Pornografía

El viernes publiqué esta pequeña composición, una tontería, a la que llamo Pornografía, pero en Instagram me censuré a mí mismo (ya me censuro muy bien, sin ayuda de nadie, cada día más y mejor) y la titulé «Erotismo»

Aún así, tuve mis dudas de si abriría un debate acerca de si era excesivamente binaria, no incluyendo, por ejemplo, dos botones con el mismo título o dos ojales… y por qué no uno solo, botón u ojal, o tres o cuatro… quizá si sigo publicando una pequeña serie de ellas, una camisa podría titularse, felizmente, orgía.

No quise con ese título, ni con el de Pornografía, decir que toda la pornografía o todo el erotismo fuese procreativo… ni falocéntrico, ni genital… especialmente el erotismo. Así que pensé que podía ser malinterpretado, pero aún así osé publicarla.

Pero cada día doy más vueltas a todo lo que publico en redes sociales por su posible malinterpretación hasta el punto de haber llegado a desarrollar una paranoia bastante considerable que, no obstante, no está a la altura de declaraciones de políticos de la oposición, ni de cuñadismo extendido. Es decir, envidio (solo en una remota parte de mi reptiliano cerebro) la simpleza de quienes hacen afirmaciones rotundas e irreflexivas sin pensar en nadie más que en su persona, sin empatizar ni remotamente con las diferencias, considerando toda salida de lo normativo como maligno, satánico casi.

Al final, mi voz y la de otras personas como yo nos vamos acallando dejando más sonido a quienes no tienen tantos miramientos.

Pero a mí me resulta tan cansado…

Las cosas de la autocensura

En julio de este año tuvimos la visita de los sobrinos, gemelos César y Jimena, de 15 años de edad.

Quisimos proponerles actividades infrecuentes en su hábitat cotidiano, Daimiel, pero también que pudiesen estimularles, gustarles y, en cierto modo, sorprenderles. Al mismo tiempo, queríamos hacerles partícipes de nuestro cotidiano, Madrid, que no es para nada el suyo.

El viernes 13 de julio actuaba (digo bien) mi querido Paco Nogales con una acción en el evento PERNEO. II Encuentro Internacional De Performance Art que además tenía lugar en el espacio que aún no conozco de La Neomudejar.

Las acciones de Paco Nogales suelen tener un contenido sexual muy explícito, de desnudo masculino integral y temática erótica y exploratoria de los órganos sexuales masculinos. Sí, evidentemente, era un material que yo consideraba que podía impactarles, sorprenderles aunque tenía mis dudas sobre si les gustaría.

Pero entre tantas dudas, me surgió la pregunta (que de algún modo dejaba claro mi propia respuesta) de si habría restricciones por edad para la entrada en esa acción y eso les pregunté a la organización.

Me respondieron, educadamente, lo siguiente:

Las performances son fuertes. Si tu traes niños sabrás que es el postporno y lo que se va a poder encontrar.

El adulto decide pero no creo sea adecuado para un menor.

Atentamente

No recuerdo si contesté a este email, pero posiblemente me sirvió para darme cuenta de que quería llevar al límite mi interés por «impactar» a los sobris, pero de alguna manera, era más importante ese «mi» interés que lo que pudiera impactarles o no. Así que seguí el consejo, pero que no era verdaderamente ninguna restricción y no fuimos al evento.

El mismo día de la exposición/encuentro, me volvió a contactar el responsable del centro (quizá al tener un poco más de tiempo quiso puntualizar su respuesta, que siempre me pareció la más adecuada posible):

Buenos días,

Desde el Centro no prohibimos la entrada a menores puesto que creemos que las madres, padres, tutores son quienes determinan qué tipo de contenido ven sus hijxs pero sí les podemos orientar sobre el contenido que van a ver y que detallo a continuación.

En el caso de este encuentro son tres performances diferentes. 2 de ellas puede haber cuerpos denudos o semidesnudos. Y en el caso de la performance de Paquito Nogales sí que es más fuerte y explicito el uso del cuerpo en un contenido más grotesco como usar su ano como parte de la acción. Este contenido si puede ser sensible.

Entre cada performance hay un pequeño descanso por lo que pueden ver las dos acciones de Antibody Corporation y Ana Matey y saltarse la performance de Paquito Nogales que es mucho más fuerte. En el caso que alguien del grupo quiera saltarse esa performance con el/la menor puede visitar el resto de exposiciones del Centro mientras tanto.

Esperamos haber podido contestar adecuadamente a su pregunta.

¿Le confirmamos la reserva de 4 entradas?

Muchas gracias.

