Imagen sugerente de programación sobre todas las cosas

Me encontré esta imagen en una publicidad de una estación del metro e inicialmente pensé que se trataba de un error, pero luego me di cuenta de que estaba bien, que era una campaña o anuncio de una academia de programación.

Pero me encantó la imagen y pensé que sería sugerente pensar o imaginar códigos de diversos lenguajes que haya aprendido a lo largo de mi vida superpuestos a imágenes de mi vida o fotografías más o menos intrascendentes y ver qué ocurre.

Lo investigaré.

Próxima presentación/Exposición de !ç~ñ¿.#

**Sábado 12 de enero de 2019 a las 18:00
Librería MenosDiez
Calle Espejo, 5 Ópera/SOL (Madrid)**

La exposición durará hasta las 21:00. Habrá un pequeño ágape para celebrar el evento y agradecer de todo corazón y parte del estómago la generosidad de los mecenas que lo han hecho posible.

Ese día se hará entrega (en paquetes personalizados) de las recompensas que darán lugar a una exposición única en el espacio tiempo.

Más información en la web del proyecto:
https://puntuacion.giusseppe.net

¿Libro de poemas o de puntuación aleatoria? Misterio más allá de la frontera del lenguaje. Puerta de entrada al signo puro.

El signo o el misterio
¿Significan algo estos jeroglíficos? ¿Hay forma de decodificarlos? ¿Piedra de Rosetta? ¿Si cambiamos los 27 signos por abcdefghijklmnñopqrstuvwxyz aparecerá algún tipo de mensaje oculto?

!ç~ñ¿.# es un título como otro cualquiera: combinación arbitraria (que no aleatoria) de signos conformando una palabra imposible de pronunciar de 7 letras/no letras elegidas para no engañar a nadie, indicando que el contenido está insinuado en el mismo.

La inclusión de las letras ñ y ç es una referencia al contexto actual de crispación en el que decir cualquier opinión puede ser fruto de un desencuentro, o de un encontronazo. Pero ante el miedo a la opinión pública queda la veladura, la voladura, el salto al vacío de un libro que no es un libro, de poemas que no son poemas, de palabras que no son palabras, hechas con letras que no son letras.

El hashtag (caracter de alamohadilla, almohadillado) ubicado a la derecha del mismo desetiqueta, desnumera, se opone a su utilización habitual, como esa exclamación de inicio que colocada al final convertiría el título en una afirmación categórica. Un punto que no ejerce como tal, un punto que no es final y ni siquiera seguido. De la misma manera, un signo de interrogación abierta nos remite a preguntar más que a responder. ¿Qué es esto, ¿Por qué, ¿Para qué, ¿…

Cuando la campaña de mecenazgo no avanza

Llega un momento en el que por las redes sociales el enlace para participar en una campaña de mecenazgo se «enfría», es decir, ya no aparece en muros ni nada parecido. Así que toca apelar a una petición más personalizada.

Resulta embarazoso, lo reconozco, pues parece que pides «limosna», y en parte es así. Pides para hacer algo que no es tan atractivo como para ser «vendible» y no sabes (yo no sé) qué hacer en ese caso para convertir tu sueño en el deseo de otras personas. Haces fotos, pero no son suficiente reclamo. Haces textos amenos, pero no los lee ni diosito, creas una página web a la que no va nadie… y es que sin ser famosete… no hay mucho más que hacer.

Supongo que el camino habitual es burocrático: solicitas una ayuda a alguna entidad administrativa en la que crees que tu proyecto (el mío) puede encajar y si hay suerte, mucha suerte, puede que recibas una financiación que, incluso, supere la muy modesta cantidad que he pedido yo.

Pero como no tengo paciencia y no sé «burocraticear»… me lancé a esta campaña que vengo haciendo desde hace 18 días, pero para la que he estado trabajando medio año. No sé si merece la pena, la verdad, pero sin embargo ahí sigo…

Enviando el siguiente mensaje a una lista de difusión en WhatsApp de 72 de mis amistades de quienes he decidido «abusar»:

Hola,

Hace un par de semanas comencé una campaña para financiar un proyecto muy personal que creo que puede interesarte.

He trabajado bastante en conseguir que las «recompensas» para quien desee apoyar el proyecto sean más que dignas de las cantidades proporcionadas: Desde invitaciones y marcapáginas a tazas de diseño, láminas seriadas, camisetas… para conseguir realizar un libro que no es un libro, un libro de poesía conceptual, un libro que es un juego, un libro que es una obsesión, un proyecto que raya en lo absurdo y lo imposible.

