Facebook y 10 años después…

En enero de 2012 escribí el siguiente texto cuando cerraron Megaupload sin más causa que la de que albergaba contenido pirata, sin tener en cuenta que personas como, por ejemplo, yo, lo usaba sin albergar nada que fuese piratería, sino creaciones propias o de dominio público.

¿Estaré ahora fichado por haberme atrevido a entrar (intentar entrar) en una web criminal? ¿Tengo tratos con el demonio y no lo sabía? ¿Qué habrá pasado con la copia que tenía albergada de los documentos de Wikileaks? Estamos cerca de ver el final de una era. Se avecina mucha, mucha censura.

Pero esta semana, 10 años después de aquella publicación, Facebook, ese «garante de la libertad de expresión», ese «inocente lugar donde publicar confidencias», ese «defensor del derecho a la intimidad», me recuerda que en enero de 2012 publiqué una foto (una imagen en realidad que no es una fotografía, sino una captura de pantalla) y me dice que si quiero compartirla…

La ironía de este acto inconsciente no se me escapa, así que la comparto con la siguiente parrafada que, en enero de 2032, facebook me recordará que publiqué en esta semana… Refritos…

Facebook no es un ser humano. Lo sabemos. Es una aplicación que gestiona la información casi sin darse cuenta de lo que hace (con directrices, claro y claras, pero inconsciente) así que me recuerda que ya anticipábamos hace 10 años que su censura era sibilina.

Nada nuevo bajo el sol. Nada inesperado.

Pero me hace tanta gracia que para FB cualquier imagen sea «una foto», «un recuerdo» que no puedo sino acordarme de esos androides (nexus) que guardaban como oro en paño su puñado de polaroids por el que estaban dispuestos a matar o morir.

¿Existirá FB en 2032?

estepicursor

imagino un estepicursor rodando sobre fondo blanco con toques de azul…

facebook en caída libre, antes de existir en un metaverso paralelo(s), está dejando de ser una plataforma líder en lo que a redes sociales se refiere, como anteriormente pasó con MSN u otras por el estilo.

solo se ven pasar viejos dinosaurios ante la pantalla, estepicursores digitales que necesitan una banda sonora de Ennio Morricone, un spaghetti western con duelos verbales verborreicos proverbiales, una obsolescencia improgramada se ha apoderado de sus servidores, y de un servidor que ve, agotado, el paso del tiempo y cómo esto quizá exija una nueva migración a países cálidos, sean o no miembros de la misma parafernalia, como sería instagram, donde llevo sin publicar más de un año seguido, viendo que sólo es un escaparate para egos necesitados de ensalzamiento, como el mío.

el otro día saltó otra voz de alarma cuando mi querida amiga Ana Matey dijo que iba a dejar la red para solo publicar en instagram. yo me pregunto si no dejará pronto aquella otra para publicar en tiktok o en cualquier otra cosa, pinteréstica de poco interés para mí.

sigo sintiendo cómo se viene la muerte, tan callando, como Manrique vaticinaba, y habito o vivo en un mundo que ya no existe, la impermanencia es lo único que pervive, que permanece constante como f(x)=3, que nos enterrará a todos y todas nuestras cuitas.

2022

Hasta el año 2200 no vuelve a haber un año compuesto únicamente con doses y ceros. Al menos en este arbitrario calendario.

He realizado un pequeño script que escribe los años que vamos a pasar en sequía de una condición tan arbitraria como cualquier otra:

#!/bin/bash

for ((i=2022; i<=2200; i+=2)); do
echo $(printf "%03d " "$i")
done

y el resultado, después de sustituir los finales de línea por barras, para unirlos en una sola línea es:

2022/ 2024/ 2026/ 2028/ 2030/ 2032/ 2034/ 2036/ 2038/ 2040/ 2042/ 2044/ 2046/ 2048/ 2050/ 2052/ 2054/ 2056/ 2058/ 2060/ 2062/ 2064/ 2066/ 2068/ 2070/ 2072/ 2074/ 2076/ 2078/ 2080/ 2082/ 2084/ 2086/ 2088/ 2090/ 2092/ 2094/ 2096/ 2098/ 2100/ 2102/ 2104/ 2106/ 2108/ 2110/ 2112/ 2114/ 2116/ 2118/ 2120/ 2122/ 2124/ 2126/ 2128/ 2130/ 2132/ 2134/ 2136/ 2138/ 2140/ 2142/ 2144/ 2146/ 2148/ 2150/ 2152/ 2154/ 2156/ 2158/ 2160/ 2162/ 2164/ 2166/ 2168/ 2170/ 2172/ 2174/ 2176/ 2178/ 2180/ 2182/ 2184/ 2186/ 2188/ 2190/ 2192/ 2194/ 2196/ 2198/ 2200/