Me encantó su respuesta, pero en el fondo, yo ya me había contestado a mí mismo (todo lo cual sobra: con el «me» era suficiente) y les dije que no confirmasen las entradas.

Esa misma tarde me telefoneó Paco para saber qué había pasado. Le conté un poco la situación y, por supuesto, también fue respetuoso con mi decisión. Le dije, en resumidas cuentas, que si fuesen hijos míos por supuesto que habríamos ido, pero también que es muy probable que en tal caso no fuesen a sorprenderse ni impactarse puesto que no sería, ni con mucho, la primera vez que verían algo así. Mientras que «los sobris» es muy probable que se sintiesen algo intimidados. No obstante, me quedé con dudas…

A lo largo del fin de semana, les comenté lo que había pasado y qué creían ellos que les habría provocado. Me sorprendió saber que nunca habían visto a un hombre desnudo, ni siquiera en la televisión, ni en la playa… y me quedó bastante claro que habría sido un salto demasiado drástico el enfrentarles a esta experiencia. Así que, en la medida de lo posible, acabé por sentirme satisfecho con mi decisión de «autocensurar» el evento para sus ojos.

Y sin embargo…

Todas mis amistades cumplen años todos los años

A modo de «orlas» universitarias o estudiantiles, que por cierto es como surgió la idea de esta red social llamada «FaceBook», los celebérrimos anuarios de los institutos estadounidenses que tantas apariciones han tenido en películas diversas, he creado estas 12 composiciones capturando pantallas y editando mínimamente para eliminar algunos nombres con las «caritas» de mis amistades actuales en esta aplicación.

Me gusta pensar que le dedicaría un segundo de mi vida, al menos, a cada una de las personas que hay detrás de esos «perfiles».

Al terminar la frase de que todas mis amistades cumplen años todos los años, he recordado a alguna que ya ha fallecido y a quien no quiero eliminar de mis «contactos». ¿Sigue cumpliendo años? ¿Estoy en contacto con mi amiga muerta?

Y me ha quedado un extraño sabor agridulce en la punta de la lengua.

Cuando la campaña de mecenazgo no avanza

Llega un momento en el que por las redes sociales el enlace para participar en una campaña de mecenazgo se «enfría», es decir, ya no aparece en muros ni nada parecido. Así que toca apelar a una petición más personalizada.

Resulta embarazoso, lo reconozco, pues parece que pides «limosna», y en parte es así. Pides para hacer algo que no es tan atractivo como para ser «vendible» y no sabes (yo no sé) qué hacer en ese caso para convertir tu sueño en el deseo de otras personas. Haces fotos, pero no son suficiente reclamo. Haces textos amenos, pero no los lee ni diosito, creas una página web a la que no va nadie… y es que sin ser famosete… no hay mucho más que hacer.

Supongo que el camino habitual es burocrático: solicitas una ayuda a alguna entidad administrativa en la que crees que tu proyecto (el mío) puede encajar y si hay suerte, mucha suerte, puede que recibas una financiación que, incluso, supere la muy modesta cantidad que he pedido yo.

Pero como no tengo paciencia y no sé «burocraticear»… me lancé a esta campaña que vengo haciendo desde hace 18 días, pero para la que he estado trabajando medio año. No sé si merece la pena, la verdad, pero sin embargo ahí sigo…

Enviando el siguiente mensaje a una lista de difusión en WhatsApp de 72 de mis amistades de quienes he decidido «abusar»:

Hola,

Hace un par de semanas comencé una campaña para financiar un proyecto muy personal que creo que puede interesarte.

He trabajado bastante en conseguir que las «recompensas» para quien desee apoyar el proyecto sean más que dignas de las cantidades proporcionadas: Desde invitaciones y marcapáginas a tazas de diseño, láminas seriadas, camisetas… para conseguir realizar un libro que no es un libro, un libro de poesía conceptual, un libro que es un juego, un libro que es una obsesión, un proyecto que raya en lo absurdo y lo imposible.

¿𝙈𝙚 𝙖𝙮𝙪𝙙𝙖𝙨 𝙖 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧𝙡𝙤 𝙥𝙤𝙨𝙞𝙗𝙡𝙚?
https://www.verkami.com/projects/19645-cn

(𝘏𝘦 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘹𝘱𝘭í𝘤𝘪𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘵𝘪 𝘢𝘭 𝘦𝘯𝘷𝘪𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘮𝘦𝘯𝘴𝘢𝘫𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘵𝘦)

¿Soy una persona blanca?

Recientemente ha habido un debate en un par de muros de amistades que tengo en redes sociales sobre la estrategia para combatir el racismo.

