ya está bastante sucia, para limpiar las juntas de los fuegos, que tienen mucha grasa y, por último, cuando ya la voy a tirar, me aseguro de que no se pueda dar la vuelta y usarla, aunque sea, para limpiar la parte interior del cubo de basura. Son además, un buen absorbente de comida orgánica, evitando que ésta tenga que ser retirada del cubo antes de un par de días. Es decir, reduzco la necesidad de bolsas de plástico.

Reciclo/Separo (confieso) tan solo algunos vidrios porque sé que su procesamiento es bastante fácil de hacer, barato, casi podría hacerse en casa, poco costoso energéticamente (no me meto en esto que es todo un tema bien documentado sobre el impacto ambiental derivado de un lavado de cara como este), y no todos los vidrios porque tengo entendido que algunos botes o vasos pueden anular todo lo acumulado en un contenedor porque fragilizan el producto reciclado final.

Por volver al principio y cerrar esta disertación desordenada y poco referenciada, diré que no es que sea malo malo, pero no me acaba de convencer. Aún no y en la manera en la que se hace tampoco.

Se olvida que las importantes son las otras erres, que rompen el ciclo, por lo que, sin ciclo, no hay re-ciclo. Prefiero romper el ciclo a formar parte de él.

Las manías de las redes sociales

Comprendo que mucha gente se aburra con la interfaz de una aplicación web como es esta de las redes sociales. Facebook cada cierto tiempo se ve obligada, seguramente por esta razón, a modificar su aspecto. Pero a mí me está terminando por hartar.

No he sido muy amigo de las famosas redes sociales desde su inicio. Es más, nunca le he acabado de ver el valor añadido del que presumen. Creo que, más bien, son aplicaciones sofisticadas que se han vendido como una revolución de Internet. La revolución es Internet. Las redes sociales son Napoleón cañoneando al pueblo.

De hecho, me asusta que la dependencia de 2 o 3 empresas sea tan grande como para que nadie sepa buscar nada si no es con Google, nadie sepa enviar un email si no es con gmail o hotmail, nadie sepa conectarse a otros si no es con FB o Twitter, nadie sepa subir vídeos si no es con youtube, etc… Nos acabamos olvidando que Internet era un medio por el que infinidad de servicios pudieron ser prestados al mismo tiempo y hacer, de este modo, mucho más sencillo el acceso a ellos por parte de diferentes usuarios o clientes.

Ahora, incluso, ofrecen a sus usuarios meterse en los servicios que otras de estas empresas están ofertando (google se mete en redes sociales, facebook quiere que tenga email, hotmail… bueno, es de bill gates…) y todo eso para nada, para que no les necesite… y sin embargo pierda un enorme tiempo de mi vida, de mi valiosa vida, usándolos.

¿Quiere eso decir que no me gusta Internet?

En absoluto: me encanta la libertad de una red neutra y mundial, una infraestructura libre de protocolos propietarios (y esto es por lo que me cabrea que skype no funcione (bien) en mi ubuntu) y donde la única ley sea la del respeto (así que hay que enseñar a respetar y no a obedecer), un lugar virtual en el que no repetir los errores de monopolios u oligopolios globales tan normales en el mundo no virtual…

¡Pero seré ingenuo! Nunca han estado verdaderamente separados: Internet comenzó ni más ni menos que como un proyecto de investigación del ministerio de defensa de los EEUU. Y si ha llegado a triunfar en Europa ha sido gracias al beneficio que ello le ha dado a las telefónicas. Bueno, en realidad siempre lo he sabido. Pero dentro de ello, podía mantenerse una cierta libertad aprovechándose de la competencia (más o menos libre) una vez que se superaba la aceptación del oligopolio de ISPs.

Si ahora va desapareciendo esa posibilidad de tener formatos diversos, de tener protocolos abiertos, de usar emails, dominios, websites propios para ir cediendo nuestra libertad en aras de una presunta mayor simplicidad, estamos siendo manipulados por nuestra desidia, por culpa de nuestra incapacidad para la adaptación a la tecnología. Pero sin embargo hacemos el esfuerzo de adaptarnos a las modificaciones de las interfaces de aplicaciones como FaceBook, Google, Skype, BlogSpot, Flicker, Youtube, MSN-WLive-Hotmail….

Por eso seguiré intentando ayudar a quien quiera ir contra corriente un poco por mantener esa sensación de aire en la cara que se puede confundir con libertad.

Instalo linux a quien me lo pida, doy albergue a websites gratuitamente, registro dominios con Gandi.net (que es una grande, pero no tan grande), ofrezco algún que otro servicio de ftp, email y lo que pueda.

¿Te interesa?