Como puede verse, me ahorré los impares, pues obviamente no están formados únicamente por dígitos ceros y doses. Era por ahorrar… 😉

Quedan 2 segundos para que se acabe el mundo

y en esos últimos dos segundos, alguien tiene que «descargarse internet» o algo parecido y cuentan marcha atrás como si fuese posible semejante cosa. Y lo logra. Claro. Siempre se logra en el último minuto. Es un recurso dramático que conozco, que le debe parte a la celebérrima secuencia de la Escalera de Odessa.

Sin embargo, cuando yo me encuentro que en el día a día tengo que hacer algo similar, como copiar unos cuantos archivos de poco más de 2Gb en un pendrive, me encuentro velocidades de 790kb/s, lo que da un resultado de unos 30 minutos… no segundos, no.

Y sé que es un problema económico. Claro. Si apostara por PCs «gaming» o superpotentes máquinas que me ahorrarían este tiempo, también serían más caras. ¿Puedo gastarme ese dinero o merece la pena hacerlo?

Metaverso es más allá de un arado

Hoy he estado leyendo sobre realidad virtual, que es lo que parece que se avecina, nos guste o no, en el próximo lustro (no me parece realista una implementación masiva precipitada antes de 5 años), y sobre computación cuántica.

Ambos son temas que hace tres décadas me habrían entusiasmado y supondría (como supongo) que van a ser una revolución en el ámbito de la tecnología, pero también, por ende, en el social.

Hoy, quizá por las heridas (no solo arrugas ni cicatrices) que deja la edad, soy algo más pesimista con respecto a ese futuro, en parte porque sé que no voy a estar dentro: no tengo tiempo (ni muchas ganas) para formarme en nuevas tecnologías, más allá de la curiosidad de leer un par de artículos más o menos divulgativos.

Pero no es la única razón:

Allá donde algo de regulación quedase, algo de protección estatal de abusos y desigualdades derivados del sistema en el que estamos inmersos, va a volatilizarse absolutamente, para convertirse en un nuevo feudalismo, del que ya me ha advertido mi amigo Xabi, pues sólo algunas empresas podrán hacer uso de la computación cuántica y ofrecerán sus servicios como antaño los señores feudales ofrecían sus caballos, su protección (que no era otra cosa que extorsión) pues nadie podía hacer frente a la manutención de las caballerías ni podían costearse las bruñidas armaduras, por no hablar de la tenencia de castillos o fortalezas. A cambio recibían servidumbre y privilegios basados en esa desigualdad. Nada que no sepamos a estas alturas.

Facebook nos habla del «metaverso» olvidándose por completo de la etimología de VERSO y atendiendo únicamente a META, en esa obsesión por ir más allá, por avanzar sin dar un paso atrás, por el crecimiento continuo que ha demostrado ser una carrera hacia un precipicio.

En mi caso, me interesa más esa relación de VERSO con que nuestra palabra verso proviene del latín versos «vuelta, giro», sustantivo derivado del verbo verto, «volver, girar». Era un término aplicado originalmente a los surcos, porque al arar un terreno el arado daba la vuelta y regresaba cada vez que llegaba al límite. Luego la palabra pasó a significar la fila de plantas sembradas en el surco y, finalmente, pasó a designar cualquier tipo de línea, incluidos los versos de la poesía.

Quizá por ello me estoy volviendo cada día más y más analógico, queriendo usar materiales más y más táctiles, menos y menos nobles, más y más cotidianos, como el cartón, el hilo, el papel…

Quizá también porque se escapa de mis posibilidades económicas la inversión en dispositivos de realidad virtual, además de sentir que, actualmente, las aplicaciones son principalmente vídeojuegos sofisticados.

Recuerdo que hará casi 2 décadas, creé una cuenta en SecondLife, entonces desde un PC con Windows, posiblemente, NT o 2000. La cerré al cabo de unos meses después de intentar realizar un recital de poesía en un escenario virtual. Aquello no acabó de cuajar entonces, pero las conexiones era terriblemente malas, la tecnología no podía hacer que aquello no pasase de ser una cutrez salchichera… que ha mejorado, seguro. No le vi la gracia.

