Primeras fotografías exitosas

Hoy he vuelto a experimentar con cianotipias, para el proyecto Año Añil, pero como de momento quiero ir viendo cómo funciona la sensibilización del papel, el contraste, la impresión de «internegativos» sobre acetatos que no están pensados para inyección de tinta, así que he debido comprar un nuevo paquete de cosas… con lo que esta técnica se me está poniendo en un pico. Pero bueno, todo sea por la causa…

Cuando la exposición ha alcanzado este color gris, he decidido retirarlas del sol, pero creo que ha sido poco tiempo, aunque esta vez sí han quedado más o menos bien, como puede verse en esta A con su negativo que al estar hecha con cartón opaco sobre el papel de acuarela, me daba una idea de cómo funcionaba el contraste:

Me encanta cómo ha quedado el azul, añadiéndole en la última cubeta un poco de agua oxigenada, que dicen que acentúa el tono.

Las fotografías de Carmen y mía han quedado bastante peor, pero creo que es achacable en gran parte a la impresión del negativo digital sobre un acetato no apto para impresoras de inyección. No obstante, mucho mejor y más nítidas (se distingue algo) que el fracaso de la semana pasada, al haber cambiado de impresora a la recién adquirida HP ENVY.

Es verdad que resulta ilusionante ver aparecer el positivo al sumergir el papel en la primera cubeta. Aunque creo que soy algo impaciente y seguramente tendría que esperar más tiempo para que el verde, que ha tornado a gris, de las sales metálicas no sensibilizadas se disuelvan en el agua.

La sensibilización del papel la he hecho bajo luz led, sin preocuparme por su posible veladura, pues se supone que tiene poca luz ultravioleta, aunque probaré más adelante con mi sistema casero de luz infrarroja.

Secado el papel con secador durante 2 minutos.

Montado el negativo sobre el mismo dentro de los marcos de fotos que utilizo, los tiempos de exposición al sol han sido de solo 5 minutos.

La primera inmersión en la cubeta primera ha sido de unos 2 minutos máximo.
La segunda inmersión en la cubeta segunda ha sido de unos 2 minutos máximo.
La tercera inmersión en la cubeta tercera ha sido de unos 5 minutos máximo. Este última contenía algo de agua oxigenada.

Persiguiendo rayos ultravioletas

Los primeros experimentos con la cianotipia muestran que tengo graves problemas para organizarme con los trabajos manuales.

Y que no sé si es una buena idea hacer este proyecto en un lugar en el que la luz del sol se cuela por el balcón con cuentagotas y un cronómetro encendido.

Mientras tanto, ayer hube de utilizar el sofisticado montaje de la imagen de abajo para simular una luz infrarroja bajo la que fotosensibilizar unos restos de papel adquirido para la ocasión.

Comenzando el proceso de Año Añil

Tras años dedicándome a cualquier otra cosa, he vuelto a «mis orígenes«, por decirlo así, disolviendo sales minerales varias en matraces hasta obtener otra mezcla de ambos productos que ha de ser fotosensible.

Estoy experimentando con Cianotipia, para realizar un proyecto que denominaré Año Añil que ha de ser un libro manual realizado a base de fotografías utilizando este método tradicional que darán lugar a un intenso añil.

Adquirí los productos a disolver en las mezclas iniciales en Manuel Riesco, 100 gramos de citrato férrico amoniacal (VERDE) y otros 100 gramos (no se puede comprar en menor cantidad) de ferrocianuro potásico (ROJO), así que el primero se convertirá en mi reactivo limitante.

3 Cubetas de plástico de 3L, 6 matraces de 100ml, 4 jeringuillas de 5ml, 6 botes opacos de 100ml y unos pinceles básicos los adquirí por Amazon (sí, me avergüenza, pero fue cómodo).

En La Riva compré 5 pliegos de 70x100cm de papel de acuarela Guarro de 350gsm con barbas a los dos lados.

Hoy he estado cortando un pliego en unidades de 14x17cm que me han permitido sacar hasta 28 pequeñas páginas por cada pliego y poder utilizar unos marcos de fotografía para luego realizar la exposición fotográfica.

