Proyectos
Del neolítico y Antiguo Joseon a la unificación de los Tres Reinos de Corea
El neolítico hizo su aparición en la península coreana en tres oleadas sucesivas de migraciones, entre el 6000 y el 2000 A.C., implantaron una sociedad de tipo matriarcal y practicaron matrimonios exógamos con los miembros de su clan. Pero en realidad sólo se puede empezar a identificar el origen de la cultura coreana entre el 2000 y el 1000 A.C.
A partir de ese período se inicia en la península la edad de los metales, bajo la influencia de los manchues, aunque la edad de bronce sólo aparece hacia los siglos IX-VIII A.C. durando hasta el siglo IV A.C.
La extensión de los dólmenes y otros vestigios indica que tribus con una clase dirigente y en consecuencia con unidades políticas más importantes aparecieron primeramente en la región septentrional.
La primera de estas unidades políticas fue el antiguo Joseon: esta liga tribal dominó el territorio que se extiende desde la ribera del Liao, al sur de Manchuria, a la ribera del Daedong, en el centro de la actual Corea del Norte. El clan dominante de esta liga, de donde salieron la mayor parte de los jefes, era una familia que tenía el oso como tótem y cuyo fundador habría sido Dangun, el antepasado legendario del pueblo coreano.
La leyenda cuenta que el rey del cielo, Hwan-in, envió a su hijo Hwan-ung a la Tierra, donde se desposó con una osa convertida en mujer y tuvieron un hijo, Dangun, venticuatro siglos antes de Cristo; Dangun debía realizar la unión de las diversas tribus para formar un sólo reino. La era de Dangun, designada con el nombre de Antiguo Joseon, habría durado 1200 años y le habría sucedido la era de Gija durante 99 años.
A continuación, el Antiguo Joseon fue dividido en varias comunidades. Los estados de tipo tribal de Mahan, Jinhan y Byeonhan, llamados los Tres Han, fueron fundados en la parte meridional de la península y obtuvieron una reputación considerable por su organización, costumbres y artesanos.
El Antiguo Joseon fue invadido por la Dinastía Han China en el 109 A.C. y repartido en cuatro colonias chinas: Lolang, Chenfan, Xuan-tan y Lintun.
En el siglo II A.C. numerosos objetos, tales como cestas lacadas hechas de láminas de bambú y pinceles nos revelan la riqueza de Joseon. Este estado se estableció en la cuenca del Liao y en las riberas del Daedong. No obstante, desde el siglo IV A.C. ya se habían constituido algunas comunidades ciudadanas que comprendían amplios territorios bajo la autoridad de un rey.
Fue en el siglo IV A.C. cuando los coreanos conocieron los caracteres chinos y los adaptaron para transcribir su propia lengua. Desde esa época, como demuestran los vestigios arqueológicos, se interesaron tanto por la astronomía para mejorar el calendario agrícola como por las técnicas de imprenta para facilitar la educación.
A finales del siglo IV A.C. los Yen del norte de China, ejerciendo presión sobre el Antiguo Joseon, provocan el inicio del declive de este reino durante un siglo. Después, la península estuvo sucesivamente bajo la influencia del imperio Chin y de la Dinastía Han. Numerosos refugiados emigraron entonces hacia el Este de Corea. Entre 194 y 180 A.C. aproximadamente, el rey Wiman de Joseon subió al trono para reforzar su realeza. Adoptó una política expansionista, extendiendo su reino hacia el norte, el este y el el sur, lo que no sucedió sin provocar conflictos con la Dinastía Han china. Se inició así una guerra que finalizó con la instalación de cuatro comandancias chinas en la península. China tuvo el control de estos puestos durante 400 años, hasta que el aumento del poder de los estados de Goguryeo y Baekje se lo arrebataron.
El estado de Goguryeo se formó a partir del de Buyeo. Este último emergió en la cuenca del río Sunggari en el siglo IV A.C. En el 37 A.C. una facción dejó Buyeo para implantar un nuevo estado entre las cuencas de los ríos Yalu y Tung-chia, en un lugar que se denominó Goguryeo. El poder estaba en manos de una élite aristocrática, mientras que las clases inferiores estaban constituidas por granjeros y campesinos, sometidos a pagar impuestos y, finalmente, por esclavos.
De los diversos reinos confederados de este período, destacan tres estados: al norte, el reino Goguryeo, desde el 37 A.C., al sur el de Baekje en el 18 A.C. y el de Silla en el suroesto en el 57 A.C. Coexistieron con estados menores, tales como el de Yuk-Gaya y Dae-Gaya que pronto fueron invadidos por Silla.