Una pandemia global después la mayoría de la población ha usado un dispositivo para tener una vídeoconferencia y le parece normal esa interacción humana, pero no sé si estará preparada para sustituir unos abrazos por la ilusión de un abrazo.

Y ahora el consumo tecnológico se ha instalado y crece sin coto, haciendo que un móvil pueda costar más de 700€ y lo compre mucha gente, así, porque pueden, porque les parece que su vida será más fácil así, porque les han convencido (uso malicioso del impersonal) de que es necesario para su trabajo, para su educación, para su sociabilidad… Y quizá pronto consigan lo mismo de esa realidad virtual que quiere poner de moda de nuevo Mark Z (olvidándonos de los juicios pendientes por prácticas monopolísticas, por ausencia de interés ético, incluso presencia de interés nocivo, en sus objetivos empresariales…).

Con una realidad virtual (y por qué no también realidad aumentada, un verdadero sueño surrealista) a la que acceder puede llegar a costar más de 5000€ (entre un PC con un potente procesador, unos dispositivos de visionado que implican un móvil de alta gama, unas gafas inmersivas, unos auriculares aislantes, un sillón acorde a la experiencia, etc, etc, etc…), por supuesto sin tener en cuenta gastos que en ella puedan realizarse, cuya facturación será un verdadero dolor de cabeza para más de una gestora obsoleta; y una computación cuántica en manos de unas cuantas empresas multinacionales (supranacionales) que ofrecerán su potencia de cálculo a cambio de servidumbre… se avecina un periodo donde la resistencia estará en las trincheras de la madera, del árbol, del abrazo carnal, del beso, de la piel, de la presencia.

Mientras tanto, mientras todo esto ocurre, en España seguiremos debatiendo sobre la «ley sinde» o si hay que aplicar un canon digital a las copias piratas de CDs…

Ni se espera, ni se escucha que los gobiernos de los estados anden pensando de qué manera paliar la desigualdad que se avecina para que no se convierta en inevitable, en endémica, en feudal, generando una sociedad completamente escindida en castas, estamentos con límites infranqueables. Y luego nos preguntamos que ¿por qué la juventud no consigue motivarse en sus estudios?

Oigo hablar de planes de inversión en tecnología con los fondos de recuperación que la Unión Europea ha dotado a las naciones constituyentes para afrontar la salida de la crisis derivada por el COVID-19, pero no parece que esos planes de inversión sean para formación de legisladores capaces de afrontar los nuevos retos éticos que sería conveniente regular si no queremos tener una selva en la que vivir, sino para estimular su aceleración, su implementación, su desarrollo, en un intento descabellado de «no perder la carrera» por tener un liderazgo en lo que basar nuestra economía futura.

Está claro que el turismo ha empezado a ponerse las pilas en este asunto haciendo que se puedan realizar visitas virtuales a museos, calles, barrios, ciudades, para no dejar de ser el parque de atracciones que somos desde hace décadas.

Y todavía hay quien se preocupa por la desaceleración voluntaria del consumo, como si esto pudiese retrotraernos a la época de las cavernas, dicen, pero no parecen ver que lo que está ocurriendo ya nos está haciendo retroceder a otras épocas mucho más próximas, pero no más justas.

Quizá opino esto por ser un heredero de la (parece trasnochada) revolución francesa, heredero del pesimismo/optimismo que generó la Carta de los Derechos Humanos.

Pero sigo leyendo sobre un tema que, aunque me aterre, me inquiete, también encuentro fascinante en cuanto cambio, en cuanto crítico y pensando en la manera de atacarlo o unirme contestatariamente, rebelde sin causa irredento, en resumen, algo adolescente.

lolcat

hay días tan cansados
que lo único que leo son artículos
absolutamente prescindibles
casi como de prensa
que te informan de tonterías
de una vacuidad insondable
como este sobre 7 comandos linux para usar sólo por diversión
y he procedido a instalarme uno de ellos
en mi entorno de producción
es decir
en mi ordenador del estudio
aunque habitualmente esto
lo habría hecho en un entorno borrable
como una máquina virtual (que tengo instalada)
con el mismo sistema operativo que manejo
que actualmente es un linux mint 20.2
con soporte de larga duración hasta el 2025
como si el pc
fuese a durar todo ese tiempo.

hay días tan cansados
que las mayúsculas me suponen un esfuerzo

Sobre la caída de las redes sociales

Lunes y martes estuvieron caídas todas las redes sociales y aplicaciones dependientes de Facebook Inc.