Tras el debate sobre si tiene sentido o no «segregar» a personas racializadas o no, sobre discriminaciones positivas, sobre necesidad de comprensión, empatía, etc, encuentro en otro muro la siguiente propuesta:

Que comienza con la siguiente frase: ¿Qué debo tener en cuenta si soy una persona blanca?

Pero…

¿Soy una persona blanca?

Sí, lo soy porque mi aspecto (la superficie) no tiene una pigmentación que genere rechazo en mi entorno, está claro. Pero… ¿Soy una persona blanca por lo que sea mi aspecto? ¿No soy solo una persona?

No: soy una persona blanca, heterosexual, de género masculino y de clase media, de religión agnóstico en el mejor de los casos.

Soy todo eso, sí, pero soy muchas más cosas. Si me clasifican por ellas, acabo no viendo lo demás.

No tengo clara mi postura en estas «posturas» aunque acabo por dejarme llevar por lo que me sale hacer. Aunque siempre me queda la duda de ¿Cómo saben que soy una persona blanca?

Me acuerdo del racismo del KuKuxKlan (o el nazismo y su conocido holocausto) que no se detenía en el aspecto exterior, sino que iban al fondo de la cuestión: la sangre. ¿Me harán un análisis de sangre antes de entrar a un evento semejante para determinar mi pertenencia a alguna etnia alguna vez con la justificación de generar espacios seguros para otra etnia?

También me acuerdo del genocidio de Ruanda por hutus vs tutsis. Guerra post-colonial, así que responsabilidad de la avidez del «hombre blanco»… pero hay tantos otros ejemplos posibles…

Sé que soy una persona blanca (aparentemente), del colectivo más afortunado de la galaxia, que estoy lleno de privilegios de los que debo sentirme responsable. Pero…

¿Soy tan importante como para quejarme por este tipo de eventos?

Obviamente puedo no ir. Nadie me obliga. Ni siquiera me prohíben la entrada (de momento en ese no ocurría).

Tengo unos problemas mucho más importante que este…

Porque soy una persona blanca, quizá.

Así que como soy una persona blanca soy racializado, soy de «raza» blanca, aunque eso no exista.

Es un tema complejo.

Consciente de mi racismo, machismo, clasismo, etc, no sólo debido a ser «hombre heterosexual blanco», sino a estar educado en todo ello como toda persona de cualquier ámbito social, yo ya sólo me limito a mi propia actitud diaria, que no es poco, a intentar tratar a las personas como si fuesen personas, no personas blancas, negras, amarillas, a las personas como personas, no como hombres o mujeres, no como heterosexuales, homosexuales, pansexuales, bisexuales, a las personas como personas no como ricas o pobres, a las personas como personas, no como españolas, inmigrantes, emigrantes, africanas, árabes, francesas, «guiris», a las personas como personas, no como cristianas, ateas, musulmanas, animistas, a las personas como personas, no como viejas, jóvenes, guapas, feas… aun a sabiendas de que me es imposible, de que me resulta una utopía a la que dirigirme con paso cada vez más firme, pero con la consciencia de la impotencia para cambiar el mundo desde ahí. Quizá porque soy una persona masculina heterosexual blanca de clase media española y haga peligrar mi carga de privilegios o quizá porque soy una persona mayor, en ocasiones casi anciana, que no tiene fuerzas para luchar contra según qué tipo de molinos de viento.

La manada

Sencillamente:

No entiendo que no se apliquen las mismas penas en sentencias de violación o abuso hacia las mujeres que en las condenas de terrorismo.

Reúnen las mismas condiciones. Si no aún peor: yo jamás he sentido miedo en Euskadi (salvo por alguna intervención de la Policía Nacional) y jamás pensaba si alguien, algún amiga, alguna amiga, iba por allí que le podía pasar algo grave. Jamás me dio por pensar que a Carmen, por ejemplo, le iba a pasar algo por, pongamos, ir a una herriko taberna y no hablar euskera. Sin embargo, cada vez que Carmen viene tarde a casa pienso si habrá un tipo al que se le ponga en la descerebrada cabeza la posibilidad de violarla. No vivo con miedo y procuro impedir que ese pensamiento me paralice o me ciegue, pero está constantemente ahí. (Y sí, no soy mujer, así que no puedo ni imaginar…)

Y según escribo esto me doy cuenta de lo traicionero que es el lenguaje ¿»iba a pasar»?… ¡Pero bueno! Que te caiga un ladrillo es algo «que pasa», esto es algo que «se comete».

