Presentación de Amapolas desde el balcón y La cigarra azul

Sábado 25 de marzo a las 19:00 en Centro Social Pasillo Verde Ferroviario presentación de 2 antologías poéticas escritas durante periodos en los que parecía imposible que la lírica se sostuviera… ¡y nos sostuvo!
Amapolas desde el balcón y La cigarra azul

Entrada completamente gratuita.

Han participado las siguientes personas en estos dos cursos casi ya olvidados, duros, de pandemia, confinamientos, restricciones, que han hecho posible que la poesía siguiera abriéndose camino en la realidad:

Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Anita Ges, Armando Silles McLaney, Dunia Ben-Aissi, Ernesto Pentón Cuza, Ester Morales García, Francisco Domínguez Agudelo, Inmaculada Sánchez Costa, Irene Chacón, Isabel Jiménez Moreno, Javier Jiménez, Javier Villa, JMariano Velázquez, Kay Woo, Leticia Rejas Rujas, Lucía Herrero Villazán, María Jesús Orella, María José Gómez Sánchez-Romate, Mónica Rubio Jara, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Pepa Delgado, Raquel Gómez, Sal Ander, Susana Olalla Serra, Vanessa López, Yolanda Jiménez 2020 y 2021.

Los bolígrafos marcan la hora

2 bolígrafos bic
azules de punta gruesa
de 1,6 milímetros de diámetro
situados
como reloj analógico
marcando las doce y diez
aproximadamente.

2 bolígrafos bic
azules
proyectando
la falacia
de la eternidad
contenida en ese instante.

2 bolígrafos bic
azules
ignorando
mi punto de vista
sobre
2 bolígrafos bic
azules de punta gruesa
y su cariño ancestral.

Los días

Los días se suceden
como generaciones de lemmings
tirándose al precipicio del olvido.

Las semanas vuelan
en low-cost
casi sin poder respirar.

Los meses caen
hojas de calendarios
quedándose desnudos.

Las estaciones emigran
dejando tras de si
un rastro de cadáveres.

Los años pasan
de largo
abonando de nieve mi cerebro.

Las décadas emergen
única medida con sentido
para afrontar la vida.

¿Y las horas?
¿Y los minutos?
¿Y los segundos?

¿Y este instante?

Cuando la cigarra despertó…

el dinosaurio…

[¡QUE NO, QUE NO ES OTRO MÁS DE ESOS CUENTOS!]

Repito:

Cuando la cigarra despertó
de su sueño feliz,
la hormiga
era vieja,
su sueño era plácido.

[TAMPOCO DOMINGO]

Vuelvo a intentarlo:

Cuando la cigarra despertó
de su sueño feliz,
la hormiga
había construido
una ciudad que habitar
donde las cigarras tenían
prohibido cantar.

Cuando la cigarra despertó,
también envejecida,
su sueño feliz,
ahora ajado,
se había desvanecido.

(Como si un dinosaurio
(llamado vida)
lo hubiese pisoteado).

La poesía IA IA IA…

He decidido que quiero entrenar a una IA (Inteligencia Artificial) para que escuche poesía, no para que la escriba, que eso ya lo hago yo. 😛

Harto de ver cómo la gente genera «poemas» con una IA no hago más que pensar (con esta inteligencia natural que tengo) que ¿por qué no se entrena a la IA para que escuche poesía y no para que la escriba?

En realidad, se entrena a las IA para que HAGAN cosas, pero eso está dejando claro a qué acciones no consideramos HACER, por ejemplo: escuchar, atender, aprender, respetar… y sólo son medios, caminos para conseguir fines en esta distopía maquiavélica llamada SXXI.

Voy a escribir (seguramente por carta y manuscrito en búsqueda de lo analógico anacrónico) a varias personas enviándoles un texto que diga:

Este poema está escuchado por una IA de código abierto.

y luego llega la muerte

le cuentas a una mujer
que viene a limpiar la casa
tres horas al mes
que tienes un problema
muy grave

muy grave
porque se ha roto una bañera
y tienes que cambiar el baño entero
y no puedes ducharte
salvo en casa de los vecinos
o en la casa de tus padres
si fuese estrictamente necesario
o en casa de múltiples amistades
que te rodean en sus casa
donde a veces
va a limpiar
por unas horas al mes
una mujer
a quien le cuentas tus problemas
del primer mundo

y un día
ella te dice
que su principal contratante
donde habita
en régimen de cuidadora interna
y limpia su casa
más de tres horas al día
y cocina
más de dos horas al día
y donde se ducha

su principal contratante
muere delante de ella
a los cincuenta años de edad
y se ha quedado
sin casa
sin empleo
sin amistades
sin familia
sin baño
sin bañera
sin …

y te sientes tan avergonzado
que escribes este poema
en segunda persona
porque sabes que no puedes
hacer nada por ella
que ayude en su situación
de búsqueda de casa
de empleo
de amistades
de familia
de baño…

y te disculpas diciéndole
que hace tiempo
ayudaste a alguien
con sus papeles
de extranjería
para que pudiese trabajar en este país
y cotizase
y regulase una situación
inasumible

y te das cuenta
de que ya no puedes hacerlo
y vuelve a preocuparte
tener un problema grave
muy grave

muy grave…

y
estúpidamente
piensas en las viñetas
que te pedían
que no olvidaras Haití
y sabes
que lo has olvidado.

Esto no es una broma