A estas alturas no es noticia.

Lleva tiempo inquietándome el poder que tienen las grandes (4 o 5) empresas que hay en internet, hasta el punto de convertir la red en un oligopolio, más o menos monopolístico, muy parecido a un nuevo tipo de feudalismo o ultranacionalismo mercantilista.

Me sorprende que pueda ser noticia que una mujer (extrabajadora de Facebook) salga a afirmar que la empresa (oh, my god!) sólo busca el interés económico por encima de los derechos sociales. ¿De verdad una afirmación así puede ser noticia y no una mera obviedad en tiempos de capitalismo ultraliberal?

Hay algo que me llama la atención y es el hecho de que hemos ido dejando que pasara paulatinamente, pues cada vez que se ha intentado sobrevivir en una de estas empresas con financiación independiente (véase cuando Skype quería ser de pago, o cuando Whatsapp quiso cobrar 0.99€ anuales) nos resistimos a ello y dejamos que siguieran creciendo hasta ser deseables por gigantes del sector que, así, se ahorraban competencia al tiempo que inversión, con la mera adquisición (y posterior fusión) de la empresa emprendedora por la matriz engullidora.

Ahí hay unos pocos casos para el recuerdo:

  • Hotmail.com, una vez fue algo independiente de Microsoft
  • Skype, una vez fue algo independiente de Microsoft
  • RedHat, una vez fue algo independiente de IBM
  • Java, una vez fue algo independiente de Oracle
  • Whatsapp, una vez fue algo independiente de Facebook
  • Youtube, una vez fue algo independiente de Google (Alphabet Inc.)
  • Instagram, una vez fue algo independiente de Facebook
  • Picasa, una vez fue algo independiente de Google (Alphabet Inc.)
  • IMDB, una vez fue algo independiente de Amazon

Ahora se les exige algo que no tienen intención de cumplir y es que sean «sociales», que protejan «la libertad de expresión», que protejan «la privacidad ciudadana», que inviertan parte de sus beneficios en la sociedad (eso sí, con exenciones fiscales inverosímiles). Y no se cuestiona que el problema no son las empresas en sí, sino el depositar en ellas la labor que tendrían que llevar a cabo los gobiernos respectivos.

En un mundo desnacionalizándose, lo que queda no es libertad, sino el libertinaje de la ley del más fuerte (económicamente hablando). Vamos, lo que queda es ese vocablo gastado que tanto le gusta a la actual presidenta de la comunidad autónoma en la que resido.

Pero lo enfrentaremos haciendo unos cuantos «memes» que publicaremos en alguna red social y a otra cosa… que hay que trabajar.

De lo más divertido (no sé si ha sido un «meme» del redactor del artículo de El País donde he leído esta mañana la noticia) ha resultado ser este texto que aparece al final del mismo y que muestra que el rigor es lo que está cayendo a toda velocidad en el vacío del ostracismo:

Estos incidentes ?como la caída de los servicios de Google el pasado diciembre? han puesto en evidencia la vulnerabilidad de las conexiones digitales y la debilidad del sistema sobre el que se asienta el funcionamiento de la red en un momento en el que empresas y usuarios dependen más que nunca de ellas por el teletrabajo.

amientFacebook, Instagram y WhatsApp se recuperan lentamente de la peor caída total de su historia reciente, que afectó este lunes a s de forma global durante más de seis horashorasorasrasass seis horans seis horasseis horaseis horasis horass horas horashorasamient

Jordi Pérez Colomé
Es reportero de Tecnología, preocupado por las consecuencias sociales que provoca internet. Escribe cada semana una newsletter sobre los jaleos que provocan estos cambios. Fue premio José Manuel Porquet 2012 e iRedes Letras Enredadas 2014. Ha dado y da clases en cinco universidades españolas. Entre otros estudios, es filólogo italiano.

¡Genial experimento de poesía azarosa, dadá, fonética!

10Gb de conexión de fibra

Sí, se venden cosas y la gente las compra.
Sí, 10Gb más o menos reales que la gente compra.
Sí, para disfrutar las cuales es preciso adquirir routers especiales que la gente compra.
Sí, para conectarse a los cuales se necesitan cables ethernet que la gente compra.
Sí, que han de «enchufarse» a tarjetas de red de alta gama que la gente compra.
Sí, que poco sentido tendrían si no es en ordenadores de procesadores potentes que la gente compra.
Sí, con los que obtener una velocidad de escritura (y lectura) de datos sobre discos que han de ser más rápidos y que la gente compra.

