He recortado un sello para hacer un sello

Hace unos meses, los compañeros de Estudio Mamífero me regalaron unos cuantos sellos de goma de un proyecto en el que habían estado trabajando.

Eran distintas frases con unas cuantas palabras de las que me dijo que si podía hacer algo con ellas que lo hiciese.

Hoy he tallado (por supresión) «G S P» en uno de ellos a partir de la primera de las frases del sello, que decía:

Preguntar siempre el
precio de las diferentes
opciones de vuelo para
adaptar nuestro horario y
conseguir un mejor precio.

Formaban parte de la campaña ES LO LÓGICO para la reducción de costes empresariales. Pero, por supuesto, lo sobrante estaban dispuestos a tirarlo. Esto sí es reutilización. Y eso que los residuos, es decir, todas las demás letras que he descartado, las he tirado a la basura.

Ahora, tengo un sello personal:

Un par de bocetos para ExChange 5 Aniversario

Me he impuesto la restricción de usar un palimpsesto de cuatro capas, cada una de las cuales ha de contener:

1.- La definición de la palabra Palimpsesto.
2.- Un falso «ideograma» generado manualmente con alambres de cableado o de bolsas de pan de molde.
3.- Un par de textos que redacté para Exchange girados pseudoaleatoriamente.
4.- Las letras de la palabra EXCHANGE que son intercambiadas dejando tan solo como fijas las letras E del comienzo y final. Daría lugar a permutaciones de 6 elementos, lo que equivale a 6! = 6x5x4x3x2x1 = 720 posibles «palabras» diferentes.

El resultado será impreso en tamaño DinA6, plastificado manualmente, intervenidos con una capa analógica de marcador amarillo sobre alguna palabra o frase del texto de la capa 3.

Haré una tirada única de 81 ejemplares firmados, sellados y numerados en el revés de la hoja.

PROYECTO: 0025 – Pidiendo la Palabra

[youtube_sc URL=https://youtu.be/autKU-SIYik]

PROYECTO: 0025 – PALABRAS BASURA

Título: Pidiendo la Palabra

Idea de Virginia García Falagán,
Andrea Vidal Escabí y Giusseppe Domínguez

Peticiones y Palabras
Virginia García Falagán
Andrea Vidal Escabí
Giusseppe Domínguez
Eva Obregón Blasco
Tanja Ulbrich

Manos a la obra
Virginia García Falagán y Eva Obregón Blasco

Pista de Audio
Tanja Ulbrich y Giusseppe Domínguez

Voz Anónima
Andrea Vidal Escabí

Edición de Vídeo
Giusseppe Domínguez

Imágenes de portada y cierre
Tanja Ulbrich

Una Producción de

Laboratorio de Poesía Experimental
Asociación Cultural Clave 53

Posa besos

Aprovechando la ingente cantidad del mismo que genero mediante los pedidos a tiendas de venta online, he hecho una tirada sobre cartón de PosaVasos que son:

POSA VASOS
POSA VERSOS
POSA BESOS
POSA PESOS
POSA SESOS
POSA QUESOS
POSA YESOS

Tienen la ventaja enorme de que son personalizables, baratos, desechables tras unos cuantos usos, pero al mismo tiempo ligeros, manejables, absorbentes, sencillos y estéticos.

Voy a seguir trabajando con cartón, que es un material estupendo y económico, en lugar de quejarme de lo elevado de los precios para adquirir material de soporte para imprimir, plastificar, fotografiar…

Presentación La Memoria de las Hojas

Ilusionado, hoy acompaño a Susana Recover en este evento presentándola, prologándola. He ayudado a su creación desde el primer momento, aquellos lejanos años de primeros del siglo XXI, cuando se acercó a mi entonces inexperta mano de coordinador de Talleres de Poesía. Creyó en mí. Ahora, muchos años después, su primer libro ve la luz.

Ha seguido creyendo en mí para ayudarla en el proyecto, para poner en marcha su andadura, para estar a su lado en la presentación en sociedad del libro. Y me hace feliz saber que, gracias a mi trabajo, poco a poco, pero inexorablemente, hay más poesía en el mundo. Por supuesto, también gracias a su trabajo, a su creatividad, a su constancia, a su mirada y a su poesía.