¿𝙈𝙚 𝙖𝙮𝙪𝙙𝙖𝙨 𝙖 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧𝙡𝙤 𝙥𝙤𝙨𝙞𝙗𝙡𝙚?
https://www.verkami.com/projects/19645-cn

(𝘏𝘦 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘹𝘱𝘭í𝘤𝘪𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘵𝘪 𝘢𝘭 𝘦𝘯𝘷𝘪𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘮𝘦𝘯𝘴𝘢𝘫𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘵𝘦)

Ya tiene una «web» el proyecto de !ç~ñ¿.#

Este lunes he estado programando la web del proyecto !ç~ñ¿.# (aunque programar nunca debió usarse para codificar HTML). He dividido la misma en las mismas secciones del proyecto en Verkami, lo que fue bastante práctico a la hora de estructurar la información que tenía en mi cabeza sobre el trabajo que estaba haciendo.

Ha quedado adaptada a la hechura antigua de toda mi página personal (giusseppe.net) que no deja de estar claramente obsoleta, pero modificarla puede llevarme tanto tiempo como ignorar todo lo que he hecho hasta hoy y pasar página (página web, se entiende) para hacer una nueva en un futuro más o menos lejano.

Preparando láminas como recompensas para el micromecenazgo de !ç~ñ¿.#

Cada lámina va sellada, numerada a mano y plastificada.

Quería haber hecho láminas únicas, pero no me pareció que mereciese la pena la cantidad de trabajo adicional cuando la unicidad podía llegar desde la parte «analógica», con una sencilla numeración manual en la parte trasera de la misma, junto un sellado también manual. Realicé pruebas de marcación de algún signo concreto, pero finalmente la nitidez de la propuesta «pedía» que no interviniese demasiado el cuadrado de la lámina.

Me gustan cómo han quedado las láminas en DinA4 que van como recompensa de micromecenazgo del proyecto !ç~ñ¿.# que estoy terminando de preparar en Verkami.

Campaña de mecenazgo de !ç~ñ¿.#

Este libro ha sido íntegramente generado por un programa escrito en C conteniendo un número de caracteres que podríamos denominar signos de puntuación (añadida la ñ y la ç, entre otros) que ha volcado en una ejecución 81 (3 elevado a 4) cadenas de 729 (3 elevado a 5) caracteres aleatorios del inventario conocido como alfabeto.

El programa (puntuación.c), altamente absurdo, tan sólo ha tenido ese uso y después no tendrá ningún otro sentido. Se añexa como apéndice en las dos últimas páginas del libro.

Me está llevando una enorme cantidad de tiempo el proceso de generación de las «recompensas» para el micromecenazgo de este proyecto. Por supuesto, mucho más tiempo que el empleado en el proyecto en sí. Aunque bien es verdad que el proyecto también se ha diversificado hasta alcanzar una dimensión mayor que la que tiene un libro.

Hasta el momento no hago más que gastar/invertir dinero que puede que no recupere, pero también es cierto que estoy aprendiendo mucho en este camino. Si lo considero un pago por el curso de desarrollo que estoy llevando a cabo… hasta cabe decir que es poco dinero.

Quién no se consuela…

multicopy.sh

Otro de esos programas para demostrar que la programación puede ser tan absurda como la poesía.

En esta ocasión, el código simplemente realiza 27 copias (las que se decida en función de un parámetro incluido en el mismo) de un archivo dado su nombre y su extensión.

No sirve para mucho más, pero puede ser útil para saber cómo realizar bucles «for» con bash (shell script) y también para recordar cómo se usa «printf» como herramienta para crear cadenas nuevas (a modo de sprintf o para escribir a la salida estandar.

#!/bin/bash 
nombre="27signos" 
extension="odt" 
nombreoriginal=$(printf '%s.%s' "$nombre" "$extension") 

for ((i=1; i<28; i++)); 
do fichero=$(printf '%s_%02d.%s' "$nombre" "$i" "$extension") 
echo -e $(printf "Fichero original |||%s||| copiado |||%s|||" "$nombreoriginal" "$fichero") 
cp $nombreoriginal $fichero 
done

 

Conexiones en la Pelubrería: Sábado a las 20:00

Este sábado en Espacio Paco Martin – La Pelubrería, estaré presentando por última vez un libro de hace 18 años y por primera vez un libro de hace unos días.

Los tiempos han cambiado. Han pasado sobre mí como una apisonadora… y he quedado muy lisito, suave, sencillo.

Compartiré el evento con el artista Víctor Royás y sus inquietantes esculturas de vidrio/casi cerámica/, sus heridas y su preocupación social.

Mientras tanto, yo hablaré del 3 y sus potencias. De la triada. De mis obsesiones. Yo, yo, yo…

Después realizaré una acción pensada para sugerente espacio en el que va a tener lugar: una peluquería en la que se lee poesía, o una librería en la que se corta el pelo.

Esto no es una broma