Veremos qué va pasando este mes a medida que mi torpeza rompa los materiales, los ensucie, etc, etc, etc…

De momento, he comenzado con las mezclas: realizando 50ml de cada uno de los compuestos con la 12,5g de citrato férrico amoniacal y 5g de ferrocianuro potásico que he etiquetado respectivamente como A y B. He mezclado 25ml de cada una en un matraz bajo la luz enrojecida de mi teléfono móvil, para atenuar y eliminar la posibilidad de reacción con ultravioleta y he obtenido 50 ml de solución fotosensible. Tengo las páginas (28 papel Guarro 350gsm de 14x17cm), he forrado los mangos de 2 de los pinceles para que la parte metálica no pueda entrar en contacto con la solución fotosensible.

Mañana, con los restos del papel, comenzaré las pruebas de imprimación, etc… antes de empezar a destrozar hojas.

uno imagina irracionales…

Uno imagina cuando encuentra por primera vez números a los que llama irracionales que no lo son en el sentido que ha imaginado, sino en el hecho de que no son razones, razones entre números enteros, pero tampoco uno cae en la cuenta de que a las divisiones les llamamos razones, así, sin ton ni son o todo lo contrario, quizá no hay nada más razonable que dividir las cosas, repartirlas, incluso los números enteros para que dejen de ser tan pretenciosamente enteros y cuando uno se encuentra números que no son el fruto de una repartición siente cierta aversión hacia ellos, los repudia, los niega, los ningunea, uno intenta convencerse de que son aproximaciones de algo más «razonable», aunque uno llegue a saber que no es así por reducción al absurdo, que parece una reducción al Pedro Ximénez, pero no tiene nada que ver con ella, por muy sabrosa que pueda resultar en ocasiones.

Uno imagina cuando encuentra por primera vez números a los que llama irracionales que no son todos iguales y que el loco paralelismo prestado por el léxico filosófico sirve para clasificarlos en trascendentes, construibles, algebraicos, normales… Sí, también uno descubre que hay números normales y lo que a uno le vuelve aún más loco (que no irracional) es que todo número normal debe ser necesariamente irracional, así, como si nada, como si eso de repente explicase tantas cosas que uno nunca ha comprendido en la vida que parece una epifanía.

Uno imagina cuando encuentra por primera vez números a los que llama irracionales que no son el final de todos los números posibles y que ha de haber algo más allá, así que se emociona incluso cuando a uno le hablan de los números imaginarios que hacen realidad el hecho de que los números reales no sean tan completos como creían ser, mientras sí lo serán los números complejos, así: completos sin complejos.

Uno imagina (pues no puede parar de imaginar) cuando encuentra por primera vez números a los que llama irracionales que no son más que la puerta de entrada a la matemática de la poesía, la que descubrirá un número poético que incluirá sus números imaginarios, sus irracionales, sus enteros y sus fracciones, sus negatividades, sus nulidades, la nada, nada infinita, nada lemniscática, nada redonda y pueril, nada feliz en la que uno se pierde sin dilación en una ecuación diferencial diferente a lo esperable, una nada inestimable, incalculable, una nada que forma operaciones como versos sueltos en un cosmos ingrávido.

Uno imagina cuando encuentra por primera vez números a los que llama irracionales que el amor debe de estar escondido en el número π o que la i no es la e, pero ambas comparten la letra como signo último al que referirse, en el que habitar, en el que albergarse hasta que paren de llover decimales si es que alguna vez escampa; uno va más allá del signo reconocible objetivamente para abrazar el grafo, el signo asémico, la línea más o menos continua que un material traza sobre otro rompiendo y rompiéndose a nivel atómico, destrozándose para dar vida a la imagen: imagen que imagina uno cuando encuentra por primera vez números a los que llama irracionales que no lo son en el sentido que ha imaginado.

CD o DVD

Hoy estoy perdiendo el tiempo en busca de fuentes para obtener el número de personas sobre la faz de la tierra y ver la manera de convertir esa cifra en un número de bits que almacenar en un soporte como puede ser un CD o un DVD.

El objetivo sería escribir tantos bits como personas hay en el planeta (puedo caer en el «binarismo» de asignar 0 a un sexo y 1 al otro, o ignorarlo) en un CD e ir generando CDs con las estimaciones de Personas Vivas sobre la Tierra cada cierto periodo de tiempo.

