No soy tú
ni por supuesto
tú eres yo
ni tampoco soy él
ni ella
ni mucho menos somos vosotros
ni vosotras
así que quizá ellos
o ellas
sean ellos
o ellas
pero seguro
que no son nosotros
ni nosotras
ni tan siquiera vosotros
ni vosotras
porque somos diferentes
sí
somos diferentes
y distintos
y distintas
y distinto
y distinta
y diferente
indiferente
pero soy
eres
es
somos
sois
son
al son de las conjugaciones
que son son son
las mismas
indistintas
ignorando
nuestra obsesiva individualidad
como si fuésemos iguales.
Poemas
JT ame
La J se fusionaba con la T
dando lugar a una letra inventada
infiltrando el yo en el tú
penetrando la te
para amar
amar
te
dando un resultado très jolie.
La noche
La noche era fría
La noche ha sido fría
La noche había sido fría
La noche fue fría
La noche hubo sido fría
Que
La noche haya sido fría
La noche fuera o fuese fría
La noche hubiera o hubiese sido fría
No implica que
La noche será fría
La noche fuere fría
La noche hubiere sido fría
La noche habrá sido fría
Ni siquiera que
La noche habría sido fría
La noche sería fría
Porque
La noche habiendo sido fría
La noche
es fría.
Preocupaciones cuando no hay gobierno
Es evidente que estamos muy preocupados porque este país no tenga gobierno más que en funciones
o en defunciones.
Evidente que nos preocupa la crisis
de edad.
Evidente que nos preocupa la privacidad de la que Apple es abanderada.
Es evidente
de vid del vino en ofertas.
Evidente que he engordado y estoy tan preocupado que lo busco en el que hogaño
era un gran periódico
de los representantes de ese cuarto poder.
Evidente el caso y el morbo y la noticia política lleva un tono
de telecinco y hola.
Evidente.
Y así seguimos.
El casco de Dios
Me pongo el casco de dios
y mi lóbulo temporal izquierdo
ve lobos y temporales e izquierdistas
mientras el casco de dios
idiotiza mi mente
magnetizando el córtex central
hasta desnortarme.
Me pongo el casco de dios
telúrico como pocos
o seleniúrico como ninguno
para encontrar un parietal
en el que alojar un fantasma
con la boca grande de plata
y una navaja afilada segando mi niña en dos.
Me pongo el casco de dios
hasta romper la monotonía de la monogamia
o la monomanía de la monología
evitando el monoteísmo
anatémico forense.
Me pongo el casco de dios
o de tries o de ciuatro
y así innumerables o numerables
veces
por muchas que sean
siempre distintas de infinito
que es otra de esas invenciones fruto de la iteración
femenina y eterna.
Me pongo el casco de dios
justo antes de montar en bicicleta divina
y darme una hostia que no ostia
contra una farola que ilumine el alma
opaca
alojada justo al lado de mi intestino grueso.
Me pongo el casco de dios
con la tristeza nauseabunda
de la soledad existencial
a la que llaman angustia
y se apellida libertad.
Me pongo el casco de dios
cuando descubro que el mundo no necesita más humanos
y los humanos sí otros mundos
para explicar lo que no comprenden de este
y olvidar que es este
el único que hay que salvar
de nuestra obsesión por destruir
aquello que ignoramos
cuando nos ponemos
el casco de dios.
Origen de la idea de alma
El método científico hace cinco decenas de miles de años
no estaba precisamente muy evolucionado
y a alguien le dio por explicar
por qué teníamos sueños
por qué bajo los efectos de la droga teníamos visiones
por qué en trance podíamos entrar a ver algo inexplicable
y se le ocurrió que había otro mundo.
Era la más racional de las explicaciones posibles
para alguien que aún no infería la distancia cronológica
entre la fecundación y el parto.
Era convincente
y aún resulta atractiva como explicación
porque nos permite la ilusión
de la evasión.
Yo
para eso
tengo Australia.
Viajé hace ya más de 20 años buscando otro mundo
sin darme mucha cuenta de que el cambio
se produciría en mis ideas
sin ello sea demérito de tal mutación.
El alma
lamentablemente
(o no)
la había vendido a un chico llamado Mariano
por ironías de la vida
en unos futbolines o billares
que regentaron mis padres
por lo que costaba una partida de comecocos.
17
Hoy hace 17 años que a las 21:00 de la tarde Carmen y yo habíamos quedado para ver si lo que había entre nosotros era algo más de la amistad que ya sabíamos que había.
Y claro que lo había: de no ser así, no lo habríamos convertido en una quedada para aclararlo. Estaba claro que queríamos que fuese así. Y fue tan fácil, tan rematadamente fácil, que hoy me maravillo de que se haya pasado este tiempo como si nada, como si 17 años no es nada, que febril la mirada…
Y dado que el 16 fue una cifra curiosa, potencia de 2, potencia de 2, (sí, 2 veces 2 potenciado a 2), y base de un sistema numérico altamente usado, no podía hacer lo mismo para el 17, primo, primísimo.
Pero un primo sirve para descartar primos, como bien sabía Eratóstenes, así que puedo descartar unos cuantos con un sencillo script para la ocasión:
#!/bin/bash # Escribe todos los múltiplos de un número dado (17, por ejemplo) # hasta una cantidad dada (17, por ejemplo) numero=17; cantidad=17; for ((i=1; i<=$cantidad; i++)); do producto=$(($numero*$i)); echo -e $numero " x " $i " = " $producto done
Una salida de este código sería:
17 x 1 = 17
17 x 2 = 34
17 x 3 = 51
17 x 4 = 68
17 x 5 = 85
17 x 6 = 102
17 x 7 = 119
17 x 8 = 136
17 x 9 = 153
17 x 10 = 170
17 x 11 = 187
17 x 12 = 204
17 x 13 = 221
17 x 14 = 238
17 x 15 = 255
17 x 16 = 272
17 x 17 = 289
¡¡¡Así que a por los 102!!!
enchufes
hablando con Propiedad, que no con propiedad
me dijo
– enchufe el enchufe en el enchufe –
y así fue.