De mí sale un veneno

en forma de pus en terrones
de azúcar amarilla
inyectado por arácnidos
que anidan en mi pelo
entre las soledades
de tanta injusta inquina.

De mí sale un veneno
tormento doloroso
que pinza mis nervios
hasta no poder más.

Sale un veneno
llevándose la sangre
dejándome sin carne
dejándome en los huesos
sale todo el veneno
que siempre llevo dentro
veneno de tristeza
veneno de agonía
veneno de silencio
veneno de tiempo que pasa
veneno de tiempo que queda
veneno de tiempo que rompe
veneno de tiempo que mata
veneno de siempre veneno
veneno de siempre venéreo.

De mí sale un veneno
sin solución final
sin solución
sin final
al
fin
sin al.

Soy un globo de parches

Soy un globo
lleno de parches
que intentan salvar el aire interno
pero apenas consiguen retenerlo
unos minutos más.

El aire presiona los parches
a punto de reventar.

Hoy parece que el último parche
va a explotar
y con ello el globo
comenzará a desinflarse
hasta su extinción.

Ayer puse otro parche
en un nuevo agujero
una cicatriz pequeña
que se suma a otras cicatrices pequeñas
en una integral de diferenciales
de cicatrices infinitesimales
hasta cubrir la totalidad
de una superficie que ya no reconoce
su origen.

Parches sobre parches
para tapar grietas
sobre la última lucha
por la supervivencia
mientras los parches sobre parches
dan un tono apagado al exterior
de una otrora brillante esfericidad.

Parches para fracturas
traumas
y una escapatoria
al alcance de una aguja.

Soy un globo
al borde de una colilla encendida.

La guerra comercial es la cuarta guerra mundial

Ahora que el comercio lo es todo,
incluso gestiona nuestra ética
– qué está bien o qué está mal –
llega el conflicto incruento
aparentemente
de boicots a empresas monopolísticas
u oligopólicas
afincadas en un país o en otro
cuando la transnacionalidad es norma,
llega la crisis permanente que excuse lo inexcusable
por ser temporal
– eternamente temporal –
y los daños los sufrimos en el bolsillo
que se desangra
obligándonos a dejar sudor y lágrimas
para que empresas oligopólicas
sigan batiéndose en duelos
– sin quebrantos –
olvidándose de humanidades
dejándonos debatir sobre el color de los manteles
o el aroma de los desodorantes
llamándolo libertad.

Ahora que el comercio lo es todo
la poesía ha pasado a ser
– si alguna vez no lo ha sido –
un verdadero arma cargada de futuro
una revolución
un rayo de esperanza
una aventura absurda
un horizonte de plata
una bala en la línea de flotación del empresariado
y
al mismo tiempo
nada.

Un noevento

Afiches de un evento
que no ocurrirá
y al que me apetecía ir
así que pienso…

¿Y si asisto y pregunto
con mi afiche en mano
dónde está Jaime Vallaure?

Quizá resultase molesto
o desconcertante
o desubicado
puesto que no está ubicado
donde debía estar ubicado.

Me hace cierta gracia
saber que hay un universo alternativo
en el que ese evento ha tenido lugar
o va a tenerlo o lo está teniendo
y quizá
en ese otro universo
yo no estoy asistiendo porque no me he enterado
de que ese evento está ocurriendo
o incluso puede que
esté muerto
y no pueda acudir por razones obvias.

Aunque esto ya me hace menos
(mucha menos)
gracia.

En este universo la cancelación
de un evento programado
ha generado un noevento
al que noacudir
sin dilación.

Hay quizá un evento
creando nouniversos
donde nopersonas
consiguen llegar a acuerdos
para no producir cancelaciones
imprevistas.

Este extraño poema
está plagado de quizás
de dudas e inseguridades
que parecen ser lo mismo
pero que no lo son.

Por razones obvias.

negra soledad de hierro

verde soledad de mercurio
roja soledad de litio
blanca soledad de cromo
naranja soledad de oro
amarilla soledad de calcio
violeta soledad de manganeso
azul soledad de mercurio
gris soledad de sodio
añil soledad de magnesio
rosa soledad de plata
turquesa soledad de tecnecio
magenta soledad de niquel
beige soledad de plomo
marrón soledad de rubidio
lila soledad de uranio
burdeos soledad de californio
púrpura soledad de platino
azabache soledad de aluminio
fucsia soledad de zinc
ocre soledad de paladio
en resumen:
color soledad de metal

Junta una palabra con otra

A la siguiente palabra súmale
dos y encuéntrate sorprendido
con una nueva oración
aunque sea subjuntiva
sin repetir vocablo
pero ahíta de desesperación
contra aquella ventana
antigua observada
desde banqueta negra
mientras escribías poemas
bastante pobres
titulados naderías
junto dedales mudos
esperando siempre futuros ciertos
inesperados.

Une esta sílaba absurda,
no abandones nada
esquilma lenguajes sordos
buscando amaneceres imposibles;
aquel mínimo silencio
apágalo.

Vincula ese adjetivo acompañando
este sustantivo
formando grupos heterogéneos
sintácticamente cuestionables
hasta alcanzar cimas ridículas.

Casa esa materia verbal
– alternándola sencilla –
estos pocos adverbios terminados en mente
enumera
logra metas tramposas
articulando lenguas muertas
meticulosamente.

Concluye por fin.

Esto no es una broma