He encontrado una fuente importante de datos en la ONU, como si fuese un organismo útil, pero no encuentro la manera de acceder a esos datos desde línea de comandos, lo que me encantaría.

Tampoco sé la manera de escribir un archivo en linux directamente en código binario, escribiendo bits y no bytes. Tendré que repasar la rama dura de la programación en C o en ensamblador.

Creo que lo que intento es tan ridículo como habitualmente hago, pero no por ello quiero dejar de hacerlo.

Un número son palabras

Qué mejor demostración de que un número son palabras que un traductor de números a palabras, así, tan absurdo como este que intenta transformar los números (dígitos) en palabras, especialmente orientado a crear un libro con las palabras de unos cuantos (indeterminados) decimales de números irracionales, pues hay pocas cosas más irracionales que este proyecto absurdo.

/********************************************************
    Proyecto tres14 (escrito en C)
    realizado por Giusseppe Domínguez
    a partir del día 8 de diciembre de 2019
********************************************************/

#include <stdio.h>
#include <string.h>
#include <stdlib.h>
#include <time.h>
#include <ctype.h>
#define OK 1
#define KO 0
#define MAX_LONG 10 // Longitud máxima de nombre de dígito

int firma();
int digitea(char caracter);
int nombranumero(int idioma, char caracter, char *nombre);
int instrucciones(char *comando);

int main(int argc, char *argv[])
{
  int i, idioma=0;
  char nombrenumero[MAX_LONG], caracter;
  FILE *fp;
 
  if ((argc < 2) || (argc > 3)) { instrucciones(argv[0]); } // Faltan argumentos
  else if (argc == 2) { // Número desde línea de comando
    for (i=0; i<strlen(argv[1]); i++) {
      caracter=argv[1][i];
      if(! nombranumero(idioma, caracter, nombrenumero)) { instrucciones(argv[0]); return KO; }
      puts(nombrenumero);
    }
  }
  else if (argc == 3) { // Número en fichero argv[2]
    if ( (! isdigit(argv[1][0])) || ((idioma = digitea(argv[1][0])) > 1) ) {
      printf("[ERROR] No conocemos el idioma: %s\n", argv[1]);
      instrucciones(argv[0]);
    } 
    else if ((fp = fopen(argv[2],"r")) == NULL) {
      printf("[ERROR] intentando abrir el archivo %s\n", argv[2]);
      instrucciones(argv[0]);
    }
    else {
      while ((caracter = fgetc(fp)) != EOF) {
        if (caracter != '\n') { // Ignoramos los saltos de línea
          if (! nombranumero(idioma, caracter, nombrenumero)) { instrucciones(argv[0]); return KO; }
          printf("%s ", nombrenumero);
        }
      }
    }
  }
  printf("\n");
  firma();
  return OK;
}


/******************************************
  La función instrucciones hace lo que su nombre
  indica: Imprime las instrucciones del programa.
******************************************/
int instrucciones(char *comando) {
    printf("\nUtilización: %s [número_positivo] [idioma fichero]\n\n", comando);
    puts("Si introducimos un nombre de fichero, el primer parámetro indica el idioma");
    puts("Idioma puede ser:");
    puts("\t0 - Español");
    puts("\t1 - Inglés");
}

/******************************************
  La función nombranumero nombra el número
  contenido en el caracter (si procede, claro)
  y devuelve error si no lo consigue.
  idioma = 0 (español)
           1 (inglés)
******************************************/
int nombranumero(int idioma, char caracter, char *nombre) {
  int digito;
  static int nomascomas=0; // Para no encontrar más de una coma en un argumento
  // char *numeros[] = { "cero", "uno", "dos", "tres", "cuatro", "cinco", "seis", "siete", "ocho", "nueve" };
  char *numeros[2][MAX_LONG] = {
    { "cero", "uno", "dos", "tres", "cuatro", "cinco", "seis", "siete", "ocho", "nueve" },
    { "zero", "one", "two", "three", "for", "five", "six", "seven", "eigth", "nine" }
  };
  char *coma[] = { "coma", "point" };