Eran estados guerreros basados en estructuras sociales rígidas y jerárquicas al servicio de la familia real y de la aristocracia. En ellos, el budismo y el confucianismo fueron utilizados como intrumentos de poder político. Estos tres reinos se servían de las concepciones confucianas y budistas con el fin de mantener bajo la dirección del rey el funcionamiento jerárquico del sistema establecido. Estos conceptos morales y religiosos fueron fácilmente asimilados puesto que desarrollaban la filosofía de una sociedad basada en la idea de la unidad jerárquica. El confucionismo, en particular, sirvió para cimentar un orden social basado en la aristocracia, el valor moral y la importancia de la familia así como la idea del rey como padre de la familia nacional.
Así, en 372 D.C. en Goguryeo se fundó una academia nacinoal confuciana. El budismo también fue introducido en el reino de Goguryeo en 372 D.C. por un monje chino llamado Sundo e inmediatamente adoptado como religión del estado.
En 384 D.C. el budismo llegó a Baekje por mediación de un moje hindú llamado Marananta, procedente del reino chino de los Qin del Este en el valle del río Yangtse.
En Silla, durante el mismo período, el budismo fue introducido por Ado, un monje de Goguryeo. No obstante, su llegada no tuvo mucha repercusión y el budismo no cuajó en aquel reino hasta que en el siglo VI Won Pyo, procedente del sur de China, visitó Silla. Las escrituras budistas (sutra) fueron importadas de China al mismo tiempo que la organización admistrativa de tipo confuciano.
Se han hallado un gran número de vestigios con inscripciones de los Tres Reinos, a semejanza de los de la roca grabada de Onju y numerosas inscripciones como la del gran Rey de Goguryeo, el soberano Gwanggaeto. Estos restos son un testimonio de la antigua técnica y la gran habilidad de los coreanos que serán retomadas más tarde por la imprenta.
La lucha por la supremacía entre los Tres Reinos se tradujo en una serie de alianzas y estrategias fronterizas que condujeron a la victoria final de Silla, gracias a la ayuda militar de la Dinstía Tang china.
Silla derrotó a Baekje y Goguryeo en el 660 y 668 respectivamente.
La unificación de los Tres Reinos, llevada a cabo por Silla, supuso un período de florecimiento cultural para la historia de Corea.
Fuente: Historia de la imprenta coreana: de los orígenes hasta 1910. Byeong-Seon Park Minje.
Red de Versos
El libro de fin de curso que solemos editar a raíz de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 ve la luz este año de dos modos distintos:
Online, vía la web issuu.com, que permite poner a disposición pública publicaciones (valga la redundancia) como esta. La idea, de hecho, ha empezado a germinar haciendo que deseemos realizar una publicación periódica, básicamente lo que se conoce como revista poética.
Pero con poco esfuerzo más (no tan poco, no obstante) se realizará también una tirada de ejemplares en papel que se presentará en un recital de poesía que organizaremos en septiembre.
En esta ocasión, como otros cursos precedentes, contaremos con el servicio ofrecido por Bubok.com que permite editar online para imprimir libros bajo demanda, a medida de las necesidades:
Diccionario Personal de la Lengua Española
Por Isidoro Valcárcel Medina.
No puedo dejar de agradecer el haber participado en este maravilloso proyecto «isidoriano«, del que tanto he aprendido (de el y de él).
Fue divertido, como cuando programé un pedacito de código para organizar listas de palabras por número de letras y distribuirlas en diferentes ficheros, o como cuando estuve tecleando el pasado curso en distintas enumeraciones las palabras del diccionario, o cuando charlábamos sobre la absurdidad del proyecto… y quizá, por ello mismo, su necesidad.
Pero, sin duda alguna, lo que recordaré con más cariño el resto de mi vida serán las charlas intrascendentes sobre nuestras preocupaciones, el té a media mañana, con una cucharada de miel de tomillo o de romero, a las que me he hecho adicto, si eso es posible.
Afortunadamente, la persona perdura más allá de sus proyectos y la relación con Isidoro ha cambiado para siempre, para convertirse en uno de mis amigos, aunque las circunstancias mutuas hagan complejo el encuentro tan frecuente.
La libertad de la performance
El sábado presenté la acción ¿Y si mi cuchara es un tenedor? en el V ENCUENTRO Artes Vivas y Efímeras que convocaba Ana Matey en el centro de creación Matsu.
El trabajo que mostraba trataba sobre la libertad, sobre esa resistencia a aceptar la obligación, el dictado, la norma. Y su reverso más liberador: la creatividad, la realización como demostración de que todo es posible; la cuestión siempre es el cómo.