Dejo el prólogo aquí pero ya está en el libro:

Prólogo de Memoria de las Hojas

Un rastro de tu aliento
que rueda en mi piel:

un poema.

Instantes. Susana Recover

Se impone silencio. Habla el corazón. Un corazón entre los dedos y unos dedos de pura intuición. Se regala espacio en blanco a la orilla del mar. Se propone lectura liberada de normas para escritura liberada de vuelo de ave en medio del cielo. Se buscan palabras a ras de suelo aunque sean malévolas y escurridizas. Se ofrece poesía con el peso de unas botas, un bebé de cinco kilos o un torrente de memorias.

Todas estas aventuras se encuentran en las letras de este delicado poemario que Susana Recover ha venido produciendo desde hace más de una década.

A principios del milenio en curso, se acercó a uno de los talleres de poesía y escritura creativa que proponemos en la Asociación Cultural Clave 53 y, al menos desde entonces, me consta, Susana no ha dejado nunca de escribir. Con más o menos facilidad, ha encontrado huecos para no cesar su rayo de palabras, para continuar satisfaciendo su necesidad de ser poeta. Avatares varios que nos cuenta sutil en estas líneas, con la sinceridad y la honestidad de una poesía íntima y desnuda, carnal y visceral, pero con la ternura modulada por una inteligencia creativa y consciente.

En la poética de Recover se puede encontrar aunada con habilidad una poesía sintética, sencilla, donde podemos rastrear lejanas influencias de realistas sucios, pero también de Wislawa Szymborska, junto a un enfoque analítico, descompositivo, casi constructivista que profundiza una mirada compleja a un entorno en constante evolución y al que se adapta con energía y sabiduría.

Carente de pretensiones esteticistas, pero con un claro interés por la palabra poética en su más pura forma, parece una poesía fácil, casi simple, sin serlo en absoluto. Es una poesía elaborada y que surge no sólo de estados emocionales temporales sino de una voluntad firme de generar versos. Voluntad que se nutre de servir de ejemplo, entre otras cosas, a su hija Irene, a quien le regala la dedicatoria de este libro, aunque quizá no tiene en cuenta que ha sido ella, Irene, quien le ha regalado a ella, Susana, la exigencia de escribirlo y con ello regalárselo a todo lector que se acerque a este texto.

Tras varios años de silencio había sido requerida por su hija para explicarle por qué no había escrito ya el libro que tenía en mente escribir. Pero la pregunta no tenía excusa, como bien saben el Bukowski de «Aire, luz, tiempo y espacio» y la autora, lectora de este maldito norteamericano, así que tan sólo había postpuesto lo inevitable: cerrar este capítulo gestor, redondear lo necesario para terminar el libro para el que llevaba goteando poemas desde hacía tres lustros.

Después de recorrer los cajones electrónicos y analógicos en busca y captura de sus antiguos escritos, afrontó la tarea de completar lo hallado con nuevas producciones que fue vertiendo durante varios meses del 2016, alcanzando cotas de calidad fruto posible de la madurez como persona y poeta.

Durante estos tiempos de trabajo, he tenido el placer de ir recibiendo el material trabajado y darle forma, una forma compleja, difícil de adecuar a una poesía libre y pausada, equilibrada, de verso corto y denso, sin florituras ni artefactos líricos, que no recargue una composición tan contenida, pero no por ello incapaz de convulsionar el motor de la emoción.

Muchos de sus poemas no tenían título así que en la edición hemos apostado por dejar un sugerente indicativo de lo que podría haber sido, apenas legible, en un gris claro casi blanco, entrecorchetado y en cursivas.

La separación en secciones no es en absoluto arbitraria y nos habla de la multitud de motivos de la poesía de esta autora que se reparten a lo largo y ancho de las visicitudes de una vida y un planeta, a ambos lados de un charco llamado océano, de Binigaus, Choroní a Córdoba o Rascafría.
Por supuesto, no podía faltar una sección dedicada a Irene, esa perla que, como decíamos antes, ha incubado en cierto modo la voluntad de nacer de este libro, que incluye algunas de las más antiguas composiciones de Susana Recover.

El poemario se cierra con una delicadísima sección de Instantes, el aware asombrado de un haiku, sobrecogimiento austero y emotivo, con una certeza y un anhelo: tras la última palabra, silencio y tras ese silencio, vendrá otro libro.

Esto no es una broma