  if ((caracter == ',') || (caracter == '.')) {
    strcpy(nombre, coma[idioma]);
    if (++nomascomas > 1) {
      printf("Un número no puede tener más de una coma\n");
      return KO;
    }
    return OK;
  }
  else if (isdigit(caracter)) {
    digito = digitea(caracter);
    strcpy(nombre, numeros[idioma][digito]);
    return OK;
  }
  printf("[ERROR] |%c| No es un caracter válido en un número positivo\n", caracter);
  strcpy(nombre, "ERROR");
  return KO;
}
/******************************************
  La función digitea devuelve un número entero
  a partir del caracter (char) proporcionado
******************************************/
int digitea(char caracter)
{
  int digito;
  digito = (int) (caracter + '0');
  digito -= 96;
  return digito;
}


int firma()
{
  time_t tiempo = time(0);
  struct tm *tiempolocal = localtime(&tiempo);
  char txt_firma[128];
  strftime(txt_firma,128,"\nGiusseppe Domínguez, a las %H:%M. M-%Y%m%d\n",tiempolocal);
  printf("%s\n",txt_firma);
  return OK;
}

Diccionario RAE Completo

He decidido dar por concluida la ordenación del Diccionario de la RAE, que me descargué con el programa buscaenrae.sh y el programa descargarae.sh hecho para la ocasión y que leía el archivo con la lista de palabras (al que impropiamente denominaba diccionario), para descargar, una a una, las páginas correspondientes.

Todo partió del trabajo que realicé para el proyecto del Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina, en 2015.

Ahí nos encontramos con la negativa de la RAE a ceder el diccionario en modo digital, así que tuve que teclear las entradas del mismo a lo largo de más de 3 meses. Finalmente, acabé teniendo una lista de 90940 palabras, algunas de las cuales eran acepciones repetidas. Si quitábamos las palabras que tenían más de una acepción y que estaban en el archivo etiquetadas con un número 1,2,… según procediera, nos quedaban 88296 palabras (debería llamarlas «entradas»).

Por supuesto, estaban plagadas de errores:

  1. En primer lugar los propios de tecleo.
  2. En segundo lugar (oh, my god!) tenía incluidas en mi colección las palabras que Isidoro había decidido incluir en su diccionario personal independientemente de las que hubiera en el de la RAE.
  3. En tercer lugar (y esto resultó ser lo peor), muchas palabras han «desaparecido», pues la entrada no corresponde a la palabra… por ejemplo, la palabra «poeta, tisa», no está en el diccionario sino en «poetisa», así que la palabra poeta no se encuentra en la RAE como tal.

Así que el programa contemplaba la necesidad de decirme si tal o cual palabra no estaba en el diccionario de la RAE (en la versión online)

Actualización 2020
La Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) han emprendido ya las tareas de redacción de la nueva edición de su Diccionario de la lengua española (DLE), que tendrá las características fijadas en la planta aprobada por todas las Academias de ASALE. Con el objetivo de que el desarrollo de esa nueva edición, forzosamente lento, no retrase la inclusión de nuevas palabras y acepciones ni la modificación de las ya incorporadas que necesiten enmienda, se ha optado por publicar estas actualizaciones anualmente.

La que ahora se pone a disposición de todas las personas interesadas recoge las modificaciones aprobadas por todas las Academias en 2020 y tendrá la consideración de versión electrónica 23.4.

Ya de paso, como podía hacerlo, me informé de si la palabra que estaba consultando era o no conjugada, lo que significaba que era un verbo. Un bonito plus que no esperaba.

Con la lista de errores generada, fui revisándolas palabra a palabra, las 1245 entradas no encontradas, entre las que estaban, ni más ni menos: poeta.

Así que a lo largo de los últimos meses del 2020 fui dejándome los ojos para ir revisando esos errores y fabricando una lista de palabras que se corresponda lo más posible con la «oficial» de la RAE.

Ha quedado una lista de 88024 «entradas» que se corresponden con 90452 palabras (ya teniendo en cuenta que algunas entradas o vocablos tienen varias palabras (a veces me confundo y denomino a eso acepciones).