Tras una sucesión de acciones de diferentes enfoques, realizadas por Analía Beltrán i Janés, Pedro Déniz, Giusseppe Domínguez (yo mismo), Sofía Misma, Georgina Marcelino, Blanka Palamós i Claramut con su pareja y su bebé, Elisa Miravalles, Anna Bonfill, Eva Rodríguez, Blanco&Roja (Alba Blanco+María Roja), Nieves Correa, Abel Loureda y PACK Performance Art Company compuesto por Xirou Xiao, Xiaozhen Mao, Meng Meifu, Shihua He y Analía BiJ, cenamos en estupenda armonía una variedad de platos que cada cual había aportado con sus mejores intenciones y sin la menor problemática asociada a las dificultades habituales que últimamente pueblan cualquier evento gastronómico.
Acabó estupendamente, con un ambiente ameno y divertido, como suele terminar este tipo de eventos y me volví a casa (traído generosamente por una recién conocida documentalista) con una enorme sonrisa que no sabía muy bien explicar hasta que la contrasté con otros eventos de los que suelo volver agotado (no sólo tango).
El sábado, por encima de todo, primaba la libertad. Una libertad que se respiraba en un Epojé (del griego ἐποχή «suspensión») que casi hacía mi propuesta innecesaria, por falta de contexto. Pero también estaba presente en la creación variopinta, sin censuras, por placer, por onanismo, casi, pero sin desconsideración egocéntrica mediante, salvo la justa y necesaria.
Tuvo un colofón «discotequero» en el garaje/cobertizo del lugar con bailes bajo la acertadísima musicalización de Les Inspecteurs, donde cada cual movía su esqueleto como le venía en gana, sin pensar en técnicas, ni en calidades, ni en niveles, ni en nada que se le parezca. Cada cual ejercía la libertad de moverse bajo los estímulos recibidos sin otra premisa que la de dejarse afectar por la música.
libertad como bandera,
objetivo y método,
propuesta de partida y punto de llegadalibertad de acción
de las acciones y de las palabras
libertad de culto culta
libertad
libertad en todos los sentidos consentida sin consentimiento innecesario
libertad
liberadoralibertad en potencia y acto
libertad de verbo y gracia
libertad agradecida y agradecimiento
por generar espacios
donde la libertad
lo sea todo
y lo permita todo
pues sólo en libertad
concibo amor
concibo humano
concibo ser (llamémosle existir)
concibo concebir
concibo amar
concibo la felicidad
Afortunadamente, sé rodearme de quien al rodearme no me encadena, sino que abren veredas para que siga explorando el infinito universo de la vida.
Aleteando sin remedio el infierno primaveral.
ale/ alea/ aleación/ alea iacta est/ alear/ aleas/ aleatoriamente/ aleatoriedad/ aleatorio, ria/ aleatorización/ aleatorizar/ alebrarse/ alebrastarse/ alebrestado, da/ alebretarse/ alebrije/ alebronarse/ aleccionador, ra/ aleccionamiento/ aleccionar/ alece/ aleche/ alechigar/ alechugado/ alecrín/ alectomancia/ alectoria/ aleda/ aledaño, ña/ alefangina/ alefato/ alefriz/ alegable/ alegación / alegador, ra/ alegal/ alegalidad/ alegamar/ aleganarse/ alegante/ alegar/ alegato/ alegatorio, ria/ alegón, na/ alegoría/ alegóricamente/ alegórico, ca/ alegorismo/ alegorización/ alegorizar/ alegra/ alegrador, ra/ alegradura/ alegranza/ alegrar/ alegre/ alegremente/ alegrón/ alegroso, sa/ aleja/ alejado, da/ alejamiento/ alejandrinismo/ alejandrino, na/ alejandrita/ alejar/ alejija/ alejur/ alelado, da/ alelamiento/ alelar/ alelar/ alelí/ alelo/ alelomórfico, ca/ alelomorfo, fa/ aleluya/ alema/ alemanda/ alemanesco, ca/ alemanés, sa/ alemánico, ca/ alemanisco, ca/ alemán, na/ alenguamiento/ alenguar/ alentada/ alentadamente/ alentado, da/ alentador, ra/ alentar/ alentoso, sa/ aleonado, da/ aleonar/ alepato/ alepín/ alerce/ alergénico, ca/ alergia/ alergista/ alergizante/ alergología/ alergológico, ca/ alergólogo, ga/ alero/ alerón/ alerta/ alertado, da/ alertador, ra/ alertamente/ alertar/ alertear/ alerto, ta/ alerzal/ alesna/ alesnado, da/ aleta/ aletargador, ra/ aletargamiento/ aletargar/ aletazo/ aletear/ aleteo/ aleto/ aletría/ aleudar/ aleutiano, na/ alevantadizo, za/ alevantar/ aleve/ aleviar/ alevilla/ alevín/ alevino/ alevosa/ alevosamente/ alevosía/ alevoso, sa/ alexia/ alexifármaco, ca/ aleya/ alezna/ aleznado, da/ aleznar/ alezo/
Viaje en el tiempo
Siempre que pregunto a alguien si es posible hacer un viaje en el tiempo contesta casi inmediatamente que no.