De nuevo en casa

Casi sin conexión, casi sin poder hacer otra cosa que no sea esperar a que Volodimyr termine las últimas cosas pendientes, pero de nuevo en casa.

Con ganas de recuperar mi router wifi y no esta precaria conexión a Internet vía mi móvil de segunda generación con su GPRS más o menos cutre, pero eficaz. Me ha costado conseguir que mi ubuntu querido consiga conectarse de esta manera, pero ya lo he logrado, justo dos horas antes de poder tener una buena conexión… pero ya no podía aguantar más.

Los libros ya están de nuevo en orden. Orden alfabético, como debe ser. Aunque los de arte los he colocado según otro criterio. Es raro encontrarse un libro de Asimov tan cerca de Auster, pero es tan divertido al mismo tiempo… ¿Será una forma de afirmar o confirmar que la Poesía y la Física no están tan lejos, que la metafísica no está más allá de la física, sino en mitad de la misma?

Querido Aristóteles, qué lejos estás de Platón y Sócrates y qué cerca de Arquímedes, Apollinaire, incluso. ¡Diviértete con ellos!

Instalando un arranque dual

Llevo 3 días atascado en un problema que me amarga la vida desde hace meses. Pero poco, poco.

La versión de Skype que soporta varios usuarios conectados por vídeo simultáneamente es la 5.0 o superior, pero esta versión no ha sido desarrollada para Linux. Podría usar otros programas para hacer videoconferencia, pero sin embargo la mayoría de la gente podría usar fácilmente Skype. No se puede usar una aplicación multiplataforma porque el protocolo de comunicación VoIP de Skype es propietario y no soporta hablar con otros programas…

Skype es una empresa y tiene sentido que haga lo que quiera. Ahora la ha comprado Microsoft. También tiene sentido que tenga derecho a hacer lo que quiera. Yo uso Linux desde hace más de un año porque el maldito Windows VISTA de MS no funcionaba correctamente. Al instalarlo, perdí la garantía del portátil porque el sistema operativo venía vinculado al compromiso de mantenimiento de garantía del hardware. Algo incomprensible, pero explicable: Microsoft presiona para que los equipos lleven su software o les elimina la garantía. Y digo yo que si tiene derecho a esta extorsión, a este dominio abusivo, al menos debo tener el derecho a buscarme la vida para hacer que me funcione Skype en mi equipo, sin garantía.

He instalado la versión beta que ha desarrollado Skype para Ubuntu y no acaba de funcionar muy bien. He instalado un Windows XP (con una licencia de un PC que tuve hace tiempo y que asumo que pagué) en una máquina virtual. No acaba de funcionar muy bien.

Intento instalar un arranque dual con ese mismo XP del que tengo el disco original y me da errores. Acabo de descargarme un Windows 7 Home Premium y buscar algunas licencias de uso para activarlo y probar mi Skype. Es en una máquina virtual. Asumo que no es lo mismo que como sistema operativo real. No quiero pagar los más de 100 euros que costaría. No me gusta piratear, pero no parece que haya otra forma de usar Skype con videoconferencia. Esperaré ansioso la aparición de otros programas que puedan usar el protocolo de voz sobre IP de Skype para poder comunicarme con quienes sí tienen Skype.

Este artículo no defiende la piratería. Ni siquiera la explica. En realidad, hace un llamamiento a usar software libre al máximo y olvidarse de los programas y sistemas operativos propietarios y cerrados que niegan que la tecnología es un bien común y debería ser de libre acceso.

Después, podríamos hablar de la financiación de las empresas de desarrollo. Eso es otra cuestión. Aunque no lo parezca.

Harto de lamentaciones

Programa en C que explica mi situación actual a la perfección… aunque algunos días es variable. Tengo pensada una versión posterior para mañana.

#include <stdio.h>
#include <string.h>
#include <stdlib.h>

#define LONG_ENLACE 15

main()
{
int estoyharto=10;
char comienzo[] = "Estoy";
char hartura[] = "harto de";
char enlace[LONG_ENLACE] = " estar ";
char motivo[] = "lamentaciones";
char *hartazgo = malloc(LONG_ENLACE*estoyharto*sizeof(char));

strcpy(hartazgo,hartura);
strcat(enlace,hartura);

while (estoyharto--) {
printf("%s %s %s.\n", comienzo, hartazgo, motivo);
strcat(hartazgo,enlace);
}
}

La salida de este programa compilado es la siguiente:

Estoy harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.
Estoy harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de estar harto de lamentaciones.

Pero hay días que estoy mucho más harto.

Tengo que cambiar el programa para que la variable estoyharto pueda ser eso, variable. Y recoja un valor preguntándome cuánto harto estoy… es fácil, pero ahora tengo que irme. Puede que, en breve, suba la versión modificada para esto.