Una vez corregida y revisada, aunque asumo aún un error considerable que no puedo prever, tengo la posibilidad de descargar el diccionario completo palabra a palabra con el programa buscaenrae.sh

 

#!/bin/bash

### FUNCIONES ÚTILES PARA EL PROGRAMA
# uso() Instrucciones del programa y salida en caso de error.
uso () {
  echo "Uso: $0 salida palabra"
  echo -e "\tsalida es un valor númerico que identifica:"
    echo -e "\t[0] para generar un archivo HTML con la respuesta"
    echo -e "\t[1] para generar un archivo TXT  con la respuesta"
    echo -e "\t[2] para generar una línea  TXT  con la respuesta"
  exit
}
f_verbos="00000_VERBOS.txt"
f_errores="00000_ERRORES.txt"

# CONTROL DE ENTRADA DE VARIABLES y ASIGNACIÓN
if [ $# -lt 2 ]
then
  # Reportar uso inapropiado
  uso
else
  salida=$1
  if [ $# -eq 2 ]; then
    palabra="$2"
  elif [ $# -eq 3 ]; then 
    palabra="$2 $3"
  elif [ $# -eq 4 ]; then 
    palabra="$2 $3 $4"
  elif [ $# -eq 5 ]; then 
    palabra="$2 $3 $4 $5"
  fi
  # echo "Palabra es #$palabra#"
fi

# CONSULTA DEL SERVIDOR de la RAE simulando ser uno de los diversos navegadores posibles
navegador=(
  "Mozilla/5.0 (X11; Ubuntu; Linux x86_64; rv:15.0) Gecko/20100101 Firefox/15.0.1"
  "Mozilla/5.0 (Windows NT 10.0; WOW64; rv:77.0) Gecko/20100101 Firefox/77.0"
  "Mozilla/5.0 (Windows NT 6.1; WOW64; rv:77.0) Gecko/20190101 Firefox/77.0"
  "Mozilla/5.0 (Macintosh; Intel Mac OS X 10_9_3) AppleWebKit/537.75.14 (KHTML, like Gecko) Version/7.0.3 Safari/7046A194A"
)
rnd=`echo $(($RANDOM%${#navegador[@]}))` # Elegimos un navegador al azar
# Hacemos la petición a la web de la RAE
curl -s --user-agent "${navegador[$rnd]}" https://dle.rae.es/"$palabra" > ./"$palabra.html"

# PROCESAMOS EL ARCHIVO OBTENIDO (Cortamos, retiramos lo innecesario, etc)
# Si se trata de un verbo, quitar las conjugaciones
id_conjugacion="<div id='conjugacion'>"
esunverbo=`grep -c "$id_conjugacion" ./"$palabra.html"`
if [ $esunverbo -gt 0 ]
then
  echo "$palabra es un verbo" >> $f_verbos
  # ELIMINAMOS la(s) CONJUGACIÓN(ES)
  sed -i "/${id_conjugacion}/d" ./"$palabra.html"
fi

# Si tiene más de una acepción (Calcular cuántas después de saber si es un verbo)
id_acepcion="<article id="
id_acepcion_fin="<\/article>"
num_acepciones=`grep -c "$id_acepcion" ./"$palabra.html"`
# Si no tiene acepciones, la palabra no existe. No continuamos.
if [ $num_acepciones -eq 0 ]
then
  echo "$palabra no se ha encontrado en la RAE" >> $f_errores
  rm "./$palabra.html"
  exit
fi

# PARTIR en $num_acepciones EL FICHERO $palabra.html"
# acepciones y acepciones_fin son 2 arrays de líneas PRECISO CONVERTIRLOS a cortes[]
acepciones=`grep -n "$id_acepcion" ./"$palabra.html"|awk -F":" '{print $1}'|sed ':a;N;$!ba;s/\n/ /g'`
c=0
for i in $acepciones
do
  let cortes[$c]=$(($i))
  let c=$(($c+1))
done
acepciones_fin=`grep -n "$id_acepcion_fin" ./"$palabra.html"|awk -F":" '{print $1}'|sed ':a;N;$!ba;s/\n/ /g'`
c=0
for i in $acepciones_fin
do
  let cortes_fin[$c]=$(($i))
  let c=$(($c+1))
done