Pero yo no pregunto si el viaje ha de ser hacia «atrás» en el tiempo.
En realidad, todo viaje es un viaje en el tiempo y en el espacio. Incluso los viajes interiores. 😉
En concreto, este viaje al borde del embarcadero en el que ningún barco me estaba esperando, para regresar al mismo lugar, pero en otro tiempo.
La acción se realizó en Venecia el 5 de junio de 2016.
Apagando Fuegos
Como en la vida misma
Con motivo de la vigésima edición de la revista caminada convocada por Hilario Álvarez y su Oficina de Ideas Libres, a la que fui invitado a participar mediante un correo electrónico el 9 de mayo, respondí diciendo que contase conmigo y que me diese un tiempo estimado de duración de la acción como máximo a lo que me contestó diciendo que, entre otras cosas, si elegía que durase en continuidad, podía ser todo el tiempo que durase la revista.
Me acabé inclinando por esta modalidad, pensando en mi situación actual y en cómo se pasa la vida, como se viene la muerte, que diría Manrique: apagando fuegos.
Esta expresión, que muy bien simboliza ese tiempo en el que parece que no se hace otra cosa que ir sometiendo las dificultades, apagándolas antes de que se puedan convertir en incendios, si bien, desde su nacimiento, son pequeños incendios que queman nuestras vidas.
Decidí apagar fuegos, para lo que dispuse de una cajetilla de cerillas grande, de las utilizadas en la cocina de gas, con fósforos de unos 3 centímetros de longitud. Había pintado el exterior de la caja con rotulador negro.
El número de cerillas que debía apagar era de 81, pues la vida la podemos medir en «alfabetos» o sus múltiplos.
A lo largo del recorrido debía ir encendiendo y apagando las cerillas, con soplidos, o como fuese menester, sin dramatismo, sin mayor cuestión que la de ir devolviendo las cerillas apagadas a su caja, de la que partieron, pero cabeza abajo, es decir, con la parte ennegrecida en sentido contrario al sentido en el que la parte roja estaba inicialmente.
El obvio final de la caja debía ser el entierro, aunque bien podría servir el abandono en un contenedor, pues los alcorques de los árboles del centro de la ciudad no son adecuados para este menester.
Afortunadamente, en un momento dado del recorrido a punto de terminar la revista caminada, encontramos una saca con tierra para poder llevar a cabo el apropiado entierro de la caja que contenía el conjunto completo de fuegos apagados a lo largo del camino.
Haikus a vuelapluma
El bolígrafo
navega por la mesa
hacia el horizonte.
La llave inglesa
en mitad del gentío
salió corriendo.
Con una navaja
el ojo se desgrana
sin desangrarse.
Los agujeros
en medio de la noche
cubren estrellas.
Cascos azules
sin defender la lucha
sólo fornican.
Entre colores
la blandura del lecho
te rememora.
Oreja horizontal
labios al cielo
besando playas.
Geometría
quebrada por el eje
de asimetría.
Sobre la hoja
cinco figuras negras
son una sopa.
Cara borrosa
cara desdibujada
cara sin cara.
En la pared
las grietas amenazan
con salpicarte.
Último rastro
del uso del azul
matando el blanco.
Batiburrillo
gritos en el alfeizar
de la ventana.
Rotuladores
olvidan los pinceles
con el idioma.
Bajo las líneas
la hoguera no es hoguera
para medirse.
El superhéroe
se siente perseguido
por su alterego.
Sobre el mechero
reflexiona la luz
de mil colores.
Con una hormiga
escala la pared
la poesía.
Campo de algodón
carga de brillos
los dos recuerdos.
Grutas de cal
donde lo diminuto
ya no soy yo.
Por Isadora
me mudo de ciudad
sin paliativos.
Huellas profundas
recuerdan que tu paso
marcó mi vida.
Dígitos locos
carentes de sentido
son sólo un eco.