Me obsesionaba la idea de usar más espacio que el necesario, así que usé un puntero para el hartazgo. Podía haber usado un array de tamaño fijo (en las primeras versiones era así), pero ya lo tengo preparado para que el tamaño del hartazgo se fije en función de la variable estoyharto.

Qué tontería, podría decir… pero es que es lo que siento. Hartazgo, también, de desperdicios.

Partido Anti-PowerPoint

Aunque parezca una broma, acabo de leer una noticia que se hace eco de que en Suiza se acaba de inscribir un partido que defiende, como único interés político, el cese del uso de este programa.

Así, el Anti PowerPoint Party, (APPP) sostiene que el uso de este software en entornos profesionales hace que se tienda a la simplificación del discurso que tan solo ha de ser apoyado en imágenes atractivas y menos en una coherencia que requiera reflexión por parte de quien atiende. ¿Solo el uso de ese software?

También advierte del problema de su utilización en la educación, fomentando una enseñanza más vertical en la que desaparece el intercambio, la relación profesor-alumno queda intermediada por una presentación que ha de resultar atractiva visualmente, dinámica, entretenida en resumidas cuentas. No es extraño: hasta se ha reducido la duración media de una película de entretenimiento para que los adolescentes aguanten.

No es que no esté de acuerdo con que el mal uso de una herramienta como esta puede llevar a vaciar de contenido los discursos o a que en la enseñanza se banaliza la exigencia para no espantar al cliente, que ha dejado de ser alumno para ser consumidor más o menos voluntario de saberes.

Lo que no puedo compartir es el uso de una marca registrada para inscribir un partido político. Power Point es tan solo un componente de la celebérrima suite de MicroSoft, MS Office. Porque, pregunto, ¿no sería lo mismo si las presentaciones se realizaran (como yo vengo haciendo desde hace años) con OpenOffice o LibreOffice?

Tampoco me parece razonable que un partido se inscriba con ese único objetivo. ¿Acaso no ha de tener un mínimo ideario? ¿Tan poco importante se considera ahora mismo la ideología política que cualquier motivo puede ser suficiente para aglutinar masas?

Me da por imaginar que ganan las elecciones (no es tan descabellado, teniendo en cuenta que, según afirman, en Suiza serían ya la cuarta fuerza política) y que, después de aprobar una ley que penalice de alguna manera el uso de este programa, se retiren dejando gobernar a quienes ellos decidan. ¿Ellos? ¿Quiénes son ellos? Qué miedo me da esta tendencia a la despersonalización.

Por cierto, en mi web hay intencionadamente pocas imágenes porque apuesto por el contenido, pero es algo que siempre me han criticado porque, dicen, vivimos en una era de dominio de la imagen. Aunque se podría añadir que una imagen seguirá valiendo siempre un equivalente de palabras (más o menos 1000, según el refrán).

Profundizando con el discurso del APPP, habría que reducir esa influencia dañina de la banalización del discurso no solo usada en esa aplicación, sino en los mensajes comerciales de televisión, de prensa, etc, así como en las páginas de internet que, en la mayoría de los casos, apuestan por un sloganismo masivo para resultar simples y, por ello, atractivas.

Y, para colmo de simpleza, proponen como solución alternativa el uso de pizarras de papel en las que el orador va escribiendo sobre la marcha. ¡¿Es una broma?! ¿Han tenido que hacer alguna vez una presentación delante de más de 20 personas en una sala con más de 50 metros cuadrados? Si acaso hubiesen propuesto como solución volver a las transparencias sobre retroproyectores, pero esa sugerencia suya es poco más que una idea friki llevada a la política seria.

Bajo toda esa parafernalia, en su web incluyen un par de enlaces que me hacen sospechar que el verdadero objetivo de esta gente es forrarse. Hay un botón en el que aceptan donaciones. Hay otro (en la web de un partido político) que te dirige a una tienda donde adquirir, por un no muy módico precio, un libro en el que te enseñan las maldades del uso de tan diabólico programa.

Por favor, que la política vuelva a tener tintes ideológicos es fundamental. Vamos de mal en peor… y la que se avecina es cada día más populista, simplona, vacua… como la televisión, como la prensa, como Internet… como todo.

Dejemos de lanzar mensajes simplistas nosotros mismos y empezaremos a comprender que el mundo es más complejo cada vez. Quizá este sea el verdadero problema, la sensación de que ante un mundo tan complejo no podemos decir nada que tenga mucho sentido. Así que, para no sentirnos impotentes, decimos lo primero que nos viene a la cabeza, aunque no hayamos pensado en sus implicaciones, raíces, motivos… y hasta pretendemos que exista un partido político que lo defienda.

¡Qué miedo!

Esto no es una broma