# GENERA FICHEROS palabra.X.html por cada ACEPCIÓN
for (( i=0; i<$num_acepciones; i++ ))
do
  # echo "El comienzo del corte está en ${cortes[$((i))]}"
  # echo "El fin del corte está en ${cortes_fin[$((i))]}"
  sed "${cortes[$((i))]},${cortes_fin[$((i))]} !d" "./$palabra.html" > "./$palabra.$i.html"
  # Distintas salidas del programa, en función de la variable "salida"
  if [ $salida -gt 0 ]   # Salida a modo TXT
  then
    w3m "./$palabra.$i.html" > "./$palabra.$i.txt"
    if [ $salida -gt 1 ] # En una sóla línea
    then
      sed ':a;N;$!ba;s/\n/ /g' "./$palabra.$i.txt"|sed 's/  / /g' > "./$palabra.$i.1linea"
    fi
  fi
done

# BORRAR indica si dejar o no los archivos que no se deseen como salida 
BORRAR=1
if [[ $BORRAR -eq 1 ]] && [[ $salida -gt 0 ]]
then
  rm "./$palabra."*html
  if [ $salida -eq 2 ]
  then
    rm "./$palabra."*txt
  fi
fi
# SALIDA FORZADA
exit

 

Este programa era invocado con el siguiente miniprogramita que, leyendo de la lista de palabras corregidas que, impropiamente, denominé diccionariosinrepes.txt, obtiene las diversas, impropiamente denominadas, acepciones y las separa en 90452 archivos de una única línea.

#!/bin/bash

### FUNCIONES ÚTILES PARA EL PROGRAMA
# uso() Instrucciones del programa y salida en caso de error.
uso () {
  echo "Uso: $0 [diccionario]"
  exit
}

# CONTROL DE ENTRADA DE VARIABLES y ASIGNACIÓN
if [ $# -gt 1 ]
then
  # Reportar uso inapropiado
  uso
elif [ $# -eq 1 ]
then
  diccionario=$1
else
  diccionario=diccionariosinrepes.txt
fi

while IFS= read -r line
do
  buscaenrae.sh 2 $line
done < $diccionario

Descargadas y archivadas en una estructura de carpetas obvia:

dict -> LETRA

Se pueden reordenar o «recompilar» en una LETRA, con sus definiciones incluidas, sin incluir, etc…

Lo hago usando otro script simple:

#!/bin/bash

# El diccionario completo está por acepciones en las carpetas
# dict/LETRA
# Cada acepción (en realidad entrada en el diccionario) tiene
# un archivo denominado PALABRA.N.1linea conteniendo su definición.
# (donde N es el número de acepción contando desde cero)

letras="A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z"
for letra in $letras
do
  ls dict/$letra > dictporletra/$letra.archivos.txt
  awk -F"." '{print $1}' dictporletra/$letra.archivos.txt > dictporletra/$letra.acepciones.txt
  ls dict/$letra/*.0.1linea |awk -F"/" '{print $3}'|awk -F"." '{print $1}' > dictporletra/$letra.sinrepes.txt
  cat dict/$letra/* > dictporletra/$letra.definiciones.txt
done

cat dictporletra/*.archivos.txt > DICCIONARIO_TOTAL.archivos.txt
cat dictporletra/*.acepciones.txt > DICCIONARIO_TOTAL.acepciones.txt
cat dictporletra/*.sinrepes.txt > DICCIONARIO_TOTAL.sinrepes.txt
cat dictporletra/*.definiciones.txt > DICCIONARIO_TOTAL.definiciones.txt

Pero queda por resolver un problema que me tiene algo martirizado desde hace meses y es que la ordenación es muy compleja realizarla, pues muchas entradas en el diccionario son dobles, como «ad hoc», pero las definiciones descargadas incluyen líneas que son del tipo: «i Escrito con…» y desde el punto de vista del uso del comando sort, es más o menos lo mismo que decir que si quiero ordenar las primeras como «adhoc», la «iEscrito» se sale de su lugar.

He ordenado muchas manualmente sobre esta compilación, pero es un trabajo absolutamente aberrante y seguro que se puede hacer mejor, así que de momento he decidido dejar de trabajar en esto y dar por cerrado este proyecto que, en realidad, es la puerta de entrada a muchos otros.

Espero que el orden no sea algo tan terrible en esos otros proyectos venideros.

Dejo a disposición pública el Diccionario Completo que he generado de esta manera, con la estructura de carpetas generada, así como los programas utilizados para su procesamiento.