Hay terror permanente, interiorizado, asumido como «normal», tanto que se culpabiliza frecuentemente a la víctima de abuso o violación. Pero para mí es un delito no sólo de terror, o terrorismo sino verdaderamente un delito de odio. Se abusa de mujeres o se las viola porque son mujeres.

No obstante, hay muchos menos agravantes en los crímenes del machismo que en los de terrorismo o en los de odio: a una etnia, que nunca será la mitad de la población, a una religión, que no alcanza a la quinta parte de la misma…, pero hay casi un 50% de mujeres en el planeta que viven con miedo.

Y un elevado porcentaje de hombres que tenemos miedo de que a las mujeres de nuestro entorno les ataque algún colectivo criminal que quede prácticamente impune.

Es decir, más de la mitad de la población mundial vive asumiendo un miedo permanente, omnipresente… y no se endurecen las penas.

¿De verdad a alguien le parece «molesto» que haya manifestaciones contra «la manada»? ¿De verdad que se puede decir que hay feminismo «radical» en un escenario como este? ¿De verdad que hablamos de «linchamiento» público y nos referimos al que hace el feminismo por una exigencia que no acaba de ser satisfecha? ¿De verdad que parece razonable una condena de 9 años por un crimen de terrorismo y odio? ¿De verdad que parece suficiente que hayan cumplido una prisión preventiva de 2 años y puedan quedar en libertad condicional? ¿De verdad parecería suficiente si el sujeto víctima del abuso fuese, pongamos, un madrileño en Euskadi o Barcelona, o un vasco en Madrid, o un cura en Irán? ¿De verdad?

¿Qué más tiene que pasar?

Miedo a la hidratación

Pensé una frase «divertida», un pequeño chascarrillo y a continuación en la repercusión que tendría publicarlo en Facebook.

Justo en ese momento me entraron los siete males, de imaginar el aluvión de recomendaciones más o menos coercitivas de nutricionistas aficionados que ejercen las 24 horas al día.

No lo publico.
Sí, sí publícalo, pero prohíbe a cualquiera que te quiera decir qué tienes que hacer con tu vida.
Es demasiado duro andar prohibiendo comentarios por una cosa así.
Es verdad, no publico.
No, no me refiero a eso, mejor publica, pero no le des importancia a los comentarios.
Ya, pero es que es posible que incluso se enzarcen amigos o amigas en diatribas acaloradas por un chascarrillo.
Pues como quieras. No publiques.
Sí, sí, quiero publicarlo. Pero me da miedo.
Pero si es un tonto chascarrillo.
Ya lo sé, pero ¿crees que lo saben los usuarios y las usuarias de esa red social? ¿No lo tomarán en serio?
Quizá tú estás tomando demasiado en serio lo que puedan comentar.
Puede ser. Sí. Tienes razón. Lo publico y a ver qué pasa.
Eso, lánzate, así, con valentía.
Puffff… da miedito.
¡Venga ya!
Ya te digo. Pero sí, hoy voy a publicarlo. He pensado que cuando alguien comente, sea lo que sea, voy a darle al icono de la risita, sin ninguna otra explicación. Así, sin avisar. Me da igual el comentario que sea. Me río y punto. Risa demoledora. ¿Qué te parece?
Algo incorrecto, pues te estás riendo de la gente. Pero bueno, si te hace sentir más tranquilo…
No sé si más tranquilo, pero quiero publicarlo, sea como sea, para no sentir que estoy perdiendo libertad tan rápidamente como siento que la estoy perdiendo.
Esta conversación demuestra que la has perdido ya. No te resistas, adáptate a los nuevos tiempos.
Jo… Hoy pensaba que hace años era bastante punki y ahora soy más bien hippie… pero ambas tendencias están tremendamente trasnochadas.
Ya estamos otra vez. Ahora te meterás con los hipster.
No, no eso. Pero bueno… te dejo, que voy a publicar en FB ese texto tan rompedor como absurdo. ¡Y a ver qué pasa!

Me estoy hidratando.
¿Con agua o alguna crema?
No, no. Con hidratos de carbono.

Estrenando regalo de mi amigo «el colombiano»

Tenía que ser con un libro de primero de la carrera que compartimos y de la que él ha hecho su vida y yo un recuerdo.

No suelo usar prendas de cuero no llevar bolsos cartera que cuelguen de un lateral de mi cuerpo, por no descompensarme. Pero este regalo me hizo mucha más ilusión de la prevista si es que la ilusión se puede prever.

Puede que acabe por acostumbrarme a llevar un complemento tan útil como este para cargar mis libros y cuadernos ahora que la primavera impide que utilice los enormes bolsillos de mis abrigos.

Esto no es una broma