Obvio: «la gente» es «alguna gente», o quizá «bastante gente».

Gente, mucha de la cual, lo que va a hacer gracias a esa conexión de fibra óptica
es
descargar morralla
conectarse al internet de las cosas absurdas
ver vídeos porno
o sencillamente, leer el periódico, que viene a ser lo mismo.

Pero más rápido.
Pero más caro.
Pero más mejor.
Claro que sí.

Y así seguimos…

Wallapop

Estoy vendiendo lo poco que tengo que no uso, a través de la cuenta de Carmen en esa plataforma para venta de objetos de segunda mano para pagar alguna cosa de primera mano que me he visto forzado a comprar para los talleres online.

Es curioso pero hay personas que compran cosas que no se me ocurriría nunca.

El sábado pasado nos quitaron de las manos, como quien dice, un móvil de 2015 que casi no funcionaba, pero sí, arranca y puedes instalar aplicaciones menores y por supuesto el teléfono es operativo para llamar.

Tras varios años de uso con las aplicaciones de aquella época lejana, me vi usándolo como servidor ftp en casa y, más recientemente, usado por Carmen como router o «punto de acceso wifi» con una tarjeta adicional para conectar su teléfono móvil o su tablet en Ciudad Real.

Pero ya no creía que nadie iba a dar nada por él, así que pedí 40€ pero estaba dispuesto a dejarlo en 25€ o casi lo que fuera. Lo único que hacía de un tiempo a esta parte era acumular polvo. Tristeza de 110€ que se devaluó el aparatejo en sus 6 años de vida.

Y así, sin más dilación, subí el anuncio a ese servicio, con unas pocas fotos y en menos de 1 hora lo había vendido tras demostrar que se podía instalar aplicaciones en el mismo.

No me había dado tiempo ni a cargarlo completamente.

Espero que la persona que lo adquirió le encuentre utilidad y me hace sentir mejor que haberlo llevado a un punto limpio de la ciudad, de esos que no solo no abundan sino que ni siquiera quieren aceptar dispositivos, pues imponen unos límites absurdos a su entrega, como no poder aceptar más de un número determinado de ellos por entrega o cosas por el estilo.

Ahora a ver si vendo los siguientes items que tengo para recuperar lo gastado en una tablet que no tiene otra utilidad que hacer viables las clases mixtas (online + presenciales) de los Talleres de Poesía de este curso. Pasado ese periodo, será algo que acabe por intentar vender en Wallapop. Y el ciclo continúa.

Ser autónomo en el mundo linux

Vivir a la contra ya sabemos que tiene sus consecuencias, pero no por ello abandonaré mi aldea gala desde la que resistir una invasión que me ignora sin el más mínimo reparo. Soy la hormiga delante del elefante en la sala de cine. Y aun así sostengo que instalar (y sostener) linux es un acto político.

Pero cuando llega el momento de tener que instalar un certificado digital, un lector de DNI electrónico, un software de firma electrónica, etc, acaba todo por ser casi imposible.

Y por supuesto la administración ni se molesta en desarrollar para todo tipo de usuario de estas tecnologías cada día más necesarias.

No obstante, he logrado (tras dos días de investigación) en un ubuntu (studio) 20.04 firmar documentos en la web de la Comunidad de Madrid por los que solicitamos (Carmen y yo) una ayuda en la cuota de autónomos de este año.

Para ello he seguido los pasos recomendados en la web de autofirma:

# En realidad, estas 2 primeras operaciones las realicé con Synaptic instalando la openjdk-11 (por defecto)
sudo apt install openjdk-8-jre
sudo apt install libnss3-tools

mkdir temporal_autofirma
cd temporal_autofirma
wget http://estaticos.redsara.es/comunes/autofirma/currentversion/AutoFirma_Linux.zip
unzip AutoFirma_Linux.zip
sudo dpkg -i *.deb

cd ..
rm -rf temporal_autofirma

Y con esto estaría instalado el software de autofirma, pero era necesario tener un certificado digital (PKCS#12) que yo no tenía (Carmen sí), así que intenté todo lo posible por descargar el certificado u obtenerlo desde el DNIe-3.0 mediante NFC con el móvil de Android. No ha podido ser hasta ahora, así que tendré que obtener el mismo mediante solicitud y «personación» en una de las oficinas correspondientes.

Esto no es una broma