RAE-COMPLETO.tar

Exposiciones temporales en mi estudio

Carmen me propuso la brillante idea de exponer obra propia temporalmente en mi sala. Es algo que había pensado en ocasiones, lo de tener más obra en las paredes de mi estudio para que tenga algo de visibilidad y genere curiosidad, pero he de reconocer que me resistía a clavar en las inmaculadas paredes del lugar. Aún le tengo mucho respeto al espacio y además me reconozco tremendamente torpe.

Elegí esta pared para colocar 4 paneles de cartón pluma negros de 50x70cm, de un grosor de 5mm que me sobraron (aún me quedan otros 6) de la Exposición en Dados Negros que todavía no ha podido tener lugar, dada la situación, desde la primavera del 2020, y ha pasado un año.

Sólo tenía clavos «reciclados» de ocasiones en las que he ido recogiéndolos de muebles o trastos que tenía guardados en un viejo bote de conservas dentro de una caja de galletas. Algo de miedo por si no se clavaban bien en la pared y se descascarillaba o qué sé yo, amén de la posibilidad de contraer el tétanos o similar si me pinchaba con esos utensilios parcialmente oxidados, como yo.

A 135 centímetros del suelo clavé dos clavos a una distancia de unos dos metros, recordando el tema de los dos metros de distancia para evitar contagios pero también la serie de dos metros bajo tierra (6 feet under). Uní ambos clavos con un hilo de cáñamo grueso que me sirviera de guía. Ha sido una brillante idea, pues a ojo habría sido un desastre.

Me lavé las manos con jabón, también con gel hidroalcohólico, por ver si se resecaban y dejaba de sudar. Bajé la temperatura, me quité el forro polar, me remangué para que las mangas no me estorbaran.

Alineados por abajo con el cáñamo guía, fui clavando los paneles de uno en uno comenzando por la derecha, el más próximo a la ventana, que era el que menos problemas me daría… y el primer clavo ya se me torció.

Me había asegurado de que la distancia al borde de la pared fuese de 5 centímetros tanto por arriba como por abajo de la plancha, pero entonces me di cuenta de que, no sé cómo ni por qué, había dejado lejos el martillo que había cogido prestado a mis compañeros de Costanilla, así que hube de dejar la plancha de nuevo sobre la mesa para volver a repetir toda la operación con el martillo en un bolsillo y las manos sudorosas otra vez.

Después de casi una hora, ha quedado muy bonito y me da pena ir a «ensuciar» esa monocromía con lo que sea que ponga. Hay algo mágico en el negro mate que me fascina.

Quitar los clavos que hicieron de guía no ha sido dificilísimo, pero tampoco trivial y en el de la izquierda, que es el primero que puse, ha quedado un pequeño boquete en la pared que quizá tendré que reparar, aunque no sea muy visible.

¡No sé ni clavar un clavo!

Este primer clavo que se me resistió quedó torcido por arte de magia. Y no sería el último. Pero la verdad es que seguro que si lo quito y pongo otro nuevo no quedará mucho mejor, porque el roto sobre el foam ya está hecho.

Lo que me molesta sin que sea algo que yo pueda atribuir a mi torpeza es la imperfección de lo analógico, el hecho, por ejemplo, de que las planchas iguales de 50x70cm no son exactamente iguales, es decir, tienen diferencias de un par de milímetros, lo que no es más que un error del 0,29%, aproximadamente, pero esas cosas me inquietan… imagino un mundo en el que las paralelas no se corten más que en el infinito y me doy cuenta de que Euclides no aplica, ni tan siquiera Arquímedes.

Las paredes no son completamente planas (¡oh, qué sorpresa!), ni las planchas tampoco, así que en una extensión de 70cm, se han producido arqueamientos que hacen que se aprecien casi a simple vista las separaciones entre las mismas. Estuve incluso mirando la posibilidad de comprar para la próxima ocasión una plancha más grande de un tamaño de 100x200cm directamente y ahorrarme tanta medición. Pero no quería despreciar el material que ya tenía adquirido y que no sé si alguna vez volveré a utilizar.

Ahora toca «vestir» el tablón negro con esas exposiciones más o menos temporales que ir colocando con chinchetas sobre el mismo para no taladrar la pared con infinitos pequeños agujeritos.

Esto no es una broma