Pez en el agua, de Ida Vitale

En un único poema, Ida Vitale pasa del pez, al agua, a la filosofía y las matemáticas, a la fractalidad y la recursividad, a esos lagos llenos de peces llenos de lagos llenos de peces… y como pez en el agua, Vitale se escapa para que no la laceren las lagunas lacustres.

¡Qué maravilla de poema!

Y además usando la palabra «empero», por si aún podía no gustarme en demasía.

Manga por hombro

desorden exterior
de mi
desorden interior
desoyendo
desoladas señales
desde el fondo de mi economía
desastrada como yo mismo
después de un periodo de calma
decembrina
descalabro de ruinas no reflexionadas
desacierto vital
delgada línea entre la frustración y el fracaso
deseado indeseado
desacelerando una elección que ha conducido mis elecciones hasta hoy
desmemoria de ayeres.

Premios en metálico

Hace unos años (ya años) el grupo de los talleres de poesía de la Asociación Cultural Clave 53 propuso, en una tarde más o menos alocada de poesía y delirio, la iniciativa de lanzar un concurso de poesía que desafiara la manera en la que suelen funcionar estos concursos. Nos lanzamos a gestar lo que sería el I Certamen de Poesía Potencialmente Inexplicable que consistiría en premiar el sinsentido o la inversión de miradas:

¿Qué tal enviar un poema a un concurso cuyas bases no conoces?
¿Qué tal enviar bases a un concurso cuyo ganador ya conoces?

Pues con estas preguntas, aparentemente absurdas, seguimos dándole vueltas hasta llegar a la conclusión de que el premio «en metálico» bien podía ser un bloque de metal, pues al fin y al cabo somos gente de literalidad poética… y Alejandro Gallego (que trabaja en ello) se ofreció a aportar sus premios «en metálico».

Pero se esmeró en demasía y ha creado estas dos joyas que bien podrían ser premios de un «concurso de verdad» para premiar a quienes serán elegidos como ganadores esta misma tarde martes 24 de enero de 2023.

Yo realicé la página web y detallé las bases del mismo, así como un horroroso cartel para convocar a la participación en el mismo. Quizá este cartel ha sido el responsable de la escasa convocatoria. La participación ha resultado ser tan escasa que estamos planteándonos realizar un II Certamen de Poesía Potencialmente Inexplicable que incluya una categoría «Premio Desierto», que responde a la pregunta de ¿Enviarías un poema a un concurso sabiendo seguro que el ganador va a quedar «desierto»?

Pero eso será el año que viene.

De algo me vanaglorio es de acabar realizando lo que parece que no tiene ningún sentido realizar, lo que la mayoría de las personas acabarían diciendo ¡Qué locura! y pasando al siguiente tema de conversación sin darle mayor dedicación. Eso hace que parte de mi vida gire en torno a la reivindicación del absurdo como motor de acción. Es, como decía, una vana gloria.

Dejando Huella – Arte Postal en Móstoles

Como otro año más, he decidido participar con una mínima intervención en la IV Convocatoria Internacional de Arte Postal organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Móstoles y coordinada por el artista, editor experimental y amigo Pepe Murciego de la Revista La Más Bella. Se expondrá en el Centro Cultural Villa DE Móstoles, que lleva este año por título «DEJANDO HUELLA» y adjuntan una imagen que invitaban a tomar a modo de inspiración o como motivo de modificación/intervención.

Tras casi un mes pensándolo, lo que sí me apetecía era tomar la propia invitación (el soporte físico de la misma) como mi propia participación, en un acto de respuesta utilizando el mínimo material digital posible.

Sólo he trabajado con sprays de distintos colores para «no tocar» en la medida de lo posible, el objeto intervenido (algo así como evitar dejar mi huella).

Así, la cara en la que estaban los detalles de la convocatoria me han servido para rescatar el destinatario y escribir el remitente tapando todo lo demás con spray blanco.

Por el lado contrario, la imagen de la huella, ha sido intervenida con spray dorado (he utilizado un canutillo de un rollo de papel higiénico que he rociado en abundancia con spray para dejar que luego esa masa de color tenga volumen y dé lugar a una forma que se vea afectada al derramarse por los surcos de la huella).

En alusión (no muy velada) a mi admiración por la obra de Ives Klein, he añadido dos «ataques» de spray Azul de Prusia (no es IKB, pero se asemeja) que se mezclan con la masa dorada interpenetrándose desordenadamente (orgiástica o dionisíacamente).

Quizá porque estoy haciendo un taller sobre Poesía Clasica China y acabo de hablar de la idea de huella como base para «generar» sus ideogramas, he decidido escribir con un pincel que extraía pintura de la masa principal de spray dorado aún no seco el texto, algo obvio, que rodea la huella.

Por supuesto, irá sellada con un sello propio y sin nada más que añadir.

Originalidad y Amor

Anteayer, en una clase, lo pensé pero no lo dije para no refrenar el impulso del grupo en debates o acotaciones infructuosas:

La originalidad es como el amor:
se encuentra
cuando no se busca.

Descarté otra versión en mi cabeza que decía:

La originalidad es como el amor:
se encuentra
si no se busca.

Pues no es verdad que se encuentra «si no se busca», pero sí que, si se encuentra, lo más probable es que no haya sido buscada.

Aun así, las frases tan «rimbombantes» como esta siempre me parecen simplistas, aunque sean efectistas. Luego hay gente que las recuerda de por vida como grandes perlas de pensamiento, cuando no son sino pequeños destellos de un iceberg a lo lejos.

Un par de «en 3 palabras»

Hay un ejercicio sencillo para los talleres de poesía consistente en una especie de «Cadáver eXquisito» pero viendo el resultado, es decir, no ignorando lo que han escrito otras personas previamente. Se parte de tres palabras cualesquiera y se van «respondiendo» o completando hasta formar un texto de la longitud que se desee.

Dos ejemplos realizados el martes por uno de los grupos serían:

Soles de marfil
como tus dientes
blancos blancos blancos
dientes como dientes
sea somo sea
asa ¿cómo asa?
o como despensa
sin elefantes muertos.

No hay título
ni se espera.
¿Para qué titiular?
Todo tiene sentido.
Lo siento tanto
cuando se fue
un año ciego.

Estorninos

Mi cama tiene una ventana
directa al corazón de las nubes
que hoy eran albas.

Presagio de invierno
lienzo Malevich.

Yo leía una novela
ambientada en el desierto Saladito
pleno de sal y de muerte.

Entre la página 95
y la página 103
más de un centenar de aves
cuya tipología no sé determinar
desplegaron su síncrono
peregrinar
como motivos móviles
enmarcados
en la infinidad del vuelo.

Asumo que sean estorninos
por el pasaje de Los Cantos de Maldoror
y su relación fantástica
con la geometría.

Tras unos segundos
desaparecieron
sin cometer un salto de eje
por el lado opuesto
al que habían entrado
en mi visión.

(
Soy el centro del mundo.
Soy el cetro del mundo.
)

¿Dónde habrán ido a morir?

Esto no es una broma